2. DE F INI C IÓN…
Epiqueya es un acto o hábito moral que permite al hombre eximirse
de la observancia literal externa de una ley positiva con el fin de ser
fiel al sentido de ella o a su espíritu auténtico.
3. FUNDAMENTO DE LA
EPIQUEYA
Es el carácter necesariamente imperfecto de toda ley escrita, humana,
Por una parte la ley natural exige al hombre que se someta, como
condición de su ser social, al legislador humano; pero por otro lado, al
no estar fundada la ley positiva en la naturaleza de las cosas, sino en la
realidad tal y como es entrevista por un legislador forzosamente
limitado, no puede tener vigencia más que en la mayor parte de los
casos.
4. SEGÚN ARISTÓTELES :
La Epiqueya significa la equidad,
la corrección de la ley y de lo
legalmente justo en favor de lo
realmente justo. Lo cual significa
que la Epiqueya es para él el
«derecho mejor» frente a lo
legalmente justo.
5. EPIQUEYA Y JUSTICIA
La relación epiqueya-justicia es afirmada por grandes moralistas, con
anterioridad a 1940. Citemos a Henry Vermeersch quien dice que «La
epiqueya es una interpretación de la ley humana, contraria a la letra,
pero conforme al pensamiento del legislador; es un juicio prudencial
que sustrae ciertos casos a las disposiciones de la ley: como hábito
virtuoso, la epiqueya se identifica con la justicia legal bien entendida»
6. SEGÚN PLATÓN:
La Epiqueya es una aplicación e
interpretación tolerante del
derecho vigente.
Éste es en sí el derecho mejor,
pero a causa de nuestra limitación
y deficiencia debe ser aplicado con
equidad y tolerancia.
8. DEFINICIÓN:
La conciencia moral, presente en lo íntimo de la persona, es un juicio
de la razón, que en el momento oportuno, impulsa al hombre a hacer
el bien y a evitar el mal.
9. ¿CÓMO SE FORMA LA
CONCIENCIA MORAL?
La conciencia recta y veraz se forma con la educación, con la
asimilación de la Palabra de Dios y las enseñanzas de la Iglesia. Se ve
asistida por los dones del Espíritu Santo y ayudada con los consejos
de personas prudentes.
10. Gracias a ella, la persona humana percibe la cualidad moral de un acto a
realizar o ya realizado, permitiéndole asumir la responsabilidad del mismo.
Cuando escucha la conciencia moral, el hombre prudente puede sentir la voz de
Dios que le habla.