¿Cuál sería el salario de los apóstoles? ¿El diezmo del que habla Deuteronomio capítulo 18? Por supuesto que no. El salario digno del que habló Yeshúa equivalía a lo que un corazón agradecido quisiera darles, no por imposición, no por amenazas, no por engaños, solo por la gratitud de los corazones que reciben la verdad de aquellos que, el anhelo de su corazón es, que no haya tropiezo en la fe de ninguno. Así es que, es bueno que las personas manifiesten su gratitud a los siervos que les sirven con honestidad, pero es malo, muy malo que a las personas se les engañe con el mandamiento del diezmo al que supuestamente están obligados cuando ese mandamiento hoy no está vigente...

1. Estudiantes de la Biblia
1ª. Corintios
Verso x Verso. Capítulo 9
Por: Humberto Rendón Rojas
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Autor del comentario: Humberto Rendón Rojas
Transcripción: Humberto Rendón Rojas
Revisión: Esli Fabiola Reséndiz Domínguez
Capítulo 9 Renuncia a tus derechos
Como vimos en el capítulo 8 de esta carta a los corintios el apóstol Pablo
habló de un principio importantísimo que en su aplicación debe reflejar el
amor al prójimo como máxima de la ley que todo creyente fiel debe cumplir
al decir que aunque tengamos conocimiento y en consecuencia libertad de
hacer unas y otras cosas, en realidad nuestro deber es siempre cuidar de que
nuestra libertad no cause tropiezo al creyente que aún es inmaduro y
aunque Pablo enfocó este gran principio en el tema de la comida sacrificada
a los ídolos, en realidad ese mismo principio debe aplicar a todo lo que
hacemos.
Ahora el apóstol Pablo en este capítulo va a enfocar el principio de velar y
cuidar de no ser tropiezo para la fe de otros en un aspecto que como
veremos una vez más ha sido objeto de interpretaciones crueles y
manipuladoras con tal de obtener beneficios indebidos por parte de líderes
religiosos y de religiones que han encontrado la forma de continuar
engañando a las ovejas de la misma manera que en el tiempo de los profetas
y en el tiempo de Yeshúa, hacían los líderes con el pueblo.
De manera que a la luz de las propias palabras del apóstol Pablo y del
contexto de toda su enseñanza, vamos a confirmar una vez más el engaño
masivo que se ha generado a través de los siglos usando como medio uno de
los dones más nobles y maravillosos que el hombre ha dado al hombre: La
gratitud.
Así es que para no perder el contexto de las palabras de Pablo en este
capítulo, recordemos que en el capítulo anterior habló de la libertad que
tenemos todos basados en el conocimiento y para ponerse de ejemplo en

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este caso Pablo va a hablar de los derechos que tenía como apóstol para
evidenciar precisamente algo a lo que en términos comunes tendría derecho
pero que por causa de cuidar que otros no tropezaran en su fe, prefirió no
ejercer ese derecho;
1 Corintios 9.- 1 ¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el
Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?...
Y la respuesta a la primer pregunta era afirmativa, y enseguida Pablo
preguntó si era libre, así que la respuesta era que sí también; y en seguida
hizo una pregunta clave que determinaba y justificaba su ministerio. El
preguntó: ¿No he visto al Señor nuestro? La respuesta a esta pregunta era la
prueba de que efectivamente era un apóstol porque uno de los requisitos
para ser considerado un apóstol de Yeshúa era haber visto personalmente a
Jesucristo y Pablo cumplió ese requisito.
Luego dijo: ¿No sois vosotros mi obra en el Señor? Los creyentes de Corinto
eran la evidencia de su apostolado, aquella comunidad era la prueba
tangible de la obra que el servicio de Pablo estaba produciendo, dando
frutos en el Señor;
1 Corintios 9.- 2 Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo
soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor…
Efectivamente, todo trabajo genera un fruto y hablando de un ministerio
como el que ejerció el apóstol Pablo es claro que las comunidades de
creyentes que habían sido fundadas por él como en este caso la de Corinto,
eran producto del servicio de Pablo, así es que no habría duda de que el
hecho de que hubiera creyentes en Corinto era la prueba más clara de que
Pablo estaba ejerciendo su apostolado en beneficio de aquellos corintios,
por ello aclara diciendo que si para otros Pablo no era apóstol, para ellos sí,
por cuanto que había otros que habían recibido quizás el servicio de otros
apóstoles.
Lo anterior parecería que es el resultado de una duda que surge a raíz de que
Pablo no estuvo con Yeshúa antes de su crucifixión, lo que supondría en su
caso, que había algunos que no creían en el llamado que Yeshúa le hizo a
Pablo en su camino a Damasco y en seguida Pablo habla de quienes le

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acusaban, lo que se entiende que le acusaban de no ser un verdadero
apóstol, en consecuencia, también dudaban de su llamado que le hizo
Yeshúa para llevar su Nombre en presencia de reyes y gentiles de la casa de
Israel.
Así es que a continuación Pablo va a exponer lo que él llamó su defensa
contra quienes le estaban acusando;
1 Corintios 9.- 3 Contra los que me acusan, esta es mi defensa:…
A continuación el apóstol Pablo va a ejercer una estrategia legal como si
fuera un abogado y utiliza las palabras “defensa” que en el griego es la
palabra “apología” y la palabra “acusan” que en el griego es la palabra
“anakrino” palabras que son usadas en un tribunal
1 Corintios 9.- 4 ¿Acaso no tenemos derecho de comer y beber? 5 ¿No
tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como
también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas? 6 ¿O sólo yo
y Bernabé no tenemos derecho de no trabajar?...
Sin dejar de hablar en el contexto de los derechos que tenemos los
creyentes, Pablo pregunta si acaso no tiene el derecho de comer y beber y se
refiere a comer y beber a expensas de la congregación. También habla del
derecho que tenía Pablo de tener a una esposa como la tenían los demás
apóstoles, lo que hace suponer que los demás apóstoles estaban casados y
sus esposas viajaban con ellos en el trabajo del ministerio. Notemos que
Pablo se refiere a Pedro (Cefas) quien obviamente estaba casado y sin
embargo Pedro es considerado por la iglesia católica romana como el primer
papa, lo cual es una franca contradicción respecto al principio de celibato
obligatorio en la religión católica;
1 Corintios 9.- 7 ¿Quién fue jamás soldado a sus propias expensas? ¿Quién
planta viña y no come de su fruto? ¿O quién apacienta el rebaño y no toma
de la leche del rebaño? 8 ¿Digo esto sólo como hombre? ¿No dice esto
también la ley? 9 Porque en la ley de Moisés está escrito: No pondrás bozal
al buey que trilla. ¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, 10 o lo dice
enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con

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esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del
fruto…
El soldado es sustentado por la nación que defiende, el que trabaja la viña es
alimentado por el campo que trabaja, el pastor es sustentado por las ovejas
que cuida, así es que Pablo está confirmando las palabras de Yeshúa cuando
dio el mandamiento de que tomaran lo que les den aquellos a quienes sirven
sus enviados;
• Lucas 10.- 5 En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz
sea a esta casa. 6 Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz
reposará sobre él; y si no, se volverá a vosotros. 7 Y posad en aquella
misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es
digno de su salario. No os paséis de casa en casa…
A esto se refería Pablo al citar la Torah hablando de las leyes humanitarias:
• Deuteronomio 25.- 4 No pondrás bozal al buey cuando trillare…
Esta ley al encontrarse dentro de los mandamientos del trato humanitario,
nos habla del trato humano a un animal de trabajo. En aquel tiempo en el
campo el grano se separaba de la cáscara haciendo caminar a un buey sobre
él varias veces (usualmente en círculos), así que sería cruel forzar al buey a
caminar en todo el grano, y ponerle bozal para que no pudiera comer de él.
Y este mismo mandamiento Pablo lo cita en su primera carta a Timoteo y
observemos el contexto en el que Pablo habla del tema:
• 1 Timoteo 5.- 17 Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por
dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y
enseñar. 18 Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla;
y: Digno es el obrero de su salario…
Este pasaje es el que resulta controversial ya que las escrituras son claras en
el contexto que el propio Pablo está citando la Palabra al referirse al
principio de justicia respecto a aquel que trabaja y otorga un servicio como
lo hacían los animales en el campo a los que no debían ponerles bozal, pues

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merecían comer por causa de su trabajo, lo que en el caso de los apóstoles
era un asunto de gratitud hacia ellos.
Pero la controversia en esto es que, manipulando las escrituras, muchos que
enseñan para tratar de recibir un beneficio económico, tergiversan el sentido
de las palabras de Pablo, asegurando que Pablo tenía el derecho a cobrar por
su ministerio (servicio), sin embargo, Pablo no dice eso, Pablo dice que tiene
derecho a recibir lo que le den por cuanto que ejerce un servicio.
Por otro lado, este pasaje entre otros es utilizado para justificar la falsa
enseñanza en nuestros días acerca del mandamiento del diezmo y ofrendas,
algo que por supuesto Yeshúa no dijo ni Pablo está citando si es que
observamos con detenimiento, en tal caso la pregunta obligada sería ¿Por
qué ni Yeshúa, ni Pablo ni los apóstoles se refirieron al diezmo en cuanto a lo
que recibían de los creyentes para subsistir? Era obvio que de antemano
estaban siendo preparados para el tiempo en que ya no existiera el templo y
con ello, la imposibilidad de recibir algo que solo fue determinado por Dios
para los levitas en su tiempo y que por supuesto a los discípulos de ninguna
manera se les permitió adjudicarse un propósito que fue divino y específico
para los levitas.
Por ello fue muy claro Yeshúa al decir: reciban lo que les den, lo que es muy
distinto al mandamiento relativo al diezmo, pues el diezmo como sabemos
era un cobro y era obligatorio, un mandamiento y no era opcional, algo
totalmente diferente a lo que dijo Yeshúa cuando expresó: coman y beban lo
que les den… porque lo que les quisieran dar era su salario, un salario que
equivaldría a la gratitud de los corazones de quienes recibían las palabras de
vida.
Ese principio tan maravilloso y hermoso ha sido estropeado por quienes
mercadean con la Palabra de Dios y la usan a conveniencia para sacar un
provecho indebido, cuando pudiendo hablar la verdad, de seguro que
tendrían más bendición y no necesariamente más dinero en sus bolsillos.
El apóstol Pablo está hablando de un hecho real, llegó el momento en que
los apóstoles de Yeshúa vivían a expensas de las aportaciones de los
integrantes de las congregaciones, pero de la misma manera los creyentes
eran testigos de que ellos vivían sin ostentaciones, sin lujos ni tatas

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comodidades pues los apóstoles tenían a su cargo el velar por las
necesidades de los que menos tenían, las viudas, los huérfanos, los pobres
del pueblo.
Hoy quienes se han atrevido a enseñar a los creyentes que deben seguir
cumpliendo con el mandamiento del diezmo a pesar de ya no haber ni
templo ni levitas, están cometiendo un terrible error del que a su tiempo van
a dar cuentas ante el Señor, porque les aseguro que siempre ha habido
alguien que ha sido una piedra en sus zapatos como este servidor que no
dejará de señalar la necedad de su pecado, además de ponerles de ejemplo
justo lo que hizo Pablo como aquí nos lo va a mencionar;
1 Corintios 9.- 11 Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es
gran cosa si segáremos de vosotros lo material?...
Pablo está colocando en una balanza el bien espiritual que se recibe de
quienes comparten el evangelio y por otro lado el bien que se recibe de
quienes en gratitud otorgan un beneficio material a los primeros y en la
balanza Pablo deja claro que el bien espiritual es el objetivo más importante
a alcanzar, mientras que lo que se puede segar en lo material no
necesariamente es imprescindible para que el evangelio continúa fluyendo
por quienes ejercen el llamado a proclamarlo y a continuación Pablo pone
esto en evidencia al afirmar que a pesar de los derechos que tenía para vivir
a expensar de la iglesia, decidió no hacerlo precisamente por la
preeminencia del servicio espiritual que estaba decidido a continuar
ministrando sin compromiso alguno para nadie;
1 Corintios 9.- 12 Si otros participan de este derecho sobre vosotros,
¿cuánto más nosotros?...
Pablo está confirmando que los corintios sí apoyaban en el ministerio incluso
a otros apóstoles, pero en este caso Pablo deja ver que el trato que le daban
a Pablo era diferente, por esa razón les hace ver que con mucha mayor razón
Pablo tendría derecho a recibir del apoyo de los corintios y sin embargo
Pablo se negó a hacer uso de ese derecho;
1 Corintios 9.- 12… Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo
soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo…

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Pablo dio justo en el blanco, lo que a muchos creyentes les ha desanimado
continuar perseverando en la fe es precisamente lo que han visto en cuanto
a lo voraz de los lobos vestidos de ovejas, pseudo líderes que al tratar de
ocultar su debilidad por el dinero, lo único que logran es que su debilidad se
convierta en un secreto a voces y con ello que muchos que aún son débiles
en su fe, simplemente no quieran saber del evangelio por causa del abuso y
el engaño.
Esa fue la razón por la que el apóstol Pablo prefirió soportar todo tipo de
carencias con tal de que el aspecto del dinero no fuese un obstáculo para lo
que se había convertido en su mayor pasión, el evangelio de nuestro Señor
Yeshúa.
Éste es el verdadero corazón del apóstol Pablo, ya sea que recibiera o que no
recibiera eso no era lo que más importaba, sino que lo que realmente
importaba era la obra del Evangelio. Si resultaba mejor que no recibiera por
no hacer uso de ese derecho, entonces no recibiría apoyo, o si era mejor
para el evangelio que Pablo tuviera que trabajar con sus propias manos para
mantenerse y no vivir del apoyo de la congregación, entonces, él haría eso,
porque lo que importaba era que el Evangelio no fuera obstaculizado en
ninguna forma.
Así es que si Pablo estaba dispuesto a negarse a sí mismo un derecho tan
importante, por el bien del Evangelio y de los corintios, ¿Acaso los corintios
no deberían también negar su “derecho” de comer carne sacrificada a los
ídolos, por el mismo bien? Pablo nos da ejemplo a todos para renunciar a lo
que tengamos que renunciar siempre que sea por el evangelio de Jesucristo
1 Corintios 9.- 13 ¿No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas,
comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan?…
Una vez más el apóstol Pablo está citando la Torah;
• Deuteronomio 18.- 1 Los sacerdotes levitas, es decir, toda la tribu de
Leví, no tendrán parte ni heredad en Israel; de las ofrendas quemadas
a Jehová y de la heredad de él comerán. 2 No tendrán, pues, heredad
entre sus hermanos; Jehová es su heredad, como él les ha dicho. 3 Y

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este será el derecho de los sacerdotes de parte del pueblo, de los que
ofrecieren en sacrificio buey o cordero: darán al sacerdote la espaldilla,
las quijadas y el cuajar. 4 Las primicias de tu grano, de tu vino y de tu
aceite, y las primicias de la lana de tus ovejas le darás; 5 porque le ha
escogido Jehová tu Dios de entre todas tus tribus, para que esté para
administrar en el nombre de Jehová, él y sus hijos para siempre…
Si observamos con detenimiento Pablo no está pretendiendo suplantar a los
levitas ni mucho menos, pues como vemos en el mandamiento, el Señor
escogió a la tribu de Leví de entre todas las tribus para recibir este beneficio
y Pablo no era de la tribu de Leví, él era de la tribu de Benjamín. Así es que
primeramente cita la forma en que los levitas eran sustentados por el pueblo
por su servicio que prestaban y al ser consciente de que ese mandamiento
no era aplicable para los apóstoles y que no es vigente para el día de hoy,
entonces Pablo refiere las palabras de Yeshúa para colocar en el contexto
correcto la posición que tienen los que sirven en el ministerio frente al
pueblo de Dios de hoy en día:
1 Corintios 9.- 14 Así también ordenó el Señor a los que anuncian el
evangelio, que vivan del evangelio.
• Lucas 10.- 7 Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo
que os den; porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de
casa en casa…
¿Cuál sería el salario de los apóstoles? ¿El diezmo del que habla
Deuteronomio capítulo 18? Por supuesto que no. El salario digno del que
habló Yeshúa equivalía a lo que un corazón agradecido quisiera darles, no
por imposición, no por amenazas, no por engaños, solo por la gratitud de los
corazones que reciben la verdad de aquellos que, el anhelo de su corazón es,
que no haya tropiezo en la fe de ninguno.
Así es que, es bueno que las personas manifiesten su gratitud a los siervos
que les sirven con honestidad, pero es malo, muy malo que a las personas se
les engañe con el mandamiento del diezmo al que supuestamente están
obligados cuando ese mandamiento hoy no está vigente;

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1 Corintios 9.- 15 Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco
he escrito esto para que se haga así conmigo; porque prefiero morir, antes
que nadie desvanezca esta mi gloria. 16 Pues si anuncio el evangelio, no
tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si
no anunciare el evangelio!...
Pablo advierte que no les decía esto a los corintios como si fuera una
insinuación de ninguna manera, sino que les estaba exponiendo la
importancia de las razones para renunciar a lo que como apóstol tenía
derecho por causa del evangelio. Así que la gloria de que habla Pablo no era
la predicación del evangelio, sino que su gloria era, el poder predicar el
evangelio sin pedir apoyo de los hermanos.
Pablo dijo: ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!... porque no fue una
elección que haya decidido tomar, Pablo recibió el llamado del Mesías
Yeshúa, de manera que su pasión y su motivación para predicar el evangelio
siempre fue sobrenatural;
1 Corintios 9.- 17 Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa
tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada…
Seguramente han escuchado mensajes que no tienen nada de bíblicos ni
enseñanza alguna y tienen todo de quejas y lamentos por parte de supuestos
predicadores que ya no saben cómo hacerle saber a las personas que la
están pasando mal por falta de dinero… En lugar de ponerse a trabajar, a
esos les debería dar vergüenza siquiera hablar del evangelio porque lo único
que provocan es que los incrédulos menosprecien en Nombre del Señor,
lejos de darle honra;
1 Corintios 9.- 18 ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio,
presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi
derecho en el evangelio. 19 Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho
siervo de todos para ganar a mayor número….
Así que hablando de la libertad que Pablo tenía, por causa de no hacer uso
de su derecho, era libre de todos, es decir, no estaba comprometido de
ninguna manera absolutamente con nadie de una o de otra forma, ni para
dar mensajes a modo ni para maquillar la Palabra de Dios para no ofender a

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determinadas personas que contribuyen al ministerio, Pablo era libre de
todos y lo más maravilloso de esto es que al mismo tiempo Pablo se hizo
siervo de todos porque el propósito mayor para él era ganar un mayor
número de almas para Dios.
Quienes hemos experimentado este principio acerca de ser libre de todos
por causa de no vernos comprometidos pero que al mismo tiempo sentimos
que es un verdadero honor servirles a todos, es justo lo que nos da una
plena satisfacción en esto que nos apasiona, hablar de la Palabra de vida;
1 Corintios 9.- 20 Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los
judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley)
como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; 21 a los
que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios,
sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley. 22 Me he
hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de
todo, para que de todos modos salve a algunos. 23 Y esto hago por causa
del evangelio, para hacerme copartícipe de él. …
Pablo tenía la libertad que le daba el conocimiento y la madurez en su fe, sin
embargo, decidió poner en práctica el principio más importante de todos los
mandamientos, ser consciente de que el conocimiento sin amor, envanece,
mientras que el amor edifica en ése conocimiento, pero por cuanto que lo
que conocemos lo conocemos mejor, por el amor a nuestro prójimo;
1 Corintios 9.- 24 ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la
verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que
lo obtengáis. 25 Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la
verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una
incorruptible. 26 Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura;
de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, 27 sino que golpeo mi
cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para
otros, yo mismo venga a ser eliminado…
Prediquemos el evangelio como si nuestro objetivo fuese ganar una carrera,
pero recordemos que, para ganar esa carrera, siempre habrá algunas cosas
de las cuales nos tengamos que abstener a pesar de que sepamos que somos

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libres de hacerlas, porque nuestra prioridad no somos nosotros mismos, sino
nuestro prójimo, aquel que aún no ha sido alcanzado.
De manera que vayamos a la segura, si es necesario que sea golpeado tu
cuerpo, esto es, que sufras por causa de abstenerte de ejercer tus derechos,
hazlo con la seguridad de que estas dando pasos firmes para recibir la corona
incorruptible y de esa manera, sabe que no debes temer si has sido heraldo
para muchos a tu alrededor, pues si eres fiel al evangelio por amor, no serás
eliminado, no serás rechazado por aquel que te ha dado el gran privilegio de
predicar su mensaje, Yeshúa…