Los conflictos laborales se definen como altercados entre empleados y empleadores y pueden clasificarse como individuales, colectivos, sobre derechos o sobre intereses. Existen cuatro enfoques para resolver conflictos: elusión, poder, derechos y consenso, siendo este último el ideal. Un sistema eficaz para resolver conflictos laborales comienza con procesos basados en el consenso entre las partes involucradas.