1. Draghi: decepcionante, pero meridiano.
Manfred Nolte
A las puertas del infierno, el autor de ‘La divina comedia’ colocó aquella famosa
leyenda: “Abandonad la esperanza los que entráis aquí”. La alerta del Dante
Alighieri nos confronta a Frankfurt y recuerda algo que advertíamos la semana
pasada, que la euforia era un estado de ánimo altamente peligroso a la hora de
interpretar las palabras del BCE. Entonces, el inmutable Draghi, prometía
acciones “hasta donde fuera necesario”, para preservar la viabilidad de la
moneda comunitaria.
Puede parecer que aquellas palabras se las haya llevado el viento y que el capo
del Banco Central o no ha sabido, o no ha podido llevar a la práctica sus buenas
intenciones. Al menos no de forma inmediata como reclamaban los mercados.
Pero hay que conceder a Draghi el beneficio de la duda en su voluntad
conciliadora, una vez patente que el lobby de los halcones europeos ha activado
todas sus influencias para mantener las cosas en los casilleros mentales de los
que, según ellos, nadie debiera haberse atrevido a apartar: ninguna acción de
rescate automática, ninguna sin condiciones. O dicho en alemán : solidaridad
después de responsabilidad.
De modo y manera que no es que Mario Draghi se haya desdicho de sus
declaraciones de la última semana sino que –tras un delicado ejercicio de
funambulismo político- las ha elevado a un hemisferio superior esculpiéndolas
en granito para que no se desvanezcan. En la rueda de prensa el italiano ya
reconocía que “es claro y notorio que el Sr.Weidman y el Bundesbank tienen sus
reservas acerca de los programas de compra de bonos”. A pesar de lo cual traza
una hoja de ruta meridiana.
Para comenzar, el comunicado diagnostica y oficializa un elemento clave del
funcionamiento del euro, a saber, “la severa disfuncionalidad en la formación
del precio de los mercados de bonos de la eurozona”. Primas excepcionalmente
altas en los precios de los bonos soberanos de algunos países y la fragmentación
financiera impiden el normal funcionamiento de la política monetaria. “Las
primas de riesgo relacionadas con el temor a la reversibilidad del euro son
inasumibles y deben de ser encaradas de un modo drástico”. Este es el trasfondo
del imperativo del euro: “El euro es irreversible”.
Seguidamente, y en orden a crear las condiciones para la desaparición de las
primas abusivas, Draghi insta a los políticos europeos a cumplir “con gran
determinación” los programas en curso de consolidación fiscal, reformas
estructurales y creación Institucional europea. Dado que esa triple
implementación no es alcanzable en el corto plazo y que los mercados
financieros solo se ajustan al ritmo de evidencias claras y visibles, los Gobiernos
deben de estar preparados para activar el EFSF/ESM(los fondos de rescate
transitorio y definitivo, respectivamente) si las circunstancias excepcionales y
los riesgos para la estabilidad financiera así lo requiriesen, por supuesto, “con
una condicionalidad estricta y efectiva, en línea con la normativa vigente”.
A continuación viene la actuación del Organismo Emisor. Realizado el recurso a
los mecanismos de estabilidad, el BCE, fiel a su mandato de mantener la
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2. estabilidad de los precios, podrá adoptar acciones directas de mercado abierto
(compraventa de bonos) “en tamaño adecuado para alcanzar aquel objetivo”.
Adicionalmente, el BCE “considerará la adopción de cuantas medidas
monetarias no convencionales sean necesarias para reparar la transmisión de la
política monetaria”. El Banco agrega que a lo largo de las próximas semanas
diseñará las referidas medidas políticas. Fondo de rescate y Banco central se
dividirían las responsabilidades: mientras el primero actuaría de forma
sistemática sobre las emisiones en los mercados primarios, el segundo
intervendría en los secundarios, en especial sobre los tramos cortos de la curva,
algo que los operadores ya han interpretado certeramente llevando los tipos de
letras y bonos de vencimiento cortos a precios de rebaja de verano.
Una vez aquí los costes de refinanciación de países como España o Italia se
reducirían dramáticamente. Todo ello y siempre que el Fondo disponga de
liquidez suficiente por los medios que se determinen, una vez descartada
categóricamente su conversión en Banco y la elegibilidad de sus activos
(“contrapartida válida”) para su descuento en el BCE.
Lo malo, muy malo, es que España ya no puede esperar y con tipos al 7% para el
bono a 10 años está al borde del impago.
En su descanso veraniego en Galicia, Rajoy tendrá que deshojar la margarita.
Quiere ver cuales son los nuevos instrumentos y condiciones del BCE antes de
entregar en Bruselas la segunda solicitud para una ayuda que, como la primera
a la Banca, tampoco parece confundirse con un rescate total.
Parece ineludible. Ahora hay que confiar en que los términos sean favorables.
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