Las benzodiacepinas se introdujeron en la década de 1960 para tratar los estados de ansiedad, reemplazando a los barbitúricos debido a que son menos sedantes, adictivas y letales. Actualmente son los ansiolíticos más vendidos legal e ilegalmente. Su mecanismo de acción implica la modificación de los niveles de GABA, glucina, noradrenalina y serotonina en el sistema límbico. Se clasifican según su duración de acción en prolongada, intermedia, corta y ultracorta.