La alimentación de los adultos mayores debe ser equilibrada, variada y culturalmente aceptada para conservar la salud. La comida debe ser fácil de preparar, higiénica, estimulante para el apetito, bien presentada, apetecible, de fácil masticación y digestión. Se recomienda comer lento, masticar bien y tomar abundantes líquidos como agua pura para una buena digestión y eliminación.