1. Lácteos; ¿Beneficios o riesgos para la salud?
MNC. IVÁN ARMANDO OSUNA PADILLA, NC
La leche y sus derivados, es decir, productos lácteos, son alimentos que el ser humano ha
consumido desde hace miles de años, desde que el hombre domesticó a ciertos tipos de animales
para obtener de ellos carne, piel y la leche. Históricamente se ha utilizado secreciones lácteas de
diferentes hembras de animales domésticos como yegua, vaca, camella y búfala. Sin embargo, en
la actualidad la de mayor consumo es la de vaca, la cual corresponde a un 95% de la leche que se
comercializa1.
La leche de vaca está constituida mayormente por agua (87%), en la cual se encuentran disueltos
lípidos (3.5%), sustancias nitrogenadas (3.2%) e hidratos de carbono (5.1%), así como sales
minerales (0.9%), composición que le brinda diversas propiedades por ser una fuente rica en
proteínas y calcio1.
Recientemente el tema de los lácteos y su relación con la salud ha dado mucho de qué hablar,
debido a diversas controversias que existen sobre las implicaciones que pudiera tener este
alimento sobre la salud. Hace unos meses, en las redes sociales y diversos portales de noticias
circuló una nota la cuál mencionaba que la Facultad de Salud Pública de Harvard anunció el retiro
de los lácteos del Plato Saludable (Healty Eating Plate)
debido a que incrementan el riesgo de cáncer de próstata y
ovario2. Sin embargo en su web oficial, dicha facultad
menciona que el consumo de 2 vasos de leche al día3 es
seguro para la salud, difiriendo con la recomendación de 1
lácteo en cada alimento propuesta por Mi plato (MyPlate)4,
del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
La ciencia ha encontrado diversas relaciones positivas y
negativas entre el consumo de lácteos y la presencia de
enfermedad; entre las cuales destacan:
OBESIDAD
Diversos estudios epidemiológicos han descrito una asociación inversa entre la ingestión frecuente
de lácteos y la incidencia/prevalencia de obesidad. No se conoce específicamente el mecanismo
por el cual la ingesta de lácteos protege ante el exceso de peso, pero se han propuesto como
explicación las acciones fisiológicas de sus proteínas, caseína y suero de leche5.
Recientemente se publicó un metaanálisis, el cual incluyó 29 ensayos clínicos aleatorizados, con la
finalidad de evaluar el efecto de los lácteos en la pérdida de peso y la pérdida de masa grasa. Para
ello clasificaron dichos estudios según el tiempo de duración, como largo plazo a aquellos que
duraron más de 1 año, y los clasificaron también según si se realizó restricción calórica en la
alimentación. Los resultados mostrados en este análisis muestran que el consumo de lácteos
provee disminución en el peso y la grasa corporal únicamente a corto plazo, y cuándo se
2. acompañan de una dieta restringida en calorías. Los mecanismos que se proponen para la pérdida
de grasa corporal es el contenido elevado de calcio, lo cual reduce la lipogénesis y estimula la
lipólisis, probablemente al suprimir la formación de 1,25 dihidroxivitamina D y secreción de PTH.
Además, el calcio se combina con ácidos grasos en el intestino, formando jabones insolubles, que
disminuyen la absorción de grasa6.
Diversos estudios de cohorte concluyen que los lácteos pueden desempeñar un papel protector
ante el sobrepeso y la obesidad, sin embargo los resultados no son consistentes7.
HIPERTENSION ARTERIAL
El contenido de minerales presentes en los lácteos, como calcio y potasio, ha demostrado tener un
papel fundamental en la regulación de la presión arterial8.
Diversos estudios observacionales han documentado que la ingesta de al menos 3 vasos de leche
descremada al día provee incrementos menores en la presión arterial sistólica tras seguir a los
sujetos por 9 años, comparado con individuos que toman 1 o menos vasos al día9.Esto se ha
logrado corroborar mediante ensayos clínicos en aquellos individuos que consumen leche
descremada, no observando el efecto en quienes toman leche entera10.
REGULACIÓN DEL APETITO
Diversas investigaciones han encontrado un mayor efecto en la sensación de saciedad en los
individuos después de consumir lácteos, efecto que se le atribuye tanto al suero de leche como a
la caseína. Estos componentes de la leche al parecer tienen diversos efectos en la secreción de
GLP-1, PYY y CCK, hormonas producidas por células enteroendócrinas especializadas, implicadas
en la saciedad, sin embargo la evidencia también es poco contundente, ya que los resultados de
los ensayos clínicos difieren debido a que tienen muchas diferencias en sus metodologías11.
INFLAMACIÓN
Cómo ya se mencionó anteriormente en el aporte relacionado a la inulina12, la obesidad es
considerada un proceso inflamatorio de bajo grado, caracterizado por niveles circulantes elevados
de TNF-a, IL-1, PCR, entre otros marcadores de inflamación. Diversos estudios han identificado
disminuciones estadísticamente significativas en dichos marcadores en sujetos con sobrepeso y
obesidad que beben más de 3.5 porciones al día de leche y lácteos, comparado con aquellos que
consumen menos de media porción al
día10. Así mismo, se ha demostrado
que la ingestión de 3 porciones de
leche y lácteos al día incrementa
significativamente las concentraciones
de adiponectina en sujetos con
obesidad13. Sin embargo, un
metaanálisis publicado en el presente
año, concluye que los lácteos no
3. tienen efectos adversos en la inflamación sistémica, pero aún la evidencia disponible no es
contundente como para establecer un beneficio marcado o bien un efecto neutro en los
marcadores metabolicos14.
CANCER COLORECTAL
Diversos estudios epidemiológicos han demostrado que el consumo de 2-3 vasos de leche brinda
un efecto protector ante éste tipo de cáncer. El mecanismo de acción propuesto es que debido a
su contenido de calcio y la formación de jabones con los ácidos biliares, los lácteos reducen la
proliferación y promueven la diferenciación celular15.
DIABETES MELLITUS 2
Recientemente se ha documentado en un metaanálisis de estudios de cohorte, una asociación
inversa entre el consumo de lácteos y leche descremados y el riesgo de diabetes tipo 216.
LA OTRA CARA DE LA MONEDA
CANCER DE PROSTATA
Está demostrado que la leche de vaca contiene ciertas hormonas bioactivas, entre ellas Factor de
Crecimiento Parecido a la Insulina 1 y 2 (IGF-1 e IGF-2), las cuáles se relacionan a la administración
de hormona de crecimiento recombinante a las vacas con la finalidad de incrementar la
producción de leche. Dependiendo de la cantidad de leche consumida, las concentraciones séricas
en el humano de IGF-1 incrementan en un 10-20% en adultos, y un 20-30% en niños. El IGF-1 juega
un papel importante en la regulación del crecimiento y la homeostasis de varios tejidos,
promoviendo el crecimiento, la proliferación, la lipogénesis, e inhibiendo la apoptosis celular.
Diversos estudios han correlacionado las concentraciones elevadas de IGF-1 con incremento en
ciertos tipos de cáncer. Se ha documentado un leve incremento en la incidencia de cáncer en
hombres que consumen más de 2-3 porciones de lácteos al día. Sin embargo, los estudios difieren
mucho en los resultados obtenidos. Se ha
estudiado como posibles agentes detonantes
del cáncer al calcio, al fosfato y al acido fitánico
presente en dichos productos17. Sin embargo,
no se ha observado que en hombres con
diagnóstico de cáncer, el consumo de leche
descremada incremente la mortalidad o
acelere la progresión, si observando una mayor
progresión en aquellos que beben leche
entera18.
ENFERMEDAD DE PARKINSON
Diversos estudios realizados en la década pasada documentan una relación directa entre el
consumo de lácteos y la Enfermedad de Parkinson en hombres19, no observando dicho efecto en
mujeres20.Recientemente se publicó un estudio de casos y controles, no encontrándose dicha
relación independientemente del sexo de los pacientes21.
4. CONCLUSION
Como profesionales de la salud y la nutrición, debemos basar nuestras recomendaciones y
decisiones en evidencia científica y no en mitos o información proveniente de fuentes no
confiables. Si bien los lácteos incrementan ligeramente el riesgo a padecer cáncer de próstata, se
han encontrado beneficios sólidos y otros poco contundentes en la mayoría de las enfermedades
crónicas no transmisibles. Es decisión de cada uno de nosotros, más allá de ser partidario de
diversos patrones de alimentación o corrientes filosóficas-alimentarias, proveer de los beneficios a
nuestros pacientes, o bien, evitar los riesgos, siempre con la mejor evidencia científica disponible.
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5. MNC. Iván Armando Osuna Padilla, NC
Licenciado en Nutrición, Universidad Autónoma de Durango
Maestría en Nutrición Clínica, Instituto Nacional de Salud Pública
Diplomado en Metabolismo, Obesidad y Nutrición, Instituto Politécnico Nacional
Diplomado en Prevención de Enfermedades Crónicas I-II, Instituto Nacional de Salud Pública
Diplomado en Nutrición y Dietoterapia, Universidad Autónoma de Sinaloa
Nutriólogo Certificado, Colegio Mexicano de Nutriólogos
Docente en Unidad Académica de Ciencias de la Nutrición y Gastronomía, Universidad Autónoma de Sinaloa
Consultor Privado