El documento analiza el reciente aumento en la calificación crediticia de Colombia por parte de Moody's y las vulnerabilidades que aún enfrenta la economía colombiana. Mientras que indicadores como el déficit fiscal, el crecimiento del PIB y la inflación son positivos, la deuda pública en relación con los ingresos del gobierno y el alto nivel de dependencia de las exportaciones de petróleo plantean riesgos. El documento argumenta que el gobierno debe diversificar las exportaciones y asegurar la producción petrolera a largo plazo para fortalec
1. Grado de inversión, petróleo y las
finanzas de Colombia
Se deben emprender acciones que permitan
diversificar la canasta de exportaciones,
procurando que las no tradicionales ganen
más terreno, y asegurar la producción
petrolera en el largo plazo. Opinión de Camilo
Díaz Urrea.*
por CAMILO DÍAZ URREA
Al finalizar el pasado mes de julio, la agencia
calificadora de riesgos Moody’s elevó el grado
de calificación de la deuda soberana emitida
por Colombia, llevándola desde Baa3 a Baa2
con perspectiva estable, esto quiere decir que
de acuerdo con los criterios de riesgo de
crédito de Moody’s, las perspectivas de la
economía colombiana son buenas, y con base
en ellas, la capacidad que tiene el país para
horran oportunamente sus compromisos con
los inversionistas es solida, lo que se traduce
en un baja probabilidad de incumplimiento, sin
embargo la nota de Baa2 implica que cambios
adversos en las condiciones de negocios,
económicas o financieras del país pueden
aumentar el riesgo de inversión en la deuda
colombiana.
Esos cambios adversos en las condiciones
económicas y financieras del país tienen que
ver principalmente con las perspectivas de
mediano y largo plazo de indicadores
económicos y financieros clave, entre ellos se
encuentran el déficit fiscal, el crecimiento del
PIB, las expectativas de inflación, la relación
deuda PIB, y la relación entre deuda pública e
ingresos corrientes, entre otras variables que
miden el grado de vulnerabilidad interna y
externa que puede tener la economía.
En varios de los indicadores analizados por
Moody’s para calificar el grado de riesgo de la
economía, Colombia tiene un mejor
desempeño que la media de los países de la
región que comparten una calificación de
riesgo similar, entre ellos Perú y México que
son socios nuestros en el MILA y la Alianza del
Pacífico.
Colombia presenta vulnerabilidad en
indicadores asociados a la deuda y el pago de
intereses, mientras la deuda del Gobierno
frente al PIB es de apenas del 34%, el
panorama cambia al comparar la deuda del
Gobierno frente a sus ingresos, pues esta
equivale al 219% de ellos, es decir que el
Gobierno debe un poco más de dos veces sus
ingresos corrientes, mientras que el pago de
intereses o servicio a la deuda consume el
15% de los mismos, por otra parte la
proporción de ingresos que logra captar el
Estado frente al PIB es baja, pues solo llega al
15,6% lo cual dista de la media del 30% de los
países calificados por Moody’s con grado de
inversión. En cuanto al sector externo el déficit
en cuenta corriente de Colombia aunque ronda
el 3% ha sido financiado por la Inversión
Extranjera Directa IED que en su mayoría ha
llegado al sector de minas y petróleo.
Este último es uno de los aspectos donde
Colombia debe tener más cuidado, si bien el
déficit en cuenta corriente viene siendo
financiado por la entrada de Inversión
Extranjera Directa, esta se desaceleró en el
primer semestre de este año, esa
desaceleración fue compensada por la llegada
de más inversión de portafolio fruto del
rebalanceo de los índices de JP Morgan que
2. involucró mayor deuda Colombiana
denominada en pesos dentro de ellos.
Otro aspecto en el que Colombia debe fijarse
es el elevado grado de exposición a las
exportaciones de commodities particularmente
de petróleo, según el informe de inflación
presentado por el Banco de la República al
iniciar agosto, las exportaciones anuales de
Colombia ascienden a US$60.000 millones, no
obstante según cifras de ANIF el 76% de las
exportaciones corresponden a petróleo y
minería, mientras el 24% restante son
principalmente químicos, productos agrícolas,
metalurgia y alimentos. En ese sentido los
principales productos básicos de exportación
colombianos son petróleo 78%, carbón 16% y
café 5%, en consecuencia los principales
destinos de exportación son Estados Unidos,
China, India y la Unión Europea.
Llama la atención que aunque las
exportaciones del país están básicamente
concentradas en petróleo, las reservas
probadas de la Nación tienen un horizonte de
vida de 7 años al ritmo actual de producción de
982 mil barriles diarios en promedio, del mismo
modo la producción nacional en su mayoría
está a cargo de Ecopetrol con más 60%, pero
las reservas de la empresa tiene un horizonte
de 8.1 años. Si bien en el presente la situación
no es alarmante, es de suponer que en el
Gobierno hay una luz naranja de advertencia
porque el marco fiscal de mediano plazo
presentado por el Ministerio de Hacienda
proyecta una producción promedio diaria de
1.1 millones de barriles a partir del año 2015 y
un precio del petróleo colombiano de US$100
por barril.
Teniendo esto presente el Estado debe
emprender acciones que permitan diversificar
la canasta de exportaciones, procurando que
las exportaciones no tradicionales ganen más
terreno, entre otras recuperar el espacio
perdido hacia Venezuela donde Colombia
pasó de exportar US$6.000 millones en 2008 a
un poco más de US$2.000 millones en 2013.
También debe velar por aumentar las reservas
probadas de petróleo de Colombia, dado que
las perspectivas fiscales del país están ligadas
en gran medida a la capacidad de exportación
de crudo, eso implica resolver las
problemáticas existentes en el sector
relacionadas al licenciamiento ambiental, la
consulta a comunidades y los ataques a la
infraestructura por parte de la guerrilla, y por
supuesto aumentar la inversión de Ecopetrol
en exploración, lo que requiere que el
Gobierno sea menos exigente en la solicitud
de transferencia de dividendos, para facilitar
que la empresa pueda financiar su plan de
inversiones en exploración sin recurrir a la
emisión de deuda.
Por último, sería un error del Gobierno
desconocer que Colombia aunque pasa por un
buen momento económico, – y medidas como
la regla fiscal que contendrá el déficit más las
inversiones en infraestructura agregarán
fortaleza a la economía – no obstante enfrenta
debilidades que hay que resolver porque están
asociadas a la viabilidad en el largo plazo de
su principal fuente de ingresos, olvidar esto
puede llevar a un escenario de caída brusca
de las exportaciones que obligaría a la
importación de crudo a precios internacionales,
lo que depreciaría el tipo de cambio pero
también incrementaría la carga de la deuda,
aceleraría la inflación y aumentaría el déficit
comercial y de cuenta corriente, con el
consecuente efecto en el bienestar económico
de la sociedad en general.
* Coordinador Unidad de Análisis del Mercado
Financiero UAMF.
Facultad de Ciencias Económicas.
Universidad Nacional de Colombia.
dcdiazu@unal.edu.co