Este documento resume la intolerancia a la lactosa. Se estima que el 80% de la población mundial sufre de intolerancia a la lactosa, aunque la prevalencia varía según la raza y región. La deficiencia de lactasa es más común en adultos y se manifiesta por la incapacidad de digerir la lactosa en la leche. El tratamiento principal es una dieta baja en lactosa que evite los síntomas como diarrea y dolor abdominal.
(2024-05-14) MANEJO DE LA INSUFICIENCIA CARDIACA EN ATENCIÓN PRIMARIA (DOC)
ARTICULO CIENTÍFICO INTOLERANCIA A LA LACTOSA
1. UNIVERSIDAD DE OCCIDENTE
“INTOLERANCIA A LA LACTOSA”
MC René Bojórquez
Salma Lizeth Sánchez López
Briceida Rojo Gálvez
Janet Sugey Cabrera López
10 de Julio de 2017
2. DESARROLLO DEL TEMA
Epidemiología
Se ha estimado que el 80% de la
población mundial sufre intolerancia a
la lactosa, con una distribución muy
variable entre las diferentes razas y
áreas geográficas, e incluso entre
subpoblaciones y pueblos étnicos.
Los factores que determinan las cifras
de prevalencia parecen estar en
relacionadas con el consumo de
leche, que facilita una selección
natural en favor del gen de
persistencia de lactasa en los lugares
de elevado consumo. En este
sentido, si se hiciera una
comparación entre las áreas
“consumidoras de leche” y las “no
consumidoras” en el mundo, se
observa que las áreas no
consumidoras de leche coinciden con
las de deficiencia de la enzima, y
viceversa. .
No existen diferencias en la
prevalencia entre uno y otro sexo y
puede afectar a cualquier edad (es
extremadamente raro padecerla
desde el nacimiento). En la raza
blanca suele manifestarse entre los 5
y los 70 años, con una máxima
incidencia en la tercera y cuarta
décadas de la vida, mientras que en
las personas de raza negra, la
afección se presenta a menudo hasta
los dos años de edad.
Los estudios para establecer la
frecuencia de deficiencia primaria de
lactasa que se han realizado en
México se mencionan en la tabla 2.
En ésta se presenta, para cada
estudio, el tamaño de muestra
estudiado, el intervalo de edad de los
sujetos estudiados, la prueba
diagnóstica que se utilizó para medir
la deficiencia de lactasa y la dosis de
lactosa administrada, ya sea diluida
en agua o incluida en la leche, y
desde luego la prevalencia de
deficiencia primaria de lactasa
encontrada. Aunque la mayoría de los
estudios se realizaron hace más de
30 años y sólo un estudio es reciente,
la información existente permite llegar
a conclusiones concretas con las que
se puede dimensionar la magnitud
actual de la deficiencia de lactasa en
la población mexicana. La deficiencia
primaria de lactasa cuando se evalúa
con dosis farmacológicas de la misma
(50 g lactosa diluidos en agua) ocurre
3. en aproximadamente el 70% de los
adultos; sin embargo, este valor se
reduce notablemente a
aproximadamente 30% de los adultos
con deficiencia primaria de lactasa
cuando se consume un vaso de leche
(240 ml en niños y 360 ml en
adultos), que apenas contiene 12 g
de lactosa. En los niños menores de
4 años la deficiencia de lactasa es
prácticamente nula y a partir de esta
edad aparece y empieza a
incrementarse gradualmente.
La actividad lactasa normalmente
permanece en un nivel funcional
adecuado hasta los 5 años de edad y
después tiene dos patrones
evolutivos naturales y diferentes en
humanos. Una evolución es una
declinación hasta prácticamente
desaparecer, alcanzando actividades
entre 5 y 10% del nivel detectado en
el recién nacido. Es la evolución más
frecuente y ocurre también en los
demás mamíferos. Esta tendencia, en
humanos, es prevalente en Australia,
Oceanía, Este y Sudeste asiático,
África tropical y aborígenes
americanos.
El valor medio de latosa es de 70
gr/litro en la leche humana y de 45
gr/litro de leche de vaca. La leche no
procesada de otros mamíferos
contiene porcentajes similares de
lactosa. La leche natural, después de
sufrir el tratamiento térmico de
higienización, contiene cantidades
muy pequeñas de otro disacárido
reductor denominado lactulosa, que
se obtiene por isomeración de la
lactosa.
Si bien es importante conocer la
proporción de individuos en México
que presentan deficiencia de lactasa,
desde el punto de vista práctico la
pregunta relevante es ¿qué tanto
limita el consumo de leche este 30%
de adultos deficientes de lactasa? La
respuesta se puede encontrar en la
información contenida en la tabla 3,
que muestra los estudios realizados
en México para establecer la
prevalencia de intolerancia a la
lactosa, es decir, la proporción de
individuos que presentan síntomas
gastrointestinales cuando consumen
lactosa o leche intacta. En la tabla 3
se observa la edad de los sujetos que
se involucraron en cada estudio, el
tamaño de la muestra estudiada en
cada caso, la dosis de lactosa o de
leche que se utilizó y la proporción de
sujetos que presentaron síntomas de
intolerancia.
De igual manera estos estudios se
realizaron hace más de 30 años, pero
permiten conocer la prevalencia de
intolerancia a lactosa en el país.
4. Cuando se emplean dosis
farmacológicas de lactosa diluida en
agua (recordemos, 50 g), más del
40% de los adultos presenta
síntomas de intolerancia; sin
embargo, con dosis habituales de
leche estos valores se disminuyen
notablemente, de manera que la
intolerancia a la lactosa en la
población sana no existe en los niños
y se presenta en menos del 15% de
los adultos. Estos estudios confirman
que la gran mayoría de los adultos
detectados como deficientes de
lactasa pueden consumir un vaso de
leche (12 g de lactosa) sin
experimentar síntomas de
intolerancia significativos.
Esto ha sido comprobado en otros
estudios en diferentes países
Etiología
Existen tres formas de intolerancia a
la lactosa en función de su origen:
Deficiencia congénita de la lactasa:
Es una entidad rara, con muy pocos
casos documentados en el mundo.
Es un trastorno de carácter
autosómico recesivo, en el cual
recientemente se ha demostrado que
las mutaciones del gen que codifica la
lactasa serían la base de la
enfermedad. Se caracteriza por la
ausencia total o una reducción
importante de la lactasa desde el
nacimiento y que persiste durante
toda la vida. Se trata de un cuadro
gastrointestinal grave y dicha
condición es peligrosa para la vida
debido a la deshidratación y la
pérdida de electrolitos, ocasionando
retraso del crecimiento y diarrea
infantil en la primera exposición a la
leche materna. Los síntomas pueden
ser evitados al no consumir productos
lácteos y los pacientes presentan un
crecimiento y desarrollo normal al
cambiar a una dieta libre de lactosa.
El diagnóstico es difícil; se basa en
los síntomas clínicos y en el déficit
selectivo y permanente de la
actividad de la lactasa con
normalidad histológica de la mucosa
intestinal.
Deficiencia primaria de la lactasa:
también se la conoce como
hipolactasia tipo adulto, falta de
persistencia de lactasa, deficiencia
hereditaria de lactasa. Es la causa
más frecuente de intolerancia a la
lactosa en los niños y adolescentes.
Su prevalencia varía según el origen
étnico. Es producida por la ausencia
relativa o absoluta de la actividad
lactasa, lo cual se halla determinado
genéticamente por la presencia de
una variante del gen que la codifica,
localizado en el brazo largo del
cromosoma 2 (2q 21-22). La
actividad de la lactasa es alta y vital
durante la infancia, pero en la
mayoría de los mamíferos, incluyendo
los humanos, disminuye de forma
fisiológica a partir del destete. En las
poblaciones donde la prevalencia es
elevada (más del 80%) comienza a
manifestarse entre los 2 y los 7 años
de vida, mientras que en las
poblaciones en las que las cifras son
5. menores (50-70%) podría
prolongarse hasta los 11-14 años.
Aunque la deficiencia primaria de
lactasa se puede presentar con un
inicio relativamente agudo, su
desarrollo generalmente es sutil y
progresivo durante muchos años.
Deficiencia secundaria de la lactasa:
Se produce en individuos con una
actividad enzimática activa, en los
que la lesión difusa de la mucosa
intestinal, por diversas causas
(gastroenteritis, enfermedad celíaca,
resección intestinal, etc.), se
acompaña de una reducción de la
actividad de todas las disacaridasas,
siendo la más afectada la enzima
lactasa.
¿CUÁL ES LA CAUSA DEL DÉFICIT
DE LA LACTASA?
Existen múltiples causas de
intolerancia a la lactosa, la más
frecuente es la intolerancia primaria a
la lactosa. La actividad de la lactasa
es alta y vital durante la infancia, pero
en la mayoría de los mamíferos,
incluyendo los humanos, disminuye
de forma fisiológica a partir del
destete. Por eso, la intolerancia
primaria a la lactosa se manifiesta en
la mayoría de los casos en la
pubertad o en la adolescencia tardía.
La intolerancia secundaria a la
lactosa es causada por cualquier
daño de la mucosa intestinal o
reducción de la superficie de
absorción. Este tipo de intolerancia
suele ser transitoria y depende de la
enfermedad de base que tenga el
paciente: enfermedad celiaca,
enfermedad de Crohn, colitis
ulcerosa, parásitos intestinales y
gastroenteritis, entre otras. Por último
existe un raro trastorno de origen
genético, que es el déficit congénito
de lactasa, en el cual el intestino
delgado no produce dicha enzima y
se pone de manifiesto en la primera
semana de vida.
La evolución dependerá del avance y
gravedad la duración del daño
originado en la mucosa y,
generalmente, es reversible una vez
resuelta la enfermedad de base.
Fisiopatología
En ausencia o deficiencia de
actividad de las disacaridasas, los
disacáridos de la dieta no son
hidrolizados y por lo tanto tampoco
absorbidos, provocando la
acumulación de azúcares en la luz
del intestino distal donde las bacterias
generan ácidos orgánicos y gas
hidrógeno. La producción de gases
es responsable de la aparición de
flatulencia, meteorismo y dolor
abdominal; la presencia de ácidos
grasos por otra parte, explica la
acidificación de las deposiciones, que
resulta en valores de pH menores a
5,5.
La lactosa es una sustancia
osmóticamente activa que ocasiona
la secreción de líquidos y electrólitos
a la luz intestinal hasta que se
alcanza el equilibrio osmótico, a
6. veces suficiente como para producir
diarrea, inflación entre otros síntomas
Cuadro Clínico
En general, no se necesita cualquier
tratamiento farmacológico para la
intolerancia a la lactosa. La reducción
en el consumo de productos lácteos
es, generalmente, suficiente en la
mayoría de los casos. La intolerancia
a la lactosa se caracteriza por la
presencia de deposiciones líquidas,
distensión abdominal con gases,
meteorismo, dolor abdominal, cólico
intestinal e irritabilidad.
El objetivo del tratamiento es mejorar
la sintomatología con una adecuada
ingesta de calcio para prevenir la
osteoporosis causada por una
restricción en la ingesta de leche. Se
han hecho grandes esfuerzos para
confirmar si el descanso de la
actividad de lactada puede deteriorar
la absorción de calcio.
El principal tratamiento es una dieta
baja en lactosa, mientras que en caso
graves, será necesario suprimirla y,
con ello, los productos que la
contienen (principalmente la leche y
sus derivados). La intolerancia a la
lactosa es una de las principales
causas del rechazo al consumo de
lácteos, evitando además de las
proteínas lácteas el consumo de
fosforo y calcio. Esto constituye un
importante factor de riesgo para la
osteoporosis, enfermedad silenciosa
que puede iniciarse en la infancia
pero con consecuencias en la edad
adulta; sus síntomas pueden ser
desapercibidos hasta que ocasionan
una fractura. El problema es que el
calcio es la principal fuente de
mineralización ósea, y es aportando
fundamentalmente por los lácteos,
cuyo contenido es importante y con
buena disponibilidad; por ello se
recomienda que los lácteos aporten al
menos el 60% del calcio de la dieta.
Los síntomas son inespecíficos,
pueden variar, de persona a persona
y dependen de la cantidad de lactosa
ingerida.
La mayoría de los pacientes pueden
consumir 1 a 2 vasos de 240ml de
leche todos los días o bien, con
alimentos a intervalos amplios sin
desencadenarse síntomas, mientras
que una proporción de enfermos
presentan intolerancia casi completa.
Los síntomas más frecuentes son:
dolor y distensión abdominal,
flatulencia, diarrea y ocasionalmente
náuseas y vómitos. Estos pueden
presentarse 30 minutos o varias
horas después de ingerir los
alimentos que contienen el
carbohidrato.
En algunos casos, como
consecuencia de la producción
metano, se produce una disminución
de la motilidad gastrointestinal y los
pacientes pueden presentar
estreñimiento.
La intolerancia a la lactosa también
puede ocasionar síntomas sistémicos
7. como dolores de cabeza y mareo,
pérdida de la concentración, dificultad
para la memoria a corto plazo,
cansancio intenso, dolor muscular y
articular, alergia (eczema, prurito,
rinitis, sinusitis asma, arritmia
cardíaca, úlceras bucales, odinofagia
y aumento de la frecuencia de las
micciones.
Existen diferentes grados de
intolerancia, por lo que hay personas
que tras consumir mínimas
cantidades de leche presentan
síntomas y otras sin embargo
necesitan grandes cantidades para
notar esos síntomas de intolerancia.
Además no todos los productos
contienen la misma cantidad de
lactosa, por ejemplo, una misma
persona puede tener síntomas al
beber un vaso de leche pero no al
consumir quesos curados o yogures,
porque éstos últimos tienen menos
lactosa.
Tratamiento.
El tratamiento de la intolerancia a la
lactosa más evidente cuando los
síntomas son de tal importancia que
alteran la calidad de vida del paciente
se basa en la restricción total del
consumo de leche y de sus
derivados; de hecho existe una
tendencia en la población intolerante
a tener cierto rechazo a la leche, y en
algunas ocasiones también a otros
productos lácteos. También se sabe
que muchos alimentos son ricos en
calcio y bajos en lactosa, como por
ejemplo vegetales de hoja verde
(brécol, coles, acelgas, lechuga) y
productos del mar (sobre todo las
sardinas en conserva, también el atún
y el salmón)
Cuando se evita el consumo de leche
puede aumentar el riesgo de no
alcanzar las recomendaciones de
algunos nutrimentos como el calcio, y
quizá también las proteínas, por lo
que en este caso se debe cuidar que
se consuman alimentos alternativos
que aporten la cantidad suficiente de
calcio. La leche, además, al ser
adicionada de vitamina D es también
una fuente importante de la misma,
por lo que al restringir el consumo de
leche el intolerante a la lactosa cubre
con menos facilidad aún su
requerimiento de este vitamina.
En México, un alimento que aporta
cantidades importantes de calcio a la
dieta es la tortilla; en estudios previos
se ha demostrado que el calcio en la
tortilla es razonablemente
biodisponible, especialmente cuando
se cuida que el proceso de
nixtamalización se haga
adecuadamente.
Otra forma de manejar la intolerancia
a la lactosa es disminuyendo o
evitando la cantidad de lactosa que
se consume.
Si se consume leche, esto se puede
lograr evitando dosis elevadas en una
sola toma y repartiendo la dosis total
que se quiera tomar en cantidades
más pequeñas. Otra opción es
consumiendo otros productos lácteos
8. que contienen menos lactosa de
acuerdo con el tamaño de la porción,
por ejemplo quesos o helado. El
yogur disminuye la intolerancia a la
lactosa, ya que contiene
microorganismos que sintetizan β-
galactosidasa, generando un proceso
de autodigestión de la lactosa (en el
propio yogur).
En los últimos años muchas de las
empresas que se dedican a la
producción y comercialización de
leche ofrecen a sus consumidores
leche con la lactosa hidrolizada,
comercialmente la denominan leche
deslactosada.
Ésta se elabora haciendo pasar la
leche a través de un reactor que
contienen β-galactosidasas
microbianas. La enzima en el reactor
digiere la lactosa en sus
componentes monosacáridos:
glucosa y galactosa; la glucosa tienen
un poder edulcorante más altoque la
lactosa original, lo que hace que
estos productos sean más dulces. El
proceso de digestión de lactosano es
totalmente eficiente debido a que la
actividad de las β-galactosidasas
microbianas se inhibe por la
acumulación de los productos de la
reacción glucosa y/o galactosa. Este
proceso de inhibición competitiva por
los productos de la reacción es
común a la mayoría de las enzimas, y
es un mecanismo de control natural
de la actividad enzimática. Por esta
razón, el grado de hidrólisis de la
mayoría de las leches deslactosadas
que están en el mercado es de 70 a
85%, por lo que en realidad contiene
menos lactosa que la leche original
pero no eliminan la lactosa.
También existe una tendencia en el
mercado a tener productos que
simulan la composición de la leche,
pero que se elaboran con otros
alimentos. De esta manera se
presentan, en muchas ocasiones,
como leche de soya, leche de
almendras o leche de coco por
ejemplo. Si bien estos productos son
efectivos para eliminar la intolerancia
a la lactosa ya que naturalmente no la
contienen, no tienen nada que ver
con la leche. Sólo se le puede llamar
leche a la sustancia que se excreta
en la glándula mamaria de los
mamíferos. Las demás son bebidas
formuladas con diferentes propósitos,
con una composición generalmente
muy diferente a la de la leche.
Leche con β-caseína-A2 e
intoleranciaa la leche.
Aunque de manera convencional se
considera que la causa más
importante de intolerancia a la leche
es una concentración insuficiente de
lactasa intestinal o deficiencia de
lactasa, la evidencia resumida en una
publicación reciente de un grupo de
expertos convenidos por el Instituto
Nacional de Salud de los Estados
Unidos, es que muchos individuos
que se consideran intolerantes a la
lactosa no presentan evidencias de
mala digestión de lactosa, por lo que
el origen de sus síntomas no se
9. relaciona con la concentración de
lactosa.
Diferentes estudios demuestran que
la β-casomorfina-7 (BCM-7), que se
forma por la hidrólisis de la β-
caseína-A1 (BCA1), es también una
sustancia que contribuye a la
intolerancia a la leche. La BCM-7
activa los receptores opioides
expresados en el tracto
gastrointestinal y en el resto del
organismo y se produce únicamente
a partir de la digestión de la BCA1,
pero no de la β-caseína-A2
(BCA2).La leche humana contiene
básicamente BCA2. Los estudios en
animales demuestran que la leche
que contiene BCA1 incrementa
significativamente el tránsito
gastrointestinal, la producción de
dipeptidil-peptidasa-4 y algunos
marcadores de inflamación, como la
mieloperoxidasa, comparada con la
leche, que contiene BCA225. Un
estudio doble ciego cruzado realizado
en humanos demostró que la leche
con BCA1 incrementó la inflamación
gastrointestinal y los síntomas
digestivos de intolerancia, retrasó el
tiempo de tránsito intestinal y redujo
la capacidad de procesamiento
cognoscitivo.
Todos estos efectos se atenuaron
con el consumo de leche con BCA2,
sugiriendo los beneficios de la
ingestión de la leche con BCA2 en la
disminución de la intolerancia a la
lactosa y quizá otros padecimientos.
CONCLUSIÓN
La intolerancia a la lactosa es una de
las causas más comunes de dolor
abdominal en la población en general.
Actualmente se tiene evidencia que
existen tres formas de intolerancia a
la lactosa de acuerdo en su origen: la
primera es una deficiencia congénita
de la lactasa, deficiencia primaria de
la lactasa y deficiencia secundaria de
la lactasa.
El diagnóstico es llevado a cabo
mediante estudios clínicos. Para la
confirmación del diagnóstico es
recomendable la prueba de aire
espirado.
El tratamiento nutricional consiste en
disminuir, evitar o restringir el
carbohidrato que causa el problema,
siempre y cuando se tenga un
adecuado aporte de calcio extra en
otros alimentos de la dieta.
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