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RR EE VV II SS II ÓÓ NN
R E V I S T A D E L A S E M G Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225
Estopà Dueso J1, Jorquera F2, Santos Martín C1, Veiga Fernández CT1
1Centro de Salud José Aguado. León
2 Servicio de Digestivo. Complejo Hospitalario de León
Síndrome del intestino irritable
El síndrome del intestino irritable (SII) es una enfer-
medad funcional digestiva crónica, benigna y recu-
rrente de más de tres meses de evolución, caracteri-
zada por malestar o dolor abdominal asociado a alte-
raciones del tránsito intestinal o distensión abdominal,
sensación de evacuación incompleta, eliminación de
moco con las heces y otros síntomas digestivos y extra-
digestivos, no atribuibles a otra enfermedad digestiva.
El cuadro se presenta sin causas estructurales, meta-
bólicas o infecciosas identificables1,2. La utilización de
los términos colon irritable o colon espástico no son
del todo correctos, ya que el colon no es necesaria-
mente el único tramo digestivo involucrado en este
síndrome3. Forma parte del grupo de los trastornos
gastrointestinales funcionales y se asocia con frecuen-
cia a otros trastornos como la fibromialgia, síndrome
de fatiga crónica, alteraciones de la articulación tem-
poromandibular o el dolor pélvico crónico4.
El SII presenta una elevada prevalencia en el
mundo occidental. En España entre el 2,3 y el 12,1%
de los sujetos adultos refiere síntomas compatibles
con este diagnóstico según los criterios utilizados;
destaca una mayor prevalencia en sujetos jóvenes
entre 20 y 40 años y en el sexo femenino, en una
proporción de 2/1 respecto al masculino1,2,5. El 9,5%
de los motivos de consulta en APS se debe a proble-
mas gastroenterológicos; de ellos el SII supuso el
29,8%, lo que representa un 3% del total. Se estima
que un 29% de los pacientes con SII es remitido a la
consulta del especialista6.
En España aproximadamente la mitad de los suje-
tos con SII solicita atención médica. Las variables que
influyen en la consulta son el dolor, el sexo y factores
socioculturales y psicológicos. Los pacientes con SII
que consultan suelen presentar un mayor número de
síntomas, habitualmente más graves, una mayor ten-
dencia a solicitar recursos sanitarios, a las somatiza-
ciones y un mayor temor a una enfermedad grave7. El
inicio de la sintomatología se produce habitualmente
en adultos jóvenes y su frecuencia disminuye con la
edad. Con el tiempo, más del 30% se convierten en
pacientes asintomáticos. Si aparecen por primera vez
síntomas compatibles con SII en pacientes mayores de
50 años, deben descartarse otros diagnósticos1,2.
En la actualidad se concibe el SII como un pro-
ceso multifactorial en el que están implicados los
factores causales siguientes:
Factores psicosociales
El SII se ha relacionado de forma importante con el
estrés, que produce variaciones en las presiones intralumina-
les colónicas y en el desencadenamiento y/o exacerbación de
la sintomatología. También se observa en estos pacien-
tes una conducta anómala de enfermedad crónica y,
como consecuencia, un deterioro de la calidad de vida.
Los pacientes con SII presentan alteraciones psi-
quiátricas, sobre todo depresión y ansiedad, con mayor
prevalencia (40-50%) que la población general sana o
INTRODUCCIÓN
EPIDEMIOLOGÍA
FACTORES ETIOLÓGICOS
mg
211
con patología orgánica gastroduodenal, aunque no se
ha comprobado con los datos disponibles una perso-
nalidad anómala.
En algunos estudios se encuentra relación entre SII
y abusos sexuales (real, verbal o emocional, en la
infancia o en la edad adulta)2.
Investigaciones actuales sugieren que los factores
psicosociales pueden afectar al SII en términos de pre-
disposición, precipitación de los brotes, búsqueda de
los cuidados médicos y perpetuación de los síntomas4.
Factores dietéticos
La dieta influye en el desencadenamiento de los
síntomas, por lo que es necesaria la realización de una
historia dietética detallada y prospectiva y un diario de
registro de alimentos ingeridos. Antes de un diagnós-
tico definitivo de SII, se debe descartar siempre la pre-
sencia de intolerancias alimenticias, sobre todo a la
lactosa (test de detección de hidrógeno en el aliento)2.
La dieta no es la causa, sino solamente un desen-
cadenante8. Los distintos ensayos realizados hasta la
actualidad revelan el papel limitado de las dietas ricas
en fibra y la necesidad de un control dietético indivi-
dualizado para conseguir identificar los elementos
específicos causantes de la clínica8.
Otros factores causales
Con menor frecuencia se ha relacionado el SII con
malabsorción de ciertos hidratos de carbono, con aler-
gias alimentarias, con anomalías del sistema nervioso
autonómico (disfunción vagal en el estreñimiento y dis-
función simpática si predomina la diarrea), con varia-
ciones de péptidos digestivos y de la hormona colecis-
toquinina, con ácidos biliares como el ácido deoxicóli-
co, con interleucinas (IL-1 beta) y con el sistema inmu-
ne; no obstante, en ningún caso se han reproducido
los hallazgos en estudios controlados2.
Se han observado diferencias cuantitativas en la
reactividad motora del intestino a estímulos como la
distensión o las contracciones junto con un aumento
de la sensibilidad a los mismos. Los factores incrimi-
nados en esta patología son:
Factores genéticos
En un estudio de Morris-Yates et al13, con 600
gemelos, se concluyó que al menos el 58% de las
diferencias individuales en la responsabilidad del
desarrollo del SII podría estar bajo control genético.
Alteraciones de la motilidad intestinal
Aunque los estudios manométricos basales son
normales, puede observarse una gran variabilidad
en todo el tubo digestivo, desde hipotonía en
pacientes con diarrea hasta hipertonía asociada al
estreñimiento ante determinados estímulos psicoló-
gicos, ambientales o gastrointestinales (estrés, comi-
das, colecistocinina...).
Hipersensibilidad visceral o
percepción visceral aumentada
Distintos estudios han demostrado que estos
pacientes tienen el umbral del dolor más bajo que
las personas sanas ante situaciones como la disten-
sión abdominal, la estimulación eléctrica o el
aumento de la motilidad intestinal14.
La distensión con balón provoca dolor en estos
pacientes con un volumen menor que en los indivi-
duos sanos.
En otros estudios se ha demostrado un aumento
de la percepción de la función motora gastrointesti-
nal normal y un procesamiento central anormal de la
sensación dolorosa mediante TEP y RMN funcional.
Hiperreactividad del músculo liso
Desencadenada frente a estímulos diversos: cier-
tos alimentos, fármacos o por la estimulación para-
simpática.
Factores psicosociales
Numerosos trabajos encuentran que el estrés y
los trastornos de ansiedad, la depresión, la histeria y
la somatización tienen una mayor prevalencia en
estos pacientes.
RR EE VV II SS II ÓÓ NN
Nº 6 3- A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225 R E V I S T A D E L A S E M GS í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e
FISIOPATOLOGÍA1,9-12
mg
212
RR EE VV II SS II ÓÓ NN
R E V I S T A D E L A S E M G Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225S í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e
Puede detectarse una historia de abusos físicos
y/o sexuales (en más del 40% de las consultas efec-
tuadas por los gastroenterólogos)9.
Con frecuencia estos factores psicosociales influ-
yen en el desencadenamiento o en la exacerbación
de los síntomas intestinales y en el comportamiento
individual ante la enfermedad. A veces, el paciente
se focaliza tanto en su padecimiento, que puede
incluso desencadenar una cancerofobia.
Los factores psicosociales también influyen en el
pronóstico clínico del SII, en la frecuentación médica y
en el abuso terapéutico (incluido el autotratamiento),
lo que forzará al paciente a la búsqueda de terapias
alternativas y dará lugar a cirugías innecesarias1,15.
Por otra parte, se han comunicado alteraciones
en los neurotransmisores del eje hipotálamo-hipófi-
sis-suprarrenal9.
Factores exógenos
Se relacionan con las exacerbaciones del SII, la
gastroenteritis aguda15,16, las intolerancias alimen-
ticias y los cambios meteorológicos y hormonales,
entre otros.
El 20-30% de los pacientes con SII describe un
inicio súbito de sus síntomas tras una gastroenteri-
tis aguda infecciosa (principalmente Salmonella
enteritidis, Shigella y Campylobacter enteritidis) y
aproximadamente un 30% de pacientes un año des-
pués de una gastroenteritis por Salmonella presen-
ta sintomatología compatible con SII17.
Un modelo que en la actualidad es utilizado
para explicar el SII es el denominado modelo con-
ceptual biopsicosocial, que considera factores
fisiológicos (como los mecanismos de modulación
del dolor, de regulación autonómica de la motili-
dad o de la respuesta neuroendocrina), factores
del comportamiento (que incluyen la contribución
de trastornos psicológicos o psiquiátricos), factores
sociofamiliares (como determinados acontecimien-
tos estresantes de la vida, o una historia de abu-
sos físicos o sexuales, o la forma de interacción de
la familia con el entorno de la enfermedad) y fac-
tores cognitivos (el conocimiento sobre la enfer-
medad y su comportamiento ante ella, o las estra-
tegias de afrontamiento o adaptación a la reali-
dad, así como el grado de trastorno causado en su
vida diaria)9.
Además hay que excluir la presencia de alcoho-
lismo, la toma crónica de fármacos, las enfermeda-
des sistémicas y los trastornos metabólicos.
Dolor abdominal
Es un síntoma característico del SII y práctica-
mente constante (se presenta en el 95% de los
pacientes). Su inicio suele estar asociado a deseos
de defecar o a cambios en la frecuencia o consis-
tencia de las deposiciones13.
Puede ser difuso o localizado, más frecuente-
mente en el hemiabdomen inferior e hipocondrio
izquierdo.
Habitualmente es de una duración inferior a dos
horas, no se irradia, es de tipo cólico, opresivo o
punzante, y en general no de gran intensidad; suele
respetar el sueño. Una característica discriminativa
es su alivio o desaparición tras la defecación.
En las mujeres se exacerba con la menstrua-
ción3,22.
Alteraciones del hábito intestinal
Las alteraciones del ritmo intestinal se presentan
en cerca del 90% de los pacientes con SII.
Basándose en los cambios del hábito intestinal, se
han descrito varios subgrupos:
- SII con predominio de estreñimiento: es el sub-
grupo más frecuente y el que se diagnostica habi-
tualmente en las mujeres; las heces son caprinas o
acintadas, con mucosidad y sin sangre.
- SII con predominio de diarrea: la diarrea es de
características colónicas, es decir, diurna, semilíqui-
da, con gas abundante y urgencia rectal; no se aso-
APROXIMACIÓN BIOPSICOSOCIAL
ANAMNESIS
mg
213
Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225 R E V I S T A D E L A S E M G
RR EE VV II SS II ÓÓ NN
S í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e
cia con fiebre, rectorragia ni productos patológicos,
aunque puede haber mucorrea.
- Subgrupo mixto: es el patrón deposicional más
típico en el SII.
Distensión abdominal
El meteorismo y la distensión abdominales se
presentan en el 70-85% de los pacientes con SII.
Puede ser muy llamativa. El paciente se levanta sin
distensión abdominal y ésta aumenta a lo largo del día.
Otros síntomas digestivos
Sensación de evacuación incompleta, disfagia
ocasional, dolor retroesternal de origen esofági-
co, saciedad postprandial precoz, náuseas,
vómitos, reflujo gastroesofágico, pirosis y/o dis-
pepsia no ulcerosa y halitosis.
Otros síntomas extradigestivos
- Ginecológicos y sexuales: dismenorrea, dispa-
reunia y alteraciones en el sangrado menstrual,
dolor pélvico crónico, disminución de la actividad
sexual y síndrome premenstrual.
- Urinarios: disuria, polaquiuria, nicturia, urgen-
cia miccional, tenesmo vesical y sensación de eva-
cuación incompleta de la orina.
- Cardiorrespiratorios: palpitaciones, hiperreacti-
vidad bronquial y respiración recortada.
- Aparato locomotor: lumbalgia, dolores músculo-
esqueléticos (fibromialgia, alteraciones de la articula-
ción temporomandibular), dolor torácico no cardia-
co, síndrome de fatiga crónica y dolor de espal-
da.
- Neuropsiquiátricos: cefalea, inestabilidad, dificul-
tad para conciliar el sueño, letargia, astenia, sensi-
bilidad al calor y al frío, rigidez, depresión mayor
o ansiedad generalizada, crisis de pánico y alte-
raciones somatomorfas.
- Otros: sicca complex (sequedad ocular y bucal).
Todos ellos son causa de consulta, exploracio-
nes y tratamientos médicos y quirúrgicos, reali-
zados innecesariamente por urólogos, ginecólo-
gos o reumatólogos22,23.
- Palpación abdominal: a menudo es riguro-
samente normal, aunque puede encontrarse una
"cuerda" cólica palpable y dolorosa y, a veces, un
gorgoteo o bazuqueo en fosa ilíaca derecha.
- Tacto rectal: introducción dolorosa del dedo;
presión digital dolorosa sobre mucosa rectal;
presencia de heces duras en recto o ampolla rec-
tal vacía2,22.
Previamente, dividiremos a los pacientes en
dos grupos, que precisarán la realización de
pruebas distintas.
- Personas menores de 50 años, que cum-
plen los Criterios Roma II y no refieren signos
ni síntomas de alarma: pueden ser tratados
en Atención Primaria sin precisar más explo-
raciones complementarias; algunos autores
recomiendan realizar hemograma (para
excluir anemia, leucocitosis o eosinofilia),
VSG, bioquímica (glucosa, creatinina, iones y
pruebas hepáticas y TSH)24; el análisis de las
heces se realiza para descartar, sangre ocul-
ta, huevos y parásitos, leucocitos y cantidad
excesiva de grasa en los casos de diarrea27.
- Pacientes mayores de 50 años o con
algún signo o síntoma de alarma, o los del
grupo anterior que no mejoran tras un perío-
do razonable de tratamiento (4-6 semanas):
solicitar enema opaco o una rectocolonos-
copia27.
- Otras exploraciones potestativas: cuan-
do los síntomas sean muy intensos, atípicos
y/o persisten o empeoran tras un tratamien-
to correcto, podría solicitarse: determina-
ción plasmática de calcio, fósforo, amilasa,
gastrina y calcitonina; tránsito baritado gas-
troduodenal y/o endoscopia alta; ecografía
abdominal; tomografía computerizada
abdominal.
EXPLORACIÓN FÍSICA
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS26
mg
214
RR EE VV II SS II ÓÓ NN
R E V I S T A D E L A S E M G Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225S í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e
Figura 1
mg
215
Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225 R E V I S T A D E L A S E M GS í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e
RR EE VV II SS II ÓÓ NN
Se han sugerido anomalías del sistema ner-
vioso autonómico con disfunción vagal en
pacientes con predominio del estreñimiento y
disfunción simpática si predomina la diarrea.
Hay alteraciones en los niveles basales y pos-
tprandiales de distintos péptidos digestivos (motili-
na, VIP, gastrina). Se sospecha hipersensibilidad del
músculo colónico a la CCK y al ácido deoxicólico.
Podría ayudar al diagnóstico un estudio de la
actividad motora en el tracto digestivo, ya que
aparece:
- Marcada hipercontractilidad colónica y sig-
moidea frente a gran variedad de estímulos.
- El patrón electromiográfico colónico carac-
terístico en el SII es el aumento de la frecuencia
de las ondas lentas.
- La estimulación rectal (distensión con balón
o tras instilación intrarrectal de suero fisiológico)
da lugar a mayor número de contracciones rec-
tales y relajaciones del canal anal.
- En el intestino delgado proximal también se
han constatado anomalías motoras paroxísticas.
- En otros niveles las alteraciones son menos
frecuentes. Se ha hablado de "esófago irritable"
(ondas deglutorias hipercinéticas y disminución
del tono del esfínter esofágico inferior). En el
estómago no se han demostrado alteraciones de
forma precisa
Puede ser problemático por compartir su sinto-
matología con múltiples enfermedades orgánicas,
no existir marcadores biológicos, histológicos ni
morfológicos, porque su etiología y fisiopatología
son en gran parte desconocidas y, por último, por su
gran variabilidad clínica y evolutiva los síntomas
deben estar presentes durante al menos 12 sema-
nas, no necesariamente consecutivas, en los 12
meses precedentes para su diagnóstico2,18,19.
Es típica la presencia de dolor abdominal y altera-
ciones del tránsito intestinal, acompañados de otra sin-
tomatología digestiva.
Son síntomas sugestivos de SII los que forman parte
de los Criterios de Roma II, además de sensación de
evacuación incompleta, eliminación de moco visible
durante la defecación, sensación de repleción, disten-
sión o hinchazón, y ausencia de síntomas nocturnos
(Figura 1).
Diagnóstico por exclusión
Es un procedimiento que requiere un gran número
de pruebas complementarias, costosas, casi siempre
molestas para el paciente y, en ocasiones, incluso peli-
grosas por ser invasivas o por exponer al paciente a
radiaciones18.
Diagnóstico clínico positivo
Es el recomendado. La pauta diagnóstica se
basa en:
- Los criterios diagnósticos (preferentemente
los de ROMA II).
- La detección de los posible síntomas o sig-
nos de alarma (sin síntomas de alarma los
Criterios de ROMA II son sensibles y específicos).
- Una exploración física inmediata y cuidado-
sa en la primera consulta.
- La exclusión de enfermedades orgánicas,
mediante la utilización de una serie limitada de
exploraciones complementarias que, ocasional-
mente, deben ampliarse dependiendo de los
subgrupos sintomáticos.
- Reevaluación diagnóstica si hay fracaso
terapéutico (4-6 semanas) utilizando otras prue-
bas complementarias basadas en síntomas pre-
dominantes24.
Criterios diagnósticos
Criterios de Manning (1978)
Eran los más utilizados hasta hace unos años:
- Dolor abdominal frecuente (más de 6 episo-
dios al año), que mejora con la deposición.
- Deposiciones blandas/pastosas al inicio del
dolor.
DIAGNÓSTICO
ESTUDIOS FISIOPATOLÓGICOS
mg
216
RR EE VV II SS II ÓÓ NN
R E V I S T A D E L A S E M G S í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225
- Aumento del número de deposiciones con el
inicio del dolor.
- Sensación de distensión abdominal.
- Mucosidad en las deposiciones.
- Sensación de tenesmo rectal (evacuación
incompleta).
Estos criterios presentaban una adecuada espe-
cificidad, pero su sensibilidad no era satisfactoria2.
Criterios de Roma II
Un Comité de Expertos elaboró en Roma unos crite-
rios diagnósticos, revisados en 1999 (Tabla 1). En un
estudio, estos criterios mostraban una sensibilidad del
61%, una especificidad del 43%, un valor predictivo
positivo del 93% y un valor predictivo negativo del 86%.
En diversos estudios se ha demostrado que su
valor diagnóstico es alto si se asocian a una batería
analítica básica y a una historia psicosocial, inclu-
yendo historia de abusos físicos y/o sexuales y en
ausencia de "signos de alarma"25.
Investigación de las causas desencadenantes
- Farmacológicas (Tabla 2).
- Alimenticias: alcohol, grasas, picantes, cafeína,
chocolate, leguminosas...
- Situaciones estresantes.
- Estado psicológico del paciente (ansiedad,
depresión); descartar enfermedades psiquiátricas.
Se encuentra resumido en la tabla 3:
- Si predomina la diarrea debemos considerar:
diarrea infecciosa, parasitosis intestinal, enferme-
dad inflamatoria intestinal, insuficiencia pancreáti-
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DEL SII2
mg
217
Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225 R E V I S T A D E L A S E M G
RR EE VV II SS II ÓÓ NN
- Deficiencia o intolerancia a la lactosa
- Consumo excesivo (comidas o bebidas) o intolerancia
a carbohidratos como sorbitol o fructosa.
- Bacteriana: Salmonella, Clostridium difficile,
Campylobacter jejuni, Yersinia enterocolitica.
- Parasitosis: Giardia lamblia, Entamoeba histolytica.
- Infecciones oportunistas asociadas con el SIDA
- Enfermedad de Crohn
- Colitis ulcerosa
- Enfermedades del intestino delgado: enfermedad celiaca,
enfermedad de Whipple, síndrome del intestino corto,
linfomas, abetalipoproteinemia, hipogammaglobulinemia,
gastroenteritis eosinofílica.
- Insuficiencia pancreática, pancreatitis crónica
- Sobrecrecimiento bacteriano
- Colitis colagenosa o linfocítica
- Síndromes postquirúrgicos
- Impactación fecal
- Diverticulitis
- Seudoobstrucción intestinal
- Patología biliar (colecistitis, cólico biliar)
- Úlcera péptica
- Cáncer de colon, adenoma velloso
- Gastrinoma, carcinoide, vipoma
- Cáncer pancreático
- Linfoma intestinal
- Síndrome de Zollinger-Ellison
- Síndrome de Verner-Morrison
- Síndrome carcinoide
- Neoplasia gástrica
-Dispepsia funcional
-Diarrea funcional
-Dolor abdominal funcional
-Estreñimiento funcional
-Disinergia del suelo pélvico
- Enfermedad de Addison
- Diabetes mellitus
- Hipertiroidismo/ hipotiroidismo
- Ansiedad/ trastornos de pánico
- Somatización
-Carcinoma medular del tiroides
-Tumores productores de calcitonina
- Patología vascular mesentérica
- Porfiria
- Intoxicación plúmbica
- Tabes dorsal
- Hernia inguinal/crural
- Cardiopatía isquémica
Tabla 3. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DEL SII
ENFERMEDADES GASTROINTESTINALES
ENFERMEDADES EXTRADIGESTIVAS
Factores dietéticos
Infecciones
Enfermedad inflamatoria intestinal
Malabsorción
Causas intestinales
Tumores
Otras enfermedades funcionales gastrointestinales
Causas endocrinometabólicas
Causas renales: litiasis renal
Causas ginecológicas: endometriosis
Trastornos psiquiátricos
Fármacos (tabla 2)
Tumores neuroendocrinos
Otras
S í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e
mg
218
ca exocrina, síndrome del intestino corto, abuso cró-
nico de laxantes, tumores endocrinos digestivos
(síndrome de Zollinger-Ellison, de Verner-Morrison,
carcinoide), hipertiroidismo, intolerancia a carbohi-
dratos, enfermedad por gluten, enfermedad de
Whipple, linfoma intestinal, síndrome de inmunode-
ficiencia, amiloidosis, enteropatía diabética...
- Si predomina el estreñimiento debemos descar-
tar: diverticulitis colónica, apendicitis, colecistitis, cóli-
co biliar, úlcera péptica, porfiria, cáncer (gástrico,
pancreático o colónico), intoxicación plúmbica, tabes
dorsal, insuficiencia vascular intestinal, hernia ingui-
no-crural, endometriosis, cardiopatía isquémica, uro-
patías...
Resulta esencial reconocerlos para orientarnos hacia
una patología orgánica:
- Fiebre.
- Anemia.
- Anorexia.
- Evolución clínica progresiva.
- Uso reciente de antibióticos.
- Diarrea persistente que no remite.
- Estreñimiento importante que no cede.
- Síntomas nocturnos o bien dolor nocturno fre-
cuente.
- Rectorragias no atribuibles a lesiones locales
(hemorroides, fisura anal).
- Presencia de heces muy voluminosas con sig-
nos de esteatorrea.
- Pérdida de peso significativa (superior al 5%
durante el año precedente) en ausencia de
depresión.
- Aparición de nuevos síntomas tras un período
de tiempo prolongado de remisión clínica.
- Inicio reciente de síntomas en pacientes mayo-
res de 50 años.
- Historia familiar de cáncer, de poliposis
gastrointestinal, de enfermedad inflamato-
ria intestinal o de enfermedad celiaca.
- Anomalías en la exploración física.
Dificultad terapéutica
Aún hoy no existen estudios documentados acerca
de la eficacia en el tratamiento del SII (Tabla 4). En el
presente trabajo se muestra una revisión de los trata-
mientos hasta ahora utilizados y de su eficacia, así como
unos apuntes sobre perspectivas terapéuticas futuras.
A la hora de elegir un tratamiento nos encontramos
con una serie de dificultades:
- La necesidad de un enfoque multifactorial terapéu-
tico.
- La gran variabilidad individual en la expresión clí-
nica y en la respuesta al tratamiento.
- La dificultad para realizar los ensayos terapéuticos.
- La presencia de muchos productos en el mercado
con poca base científica2.
Los dos objetivos principales son: modificar factores
psicológicos y combatir síntomas digestivos. Debe ser
un tratamiento individualizado para cada paciente.
En la actualidad se recomienda un tratamiento gra-
dual basado en la gravedad del SII.
Relación médico-paciente
Se ha demostrado que una relación médico-
paciente positiva conduce a una mejor evolución de
estos pacientes. Los pacientes con SII tienen una
respuesta al placebo de hasta el 60%.
En un modelo de entrevista centrado en el enfer-
mo y en un ambiente de confianza, empático y sin
prejuicios, se debe indagar sobre el conocimiento
que tiene el paciente acerca de su enfermedad, la
interpretación y la preocupación generadas y el
impacto sobre su calidad de vida.
Una vez formulado el diagnóstico, el médico debe
proporcionar una información adecuada e individuali-
zada y unas expectativas realistas sobre el pronóstico
de la enfermedad.
En el proceso diagnóstico y terapéutico se debe involu-
crar al paciente y respetar su autonomía. Es muy impor-
tante que entienda que es una enfermedad crónica y la
necesidad de controlar los factores biopsicosociales desen-
R E V I S T A D E L A S E M G Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225S í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e
RR EE VV II SS II ÓÓ NN
TRATAMIENTO
SÍNTOMAS Y SIGNOS DE ALARMA
mg
219
Nº 6 3 -A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225 R E V I S T A D E L A S E M GS í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e
HH AA BB II LL II DD AA DD EE SS EE NN SS AA LL UU DD MM EE NN --
cadenantes, agravantes y perpetuantes del proceso9.
Medidas higiénico-dietéticas28
Se debe realizar educación para la salud con con-
sejos como: comer despacio, mantener un horario fijo
de comidas, evitar el consumo de bebidas gaseosas y
de alimentos irritantes o flatulentos, así como el de chi-
cles, tabaco... Todo ello con el fin de disminuir la dis-
tensión abdominal. Además se deben evitar los ali-
mentos que empeoren los síntomas.
La dieta será pobre en grasas, para evitar el estí-
mulo de la motilidad colónica (útil en pacientes con
dolor postprandial).
El uso de la fibra dietética en pacientes con
estreñimiento es un asunto controvertido. Se ha
usado mucho el salvado de trigo; en un artículo de
revisión que valora, mediante metaanálisis, su efec-
to, se concluye que tiene los mismos efectos de
aumento de volumen y de peso de las heces y de
disminución del tiempo de tránsito intestinal tanto
en sujetos sanos como en quienes padecen SII,
estreñimiento o diverticulosis. Hay otros estudios
RR EE VV II SS II ÓÓ NNmg
220
R E V I S T A D E L A S E M G S í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225
que comparan el uso de fibra y el de placebo y no
hallan mejoría significativa.
Se encuentra en estudio la eficacia de la terapia
con probióticos. Parecen actuar mediante la esti-
mulación de la flora intestinal, modulando las bac-
terias existentes en colon, y por su efecto antiinfla-
matorio sobre la mucosa intestinal y su competen-
cia con las bacterias patógenas de la flora colónica.
Modificación del estilo de vida
Se recomienda ejercicio físico para evitar el estre-
ñimiento, reposo si lo que predomina es la diarrea,
y calor local en el caso de dolor abdominal.
Tratamiento psicológico28,29
Debe ser llevado a cabo por el médico respon-
sable del paciente y probablemente se trate de la
medida terapéutica más eficaz. Para ello hay que
ganarse su confianza a través de una relación
médico-enfermo positiva, con el fin de posibilitar su
educación y tranquilización30, tomarse en serio su
patología mediante una anamnesis y exploración
minuciosa y las pruebas complementarias precisas.
En esta valoración clínica inicial es importante
indagar los factores relacionados con la sintomatolo-
gía y los motivos de la consulta. Es fundamental
conocer los siguientes aspectos:
- Factores desencadenantes de los síntomas (die-
téticos, farmacológicos y psicológicos).
- Si hay preocupación por alguna enfermedad
grave (principalmente cancerofobia).
- Presencia de vivencias estresantes en el ambien-
te del paciente (historia de abuso, pérdidas significa-
tivas).
- Comorbilidad psiquiátrica (ansiedad o depre-
sión).
Es conveniente hacer comprender al paciente que
no tiene una enfermedad grave. Hay que explicarle
en qué consiste el SII y además hay que educarle
para que aprenda a detectar factores desencadenan-
tes y enfrentarse a ellos.
Sin embargo, en una revisión hecha acerca de
tratamientos psicológicos se concluye que su efica-
cia no está bien establecida por la existencia de
carencias metodológicas.
Medidas farmacológicas28
Tratamiento sintomático
ESTREÑIMIENTO
Los productos que se han usado para combatir este
síntoma son: el salvado de trigo, laxantes formadores
de masa (ispaghula, psyllium), laxantes con efecto
osmótico (lactulosa, lactitol), preparados farmacéuticos
(plantago ovata) y procinéticos (cisaprida y cinitaprida).
El plantago ovata aumenta el volumen de las heces.
Según estudios realizados en pacientes con SII a los que se
administró este preparado, se observan resultados simila-
res a los derivados del uso de fibra; por tanto se trata de
una opción terapéutica sin valor como único tratamiento.
Hay varios estudios con cisaprida pero con resulta-
dos discordantes; dados sus efectos secundarios sobre
la repolarización cardiaca, se desaconseja su uso.
DIARREA
El fármaco más usado es la loperamida, opiáceo de
acción periférica y pocos efectos sobre sistema nervio-
so central (SNC). Mejora la diarrea y controla la urgen-
cia defecatoria si se administra previamente a las situa-
ciones estresantes.
También es útil el difenoxilato, pero tiene más efec-
tos sobre SNC.
La colestiramina (secuestra ácidos biliares) es útil en
pacientes con malabsorción idiopática de ácidos bilia-
res, pero puede ser beneficiosa en SII, ya que el tránsi-
to intestinal acelerado puede provocar malabsorción de
dichos ácidos. Aun así, se considera de segunda línea.
DOLOR ABDOMINAL
Se emplean fármacos anticolinérgicos con efecto
espasmolítico. Son especialmente útiles en el dolor
postrandial, ya que disminuyen el reflejo gastrocólico.
Según un metaanálisis de 1994, en el que se revi-
san los fármacos utilizados hasta el momento, se con-
cluye que mejoran el estado general más que placebo,
pero son peor que placebo en el control de la dis-
RR EE VV II SS II ÓÓ NN mg
221
Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225 R E V I S T A D E L A S E M GS í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e
tensión y estreñimiento. En este estudio se demues-
tra que bromuro de cimetropio, bromuro de octilo-
nio y bromuro de diciclomida son más eficaces que
placebo en el control del dolor abdominal; se des-
aconseja el uso de este último y del aceite de
menta por sus efectos secundarios. También se
desaconseja la hioscina por tener efecto terapéuti-
co menor que el resto. Hace además referencia al
bromuro de pinaverio, a la trimebutina y a la
mebeverina.
Una revisión sistemática del 2000 demuestra, en
estudios de alta calidad, que cuatro fármacos (cime-
tropio, pinaverio, octilonio y trimebutina ) son eficaces.
Existen otras revisiones que determinan la efica-
cia de los espasmolíticos, con mayor mejoría del
dolor que el placebo.
Se han utilizado también para el control del dolor
fármacos antidopaminérgicos y antagonistas del cal-
cio (domperidona y diltiazem) para bloquear la res-
puesta motora del colon a la comida, pero son de
poca eficacia y pueden aumentar el estreñimiento.
ANSIEDAD Y DEPRESIÓN
Los psicofármacos son útiles cuando existe
ansiedad y/o depresión.
Para disminuir la ansiedad y romper el círculo
vicioso que mantiene los síntomas se utilizan,
durante periodos de tiempo breves, las benzodia-
cepinas.
En casos de depresión asociada se aconseja trata-
miento con antidepresivos, por sus efectos como
tales, los efectos antimuscarínicos y sobre el dolor.
Los más utilizados hasta ahora han sido los tricíclicos
(amitriptilina) y la mianserina, aunque más reciente-
mente se han probado los ISRS, sobre todo la paro-
xetina, con resultados positivos31. Según un estudio32
en el que se evaluó el efecto de los antidepresivos en
trastornos funcionales digestivos, se concluye que
estos fármacos parecen tener efecto beneficioso
sobre los síntomas del SII, pero reconocen que se
trata de estudios de baja calidad. También se ha
demostrado que disminuyen la diarrea, por lo que
estarían indicados cuando predomina este síntoma.
Nuevas perspectivas terapéuticas
El reto para el tratamiento futuro consiste en actuar
sobre los distintos mecanismos patogénicos implicados
en el SII33. Así, está en fase de desarrollo una serie de
sustancias, aún no comercializadas en nuestro país.
Entre ellas:
- Tegaserod: agonista de los receptores 5-HT4; en un
estudio a doble ciego, en dosis de 2 ó 6 mg dos veces
al día, mejoró las molestias abdominales, la distensión
abdominal y el estreñimiento en comparación con pla-
cebo, en pacientes con SII con predominio de estreñi-
miento; los acontecimientos adversos más frecuentes en
pacientes con SII con predominio de estreñimiento que
recibieron el tratamiento por vía oral consistieron en
diarrea y flatulencia de carácter transitorio34,35.
- Fedotozina: agonista opiáceo selectivo de recepto-
res kappa.
- Loxiglumida: antagonista de la CCK.
- Ondansetrón y alosetrón: antagonistas 5-HT3.
- Zamifenacina: antagonista selectivo de los recep-
tores muscarínicos M3 selectivos del intestino.
- Leuprolida: agonista de la hormona liberadora de
gonadotropina.
En el SII la calidad de vida está afectada en
todas las esferas del individuo, tanto en su activi-
dad física y percepción de su salud, como en lo
laboral, social y familiar; no parece estar influida
por la predominancia de diarrea o constipación,
pero sí por la gravedad sintomática, la personali-
dad y el estrés38.
La calidad de vida relacionada con la salud
(CVRS), Health-Related Quality of Life (HRQOL)39,
integra el grado de funcionalidad (relacionado
con la capacidad y posibilidad de desarrollar fun-
ciones vitales), la interacción con el medio (com-
portamiento), la relación entre bienestar y salud y
la percepción subjetiva de la propia salud y el
sentido general de satisfacción. El paciente es el
que establece el criterio de gravedad ante una
RR EE VV II SS II ÓÓ NN
LA CALIDAD DE VIDA COMO
MEDIDA DE SALUD29,36,37
mg
222
R E V I S T A D E L A S E M G Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225S í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e
situación patológica concreta usando distintas
variables a las del profesional sanitario.
La medición de los valores de normalidad o puntua-
ción a través de cuestionarios de calidad de vida rela-
cionada con la salud se establecen en la población sana
y las desviaciones de estos valores cuantifican la reper-
cusión o impacto de la enfermedad en la vida diaria del
individuo y en su percepción de la salud y bienestar. Las
ventajas de estos cuestionarios son la sencillez, la repro-
ductibilidad, la rapidez y la autoadministración, siempre
y cuando cumplan con las propiedades psicométricas de
validez, fiabilidad, sensibilidad y precisión.
Cuestionarios genéricos
Se utilizan para:
- Comparar la CVRS en el SII frente a otras enfer-
medades crónicas.
- Comparar la CVRS en el SII frente a otros trastor-
nos funcionales digestivos.
El SF-36 (Medical Outcomes Study Short Form): en
los pacientes con SII se advierte una mayor afecta-
ción de la energía, la fatiga, las limitaciones de la
actividad, el dolor y la percepción de la salud. Los
pacientes del grupo con estreñimiento predominante
son, con mayor frecuencia, mujeres y refieren más a
menudo saciedad precoz, distensión, síntomas mus-
culoesqueléticos y deterioro del sueño, apetito y fun-
ción sexual.
La afectación de la calidad de vida de estos pacien-
tes puede estar en relación tanto con los síntomas de la
enfermedad como con los rasgos neuróticos o de dis-
trés psicológico en su personalidad, según se despren-
de de la comparación de estos cuestionarios con los
que evalúan los rasgos neuróticos (NEO Personality
Inventory) o el distrés psicológico (SCL-90-R); se han
encontrado correlaciones significativas.
También se utiliza el Beck Depresión Inventory (BDI)
para la cuantificación de los síntomas depresivos.
El grado de estrés también se correlaciona con la
intensidad sintomática de estos pacientes.
En el SII hay una mayor predisposición a presentar
depresión; estos casos son más propensos al dolor de
espalda, la debilidad y la pirosis.
Comparando las escalas del SF-36 del SII con las
aplicadas en la dispepsia funcional y la EII, el grado de
afectación es similar. Respecto a los pacientes con insu-
ficiencia cardiaca congestiva también es similar, menos
en las dimensiones como la función física, la capacidad
laboral y la salud general, en las que estos últimos las
presentan más alteradas. En el SII presentan una mayor
afectación de su calidad de vida en todas las dimensio-
nes del SF-36, excepto en la función física, que los
pacientes con ERGE. También es peor que en los que
padecen diabetes mellitus e insuficiencia renal crónica.
Los aspectos más significativamente alterados en el
SII son la energía/fatiga, el dolor generalizado y la per-
cepción general de salud.
Se ha diseñado una versión abreviada del SF-36, el
SF-12.
Otro cuestionario genérico es el Sickness Impact
Profile, con 136 ítems agrupados en 12 categorías.
Cuestionarios específicos
Son los contenidos en la tabla 5. Sirven para:
- Comparar la CVRS en el SII de pacientes que con-
sultan con la de los que no consultan.
- Comparar la CVRS en los distintos tipos de SII (dia-
rrea-estreñimiento).
- Valorar el impacto sobre la función sexual.
- Utilizar la CVRS como herramienta de medida del
beneficio terapéutico.
Los más representativos son:
- El de Francis et al (1997).
- El IBSQOL (Hahn et al, 1997), con 30 ítems (varia-
bles o preguntas) basadas en 10 dimensiones (catego-
rías o dominios) de la vida; está ya adaptado a nuestro
idioma.
- El IBS-QOL (Patrick et al, 1998), con 34 preguntas
basadas en 8 dimensiones de la vida.
- El del grupo canadiense de Wong et al (1998), con
26 ítems.
- El FDDQL, que mide los trastornos funcionales
digestivos; consta de 43 ítems distribuidos en 8 dimen-
siones.
VALORACIÓN DE LA CALIDAD DE VIDA
RR EE VV II SS II ÓÓ NN mg
223
Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225 R E V I S T A D E L A S E M GS í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e
- El IBSQ (1998) con 26 variables agrupadas en 4
categorías.
- El FBDSI, que es un índice de gravedad sintomática.
Utilidad de los cuestionarios específicos en la
valoración del tratamiento
La valoración de la respuesta al tratamiento del
SII es compleja por el distinto enfoque terapéutico
(desde el tratamiento sintomático hasta el abordaje
global biopsicosocial), la multifactoriedad, la gran
variabilidad sintomática, la elevada frecuencia de la
respuesta al placebo (que puede llegar hasta el 70%
de los pacientes) y el distinto método de selección
muestral, entre otros factores.
Todas estas dificultades corroboran la necesidad de
la inclusión del parámetro calidad de vida en la valora-
ción de los resultados de cualquier estudio terapéutico.
- El médico duda del diagnóstico correcto.
- El paciente desconfía del diagnóstico efectuado
por el médico de Atención Primaria.
- En caso de persistencia de la sintomatología a pesar
el tratamiento correcto y la incapacidad al paciente para
el desarrollo de su actividad sociolaboral cotidiana.
- Ante la sospecha de enfermedad orgánica.
- Presencia de nuevos síntomas que pueda referir el
paciente, que modifiquen el planteamiento diagnóstico
y terapéutico inicial.
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BIBLIOGRAFÍA
RR EE VV II SS II ÓÓ NN
CRITERIOS DE DERIVACIÓN
A ATENCIÓN ESPECIALIZADA40
Alteraciones psicosociales.
Uso de recursos sanitarios
Conducta anormal de la
enfermedad
Medidas terapéuticas
0: ausencia; +: leve; ++: moderado; +++: marcado. SII: sín
+
0
- Relación terapéutica
- Educación sanitaria
- Psicoterapia de apoyo
- Psicoterapia breve
(entrenamiento previo)
- Modificación del estilo de vid
- Normas higiénico-dietéticas
mg
224
R E V I S T A D E L A S E M G S í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225
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BIBLIOGRAFÍA
mg
225
Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 226-235 R E V I S T A D E L A S E M G
La migraña es una patología que comporta una
importante repercusión en la calidad de vida del
paciente, ya que además del dolor se produce una
situación de imprevisibilidad de la duración y gravedad
de los ataques. Su manejo puede ser difícil en
Atención Primaria, donde a veces no es reconocida, en
ocasiones infradiagnosticada y muchas veces no reci-
be los tratamientos adecuados.
La valoración no debe limitarse al grado de dolor,
sino que se deben incluir dentro de las estrategias
diagnósticas otros factores que influyen en la calidad
de vida. Para valorar el grado de discapacidad deben
incluirse, junto con la valoración de la frecuencia e
intensidad de las crisis, la inquietud del paciente ante
lo imprevisible de las mismas y las alteraciones de
humor reactivas, con el fin de valorar el impacto que
ocasiona en el paciente y en la sociedad.
Han sido desarrolladas varias escalas, aunque
pocas han sido validadas en castellano. Con ellas se
ha brindado la posibilidad de una comunicación estre-
cha entre el paciente y el médico; son instrumentos
válidos para determinar la gravedad de la migraña y
poder realizar un seguimiento evolutivo de la eficacia
del tratamiento.
Los importantes costes que supone al sistema
sanitario obligan al desarrollo de estrategias pre-
ventivas y terapéuticas eficaces y eficientes. Los
triptanes han demostrado un perfil farmacoecómi-
co adecuado, ya que su potencia terapéutica aho-
rra costes laborales y aminora la repercusión
social de la enfermedad.
La definición de "calidad de vida" es demasiado
amplia y subjetiva. Incluye la evaluación de todas las
áreas en las que una persona se desenvuelve, así
como el impacto cualitativo y cuantitativo de las dife-
rentes patologías en cada uno de los afectados. Se
abarca desde el tipo de enfermedad y la posible limi-
tación física asociada, hasta los efectos (beneficiosos y
adversos) de los tratamientos recibidos y sus costes,
sin olvidar diversas condiciones subyacentes que se
combinan, como la experiencia vital previa. Todos
estos factores modifican el pronóstico de la enferme-
dad.
Además, dicha calidad de vida cambia per-
manentemente con el tiempo, no solamente por
las propias condiciones del paciente, sino debido
a que las situaciones familiares y sociales se
alteran constantemente2,13.
La migraña es un trastorno neurológico cróni-
co que produce ataques episódicos caracteriza-
dos por dolor de cabeza y diversos síntomas aso-
ciados y, con mucha frecuencia, discapacidad
temporal3. Se calcula que el 25% de los pacien-
tes experimentan 4 o más crisis mensuales, el
35% 1 a 3 crisis por mes y el 40% 1 o menos ata-
ques al mes. Un 85% de los pacientes tiene algu-
na incapacidad relacionada con su migraña4.
Esta enfermedad puede considerarse en nuestros
días uno de los principales problemas de salud.
En primer lugar, por su alta prevalencia, y, en
El paciente con migraña: perspectiva desde la
afectación individual a la repercusión social
Domínguez Salgado M1, Santiago Gómez R2
1 Servicio de Neurología. Hospital Puerta de Hierro (Madrid)
2 Atención Primaria. Área IV. Madrid
RESUMEN EPIDEMIOLOGÍA DE LA MIGRAÑA: DE
LA AFECTACIÓN INDIVIDUAL A LA
REPERCUSIÓN SOCIAL Y SANITARIA
RR EE VV II SS II ÓÓ NNmg
226

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Síndrome intestino irritable guía

  • 1. RR EE VV II SS II ÓÓ NN R E V I S T A D E L A S E M G Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225 Estopà Dueso J1, Jorquera F2, Santos Martín C1, Veiga Fernández CT1 1Centro de Salud José Aguado. León 2 Servicio de Digestivo. Complejo Hospitalario de León Síndrome del intestino irritable El síndrome del intestino irritable (SII) es una enfer- medad funcional digestiva crónica, benigna y recu- rrente de más de tres meses de evolución, caracteri- zada por malestar o dolor abdominal asociado a alte- raciones del tránsito intestinal o distensión abdominal, sensación de evacuación incompleta, eliminación de moco con las heces y otros síntomas digestivos y extra- digestivos, no atribuibles a otra enfermedad digestiva. El cuadro se presenta sin causas estructurales, meta- bólicas o infecciosas identificables1,2. La utilización de los términos colon irritable o colon espástico no son del todo correctos, ya que el colon no es necesaria- mente el único tramo digestivo involucrado en este síndrome3. Forma parte del grupo de los trastornos gastrointestinales funcionales y se asocia con frecuen- cia a otros trastornos como la fibromialgia, síndrome de fatiga crónica, alteraciones de la articulación tem- poromandibular o el dolor pélvico crónico4. El SII presenta una elevada prevalencia en el mundo occidental. En España entre el 2,3 y el 12,1% de los sujetos adultos refiere síntomas compatibles con este diagnóstico según los criterios utilizados; destaca una mayor prevalencia en sujetos jóvenes entre 20 y 40 años y en el sexo femenino, en una proporción de 2/1 respecto al masculino1,2,5. El 9,5% de los motivos de consulta en APS se debe a proble- mas gastroenterológicos; de ellos el SII supuso el 29,8%, lo que representa un 3% del total. Se estima que un 29% de los pacientes con SII es remitido a la consulta del especialista6. En España aproximadamente la mitad de los suje- tos con SII solicita atención médica. Las variables que influyen en la consulta son el dolor, el sexo y factores socioculturales y psicológicos. Los pacientes con SII que consultan suelen presentar un mayor número de síntomas, habitualmente más graves, una mayor ten- dencia a solicitar recursos sanitarios, a las somatiza- ciones y un mayor temor a una enfermedad grave7. El inicio de la sintomatología se produce habitualmente en adultos jóvenes y su frecuencia disminuye con la edad. Con el tiempo, más del 30% se convierten en pacientes asintomáticos. Si aparecen por primera vez síntomas compatibles con SII en pacientes mayores de 50 años, deben descartarse otros diagnósticos1,2. En la actualidad se concibe el SII como un pro- ceso multifactorial en el que están implicados los factores causales siguientes: Factores psicosociales El SII se ha relacionado de forma importante con el estrés, que produce variaciones en las presiones intralumina- les colónicas y en el desencadenamiento y/o exacerbación de la sintomatología. También se observa en estos pacien- tes una conducta anómala de enfermedad crónica y, como consecuencia, un deterioro de la calidad de vida. Los pacientes con SII presentan alteraciones psi- quiátricas, sobre todo depresión y ansiedad, con mayor prevalencia (40-50%) que la población general sana o INTRODUCCIÓN EPIDEMIOLOGÍA FACTORES ETIOLÓGICOS mg 211
  • 2. con patología orgánica gastroduodenal, aunque no se ha comprobado con los datos disponibles una perso- nalidad anómala. En algunos estudios se encuentra relación entre SII y abusos sexuales (real, verbal o emocional, en la infancia o en la edad adulta)2. Investigaciones actuales sugieren que los factores psicosociales pueden afectar al SII en términos de pre- disposición, precipitación de los brotes, búsqueda de los cuidados médicos y perpetuación de los síntomas4. Factores dietéticos La dieta influye en el desencadenamiento de los síntomas, por lo que es necesaria la realización de una historia dietética detallada y prospectiva y un diario de registro de alimentos ingeridos. Antes de un diagnós- tico definitivo de SII, se debe descartar siempre la pre- sencia de intolerancias alimenticias, sobre todo a la lactosa (test de detección de hidrógeno en el aliento)2. La dieta no es la causa, sino solamente un desen- cadenante8. Los distintos ensayos realizados hasta la actualidad revelan el papel limitado de las dietas ricas en fibra y la necesidad de un control dietético indivi- dualizado para conseguir identificar los elementos específicos causantes de la clínica8. Otros factores causales Con menor frecuencia se ha relacionado el SII con malabsorción de ciertos hidratos de carbono, con aler- gias alimentarias, con anomalías del sistema nervioso autonómico (disfunción vagal en el estreñimiento y dis- función simpática si predomina la diarrea), con varia- ciones de péptidos digestivos y de la hormona colecis- toquinina, con ácidos biliares como el ácido deoxicóli- co, con interleucinas (IL-1 beta) y con el sistema inmu- ne; no obstante, en ningún caso se han reproducido los hallazgos en estudios controlados2. Se han observado diferencias cuantitativas en la reactividad motora del intestino a estímulos como la distensión o las contracciones junto con un aumento de la sensibilidad a los mismos. Los factores incrimi- nados en esta patología son: Factores genéticos En un estudio de Morris-Yates et al13, con 600 gemelos, se concluyó que al menos el 58% de las diferencias individuales en la responsabilidad del desarrollo del SII podría estar bajo control genético. Alteraciones de la motilidad intestinal Aunque los estudios manométricos basales son normales, puede observarse una gran variabilidad en todo el tubo digestivo, desde hipotonía en pacientes con diarrea hasta hipertonía asociada al estreñimiento ante determinados estímulos psicoló- gicos, ambientales o gastrointestinales (estrés, comi- das, colecistocinina...). Hipersensibilidad visceral o percepción visceral aumentada Distintos estudios han demostrado que estos pacientes tienen el umbral del dolor más bajo que las personas sanas ante situaciones como la disten- sión abdominal, la estimulación eléctrica o el aumento de la motilidad intestinal14. La distensión con balón provoca dolor en estos pacientes con un volumen menor que en los indivi- duos sanos. En otros estudios se ha demostrado un aumento de la percepción de la función motora gastrointesti- nal normal y un procesamiento central anormal de la sensación dolorosa mediante TEP y RMN funcional. Hiperreactividad del músculo liso Desencadenada frente a estímulos diversos: cier- tos alimentos, fármacos o por la estimulación para- simpática. Factores psicosociales Numerosos trabajos encuentran que el estrés y los trastornos de ansiedad, la depresión, la histeria y la somatización tienen una mayor prevalencia en estos pacientes. RR EE VV II SS II ÓÓ NN Nº 6 3- A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225 R E V I S T A D E L A S E M GS í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e FISIOPATOLOGÍA1,9-12 mg 212
  • 3. RR EE VV II SS II ÓÓ NN R E V I S T A D E L A S E M G Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225S í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e Puede detectarse una historia de abusos físicos y/o sexuales (en más del 40% de las consultas efec- tuadas por los gastroenterólogos)9. Con frecuencia estos factores psicosociales influ- yen en el desencadenamiento o en la exacerbación de los síntomas intestinales y en el comportamiento individual ante la enfermedad. A veces, el paciente se focaliza tanto en su padecimiento, que puede incluso desencadenar una cancerofobia. Los factores psicosociales también influyen en el pronóstico clínico del SII, en la frecuentación médica y en el abuso terapéutico (incluido el autotratamiento), lo que forzará al paciente a la búsqueda de terapias alternativas y dará lugar a cirugías innecesarias1,15. Por otra parte, se han comunicado alteraciones en los neurotransmisores del eje hipotálamo-hipófi- sis-suprarrenal9. Factores exógenos Se relacionan con las exacerbaciones del SII, la gastroenteritis aguda15,16, las intolerancias alimen- ticias y los cambios meteorológicos y hormonales, entre otros. El 20-30% de los pacientes con SII describe un inicio súbito de sus síntomas tras una gastroenteri- tis aguda infecciosa (principalmente Salmonella enteritidis, Shigella y Campylobacter enteritidis) y aproximadamente un 30% de pacientes un año des- pués de una gastroenteritis por Salmonella presen- ta sintomatología compatible con SII17. Un modelo que en la actualidad es utilizado para explicar el SII es el denominado modelo con- ceptual biopsicosocial, que considera factores fisiológicos (como los mecanismos de modulación del dolor, de regulación autonómica de la motili- dad o de la respuesta neuroendocrina), factores del comportamiento (que incluyen la contribución de trastornos psicológicos o psiquiátricos), factores sociofamiliares (como determinados acontecimien- tos estresantes de la vida, o una historia de abu- sos físicos o sexuales, o la forma de interacción de la familia con el entorno de la enfermedad) y fac- tores cognitivos (el conocimiento sobre la enfer- medad y su comportamiento ante ella, o las estra- tegias de afrontamiento o adaptación a la reali- dad, así como el grado de trastorno causado en su vida diaria)9. Además hay que excluir la presencia de alcoho- lismo, la toma crónica de fármacos, las enfermeda- des sistémicas y los trastornos metabólicos. Dolor abdominal Es un síntoma característico del SII y práctica- mente constante (se presenta en el 95% de los pacientes). Su inicio suele estar asociado a deseos de defecar o a cambios en la frecuencia o consis- tencia de las deposiciones13. Puede ser difuso o localizado, más frecuente- mente en el hemiabdomen inferior e hipocondrio izquierdo. Habitualmente es de una duración inferior a dos horas, no se irradia, es de tipo cólico, opresivo o punzante, y en general no de gran intensidad; suele respetar el sueño. Una característica discriminativa es su alivio o desaparición tras la defecación. En las mujeres se exacerba con la menstrua- ción3,22. Alteraciones del hábito intestinal Las alteraciones del ritmo intestinal se presentan en cerca del 90% de los pacientes con SII. Basándose en los cambios del hábito intestinal, se han descrito varios subgrupos: - SII con predominio de estreñimiento: es el sub- grupo más frecuente y el que se diagnostica habi- tualmente en las mujeres; las heces son caprinas o acintadas, con mucosidad y sin sangre. - SII con predominio de diarrea: la diarrea es de características colónicas, es decir, diurna, semilíqui- da, con gas abundante y urgencia rectal; no se aso- APROXIMACIÓN BIOPSICOSOCIAL ANAMNESIS mg 213
  • 4. Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225 R E V I S T A D E L A S E M G RR EE VV II SS II ÓÓ NN S í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e cia con fiebre, rectorragia ni productos patológicos, aunque puede haber mucorrea. - Subgrupo mixto: es el patrón deposicional más típico en el SII. Distensión abdominal El meteorismo y la distensión abdominales se presentan en el 70-85% de los pacientes con SII. Puede ser muy llamativa. El paciente se levanta sin distensión abdominal y ésta aumenta a lo largo del día. Otros síntomas digestivos Sensación de evacuación incompleta, disfagia ocasional, dolor retroesternal de origen esofági- co, saciedad postprandial precoz, náuseas, vómitos, reflujo gastroesofágico, pirosis y/o dis- pepsia no ulcerosa y halitosis. Otros síntomas extradigestivos - Ginecológicos y sexuales: dismenorrea, dispa- reunia y alteraciones en el sangrado menstrual, dolor pélvico crónico, disminución de la actividad sexual y síndrome premenstrual. - Urinarios: disuria, polaquiuria, nicturia, urgen- cia miccional, tenesmo vesical y sensación de eva- cuación incompleta de la orina. - Cardiorrespiratorios: palpitaciones, hiperreacti- vidad bronquial y respiración recortada. - Aparato locomotor: lumbalgia, dolores músculo- esqueléticos (fibromialgia, alteraciones de la articula- ción temporomandibular), dolor torácico no cardia- co, síndrome de fatiga crónica y dolor de espal- da. - Neuropsiquiátricos: cefalea, inestabilidad, dificul- tad para conciliar el sueño, letargia, astenia, sensi- bilidad al calor y al frío, rigidez, depresión mayor o ansiedad generalizada, crisis de pánico y alte- raciones somatomorfas. - Otros: sicca complex (sequedad ocular y bucal). Todos ellos son causa de consulta, exploracio- nes y tratamientos médicos y quirúrgicos, reali- zados innecesariamente por urólogos, ginecólo- gos o reumatólogos22,23. - Palpación abdominal: a menudo es riguro- samente normal, aunque puede encontrarse una "cuerda" cólica palpable y dolorosa y, a veces, un gorgoteo o bazuqueo en fosa ilíaca derecha. - Tacto rectal: introducción dolorosa del dedo; presión digital dolorosa sobre mucosa rectal; presencia de heces duras en recto o ampolla rec- tal vacía2,22. Previamente, dividiremos a los pacientes en dos grupos, que precisarán la realización de pruebas distintas. - Personas menores de 50 años, que cum- plen los Criterios Roma II y no refieren signos ni síntomas de alarma: pueden ser tratados en Atención Primaria sin precisar más explo- raciones complementarias; algunos autores recomiendan realizar hemograma (para excluir anemia, leucocitosis o eosinofilia), VSG, bioquímica (glucosa, creatinina, iones y pruebas hepáticas y TSH)24; el análisis de las heces se realiza para descartar, sangre ocul- ta, huevos y parásitos, leucocitos y cantidad excesiva de grasa en los casos de diarrea27. - Pacientes mayores de 50 años o con algún signo o síntoma de alarma, o los del grupo anterior que no mejoran tras un perío- do razonable de tratamiento (4-6 semanas): solicitar enema opaco o una rectocolonos- copia27. - Otras exploraciones potestativas: cuan- do los síntomas sean muy intensos, atípicos y/o persisten o empeoran tras un tratamien- to correcto, podría solicitarse: determina- ción plasmática de calcio, fósforo, amilasa, gastrina y calcitonina; tránsito baritado gas- troduodenal y/o endoscopia alta; ecografía abdominal; tomografía computerizada abdominal. EXPLORACIÓN FÍSICA PRUEBAS COMPLEMENTARIAS26 mg 214
  • 5. RR EE VV II SS II ÓÓ NN R E V I S T A D E L A S E M G Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225S í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e Figura 1 mg 215
  • 6. Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225 R E V I S T A D E L A S E M GS í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e RR EE VV II SS II ÓÓ NN Se han sugerido anomalías del sistema ner- vioso autonómico con disfunción vagal en pacientes con predominio del estreñimiento y disfunción simpática si predomina la diarrea. Hay alteraciones en los niveles basales y pos- tprandiales de distintos péptidos digestivos (motili- na, VIP, gastrina). Se sospecha hipersensibilidad del músculo colónico a la CCK y al ácido deoxicólico. Podría ayudar al diagnóstico un estudio de la actividad motora en el tracto digestivo, ya que aparece: - Marcada hipercontractilidad colónica y sig- moidea frente a gran variedad de estímulos. - El patrón electromiográfico colónico carac- terístico en el SII es el aumento de la frecuencia de las ondas lentas. - La estimulación rectal (distensión con balón o tras instilación intrarrectal de suero fisiológico) da lugar a mayor número de contracciones rec- tales y relajaciones del canal anal. - En el intestino delgado proximal también se han constatado anomalías motoras paroxísticas. - En otros niveles las alteraciones son menos frecuentes. Se ha hablado de "esófago irritable" (ondas deglutorias hipercinéticas y disminución del tono del esfínter esofágico inferior). En el estómago no se han demostrado alteraciones de forma precisa Puede ser problemático por compartir su sinto- matología con múltiples enfermedades orgánicas, no existir marcadores biológicos, histológicos ni morfológicos, porque su etiología y fisiopatología son en gran parte desconocidas y, por último, por su gran variabilidad clínica y evolutiva los síntomas deben estar presentes durante al menos 12 sema- nas, no necesariamente consecutivas, en los 12 meses precedentes para su diagnóstico2,18,19. Es típica la presencia de dolor abdominal y altera- ciones del tránsito intestinal, acompañados de otra sin- tomatología digestiva. Son síntomas sugestivos de SII los que forman parte de los Criterios de Roma II, además de sensación de evacuación incompleta, eliminación de moco visible durante la defecación, sensación de repleción, disten- sión o hinchazón, y ausencia de síntomas nocturnos (Figura 1). Diagnóstico por exclusión Es un procedimiento que requiere un gran número de pruebas complementarias, costosas, casi siempre molestas para el paciente y, en ocasiones, incluso peli- grosas por ser invasivas o por exponer al paciente a radiaciones18. Diagnóstico clínico positivo Es el recomendado. La pauta diagnóstica se basa en: - Los criterios diagnósticos (preferentemente los de ROMA II). - La detección de los posible síntomas o sig- nos de alarma (sin síntomas de alarma los Criterios de ROMA II son sensibles y específicos). - Una exploración física inmediata y cuidado- sa en la primera consulta. - La exclusión de enfermedades orgánicas, mediante la utilización de una serie limitada de exploraciones complementarias que, ocasional- mente, deben ampliarse dependiendo de los subgrupos sintomáticos. - Reevaluación diagnóstica si hay fracaso terapéutico (4-6 semanas) utilizando otras prue- bas complementarias basadas en síntomas pre- dominantes24. Criterios diagnósticos Criterios de Manning (1978) Eran los más utilizados hasta hace unos años: - Dolor abdominal frecuente (más de 6 episo- dios al año), que mejora con la deposición. - Deposiciones blandas/pastosas al inicio del dolor. DIAGNÓSTICO ESTUDIOS FISIOPATOLÓGICOS mg 216
  • 7. RR EE VV II SS II ÓÓ NN R E V I S T A D E L A S E M G S í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225 - Aumento del número de deposiciones con el inicio del dolor. - Sensación de distensión abdominal. - Mucosidad en las deposiciones. - Sensación de tenesmo rectal (evacuación incompleta). Estos criterios presentaban una adecuada espe- cificidad, pero su sensibilidad no era satisfactoria2. Criterios de Roma II Un Comité de Expertos elaboró en Roma unos crite- rios diagnósticos, revisados en 1999 (Tabla 1). En un estudio, estos criterios mostraban una sensibilidad del 61%, una especificidad del 43%, un valor predictivo positivo del 93% y un valor predictivo negativo del 86%. En diversos estudios se ha demostrado que su valor diagnóstico es alto si se asocian a una batería analítica básica y a una historia psicosocial, inclu- yendo historia de abusos físicos y/o sexuales y en ausencia de "signos de alarma"25. Investigación de las causas desencadenantes - Farmacológicas (Tabla 2). - Alimenticias: alcohol, grasas, picantes, cafeína, chocolate, leguminosas... - Situaciones estresantes. - Estado psicológico del paciente (ansiedad, depresión); descartar enfermedades psiquiátricas. Se encuentra resumido en la tabla 3: - Si predomina la diarrea debemos considerar: diarrea infecciosa, parasitosis intestinal, enferme- dad inflamatoria intestinal, insuficiencia pancreáti- DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DEL SII2 mg 217
  • 8. Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225 R E V I S T A D E L A S E M G RR EE VV II SS II ÓÓ NN - Deficiencia o intolerancia a la lactosa - Consumo excesivo (comidas o bebidas) o intolerancia a carbohidratos como sorbitol o fructosa. - Bacteriana: Salmonella, Clostridium difficile, Campylobacter jejuni, Yersinia enterocolitica. - Parasitosis: Giardia lamblia, Entamoeba histolytica. - Infecciones oportunistas asociadas con el SIDA - Enfermedad de Crohn - Colitis ulcerosa - Enfermedades del intestino delgado: enfermedad celiaca, enfermedad de Whipple, síndrome del intestino corto, linfomas, abetalipoproteinemia, hipogammaglobulinemia, gastroenteritis eosinofílica. - Insuficiencia pancreática, pancreatitis crónica - Sobrecrecimiento bacteriano - Colitis colagenosa o linfocítica - Síndromes postquirúrgicos - Impactación fecal - Diverticulitis - Seudoobstrucción intestinal - Patología biliar (colecistitis, cólico biliar) - Úlcera péptica - Cáncer de colon, adenoma velloso - Gastrinoma, carcinoide, vipoma - Cáncer pancreático - Linfoma intestinal - Síndrome de Zollinger-Ellison - Síndrome de Verner-Morrison - Síndrome carcinoide - Neoplasia gástrica -Dispepsia funcional -Diarrea funcional -Dolor abdominal funcional -Estreñimiento funcional -Disinergia del suelo pélvico - Enfermedad de Addison - Diabetes mellitus - Hipertiroidismo/ hipotiroidismo - Ansiedad/ trastornos de pánico - Somatización -Carcinoma medular del tiroides -Tumores productores de calcitonina - Patología vascular mesentérica - Porfiria - Intoxicación plúmbica - Tabes dorsal - Hernia inguinal/crural - Cardiopatía isquémica Tabla 3. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DEL SII ENFERMEDADES GASTROINTESTINALES ENFERMEDADES EXTRADIGESTIVAS Factores dietéticos Infecciones Enfermedad inflamatoria intestinal Malabsorción Causas intestinales Tumores Otras enfermedades funcionales gastrointestinales Causas endocrinometabólicas Causas renales: litiasis renal Causas ginecológicas: endometriosis Trastornos psiquiátricos Fármacos (tabla 2) Tumores neuroendocrinos Otras S í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e mg 218
  • 9. ca exocrina, síndrome del intestino corto, abuso cró- nico de laxantes, tumores endocrinos digestivos (síndrome de Zollinger-Ellison, de Verner-Morrison, carcinoide), hipertiroidismo, intolerancia a carbohi- dratos, enfermedad por gluten, enfermedad de Whipple, linfoma intestinal, síndrome de inmunode- ficiencia, amiloidosis, enteropatía diabética... - Si predomina el estreñimiento debemos descar- tar: diverticulitis colónica, apendicitis, colecistitis, cóli- co biliar, úlcera péptica, porfiria, cáncer (gástrico, pancreático o colónico), intoxicación plúmbica, tabes dorsal, insuficiencia vascular intestinal, hernia ingui- no-crural, endometriosis, cardiopatía isquémica, uro- patías... Resulta esencial reconocerlos para orientarnos hacia una patología orgánica: - Fiebre. - Anemia. - Anorexia. - Evolución clínica progresiva. - Uso reciente de antibióticos. - Diarrea persistente que no remite. - Estreñimiento importante que no cede. - Síntomas nocturnos o bien dolor nocturno fre- cuente. - Rectorragias no atribuibles a lesiones locales (hemorroides, fisura anal). - Presencia de heces muy voluminosas con sig- nos de esteatorrea. - Pérdida de peso significativa (superior al 5% durante el año precedente) en ausencia de depresión. - Aparición de nuevos síntomas tras un período de tiempo prolongado de remisión clínica. - Inicio reciente de síntomas en pacientes mayo- res de 50 años. - Historia familiar de cáncer, de poliposis gastrointestinal, de enfermedad inflamato- ria intestinal o de enfermedad celiaca. - Anomalías en la exploración física. Dificultad terapéutica Aún hoy no existen estudios documentados acerca de la eficacia en el tratamiento del SII (Tabla 4). En el presente trabajo se muestra una revisión de los trata- mientos hasta ahora utilizados y de su eficacia, así como unos apuntes sobre perspectivas terapéuticas futuras. A la hora de elegir un tratamiento nos encontramos con una serie de dificultades: - La necesidad de un enfoque multifactorial terapéu- tico. - La gran variabilidad individual en la expresión clí- nica y en la respuesta al tratamiento. - La dificultad para realizar los ensayos terapéuticos. - La presencia de muchos productos en el mercado con poca base científica2. Los dos objetivos principales son: modificar factores psicológicos y combatir síntomas digestivos. Debe ser un tratamiento individualizado para cada paciente. En la actualidad se recomienda un tratamiento gra- dual basado en la gravedad del SII. Relación médico-paciente Se ha demostrado que una relación médico- paciente positiva conduce a una mejor evolución de estos pacientes. Los pacientes con SII tienen una respuesta al placebo de hasta el 60%. En un modelo de entrevista centrado en el enfer- mo y en un ambiente de confianza, empático y sin prejuicios, se debe indagar sobre el conocimiento que tiene el paciente acerca de su enfermedad, la interpretación y la preocupación generadas y el impacto sobre su calidad de vida. Una vez formulado el diagnóstico, el médico debe proporcionar una información adecuada e individuali- zada y unas expectativas realistas sobre el pronóstico de la enfermedad. En el proceso diagnóstico y terapéutico se debe involu- crar al paciente y respetar su autonomía. Es muy impor- tante que entienda que es una enfermedad crónica y la necesidad de controlar los factores biopsicosociales desen- R E V I S T A D E L A S E M G Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225S í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e RR EE VV II SS II ÓÓ NN TRATAMIENTO SÍNTOMAS Y SIGNOS DE ALARMA mg 219
  • 10. Nº 6 3 -A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225 R E V I S T A D E L A S E M GS í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e HH AA BB II LL II DD AA DD EE SS EE NN SS AA LL UU DD MM EE NN -- cadenantes, agravantes y perpetuantes del proceso9. Medidas higiénico-dietéticas28 Se debe realizar educación para la salud con con- sejos como: comer despacio, mantener un horario fijo de comidas, evitar el consumo de bebidas gaseosas y de alimentos irritantes o flatulentos, así como el de chi- cles, tabaco... Todo ello con el fin de disminuir la dis- tensión abdominal. Además se deben evitar los ali- mentos que empeoren los síntomas. La dieta será pobre en grasas, para evitar el estí- mulo de la motilidad colónica (útil en pacientes con dolor postprandial). El uso de la fibra dietética en pacientes con estreñimiento es un asunto controvertido. Se ha usado mucho el salvado de trigo; en un artículo de revisión que valora, mediante metaanálisis, su efec- to, se concluye que tiene los mismos efectos de aumento de volumen y de peso de las heces y de disminución del tiempo de tránsito intestinal tanto en sujetos sanos como en quienes padecen SII, estreñimiento o diverticulosis. Hay otros estudios RR EE VV II SS II ÓÓ NNmg 220
  • 11. R E V I S T A D E L A S E M G S í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225 que comparan el uso de fibra y el de placebo y no hallan mejoría significativa. Se encuentra en estudio la eficacia de la terapia con probióticos. Parecen actuar mediante la esti- mulación de la flora intestinal, modulando las bac- terias existentes en colon, y por su efecto antiinfla- matorio sobre la mucosa intestinal y su competen- cia con las bacterias patógenas de la flora colónica. Modificación del estilo de vida Se recomienda ejercicio físico para evitar el estre- ñimiento, reposo si lo que predomina es la diarrea, y calor local en el caso de dolor abdominal. Tratamiento psicológico28,29 Debe ser llevado a cabo por el médico respon- sable del paciente y probablemente se trate de la medida terapéutica más eficaz. Para ello hay que ganarse su confianza a través de una relación médico-enfermo positiva, con el fin de posibilitar su educación y tranquilización30, tomarse en serio su patología mediante una anamnesis y exploración minuciosa y las pruebas complementarias precisas. En esta valoración clínica inicial es importante indagar los factores relacionados con la sintomatolo- gía y los motivos de la consulta. Es fundamental conocer los siguientes aspectos: - Factores desencadenantes de los síntomas (die- téticos, farmacológicos y psicológicos). - Si hay preocupación por alguna enfermedad grave (principalmente cancerofobia). - Presencia de vivencias estresantes en el ambien- te del paciente (historia de abuso, pérdidas significa- tivas). - Comorbilidad psiquiátrica (ansiedad o depre- sión). Es conveniente hacer comprender al paciente que no tiene una enfermedad grave. Hay que explicarle en qué consiste el SII y además hay que educarle para que aprenda a detectar factores desencadenan- tes y enfrentarse a ellos. Sin embargo, en una revisión hecha acerca de tratamientos psicológicos se concluye que su efica- cia no está bien establecida por la existencia de carencias metodológicas. Medidas farmacológicas28 Tratamiento sintomático ESTREÑIMIENTO Los productos que se han usado para combatir este síntoma son: el salvado de trigo, laxantes formadores de masa (ispaghula, psyllium), laxantes con efecto osmótico (lactulosa, lactitol), preparados farmacéuticos (plantago ovata) y procinéticos (cisaprida y cinitaprida). El plantago ovata aumenta el volumen de las heces. Según estudios realizados en pacientes con SII a los que se administró este preparado, se observan resultados simila- res a los derivados del uso de fibra; por tanto se trata de una opción terapéutica sin valor como único tratamiento. Hay varios estudios con cisaprida pero con resulta- dos discordantes; dados sus efectos secundarios sobre la repolarización cardiaca, se desaconseja su uso. DIARREA El fármaco más usado es la loperamida, opiáceo de acción periférica y pocos efectos sobre sistema nervio- so central (SNC). Mejora la diarrea y controla la urgen- cia defecatoria si se administra previamente a las situa- ciones estresantes. También es útil el difenoxilato, pero tiene más efec- tos sobre SNC. La colestiramina (secuestra ácidos biliares) es útil en pacientes con malabsorción idiopática de ácidos bilia- res, pero puede ser beneficiosa en SII, ya que el tránsi- to intestinal acelerado puede provocar malabsorción de dichos ácidos. Aun así, se considera de segunda línea. DOLOR ABDOMINAL Se emplean fármacos anticolinérgicos con efecto espasmolítico. Son especialmente útiles en el dolor postrandial, ya que disminuyen el reflejo gastrocólico. Según un metaanálisis de 1994, en el que se revi- san los fármacos utilizados hasta el momento, se con- cluye que mejoran el estado general más que placebo, pero son peor que placebo en el control de la dis- RR EE VV II SS II ÓÓ NN mg 221
  • 12. Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225 R E V I S T A D E L A S E M GS í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e tensión y estreñimiento. En este estudio se demues- tra que bromuro de cimetropio, bromuro de octilo- nio y bromuro de diciclomida son más eficaces que placebo en el control del dolor abdominal; se des- aconseja el uso de este último y del aceite de menta por sus efectos secundarios. También se desaconseja la hioscina por tener efecto terapéuti- co menor que el resto. Hace además referencia al bromuro de pinaverio, a la trimebutina y a la mebeverina. Una revisión sistemática del 2000 demuestra, en estudios de alta calidad, que cuatro fármacos (cime- tropio, pinaverio, octilonio y trimebutina ) son eficaces. Existen otras revisiones que determinan la efica- cia de los espasmolíticos, con mayor mejoría del dolor que el placebo. Se han utilizado también para el control del dolor fármacos antidopaminérgicos y antagonistas del cal- cio (domperidona y diltiazem) para bloquear la res- puesta motora del colon a la comida, pero son de poca eficacia y pueden aumentar el estreñimiento. ANSIEDAD Y DEPRESIÓN Los psicofármacos son útiles cuando existe ansiedad y/o depresión. Para disminuir la ansiedad y romper el círculo vicioso que mantiene los síntomas se utilizan, durante periodos de tiempo breves, las benzodia- cepinas. En casos de depresión asociada se aconseja trata- miento con antidepresivos, por sus efectos como tales, los efectos antimuscarínicos y sobre el dolor. Los más utilizados hasta ahora han sido los tricíclicos (amitriptilina) y la mianserina, aunque más reciente- mente se han probado los ISRS, sobre todo la paro- xetina, con resultados positivos31. Según un estudio32 en el que se evaluó el efecto de los antidepresivos en trastornos funcionales digestivos, se concluye que estos fármacos parecen tener efecto beneficioso sobre los síntomas del SII, pero reconocen que se trata de estudios de baja calidad. También se ha demostrado que disminuyen la diarrea, por lo que estarían indicados cuando predomina este síntoma. Nuevas perspectivas terapéuticas El reto para el tratamiento futuro consiste en actuar sobre los distintos mecanismos patogénicos implicados en el SII33. Así, está en fase de desarrollo una serie de sustancias, aún no comercializadas en nuestro país. Entre ellas: - Tegaserod: agonista de los receptores 5-HT4; en un estudio a doble ciego, en dosis de 2 ó 6 mg dos veces al día, mejoró las molestias abdominales, la distensión abdominal y el estreñimiento en comparación con pla- cebo, en pacientes con SII con predominio de estreñi- miento; los acontecimientos adversos más frecuentes en pacientes con SII con predominio de estreñimiento que recibieron el tratamiento por vía oral consistieron en diarrea y flatulencia de carácter transitorio34,35. - Fedotozina: agonista opiáceo selectivo de recepto- res kappa. - Loxiglumida: antagonista de la CCK. - Ondansetrón y alosetrón: antagonistas 5-HT3. - Zamifenacina: antagonista selectivo de los recep- tores muscarínicos M3 selectivos del intestino. - Leuprolida: agonista de la hormona liberadora de gonadotropina. En el SII la calidad de vida está afectada en todas las esferas del individuo, tanto en su activi- dad física y percepción de su salud, como en lo laboral, social y familiar; no parece estar influida por la predominancia de diarrea o constipación, pero sí por la gravedad sintomática, la personali- dad y el estrés38. La calidad de vida relacionada con la salud (CVRS), Health-Related Quality of Life (HRQOL)39, integra el grado de funcionalidad (relacionado con la capacidad y posibilidad de desarrollar fun- ciones vitales), la interacción con el medio (com- portamiento), la relación entre bienestar y salud y la percepción subjetiva de la propia salud y el sentido general de satisfacción. El paciente es el que establece el criterio de gravedad ante una RR EE VV II SS II ÓÓ NN LA CALIDAD DE VIDA COMO MEDIDA DE SALUD29,36,37 mg 222
  • 13. R E V I S T A D E L A S E M G Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225S í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e situación patológica concreta usando distintas variables a las del profesional sanitario. La medición de los valores de normalidad o puntua- ción a través de cuestionarios de calidad de vida rela- cionada con la salud se establecen en la población sana y las desviaciones de estos valores cuantifican la reper- cusión o impacto de la enfermedad en la vida diaria del individuo y en su percepción de la salud y bienestar. Las ventajas de estos cuestionarios son la sencillez, la repro- ductibilidad, la rapidez y la autoadministración, siempre y cuando cumplan con las propiedades psicométricas de validez, fiabilidad, sensibilidad y precisión. Cuestionarios genéricos Se utilizan para: - Comparar la CVRS en el SII frente a otras enfer- medades crónicas. - Comparar la CVRS en el SII frente a otros trastor- nos funcionales digestivos. El SF-36 (Medical Outcomes Study Short Form): en los pacientes con SII se advierte una mayor afecta- ción de la energía, la fatiga, las limitaciones de la actividad, el dolor y la percepción de la salud. Los pacientes del grupo con estreñimiento predominante son, con mayor frecuencia, mujeres y refieren más a menudo saciedad precoz, distensión, síntomas mus- culoesqueléticos y deterioro del sueño, apetito y fun- ción sexual. La afectación de la calidad de vida de estos pacien- tes puede estar en relación tanto con los síntomas de la enfermedad como con los rasgos neuróticos o de dis- trés psicológico en su personalidad, según se despren- de de la comparación de estos cuestionarios con los que evalúan los rasgos neuróticos (NEO Personality Inventory) o el distrés psicológico (SCL-90-R); se han encontrado correlaciones significativas. También se utiliza el Beck Depresión Inventory (BDI) para la cuantificación de los síntomas depresivos. El grado de estrés también se correlaciona con la intensidad sintomática de estos pacientes. En el SII hay una mayor predisposición a presentar depresión; estos casos son más propensos al dolor de espalda, la debilidad y la pirosis. Comparando las escalas del SF-36 del SII con las aplicadas en la dispepsia funcional y la EII, el grado de afectación es similar. Respecto a los pacientes con insu- ficiencia cardiaca congestiva también es similar, menos en las dimensiones como la función física, la capacidad laboral y la salud general, en las que estos últimos las presentan más alteradas. En el SII presentan una mayor afectación de su calidad de vida en todas las dimensio- nes del SF-36, excepto en la función física, que los pacientes con ERGE. También es peor que en los que padecen diabetes mellitus e insuficiencia renal crónica. Los aspectos más significativamente alterados en el SII son la energía/fatiga, el dolor generalizado y la per- cepción general de salud. Se ha diseñado una versión abreviada del SF-36, el SF-12. Otro cuestionario genérico es el Sickness Impact Profile, con 136 ítems agrupados en 12 categorías. Cuestionarios específicos Son los contenidos en la tabla 5. Sirven para: - Comparar la CVRS en el SII de pacientes que con- sultan con la de los que no consultan. - Comparar la CVRS en los distintos tipos de SII (dia- rrea-estreñimiento). - Valorar el impacto sobre la función sexual. - Utilizar la CVRS como herramienta de medida del beneficio terapéutico. Los más representativos son: - El de Francis et al (1997). - El IBSQOL (Hahn et al, 1997), con 30 ítems (varia- bles o preguntas) basadas en 10 dimensiones (catego- rías o dominios) de la vida; está ya adaptado a nuestro idioma. - El IBS-QOL (Patrick et al, 1998), con 34 preguntas basadas en 8 dimensiones de la vida. - El del grupo canadiense de Wong et al (1998), con 26 ítems. - El FDDQL, que mide los trastornos funcionales digestivos; consta de 43 ítems distribuidos en 8 dimen- siones. VALORACIÓN DE LA CALIDAD DE VIDA RR EE VV II SS II ÓÓ NN mg 223
  • 14. Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225 R E V I S T A D E L A S E M GS í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e - El IBSQ (1998) con 26 variables agrupadas en 4 categorías. - El FBDSI, que es un índice de gravedad sintomática. Utilidad de los cuestionarios específicos en la valoración del tratamiento La valoración de la respuesta al tratamiento del SII es compleja por el distinto enfoque terapéutico (desde el tratamiento sintomático hasta el abordaje global biopsicosocial), la multifactoriedad, la gran variabilidad sintomática, la elevada frecuencia de la respuesta al placebo (que puede llegar hasta el 70% de los pacientes) y el distinto método de selección muestral, entre otros factores. Todas estas dificultades corroboran la necesidad de la inclusión del parámetro calidad de vida en la valora- ción de los resultados de cualquier estudio terapéutico. - El médico duda del diagnóstico correcto. - El paciente desconfía del diagnóstico efectuado por el médico de Atención Primaria. - En caso de persistencia de la sintomatología a pesar el tratamiento correcto y la incapacidad al paciente para el desarrollo de su actividad sociolaboral cotidiana. - Ante la sospecha de enfermedad orgánica. - Presencia de nuevos síntomas que pueda referir el paciente, que modifiquen el planteamiento diagnóstico y terapéutico inicial. 1. Gutiérrez Teira B, Gómez-Pimpollo Morales D, García de Blas González F. Síndrome del intestino irrita- ble. Formación Médica Continuada 1998;6:353-361. 2. Benages Martínez A, Mora Miguel F, Mínguez Pérez M, Peña Aldea A. Síndrome del intestino irritable. Medicine 2000;7:325-336. 3. Sebastián JJ. Síndrome del intestino irritable en "Algoritmos de Patología Digestiva para Atención Primaria". Badalona: Ediciones Médicas, S.L., 2002;6:65- 70. 4. Whitehead WE, Palsson O, Jones KR. Systematic review of the comorbidity of irritable bowel syndrome with other disorders: what are the causes and implications? Gastroenterology 2002;122:1140-56. 5. Álvarez MA, Villagrasa M. Definición y clasificación del síndrome del intestino irritable. Med Clín Monogr (Barc) 2003;4:2-5. 6. Balboa A, Mearin F. Epidemiología del síndrome del intestino irritable. Med Clín Monogr (Barc) 2003;4:6-11. 7. Kenneth WH, Thompson WG. Síndrome del intesti- no irritable. Barcelona: J&C Ediciones Médicas, S.L., 2000. 8. Puigdellívol C, Mearin F. Dieta y síndrome del intes- tino irritable. Med Clín Monogr (Barc) 2003;4:30-4. 9. Kevin W, Olden MD, Heather J, Chial MD. Síndrome del intestino irritable. ¿Cómo diagnosticar?. ¿Cómo tra- tar?. Madrid: Jarpyo Editores, S.A., 2002;23:355-375. 10. Kellow JE, Delvaux M, Azpiroz F, Camilleri M, Quigley EMM, Thompson DG. Principio de neurogastro- enterología aplicada: fisiología/ motilidad-sensación. Gut 1999;45:19-27. 11. Rey Díaz-Rubio E. La sensibilidad visceral en el síndrome del intestino irritable. Gastroenterology and Hepatology. Barcelona: EDIDE, S.L., 2001;49-55. BIBLIOGRAFÍA RR EE VV II SS II ÓÓ NN CRITERIOS DE DERIVACIÓN A ATENCIÓN ESPECIALIZADA40 Alteraciones psicosociales. Uso de recursos sanitarios Conducta anormal de la enfermedad Medidas terapéuticas 0: ausencia; +: leve; ++: moderado; +++: marcado. SII: sín + 0 - Relación terapéutica - Educación sanitaria - Psicoterapia de apoyo - Psicoterapia breve (entrenamiento previo) - Modificación del estilo de vid - Normas higiénico-dietéticas mg 224
  • 15. R E V I S T A D E L A S E M G S í n d r o m e d e l i n t e s t i n o i r r i t a b l e Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 211-225 RR EE VV II SS II ÓÓ NN 12. Mearin F. Trastornos funcionales digestivos: de la motilidad a la sensibilidad. Jano 2000;5:14-18. 13. Morris-Yates A, Talley N, Joyce PM, et al.: Evidence of a genetic contribution to functional bowel disorder. Am J Gastroenterol 1998; 93:1311-1317. 14. Serra J, Azpiroz F, Malagelada JR. Impaired transit and tolerance of intestinal gas in the irritable bowel syndrome. Gut 2001;48:14-19. 15. Horwitz BJ, Fisher RS. The irritable bowel syndro- me. N Engl Med 2001;344:1846-1850. 16. Spiller RC, Jenkins D, Thornley JP, Hebden JM, Wright T, Skinner M, Neal KR. Increased rectal mucosa enteroendocrine cells, T lymphocytes, and increased gut permeability following acute Campylobacter enteritis and in post-dysenteric irritable bowel syndrome. Gut 2000;47:804-811. 17. Modolell Aguilar I, Mearin F. Síndrome del intesti- no irritable tras gastroenteritis aguda. Med Clín Monogr (Barc) 2003;4:35-6. 18. Balboa A, Martínez G. Síndrome del intestino irri- table. Breves datos epidemiológicos del síndrome del intestino irritable. Jano 2002;1423:26-32. 19. Mearin F, Balboa A. Síndrome del intestino irrita- ble. Presentaciones clínicas y criterios diagnósticos del sín- drome del intestino irritable. Jano 2002;1423:49-51. 20. Drossman DA, Whitehead WE, Camilleri M. Irritable bowel syndrome: a technical review for practice guideline development. Gastroenterology 1997;112:2.120-2.137. 21. Moreno-Osset E. Ser o no ser del síndrome del intestino irritable. Med Clin (Barc) 2001;117:257-259. 22. Bixquert Jiménez M. Criterios actuales en el diag- nóstico del síndrome de intestino irritable: ¿una herra- mienta útil?. Medicina Integral 2001;6:257-269. 23. Pérez-Piqueras J, Díaz-Rubio M, Rey Díaz-Rubio E, Álvarez Sánchez A. Aparato digestivo. Revisión e imáge- nes: Síndrome de Intestino Irritable. Madrid: Pentacrom, S.L., 1999. 24. Mínguez Pérez M, Benages Martínez A. Diagnóstico del síndrome del intestino irritable. Med Clín Monogr (Barc) 2003;4:37-40. 25. Olden KW. Diagnosis of irritable bowel syndrome. Gastroenterology 2000;122:1701-14. 26. Yawn BP, Lydick E, Locke GR, Wollan PC, Bertram SL, Kurland MJ. Do published guidelines for evaluation of Irritable Bowel Syndrome reflect practice?. BMC Gastroenterol 2001;1:11. 27. Mendive Arbeloa JM. Nuevo concepto del síndro- me del intestino irritable: un trastorno del siglo XXI. Jano 2002; 1420:30-33. 28. Balboa A, Benavent J. Síndrome del intestino irri- table. Tratamiento del síndrome del intestino irritable. Presente y futuro. Jano 2002;1423:52-60. 29. Drossman DA, Creed FH, Olden KW, Svedlund J, Toner BB, Whitehead WE. Aspectos psicosociales de los trastornos gastrointestinales funcionales. Gut 1999;45:28-34. 30. Moreno -Osset E, Antón Conejero MD, del Val Antoñana A. Tratamiento del síndrome del intestino irrita- ble. Med Clín Monogr (Barc) 2003;4:41-7. 31. Drossman DA, Talley NJ, Olden KW, Leserman J, Barreiro MA. Sexual and physical abuse and gastrointes- tinal illness. Review and recommendations. Ann Intern Med 1995;123:782-794. 32. Jackson JL, O´Malley PG, Tomkins G, Balden E, Santgoro J, Kroenke K. Treatment of functional gastroin- testinal disorders with antidepressant medications: a metaanalysis. Am J Med 2000;108:65-72. 33. Kellow JE. Advances in the management of irrita- ble bowel syndrome. J Gastroenterol Hepatol 2002;17: 503-7. 34. Lesley JS, Perry CM. Tegaserod. Drugs 1999;58:491-498. 35. Rey Díaz-Rubio E. Novedades terapéuticas en el síndrome de intestino irritable. Gastroenterología Integrada 2002; 3:98-104. 36. López Vivancos J, Casellas Jordá F. La calidad de vida en el síndrome del intestino irritable. Medicina Integral 2001; 8:357-362. 37. Nos P, Calvo F, Ponce J. Síndrome del intestino irri- table. ¿Cómo afecta a la calidad de vida de los pacientes el síndrome del intestino irritable?. Jano 2002;1423:33- 39. 38. Benages A, Moreno-Osset E, Minguez M, Mora F, Peña A. Síndrome del intestino irritable. En Manual para el médico general. Barcelona: Cuscó Arts Grafiques, S.A.,1995. 39. El-Serag HB. Olden K, Bjorkman D. Health-related quality of life among persons with irritable bowel syndro- me: a systematic review. Aliment Pharmacol Ther 2002;16:1171-1185. 40. Ducóns García J. Tratamiento del síndrome del intestino irritable. Medicina Integral 2000;5:228-233. BIBLIOGRAFÍA mg 225
  • 16. Nº 6 3 - A B R I L 2 0 0 4 - P Á G 226-235 R E V I S T A D E L A S E M G La migraña es una patología que comporta una importante repercusión en la calidad de vida del paciente, ya que además del dolor se produce una situación de imprevisibilidad de la duración y gravedad de los ataques. Su manejo puede ser difícil en Atención Primaria, donde a veces no es reconocida, en ocasiones infradiagnosticada y muchas veces no reci- be los tratamientos adecuados. La valoración no debe limitarse al grado de dolor, sino que se deben incluir dentro de las estrategias diagnósticas otros factores que influyen en la calidad de vida. Para valorar el grado de discapacidad deben incluirse, junto con la valoración de la frecuencia e intensidad de las crisis, la inquietud del paciente ante lo imprevisible de las mismas y las alteraciones de humor reactivas, con el fin de valorar el impacto que ocasiona en el paciente y en la sociedad. Han sido desarrolladas varias escalas, aunque pocas han sido validadas en castellano. Con ellas se ha brindado la posibilidad de una comunicación estre- cha entre el paciente y el médico; son instrumentos válidos para determinar la gravedad de la migraña y poder realizar un seguimiento evolutivo de la eficacia del tratamiento. Los importantes costes que supone al sistema sanitario obligan al desarrollo de estrategias pre- ventivas y terapéuticas eficaces y eficientes. Los triptanes han demostrado un perfil farmacoecómi- co adecuado, ya que su potencia terapéutica aho- rra costes laborales y aminora la repercusión social de la enfermedad. La definición de "calidad de vida" es demasiado amplia y subjetiva. Incluye la evaluación de todas las áreas en las que una persona se desenvuelve, así como el impacto cualitativo y cuantitativo de las dife- rentes patologías en cada uno de los afectados. Se abarca desde el tipo de enfermedad y la posible limi- tación física asociada, hasta los efectos (beneficiosos y adversos) de los tratamientos recibidos y sus costes, sin olvidar diversas condiciones subyacentes que se combinan, como la experiencia vital previa. Todos estos factores modifican el pronóstico de la enferme- dad. Además, dicha calidad de vida cambia per- manentemente con el tiempo, no solamente por las propias condiciones del paciente, sino debido a que las situaciones familiares y sociales se alteran constantemente2,13. La migraña es un trastorno neurológico cróni- co que produce ataques episódicos caracteriza- dos por dolor de cabeza y diversos síntomas aso- ciados y, con mucha frecuencia, discapacidad temporal3. Se calcula que el 25% de los pacien- tes experimentan 4 o más crisis mensuales, el 35% 1 a 3 crisis por mes y el 40% 1 o menos ata- ques al mes. Un 85% de los pacientes tiene algu- na incapacidad relacionada con su migraña4. Esta enfermedad puede considerarse en nuestros días uno de los principales problemas de salud. En primer lugar, por su alta prevalencia, y, en El paciente con migraña: perspectiva desde la afectación individual a la repercusión social Domínguez Salgado M1, Santiago Gómez R2 1 Servicio de Neurología. Hospital Puerta de Hierro (Madrid) 2 Atención Primaria. Área IV. Madrid RESUMEN EPIDEMIOLOGÍA DE LA MIGRAÑA: DE LA AFECTACIÓN INDIVIDUAL A LA REPERCUSIÓN SOCIAL Y SANITARIA RR EE VV II SS II ÓÓ NNmg 226