2. • El virus toma su nombre de la ciudad alemana de Marburgo, donde fue aislado en
1967 tras una epidemia de fiebre hemorrágica que cundió en el personal de
laboratorio encargado de cultivos celulares que había trabajado con riñones de
simios verdes ugandeses (Cercopithecus aethiops) importados hacía poco, que luego
resultaron estar infectados. En total enfermaron 37 personas. 25 casos ocurrieron
entre el personal del laboratorio, por contacto directo con los monos. Siete de estos
murieron. Los otros casos comprendieron dos médicos (infectados al pincharse
accidentalmente con las jeringuillas que utilizaron para extraer sangre a miembros
enfermos del personal del laboratorio), una enfermera, un ayudante de autopsias y la
esposa de un médico veterinario. En todos estos casos el contagio se produjo por
contacto directo con una persona infectada.
• En 1975, fue hospitalizado en Johannesburgo, Sudáfrica, un varón australiano de 20
años al regresar de un largo viaje a Zimbabue durante el cual había acampado al aire
libre en diversas ocasiones.
3. La epidemia en Angola
En 2004, estalló en Angola una nueva
epidemia de fiebre hemorrágica de
Marburgo. El brote se originó en la
provincia de Uige y los informes
finales refirieron 374 casos con 329
decesos. En Italia, esta epidemia
causó ruido por la muerte de la
pediatra Maria Bonino, trabajadora
del hospital de Uige, muerta a los 51
años de edad.
El personal enviado por la
Organización Mundial de la Salud fue
retirado luego de los actos de
violencia a los que había sido
sometido por parte de los habitantes
del lugar, frustrados por la poca
eficacia de las curas y la preocupación
por la enfermedad.
La principal línea de actuación fue un
programa de prevención en las
poblaciones locales. En particular los
esfuerzos se encaminaron a ofrecer
un equipo de protección adecuado a
los familiares de los enfermos y al
personal sanitario local y a instruir a
éste último sobre la utilización de
métodos que permitieran reducir el
riesgo de infección en las prácticas
quirúrgicas y de laboratorio
cotidianas.
Con este fin se movilizaron el
gobernador de la provincia y los
operadores sanitarios locales, que
acudieron personalmente a visitar las
comunidades afectadas por la
epidemia. En la campaña de
sensibilización ayudaron también los
jefes religiosos.