1. ¿Qué es la honestidad laboral?
¿Puede usted permitirse absorber a nuevos empleados sin diagnosticar su nivel de
honestidad?
Los últimos años están marcados por una conciencia creciente acerca del daño sustancial
que lleva consigo el comportamiento corrupto y no confiable mostrado por ejecutivos y
empleados en las organizaciones.
La selección sistemática, profesional, objetiva y el análisis de candidatos a un empleo han
sido probados como los procedimientos más eficientes en la prevención de malversación,
negligencia y fuga de información.
Si alguna vez hiciéramos un listado de las cualidades que nos gustaría encontrar en los
empleados, seguramente enunciaríamos la honestidad, porque garantiza confianza,
seguridad e integridad. Un empleado honesto es aquel que aspira a observar los códigos de
conducta y ética más elevados, que es leal a los principios de la empresa u organización en
la que labora y cuyas decisiones se basan en discernir claramente entre lo que es correcto y
lo que es erróneo.
Honestidad significa no hacer nunca un mal uso de lo que se nos confía, no mentir
continuamente, no simular trabajar, no cumplir con los compromisos hechos, no dar
información confidencial a un tercero, no aceptar sobornos, no trabajar bajo el efecto del
alcohol o las drogas y no utilizar los recursos de la empresa para beneficio personal, entre
otros.
Normalmente uno no descubre que está trabajando con personas deshonestas hasta el
momento que se genera una “Ofensa Laboral”, y nos sorprendemos más aun cuando nos
damos cuenta que la persona que cometió esta ofensa era considerada confiable, eficiente
y dedicada en su trabajo.
Una Ofensa Laboral se refiere a un rango de comportamientos no éticos que los
empleados cometen en su lugar de trabajo. Estos pueden incluir desde robos, fuga de
información, sobornos, actividades ilegales hasta incumplimiento de procesos y normas.
Los trabajadores de confianza y considerados honestos pasan a tener conductas criminales
cuando convergen la necesidad, la oportunidad y la justificación. El trabajador desea
obtener mayor ingreso, estatus, éxito, siente que el fin justifica los medios; aprende a
identificar las oportunidades y, lo que es peor aún, mantiene una auto-imagen de
honestidad y respeto.
¿Qué se puede hacer para evaluar la honestidad de un candidato o un empleado?
Hoy en día, las compañías saben que contratar a un empleado inadecuado abre la
posibilidad de prácticas ilegales dañinas, agresión hacia los clientes, demandas legales y
pérdida de reputación. Algunas compañías inclusive, hacen revisiones de antecedentes
2. anuales de sus empleados o lo hacen cuando sus empleados están siendo considerados
para puestos más altos o de mayor sensitividad.
Es el derecho y responsabilidad de cada empresa verificar que el candidato que está por
emplear en su organización sea realmente quien dice ser, y que sus habilidades, historia y
experiencia de trabajo sean las necesarias para esa posición. Asimismo debe de revisar si el
candidato no tiene un pasado de trabajo problemático o inclusive una historia criminal que
puede poner en peligro a los empleados, clientes y proveedores.
La selección sistemática, profesional y objetiva de candidatos a un puesto, debe incluir
además de las pruebas de predictibilidad del desempeño, entrevistas de selección por
competencia, evaluación de potencial, estudios socioeconómicos y médicos, entre otros, la
evaluación de integridad y honestidad.
Las evaluaciones de integridad y honestidad fueron creadas con el objetivo de apoyar tanto
los procesos de selección en las empresas y así poder tomar mejores decisiones de
contratación, como de evaluar el nivel de riesgo de un empleado a cometer ofensas en
contra de la organización y su tendencia a ser deshonestos, a presentar actitudes de poco
compromiso con la empresa, a robar o a no observar las reglas de la Organización.
Podemos concluir diciendo que una valoración adecuada de la honestidad de nuestros
candidatos y empleados es fundamental en los procesos de selección y de evaluación, ya
que contar con empleados confiables es la clave del éxito, debido a que ellos contribuyen a
la rentabilidad, estabilidad, crecimiento y prestigio de la organización.