El documento discute si la "domesticación" del lenguaje que ocurre en la escuela primaria, como describió Emilia Ferreiro, continúa en la secundaria. Explica que en la primaria se les dice a los estudiantes cómo escribir y ordenar las letras y palabras de cierta manera, y que en la secundaria se les pide lo mismo aunque con textos más complejos, demostrando que la domesticación del lenguaje persiste a niveles educativos más altos.