El documento describe cómo el sarampión causa una "amnesia inmunológica" que deja al sistema inmune sin memoria durante 3 años, dejándolo vulnerable a otras infecciones. Esto ocurre porque el virus del sarampión ataca las células T que construyen la memoria inmunológica. Investigaciones muestran que la incidencia del sarampión está correlacionada con un aumento de muertes por otras enfermedades infecciosas hasta 28 meses después de haber tenido sarampión. La vacunación contra el sarampión previene
Revista Latinoamericana de Ginecología Regenerativa. 2024; 2(2)1-82. .pdf
EL SARAMPIÓN
1. Tema: EL SARAMPIÓN
COMO PATOLOGIA - DEJA
SIN MEMORIA AL SISTEMA
INMUNE
AUTORES:
Ronald Alexander Murillo Ponce
Dr. Jorge Cañarte-Alcívar
Docente de investigación
Facultad Ciencias de la Salud
Universidad Técnica de Manabí
Introducción
La memoria inmunológica es una
característica especial que presenta la
respuesta específica del sistema inmune.
En el caso del sarampión deja sin
memoria al sistema inmune durante tres
años.
Cuando un patógeno entra en contacto por
primera vez con el sistema inmune, se
activan células específicas. Esta
activación consiste en la transformación
de células en dos formas celulares; unas,
son las células activas, que actuarán sobre
los antígenos. Las otras, son las células de
memoria.
Al producirse un posterior contacto con
ese mismo antígeno, las células de
memoria actúan. Éstas no necesitan
activarse, puesto que ya lo están. Las
células de memoria se dividen
rápidamente, creando una gran población
de células activadas, de las que, parte se
transformarán en células atacantes, y otra
parte, de nuevo en otras células de
memoria.
El virus del sarampión deja fuera de juego
al sistema inmune cuando entra en el
organismo. Nuestro sistema de defensa
tiene memoria y por eso, una vez
fichados, los patógenos son combatidos
con eficacia, sin dejar que nos hagan
enfermar. Pero después de padecer el
sarampión el sistema inmune pierde la
memoria y es incapaz de recordar a
microbios con los que ya había entrado en
contacto. El sarampión destruye su base
de datos. Este dato se conocía y se
pensaba que el daño era temporal,
cuestión de semanas o meses.
Este efecto es el que se persigue con las
vacunas y sus dosis de recuerdo.
La formación de células de memoria de
todos los tipos de linfocitos que
intervienen en la respuesta inmunitaria,
tras un primer contacto con el antígeno
(reacción inmune primaria), permite que
la reacción inmunológica sea mucho más
rápida en un segundo contacto, incluso,
2. varios años después del primero (reacción
secundaria). Esto se puede comprobar
midiendo los niveles de anticuerpos
presentes en un organismo en ambas
situaciones.
Sin embargo, un análisis más detallado
publicado en "Science" y realizado con los
datos de las vacunaciones masivas contra
este virus en Inglaterra, Gales, Estados
Unidos y Dinamarca extienden ese
periodo de “amnesia inmune” hasta 3 años
después de la infección. Un tiempo
demasiado prolongado que pasa factura,
porque el sistema inmune se olvida de
cómo luchar contra una amplia gama de
invasores bacterianos que aprovechan para
causar infecciones, como la neumonía,
que de otro modo no ocurrirían y que
ahora, sin ninguna resistencia, podrían ser
mortales.
El motivo de esa amnesia inmunológica se
debe a que el virus disminuye el número
de linfocitos B y T, la infantería del
sistema inmune. Esta investigación
demuestra que el virus del sarampión
ataca a los linfocitos T, que son las células
que construyen la "memoria" para luchar
frente a las enfermedades, y por tanto se
produce una situación de "amnesia
inmunológica".
Después de un mes, estas células de
memoria inmunes reaparecen, pero en
lugar de proteger contra las infecciones
encontradas anteriormente, estaban casi
totalmente dirigidas únicamente contra el
sarampión.
En otras palabras, si usted coge el
sarampión, en los próximos tres años
podría morir por alguna infección que en
condiciones normales no lograría burlar al
sistema inmune ni hacerle enfermar.
MARCO REFERENCIAL
El sarampión se considera una de las
enfermedades exantemáticas más
contagiosas de la infancia. La vacunación
implícita en los esquemas de vacunación
ha tenido un gran impacto en la
morbilidad y mortalidad. Del 2000 a 2006,
se han vacunado 478 millones de niños de
9 meses a 14 años, por medio de e
actividades suplementarias de
inmunización en 46 de los 47 países con
mayor carga de casos confirmados. Esta
estrategia ha significado una reducción en
la mortalidad mundial de 68% en este
periodo. La Organización Mundial de la
Salud (OMS) calcula que en 2006
murieron a causa del sarampión 242 mil
personas alrededor del mundo,
principalmente en población infantil.1 En
3. los países en donde el sarampión ha sido
prácticamente eliminado, los casos
importados siguen siendo la fuente de
infección. 2 El brote venezolano del 2002
puede considerarse el último caso de
transmisión endémica generalizada de este
virus y en este mismo año las Américas
fueron declaradas libres de sarampión
endémico; sin embargo, aun hay casos por
importación de otras regiones del mundo,
siendo una tercera parte de estos
procedentes de Europa. Una o más
importaciones produjeron los 108 casos
que ocurrieron en México entre abril de
2003 y abril de 2004, sin embargo, en
estos casos no fue posible determinar si
formaron parte de una sola cadena de
transmisión que continuó durante 13
meses, o si resultaron de diversas
importaciones. En 2003, la proporción de
municipios mexicanos que alcanzaron
coberturas de más de 90% con vacunas
contra sarampión fue de 96%, lo cual
contribuyó a la contención de este
brote.3,4 El Sarampión es causado por un
RNA virus que pertenece al género
Morbillivirus de la familia
Paramyxoviridae, el cual tiene un solo
serotipo.5 La mayoría de los casos
ocurren a fines de invierno y a principios
de primavera en los climas templados; en
los climas tropicales se incrementa en la
temporada lluviosa. Se transmite por
medio de gotitas de aspersión del tracto
respiratorio de un hospedero infectado,
que alcanzan las mucosas del tracto
respiratorio superior o de la conjuntiva de
un hospedero susceptible; puede
permanecer transmisible en el aire o en
superficies infectadas. 6 6,7
Habitualmente es una enfermedad leve o
moderadamente grave. Los casos graves
son frecuentes en niños pequeños,
desnutridos y pacientes con VIH/SIDA.
Las muertes están relacionadas con las
complicaciones y no directamente con la
enfermedad. A partir de la resolución
XVI de la XXIV Conferencia Sanitaria
Panamericana de Septiembre de 1994, en
que se adoptó la meta de eliminación del
sarampión, la incidencia de esta infección
ha disminuido más de un 99% en las
Américas.2 Sin embargo, los casos de
importación o relacionados a esta vía
seguirán ocurriendo en las Américas
mientras la erradicación no se lleve a cabo
a nivel mundial. La experiencia de varios
países indica que cuando se logra la
cobertura alta con vacunas contra el virus
del sarampión así como, la detección
fiable y el seguimiento agresivo de los
casos sospechosos se puede limitar las
4. consecuencias de las importaciones del
virus.
Además de su función en la detección
temprana de casos sospechosos, la
vigilancia epidemiológica puede servir
como evidencia de la ausencia de
transmisión endémica del virus del
sarampión en las Américas. Por
consiguiente, los sistemas de vigilancia
nacionales constituyen la piedra angular
en el mantenimiento de la interrupción de
la transmisión del sarampión. Por lo
anterior, el Instituto Mexicano del Seguro
Social considera importante la elaboración
y aplicación de la presente guía para la
prevención, diagnóstico y tratamiento del
sarampión en los niños derechohabientes.
Asimismo, es importante definir las
acciones a seguir en caso de brotes y
situaciones especiales, dado que los
últimos casos reportados han sido por
importación de otros países.
La memoria inmunológica es una
característica especial que presenta la
respuesta específica del sistema inmune1.
En la memoria inmunológica, la
información está codificada en las células
estimuladas por el antígeno ingenuo y
almacenada por las células de memoria de
larga duración2. En el reencuentro con el
mismo antígeno, las células de memoria
recuerdan la información y responden más
rápidamente y con eficacia que las células
ingenuas3. Por lo tanto, especificidad de
antígeno ha sido considerado como una
característica esencial de la memoria
inmunológica4. Aunque la memoria
inmunológica se cree que es un rasgo
distintivo de la inmunidad adaptativa,
descubrimientos con células de NK de
memoria han mostrado que los linfocitos
innatos también memoria específica de
antígeno8.
INFECCIONES OPORTUNISTAS
Con el sistema de defensa desarmado,
quienes no se han vacunado y se
enfrentan al virus del sarampión de
forma “natural” se vuelven vulnerables
a una serie de infecciones
oportunistas5
. Las estadísticas
muestran que en algunos casos el virus
es responsable de forma indirecta de
las muertes ocurridas en la población
infantil dos o tres años después de
superada la infección13
. Y que hay una
correlación clara entre la incidencia de
esta enfermedad considerada
erróneamente benigna y las muertes
5. por otras infecciones, con un período
de latencia promedio de unos 28 meses
después de pasar el sarampión. Este
hallazgo era consistente en todos los
grupos de edad en los tres países
examinados y también en épocas
anteriores y posteriores a la vacuna6
.
En otras palabras, la reducción de la
incidencia del sarampión parece causar
un descenso en las muertes por otras
enfermedades infecciosas debido a los
efectos debilitantes del virus del
sarampión sobre el sistema
inmunológico, explica otro de los
investigadores11
. "A nivel poblacional
los datos sugieren que cuando el
sarampión no está controlado, puede
dar lugar a una reducción de la
inmunidad de grupo contra otras
enfermedades infecciosas"
Estos hallazgos ayudan a explicar por
qué la introducción de la vacuna contra
el sarampión ha evitado muchas más
muertes de las que la comunidad
científica habían esperado10
. El estudio
desmitifica además la creencia de
algunos padres sobre los supuestos
beneficios para el sistema inmune de
los pequeños de pasar esta enfermedad
“a pelo”7
.
Refuerza también la importancia de las
campañas de vacunación
generalizadas, que, como explican los
investigadores, tienen beneficios
adicionales al evitar la pérdida de
memoria del sistema inmune y la
bajada consiguiente de defensas que
provoca el virus de forma “natural”12
.
También apunta al papel primordial en
la disminución de la mortalidad por
otras enfermedades infecciosas que
jugó la vacuna del sarampión en todos
los países estudiados. Las cifras de
mortalidad por otras infecciones antes
y después de las campañas de
vacunación lo corroboran.
MECANISMO DE ACCIÓN
DESCONOCIDO
La infección por sarampión, además de
una erupción cutánea que produce
picor y la posibilidad de daños
neurológicos en un porcentaje nada
despreciable de casos, lleva consigo
una profunda inmunosupresión
duradera, como ahora se ha visto14
. Por
contra, tras la vacunación hay una
reducción en la mortalidad infantil por
todas las causas, como resaltaba la
Organización Mundial de la Salud
6. recientemente, aunque reconocía que
se desconocía el mecanismo
inmunológico que dotaba a la vacuna
de esos beneficios adicionales.
Una de las hipótesis barajadas para
explicarlo sostiene que la infección por
el virus del sarampión “resetea” el
sistema inmune, que pierde así la
inmunidad previamente adquirida. Y la
vacunación precisamente evitaría ese
efecto de borrado tan pernicioso para la
salud, como corrobora este estudio.
Los investigadores, pertenecientes a las
Universidades de Princeton, Emori,
Bethesda y Rotterdam, pensaron que si
esa hipótesis es correcta, debería
observarse mayor mortalidad por
infecciones oportunistas en los datos
epidemiológicos en épocas en que el
sarampión era habitual y en especial en
los brotes epidémicos. Y esas secuelas
serían visibles incluso en los países con
altos recursos económicos. Y, en
efecto, comprobaron que la mortalidad
por cualquier causa entre niños de 1 a 9
años en Europa, y entre 1 y 14 en
Estados Unidos era mayor durante los
brotes de sarampión, pero disminuía
drásticamente después del inicio de las
campañas de vacunación15
.
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