2. Hay que comprender, por tanto, la organización de
la institución en la que se quiere innovar para
poder entender la innovación misma. Se hace
preciso analizar las propiedades organizativas de
la institución y su influencia sobre el
comportamiento de los distintos miembros,
descubriendo así el conjunto de factores
facilitadores u obstaculizadores del cambio
pretendido y comprendiendo los aspectos
estructurales y dinámicos de la institución, tanto en
su dimensión interna como en su proyección y
relaciones externas.
3. Actúan como evidencias, las
siguientes:
• Las instituciones de formación docente como
organizaciones tienen comportamientos similares y
diferentes. Permite ello su clasificación, más que su
ordenación por
niveles, que no excluye el reconocimiento de su
especificidad.
• La clasificación guía el análisis y orienta la
intervención, sin dejar de reconocer la necesidad de
contextualizar la intervención y las limitaciones que
acompañan a
cualquier acotación de la realidad.
• Un exceso de contextualización, además de limitar el
desarrollo de las organizaciones a las propias
posibilidades del entorno, elimina la idea de que pueda
existir un conocimiento válido e intercambiable a otras
realidades.
4. como convicciones:
•
x Las organizaciones se pueden describir.
x El uso de determinados descriptores nos permite
describir distintas situaciones
diferenciales.
x Las situaciones diferenciales pueden categorizarse en
un “continuum” que abarca
situaciones más o menos organizadas.
x La delimitación de características diferenciales y de
niveles de desarrollo organizativo
puede ayudar tanto a comprender el funcionamiento de
las organizaciones como a su
mejora.
x Situarse en una determinada posición es una
circunstancia puntual sujeta a los
cambios que imponga el dinamismo de la realidad
pasada y presente.
5. la referencia a modelos organizativos debe
entenderse aquí como un recurso
metodológico de conocimiento, interpretación o
explicación de la realidad, que ayuda a orientar
la intervención.