La disfonía es un cambio en el tono de la voz causado por una mala vibración en las cuerdas vocales. Para diagnosticar la disfonía correctamente es importante realizar una historia clínica detallada y exploración física para identificar otros signos y síntomas que puedan indicar la gravedad del problema y si se requiere tratamiento urgente.
PARASITOSIS INTESTINAL en Pediatría, Enfermería y Familiar II
Guía para el diagnóstico de disfonía
1. UNIVERSIDAD DE CARABOBO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
ESCUELA DE MEDICINA
DEPARTEMENTO CLÍNICO INTEGRAL DEL
NORTE
HOSPITAL DR. RAFAEL GONZALEZ PLAZA
SEMIOLOGÍA MÉDICO QUIRÚRGICA
EDSON M. ESCRIBEN
2. La disfonía es un cambio en el tono de la voz, percibido por
el paciente y su entorno, que se produce por una mala
vibración en una o ambas cuerdas vocales. La disfonía es
un signo clínico motivo de consulta muy habitual, que sólo
nos va a indicar de manera muy inespecífica una alteración
en la función fonatoria de la laringe. Por este motivo, en el
diagnóstico final de esta son de vital importancia la
realización de una historia clínica minuciosa, y la presencia
de otros signos y síntomas acompañantes que nos podrían
orientar acerca de la gravedad del proceso y la necesidad
de actuaciones urgentes.
Disfonía, manejo en la práctica clínica. Dra. Ruíz y otros.
Málaga (2009)
3. Historia clínica:
Se debe ser minuciosos al momento de realizar el interrogatorio. Para
ello se tomaran en cuenta los siguientes aspectos:
1. Aspectos principales que incluyen género, edad, procedencia y
ocupación.
2. Antecedentes personales no patológicos tales como, hábitos
higiénicos y dietéticos, lugar de trabajo, lugar y tipo de vivienda (rural
o urbana), si persiste en zonas donde exista contaminación ambiental
y hábitos de alcoholismo y tabaquismo.
3. Antecedentes médicos que deben ser recabados de manera
imperativa aspectos como, enfermedades neurológicas, autoinmunes,
alteraciones endocrinas, infecciosas, digestivas, psiquiátricas,
alérgicas y neoplásicas, que puedan cursar con afectaciones
laríngeas.
4. Antecedentes quirúrgicos, específicamente de cuello y tórax en las
que son probables lesiones laríngeas.
5. Antecedentes traumáticos, principalmente que hayan afectado la
cabeza, cuello y tórax.Guía de práctica clínica de disfonía basada en evidencia. Dra.
Saavedra y otro. Mexico DF, (2014)
4. En cuanto al padecimiento actual, se debe hacer énfasis en:
1. Determinar si es un problema en la calidad, tono, volumen (proyección) o
producción de voz.
2. Ser muy explícito en la cronología de síntoma, características, factores
exacerbantes, atenuadores, relación temporal con exposición a eventos,
síntomas acompañantes y diagnósticos y tratamientos previos.
Preguntas importantes:
• ¿Desde cuándo inició? ¿Qué lugares frecuenta?
• ¿fue súbito o progresivo? ¿fluctuante o se ha mantenido sin cambios?
• ¿Es mejor o peor en la mañanas tarde o noche?
• ¿Mejora o empeora con alguna determinada maniobra?
• ¿En algún momento llega a ser normal o hasta ser afonía?
• ¿Ha habido alguna infección o alergia en las vías aéreas superiores
previamente?
• ¿ha forzado la voz? ¿Su trabajo requiere de la utilización de fuertes
tonos de voz?
• ¿usted fuma? De ser afirmativa la respuesta ¿Cuántos cigarros al día?
• ¿Usa drogas de algún tipo? ¿Cuánto es el consumo de alcohol?
• ¿La acompañan otros síntomas? (tos, pirosis, dolos, ardor faríngeo,
fiebre)
5. Exploración física:
1. Aunque difícilmente el diagnóstico se pueda obtener a través de la
exploración no instrumentada es necesario realizar la evaluación del tono
de voz, evaluación otorrinolaringológica, las vibraciones vocales,
inspección de la boca, faringe y amígdalas.
2. En cuanto a la valoración instrumentada, al tratarse de un síntoma
relacionado con la laringe ésta debe ser visualizada y debe evaluarse en
sus tres funciones fonación, deglución y respiración. La visualización de
la laringe puede realizarse de manera directa o indirecta. En la evaluación
inicial casi siempre se utiliza la laringoscopia indirecta a través de espejos
o, en el mejor de los casos, endoscopia flexible o rígida; y para la
evaluación directa se utiliza la estroboscopia.