El documento describe la fragmentación del sistema educativo argentino en tres niveles: jurisdiccional debido a la Ley Federal de Educación de 1993 que descentralizó el sistema; público-privado con las clases medias y altas retirándose de las escuelas públicas hacia opciones privadas desde la década de 1960; y entre las propias escuelas privadas donde los padres ahora buscan grupos de estudiantes homogéneos.