Dietas especiales: alergias e intolerancias alimentarias

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DIETETICA
NECESIDADES ESPECIALES
En las últimas décadas la alergia a alimentos parece haber aumentado. Se calcula que en los
países occidentales, la alergia alimentaria afecta a un 8 por ciento de los niños menores de 4
años de edad y cerca del 2 por ciento de la población adulta.
Diferencia entre alergia e intolerancia alimentaria
Las reacciones adversas a la ingesta de un alimento o de un aditivo contenido en él se les suelen
denominar casi siempre como alergias aún antes de saber cuál ha sido el mecanismo que ha
desencadenado dicha reacción. Sin embargo el término de alergia alimentaria, médicamente, se
utiliza sólo en las formas inmunológicas. El resto de reacciones no inmunológicas reciben el
nombre de
intolerancia
alimentaria.
La única actuación
efectiva en el
tratamiento de la
alergia alimentaria, es
la supresión del
alimento o sustancia
que la provoca. Tanto
el afectado como la
familia ha de saber localizar la “sustancia enemiga” en las etiquetas de los alimentos, y en las
diferentes denominaciones que le pueden dar al producto. Por ejemplo, el huevo puede
aparecer como livetina, albúmina, lisozima, ovo albúmina, vitelina, ovomucoide, lecitina o
emulgente.
La Sociedad Europea de Alergia e Inmunología Clínica ha propuesto la siguiente clasificación de
las reacciones adversas a los alimentos:
1. Reacciones tóxicas:
Por la presencia de sustancias que contaminan un alimento o están de forma natural en él. Las
puede sufrir cualquier persona.
2. Reacciones no tóxicas:
Inmunológicas (alergia) y no inmunológicas (intolerancia).

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2.1 Reacciones inmunológicas (alergia):
2.2 Reacciones no inmunológicas (intolerancia):
Se deben a la acción de alimentos que contienen sustancias que provocarán síntomas por
consumo excesivo o alteración de la mucosa digestiva. La más habitual es el déficit de lactasa
que provoca intolerancia a la lactosa y, consecuentemente, a la leche.
Dieta para celíacos (sin gluten)
Una vez diagnosticada la enfermedad, se debe seguir una dieta sin gluten durante toda la vida. Por
muy pequeñas que sean las cantidades que se ingiera pueden producir lesiones, aunque no
aparezcan síntomas clínicos.
EJEMPLO DE MENÚ DIARIO
Lunes
Desayuno: 1 café con leche, 1 rebanada de pan sin gluten con aceite de oliva y 1 vaso de zumo
de naranja natural.
Media mañana: Yogur natural con azúcar.
Comida: Judías blancas con arroz, pollo con manzana y fresas con nata.
Merienda: Queso fresco con miel.
Cena: Ensalada mixta, pescado al horno con patata asada y 1 pieza de fruta.

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Dieta para intolerantes a la lactosa
La lactosa es el azúcar que se encuentra en la leche, formada por la unión de moléculas de galactosa
y glucosa. Nuestro organismo posee una enzima que digiere la lactosa, es decir, rompe las uniones
de galactosa y glucosa para que podamos utilizar dichas moléculas. Esta enzima se llama lactasa y
se produce en la mucosa intestinal.
En algunos seres humanos, sobre todos en los adultos, la enzima lactasa se encuentra en cantidades
tan bajas que no pueden digerir la lactosa que contiene la leche y los derivados lácteos. En estos
casos aparecen síntomas intestinales, como aumento del movimiento, irritabilidad, diarrea o
flatulencia, que pueden conducir a una pérdida de nutrientes y electrolitos.
El objetivo de esta dieta es reducir la ingesta de lactosa según el nivel de tolerancia individual para
evitar los síntomas y mantener un adecuado estado nutricional.
Lunes
Desayuno: Leche sin lactosa con café o infusión. Pan con mermelada.
Media mañana: Nueces. Fruta de temporada.
Comida: Arroz con champiñones y espárragos verdes. Sepia a la plancha. Pan. Fruta de
temporada.
Merienda: Pan con jamón york. Zumo de naranja.
Cena: Aguacate relleno de atún, tomate y maíz. Dados de pollo con brocheta de verduras. Pan.
Fruta de temporada.

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Dieta para diabéticos (sin azúcar)
En el caso del diabético, su cuerpo no puede producir o utilizar la insulina adecuadamente. Esto
conduce a una elevación del nivel de glucosa (azúcar) en la sangre. Una alimentación sana ayuda
a mantener el azúcar de la sangre en un nivel adecuado. Es una parte fundamental del manejo de
la diabetes, ya que controlando el azúcar en la sangre (glucemia) se pueden prevenir las
complicaciones de la diabetes.
Lunes
Desayuno: 1 vaso de leche semidesnatada sin azúcar. Cereales integrales.
Media mañana: 1 sándwich integral con queso fresco.
Comida: Ensalada vegetal al gusto con aceite de girasol o semillas (para prevenir problemas
vasculares). Lomo a la plancha con patatas fritas. 1 manzana (es preferible comerla con la piel ya que es
donde se encuentra la mayor concentración de fibra).
Merienda: 1 bocadillo pequeño de pan integral y jamón o un yogur desnatado con cereales
integrales.
Cena: Pasta hervida con espinacas. Sardinas a la plancha aliñadas con perejil. 1 naranja.
Una vez por semana se pueden consumir, de forma moderada, embutidos que contengan poca
grasa.
Aparte de esta propuesta de dieta es aconsejable seguir ciertos consejos, como el hecho de hacer
5 o seis comidas diarias y procurar no saltarse ninguna, sin olvidarse de ingerir aproximadamente
2 litros de agua diarios para poder mantener la hidratación y contribuir la eliminación de toxinas en
el organismo.

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DIETAS TERAPEUTICAS
Tienen como objetivo restablecer los posibles desequilibrios bioquímicos a los que se enfrenta
el organismo y que en ocasiones pueden alterar el bienestar físico.
La dieta, en términos generales, es la suma de alimentos ingeridas por una persona, según sus
gustos y necesidades. La misma debe ser variada y equilibrada estando formada por los
diferentes grupos de alimentos para, así poder, cubrir todas las necesidades energéticas y
nutritivas de la persona. En otras palabras, la dieta diaria es aquella que ingerimos o comemos
día a día para poder mantener nuestras funciones vitales.
Si nuestra manera de comer hace que no se cubran esas necesidades básicas de nutrientes,
nuestra salud se verá afectada. Por ello, la atención a los alimentos es fundamental en el mundo
de la salud no convencional: los terapeutas pueden elaborar planes de alimentación para las
personas con alergias, cáncer, problemas de la piel, desórdenes digestivos, artritis, epilepsia,
candidiasis y cualquier tipo de enfermedad.
Los tratamientos dietéticos se pueden dividir en tres categorías: los basados en suplementos
nutricionales (terapia ortomolecular), en modificaciones dietéticas y en restricción de alimentos.
Las modificaciones dietéticas se realizan en función de las propiedades de cada alimento,
mientras que las restricciones o exclusiones sirven para encontrar el producto que está
causando una reacción en el paciente. La última estrategia resuelve síntomas difusos que
aparecen por intolerancia alimentaria y que a menudo se confunden con procesos alérgicos.
Usos más eficaces:
 Una dieta diaria variada, basada en alimentos vegetales, es capaz de prevenir
enfermedades agudas y crónicas, especialmente cardiovasculares, y el cáncer.
 Usar dietas de exclusión, eficaces para dolencias menores, hiperactividad, migraña y
síndrome de fatiga crónica.
Tipos de dietas terapéuticas
Las dietas terapéuticas son personalizadas y dependen de su situación médica y de su cultura
alimentaria concretas.
Existen distintos tipos de dietas terapéuticas que se adaptan a las necesidades de cada paciente:
Dieta controlada en energía
Indicada para:
 Reducción de peso
 Aumento de peso
 Normalización de la glucemia: en la diabetes 2 con obesidad
 Insulinoterapia: dieta muy estable en energía

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Dieta hipocalórica (obesidad o sobrepeso)
Consiste en aportar menos calorías que el gasto energético diario de la persona, con una proporción
equilibrada de macronutrientes, o con cierta tendencia a aumentar las proteínas, disminuyendo las
grasas e hidratos de carbono.
Gracias a esta dieta, se consigue que la ingesta de energía a través de los alimentos sea inferior al
consumo de energía, utilizándose grasa almacenada para compensar la carencia energética. La
pérdida de peso paulatina es el resultado de este balance negativo de entrada y salida de energía.
Una dieta hipocalórica debe estar siempre avalada por un especialista en la materia para, de esta
forma, aseguraremos que la misma contenga todos los nutrientes necesarios correspondientes a la
persona, según su edad, sexo, y actividad. Es decir, adecuada a cada individuo, siempre con la
proporción y reducción calórica que se considere necesaria.
La dieta hipocalórica, junto con el ejercicio físico, son la única solución frente al sobrepeso
y la obesidad. La finalidad de estas dietas, es lograr una reducción del peso corporal, para
luego conseguir un posterior mantenimiento, sin efecto rebote.
Siguiendo una dieta hipocalórica, la persona no tiene por qué pasar hambre, sino todo lo contrario,
ya que si se ha efectuado una correcta elección de los alimentos, de la cantidad y formas de
cocción, la misma va a contener alimentos que generen saciedad pero con menos calorías.
Lunes
Desayuno: Un vaso de leche desnatada, con o sin café o una infusión. Una rebanada de pan
integral con un poco de aceite de oliva más dos lonchas de pavo. O 20-30 gramos de cereales
integrales añadidos a la leche si no gusta desayunar salado.
Media mañana: Queso fresco o una pieza de fruta.
Comida: La comida consta de dos platos. La verdura se cocinará al vapor, hervida o al horno. Y
la proteína animal la plancha o asada y con muy poco aceite (una o dos cucharadas soperas).
Siempre habrá una ración de crudos de primer plato /ensalada con hortalizas) o como
acompañamiento del segundo plato. Primer plato: ensalada de zanahoria, tomate, huevo cocido
(sin la yema), lechuga y atún. Segundo plato: un cuarto de pollo asado con ensalada de lechuga,
tomate, pepino y zanahoria.Postre: café con leche o infusión.
Merienda: Café con leche o infusión. 1-2 piezas de fruta.
Cena: Crema de verduras + pescado o pollo, conejo o tortilla. Postre: 1 yogurt.

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Dietas modificadas en Na, hiposódicas
Existe un gran volumen de enfermos que necesitan dietas hiposódicas. Son
bastante difíciles de seguir en muchas culturas.
En la alimentación normal se aportan entre 10 y 15 g de sal al día que
corresponden a 3900 - 5900 mg de sodio al día (sabiendo que la equivalencia es
de 390 mg de sodio por cada gramo de sal)
El sodio alimentario proviene de dos fuentes:
1. Sal de adición (NaCl)
2. Sodio (Na) de constitución
No existe, por lo tanto, una dieta asódica.
Indicada para:
 Cardiopatías
> insuficiencia cardíaca
> infarto de miocardio (fase aguda)
> angina de pecho
 Afecciones renales
> síndrome nefrótico
> insuficiencia renal crónica (IRC) y aguda.
> hemodiálisis. Requerirá una restricción más leve.
> trasplantes.
 Afecciones hepáticas. Ascitis (retención de líquidos en la zona abdominal) y edemas
 Cirugía cardíaca (postoperatorio)
 Hipertensión arterial

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Dieta contra la hipertensión
En el tratamiento de la hipertensión (elevación sostenida de los niveles de la presión sanguínea por encima
de valores considerados normales), es necesaria una dieta adecuada a las necesidades individuales,
con control de sodio y una serie de recomendaciones que orienten a la persona hacia un estilo de
vida más saludable.
El exceso de consumo de sal (cloruro sódico) se relaciona con la retención de
líquidos en los tejidos del cuerpo y por tanto, con el incremento de los valores de
tensión. Cuanto menos sodio contenga la dieta, más fácil será eliminar ese exceso
por la orina y así contribuir a normalizar los niveles de tensión arterial. La dieta
pobre en sodio, también beneficia a personas que padecen de enfermedad
cardiovascular o hepática avanzada con retención de líquidos.
Por otro lado, el exceso de alcohol aumenta la presión arterial, por tanto, se debe moderar su
consumo (no más de 2 vasos de vino al día), por lo que las recomendaciones dietéticas también
deben incluir orientaciones para la normalización del peso (en caso de sobrepeso u obesidad),
control de la calidad de la grasa y del colesterol, así como asegurar una cantidad adecuada de fibra
y antioxidantes naturales, relacionados con la prevención de estas enfermedades.
Lunes
Desayuno: Infusión o café descafeinado. Pan integral sin sal y queso desnatado sin sal con
membrillo.
Media mañana: Un vaso de zumo de frutas (o una pieza de fruta).
Comida: La comida consta de dos platos. Preferir las carnes y pescados a la planchas, parrillas,
asados (horno, papillote), microondas, hervidos o cocidos, al vapor. Es preferible la cocción al
vapor que el hervido, ya que los alimentos conservan su sabor natural y no se hace necesario
sazonar. Se puede reducir el sodio de los alimentos si utilizamos remojo prolongado (más de 10
horas) o doble cocción, cambiando el agua a mitad de la misma ya que el sodio se disuelve y
queda en al agua (deberemos desecharla siempre). Es útil emplearlas en verduras, legumbres y
pescados congelados y en conserva. Primer plato: Gazpacho o ensalada con tomates y pepinos.
Segundo plato: Tortilla de verduras. Postre: café con leche o infusión.
Merienda: Café con leche o infusión. 1-2 piezas de fruta.
Cena: Pescado con verduras al vapor. Postre: Queso fresco sin sal con frutos secos: almendras,
piñones y miel.

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Dieta hipocolesterolemiante
Aunque la relación entre hipercolesterolemia y cardiopatía isquémica es gradual, se considera
hipercolesterolemia a los niveles de colesterol total superiores a 200 mg/dl e hipertrigliceridemia
cuando el nivel de triglicéridos es superior a 150-200 mg/dl. Como norma general, el colesterol LDL
debe ser inferior a 100-130 mg/dl y el colesterol HDL debe ser superior a 35 mg/dl en el varones y
40 mg/dl en mujeres.
Objetivos de la dieta hipocolesterolemiante:
1. Disminuir el consumo de ácidos grasos saturados.
2. Aumentar el consumo de ácidos grasos monoinsaturados.
3. Disminuir los alimentos ricos en colesterol.
4. Utilizar hidratos de carbono complejos en lugar de las grasas.
5. Aumentar el consumo de fibra vegetal.
6. Seguir una dieta normocalórica, evitando el sobrepeso y la obesidad.
En especial, se asocia a un desequilibrio en la ingesta de grasas (ingesta desproporcionada de
grasas 'trans', grasas saturadas y, en menor medida, de colesterol). Una dieta eminentemente
carnívora, rica en lácteos, pre-cocinados, repostería y bollería industrial suele ser el denominador
común en muchos de los casos analizados de hipercolesterolemia límite.
El desequilibrio nutricional aumenta si en la dieta no se incluyen alimentos ricos en grasas
insaturadas de reconocido efecto hipocolesterolemiante, como los pescados azules y los frutos
secos. Se deberá pensar, entonces, en la forma de incluirlos sin que el cambio dietético sea radical.
Lunes
Desayuno: Leche desnatada y café. Pan integral con mermelada.
Media mañana: Un vaso de zumo de pomelo (o una pieza).
Comida: Primer plato: Salteado de garbanzos fritos con puerros. Segundo plato: Conejo al
horno con cebolla. Pan integral y yogur.
Merienda: 4 nueces y yogur desnatado.
Cena: Crema de champiñones. Lomos de sardinas marinadas en zumo de frutas con espuma de
tomate. Pan integral y fruta fresca (de postre).

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Dieta laxante
La dieta pobre o escasa en fibra puede desencadenar diversos trastornos orgánicos, los cuales,
pueden implicar, en algunos casos, patologías graves. Empleada en
personas que padecen estreñimiento.
Esta dieta con fibra tiene un efecto laxante progresivo que no
ocasionará dolores abdominales y cólicos propios de consumir fibra
cruda. Durante los primeros días, la fibra modificada por cocción
permitirá que sea más fácil de digerir, y a su vez estimule el intestino,
con el objeto de depurar el organismo y obtener, además, un efecto
adelgazante, ayudando a perder algunos kilos de más.
Debe contener abundantes alimentos ricos en fibra, tales como verduras, hortalizas, legumbres y
frutas. Es aconsejable ingerir mucho líquido.
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Lunes
Desayuno: 1 vaso (200cc) de leche (con té verde o café) con azúcar (2 cucharadas). 1 pieza (50
grs.) de pan integral, 20 grs. de margarina, 75 grs. de mermelada de ciruela (o melocotón).
Media mañana: 2-3 ciruelas (o 1 melocotón).
Comida: Primer plato: 100 grs. de espárragos con mayonesa (2 cucharadas). Segundo plato:
Judías verdes (300 grs.) con 100 grs. de tomate 100 grs. de carne de vaca. Postre: Manzana.
Merienda: 1 vaso (200cc) de leche (con te verde, café o manzanilla) con azúcar (2 cucharadas). 2
galletas de arroz y/o un puñado de nueces.
Cena: Consomé con cuadraditos de pan frito (25 grs.). Ensaladilla (2 huevos cocidos, guisantes,
zanahorias y aceitunas). Postre: Yogurt con miel.

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Dieta astrigente
La dieta antidiarreica o astringente consigue que el aparato digestivo se acostumbre a
realizar sus funciones normales, mediante la introducción paulatina de los alimentos,
siendo clave para paliar los efectos de la diarrea, evitar la deshidratación y no
agravar el proceso.
Acompañar esta dieta con el ayuno y la reposición de líquidos y minerales, es
fundamental para acabar con el problema.
La diarrea como tal no es una enfermedad sino el síntoma de un trastorno. Consiste en la
aceleración del tránsito intestinal que ocasiona muchas deposiciones o deposiciones fluidas y
abundantes. Puede ir o no acompañada de dolor, debilidad, náuseas, vómitos, espasmos
abdominales (retortijones), fiebre o pérdida de apetito.
En general, se deben a enteritis (inflamación del intestino, especialmente del delgado) que en pocos
días se soluciona, aunque otras veces la causa permanece durante meses y semanas. También
puede tener su origen en la dieta, los medicamentos, virus, enfermedades crónicas, etc.
Se puede hablar de dos tipos de diarreas: crónica o aguda. La diarrea aguda se soluciona sola y
dura pocos días. La crónica se prolonga durante más tiempo y puede ser el síntoma de un trastorno
más importante.
La dieta antidiarreica se divide en diferentes fases:
Se debe empezar por el ayuno, en el que sólo se puede ingerir un preparado de agua, sal, azúcar,
limón y bicarbonato, que tendrá una duración de 6 a 24 horas.
Fase 1. Muy rigurosa. Después de unas 6 horas de ayuno, o sea, de no ingerir absolutamente
nada: agua de arroz, agua, té flojo (sin o con muy poco azúcar). Unos 125 cc. cada 2-4 horas.
Pasado este tiempo, se puede comenzar a ingerir líquidos como el agua de arroz, sémola, sopas
de cereales, etc. Es recomendable comer poca cantidad y frecuentemente.
Fase 2. Rigurosa. Arroz hervido o harina de arroz (empezar con 3-4 cucharadas). Si se tolera bien,
al cabo de 3-4 horas repetir y añadir: pollo o pescado hervidos (poca cantidad). Poco a poco se irá
introduciendo en la dieta arroz, pollo o pescado hervido, pan tostado y jamón york. Después, se
comenzará a tomar yogur, carne y pescado a la plancha y verduras hervidas.
Fase 3. Moderada. Añadir: yogur, pan tostado, patata hervida, pasta de sopa, jamón york,
manzana o pera hervidas, membrillo y zanahoria hervida.
Cuando se tolere bien, hay que añadir progresivamente: bistec de ternera, pollo, pescado blanco a
la plancha, plátano y peras de agua.
Más adelante, puré de verdura. Se va pasando a dieta normal.
No hay que tomar leche hasta encontrarse completamente bien. Si el enfermo comprueba
tolerancia a la leche, puede sustituir el yogur desnatado por 200 cc. de leche descremada con
descafeinado. En este caso podría tomar queso fresco sin grasa, tipo Burgos, Requesón...
Reponiendo líquidos
Un aspecto muy importante es la pérdida de líquidos y minerales durante el periodo en el que se
padece este trastorno intestinal. Por ello es fundamental la reposición de líquidos mediante agua,
zumos, caldos, té,...

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La rehidratación consiste en la restitución de la cantidad de agua, glucosa y electrolitos perdidos
como consecuencia de la diarrea. Es la primera medida a tomar una vez diagnosticada.
Una de las fórmulas más recomendadas para la rehidratación por vía oral es la siguiente:
 Un litro de agua
 Dos cucharadas soperas de azúcar, para la glucosa
 Un pellizco de sal, para el cloruro sódico
 Media cucharadita de bicarbonato
 El zumo de un limón por el potasio que contiene
Esta mezcla se debe tomar cada hora y media o dos horas. Aunque no consigue acabar con la
diarrea, es fundamental porque no permite la pérdida de agua, algo fundamental en nuestro
organismo.
Lunes
Desayuno: Té o café; dos rebanadas de pan tostado (40 g.); yogur o jamón york (25 g.).
Media mañana: 2-3 ciruelas.
Comida: Primer plato: Arroz hervido (o sopa de fideos finos, con caldo vegetal colado) o patatas
hervidas (150 g.); Segundo plato: Pollo hervido (1/4) o pescado blanco hervido (2 rodajas).
Postre: 1 manzana hervida o membrillo.
Merienda: Té y una rebanada de pan tostado.
Cena: Sopa de pasta. Merluza hervida con puré de zanahoria. Postre: Yogurt natural
(opcionalmente edulcorado).

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Dieta hipoprotéica
Las dietas hipoprotéicas son aquellas que limitan el aporte de proteínas al organismo. Como todas
las dietas que disminuyen el aporte de una variedad de nutriente específico, entraña ciertos riesgos
por lo tanto SIEMPRE debe contar con una precisa indicación y un estricto control médico. Las
dietas hipoprotéicas deben ser estrechamente vigiladas en periodos de crecimiento (niños) y
embarazo.
Las proteínas son las biomoléculas encargadas de desempeñar funciones sumamente importantes
(en ocasiones vitales) dentro del normal equilibrio fisiológico del metabolismo humano. Son
necesarias para reparar estructuras de nuestro organismo y para garantizar el correcto crecimiento
y desarrollo. Asimismo, las proteínas son los nutrientes que, por su especial metabolismo,
garantizan un correcto equilibrio entre la generación y eliminación de productos nitrogenados, lo que
conocemos como “balance nitrogenado”. Una alimentación deficiente en calorías y proteínas
prolongada en el tiempo puede dar lugar a lo que se denomina malnutrición calórico-proteica y
producir daños y alteraciones fisiológicas. Este tipo de malnutrición puede comprometer el
funcionamiento del sistema inmunológico y, por tanto, podría hacernos más susceptibles a contraer
infecciones.
Sin embargo, las dietas hipoprotéica son extremadamente útiles en casos muy concretos,
como en el tratamiento de determinadas metabolopatías o en la insuficiencia renal.
Las dietas con bajo contenido en proteínas son, principalmente, de tres tipos: 20g/ 40g /60g de
proteínas. Estas dietas no cubren los requerimientos proteicos recomendados para el adulto. El
aporte energético es adecuado, a expensas de los hidratos de carbono fundamentalmente y de las
grasas.
Según prescripción facultativa, en especial en las dietas de 20 gr. y de 40 gr. de proteínas, tenemos.
EJEMPLO DE MENÚ DIARIO de 20 gr.
Lunes
Desayuno: 1 vaso de cualquier infusión (manzanilla, poleo, etc..), 1 biscote de pan, 1 nuez de
mantequilla (15 gr), 1 monodósis de mermelada (25 gr).
Media mañana: 1 pieza de fruta o 1 vaso de cualquier infusión (con 25 gr. de azúcar máximo).
Comida: Primer plato: 20gr. de Arroz. Segundo plato: 20 gr. de Pasta o 100 gr. de Patatas con 1
medallón (60 gr) de solomillo de ternera. 1 biscote de pan. Postre: 1 yogur desnatado (cualquier
sabor) o 1 pieza de fruta fresca con miel.
Merienda: 1 yogur desnatado (cualquier sabor).
Cena: Primer plato: 40gr. de Pasta o bien 100 gr. de ensalada. Segundo plato: 40 gr de Arroz. 1
biscote de pan Postre: 1 vaso de cualquier infusión o 1 pieza de fruta.
Lunes
Desayuno: 1 vaso de Leche con café, o cualquier infusión, 1 biscote de pan, 1 nuez de
Media mañana: 1 pieza de fruta o 1 vaso de cualquier infusión.
Comida: Primer plato: 40gr. de Arroz. Segundo plato: 40 gr. de Pasta o 200 gr. de Patatas
con 1 medallón (60 gr) de solomillo de ternera. 1 biscote de pan. Postre: 1 yogur desnatado
(cualquier sabor) o 1 pieza de fruta fresca con miel.
Merienda: 1 yogur desnatado (cualquier sabor) o bien
Cena: Primer plato: 40gr. de Pasta o bien 100 gr. de ensalada. Segundo plato: 40 gr de Arroz
con 1 huevo frito. 1 biscote de pan Postre: 1 vaso de cualquier infusión o 1 pieza de fruta.

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Lunes
Desayuno: 1 vaso de Leche con café, o cualquier infusión, 1 biscote de pan, 1 nuez de
Media mañana: 1 pieza de fruta o 1 vaso de cualquier infusión.
Comida: Primer plato: 60gr. de Arroz. Segundo plato: 60 gr. de Pasta o 300 gr. de Patatas o
200 gr. de verdura cocida, con 1 medallón (60 gr) de solomillo de ternera. 1 biscote de pan.
Postre: 1 yogur desnatado (cualquier sabor) o 1 pieza de fruta fresca con miel.
Merienda: 1 yogur desnatado (cualquier sabor) o bien
Cena: Primer plato: 40gr. de Pasta o bien 100 gr. de ensalada. Segundo plato: 40 gr de Arroz
con 2 huevos fritos o escalfados o bien 1 medallón de carne de ternera o pollo (pavo). 1 biscote
de pan Postre: 1 vaso de cualquier infusión o 1 pieza de fruta.

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Dieta hiperproteica
La dieta hiperproteica, a veces llamada simplemente dieta proteica o dieta de proteínas consiste en
consumir principalmente alimentos ricos en proteínas, reduciendo la ingesta de azúcares y grasas.
Se caracteriza principalmente por el equilibrio calculado del aumento proporcional de proteínas y
calorías mediante el aumento de raciones, superiores a las recomendadas, preferentemente de
carne, pescado, huevos y leche.
Con el fin de no aumentar el volumen de las ingestas y facilitar el consumo de toda la dieta, se
puede optar por enriquecer los platos mediante la adicción de leche en polvo queso, huevo cocido,
bechamel, mayonesa, frutos secos, jamón York…y suplementos dietéticos ricos en proteínas.
La principal ventaja de la dieta hiperproteica es que produce una rápida pérdida de peso.
INDICACIONES: Quemados, traumatología, pacientes con riesgo de desnutrición. Síndrome
nefrítico. Anemia perniciosa.
Al seguir una dieta hiperproteica, muchos alimentos ricos en proteínas, de hecho, la mayoría de los
alimentos bajos en carbohidratos y ricos en proteínas, son bastante bajos en fibra. Esto puede dar
lugar a molestias y dificultades digestivas si no se añade una cantidad de fibra adicional a la dieta
hiperproteica.
Lunes
Desayuno: 1 vaso de cualquier infusión (manzanilla, poleo, etc..), 1 pieza de pan, 1 nuez de
mantequilla (15 gr), 1 monodósis de mermelada (25 gr). El pan también puede acompañarse de
50g Jamón York o Queso.
Media mañana: 1 pieza de fruta o 1 Yogur natural o de sabores con frutos secos.
Comida: Primer plato: 100 gr. de Pasta o Arroz (acompañado de 2 huevos fritos). Segundo
plato: 1 entrecot de ternera (150 gr) con Patatas (300 gr). Postre: 1 flan.
Merienda: 1 pieza de Pan blanco o integral con aceite de oliva virgen extra y jamón cocido/ jamón
serrano/ fiambre de pavo.
Cena: Primer plato: 40gr. de Pasta o bien 200 gr. de ensalada. Segundo plato: Verdura cocida
salteada con jamón o pescado en papillote (200 gr). Postre: 1 Yogur o Natilla.

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Dieta suave
Una dieta suave es aquella que es baja en fibras, texturas y condimentos, y se compone de
alimentos que son blandos, no muy picantes y bajos en fibras. Al seguir una dieta suave, no debe
comer alimentos picantes, fritos ni crudos. Tampoco debe tomar alcohol ni bebidas que contengan
cafeína.
Se suele emplear para tratar úlceras, acidez gástrica, náuseas, vómitos, diarrea y gases. También
es posible necesitar una dieta suave después de una cirugía del estómago o los intestinos.
El médico o el personal de enfermería le dirán cuándo puede empezar a comer otros alimentos de
nuevo. Consumir alimentos saludables aún es importante cuando vuelva a agregar el resto de los
alimentos.
Lunes
Desayuno: 1 vaso de leche desnatada o 1 yogurt, 1 pieza de pan con mermelada.
Media mañana: 1 vaso de leche desnatada.
Comida: Primer plato: Puré de garbanzos o lentejas. Segundo plato: Merluza con champiñones.
Postre: Pera al vino tinto o 1 flan.
Merienda: 1 pieza de pan blanco o integral tostado con queso fresco o jamón cocido/ jamón
serrano/ fiambre de pavo (40 gr).
Cena: Primer plato: Acelgas rehogadas. Segundo plato: Tortilla francesa. Postre: 1 Yogur o
Natilla.

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Dieta blanda
Dieta de fácil digestión, la cual se basa en productos de fácil asimilación, como líquidos, frutas y
verduras que garantizan mínimo esfuerzo para el sistema digestivo y rara vez requieren el uso de
complementos vitamínicos, recomendada cuando se presenta intolerancia a la dieta normal, o bien
justamente antes de pasar a la dieta normal en el post-operatorio.
El término "dieta blanda" es empleado de manera popular para designar no a uno, sino a distintos
planes alimenticios personalizados en los que abundan productos de consistencia suave o
preparados como papillas; hay ocasiones en que predominan los líquidos, en cuyo caso también se
les conoce como "dieta líquida".
Hay dos maneras de entender la "dieta blanda", con un fundamento distinto en cada caso. En uno,
se modifica la textura de ciertos alimentos para facilitar el proceso alimentario a quienes tienen
problemas de masticación. En el otro, se adaptan los alimentos y las formas de cocinado hacia una
fácil digestión para quienes tienen problemas digestivos o están próximos a una intervención
quirúrgica. Ambas modalidades están registradas en los protocolos terapéuticos de los centros
hospitalarios.
Para ofrecer una idea más clara, presentamos cuatro ejemplos de los esquemas básicos de dietas
blandas
EJEMPLO DE MENÚ DIARIO en base a líquidos claros
Lunes
Desayuno: 1 taza de zumo de manzana diluido al 50%. 1 taza de té de hierbabuena con azúcar. 1
taza de gelatina.
Media mañana: 1 taza de té o de manzanilla con azúcar.
Comida: Primer plato: 1 taza de consomé de carne sin grasa. Segundo plato: 1 taza de menta-
poleo. Postre: Gelatina de limón.
Merienda: 1 vaso de limonada.
Cena: Primer plato: 1 taza de consomé de pollo sin grasa. Segundo plato: Zumo de tomate o
zanahoria. Postre: Gelatina de Piña.
EJEMPLO DE MENÚ DIARIO en base a líquidos generales
Lunes
Desayuno: 1 taza de zumo de manzana. 1/2 taza de avena cocida. 1 taza de leche
descremada. 2 cucharadas de miel.
Media mañana: 1 natilla. 1 taza de menta-poleo o manzanilla.
Comida: Primer plato: 1 taza de consomé de pollo con zanahorias cocidas licuadas. Segundo
plato: 1/2 taza de jugo de verduras licuadas. Postre: 1 yogurt.
Merienda: 1 taza de zumo de uva. 1/2 taza de helado de vainilla.
Cena: Primer plato: 1 taza de consomé de pollo con calabazas cocidas licuadas. 1 vaso de
zumo de manzana. Segundo plato: 1 huevo pasado por agua. Postre: 1 taza de leche batida
con chocolate (malteada).

18
EJEMPLO DE MENÚ DIARIO con consistencia de puré
Lunes
Desayuno: 1 taza de zumo de melocotón. 1 huevo pasado por agua. 1 taza de Té al gusto.
Media mañana: 1 taza de leche con chocolate.
Comida: Primer plato: 1 taza de salmorejo. Segundo plato: 1 pechuga de pollo cocido con
puré de patatas. Postre: 1 yogurt.
Merienda: 1/2 taza de helado al gusto.
Cena: Primer plato: 1 taza de consomé de pollo con calabazas cocidas licuadas. Segundo
plato: 1 taza de puré de lentejas. Postre: 1 taza de arroz con leche y miel (en puré).
EJEMPLO DE MENÚ DIARIO con consistencia suave
Lunes
Desayuno: 1 vaso de Leche con café, o cualquier infusión, 1 pieza de pan blanco o integral, 1
nuez de mantequilla (15 gr), 1 monodósis de mermelada (25 gr).
Media mañana: 1 plátano.
Comida: Primer plato: 1 taza de sopa de pasta con espinacas. Segundo plato: Filete de
pescado sin espinas (90 gr) a la plancha acompañado de 1 taza de arroz cocido con zanahoria.
Postre: 1 manzana pelada, cocida al horno y acompañada de 1 yogurt.
Merienda: 1 taza de café y 3 o 4 galletas tipo “María”.
Cena: Primer plato: 1 sándwich de queso. Segundo plato: Panaché de verduras (200 gr).
Postre: 1 manzana al horno y 1 yogurt.

19
Dieta ligera
Dieta apropiada a pacientes convalecientes o encamados que hacen poco o ningún ejercicio.
Consta de cantidades moderadas de alimentos sencillos escasamente condimentados y fácilmente
digeribles, incluidas carnes, patatas, arroz, huevos, pasta, algunas frutas, cereales refinados y pan.
Diccionario Mosby - Medicina, Enfermería y Ciencias de la Salud, Ediciones Hancourt, S.A. 1999.
Si consumimos grasas será mucho más difícil quemarlas por la poca actividad. Así, el objetivo de
esta dieta o no sólo debe ser bajar los kilos extra que has cogido, sino eliminar las toxinas del
cuerpo.
Lunes
Desayuno: 1 taza de cereales integrales con frutos secos. Uvas con queso fresco.
Media mañana: Panecillo de maíz con jamón york y 1 yogurt de sabores.
Comida: Primer plato: Parrillada de verduras. Segundo plato: Arroz integral con pollo y setas. 1
pieza de pan integral. Postre: Brocheta de frutas.
Merienda: 1 yogurt desnatado con muesli.
Cena: Primer plato: 1 taza de Crema de calabacín. Segundo plato: Filete de Merluza en salsa
verde. Postre: 1 rodaja de melón.

Dietas especiales: alergias e intolerancias alimentarias

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