El documento discute un estudio que encontró que 10 semanas de entrenamiento de yoga mejoró significativamente la calidad de vida y la variabilidad del ritmo cardíaco en mujeres con asma, en comparación con un grupo de control. El yoga involucra posturas y respiración, que han demostrado reducir la presión arterial y mejorar la función pulmonar y mental en otros estudios. Otras terapias integrales como la colina y la psicoterapia familiar también pueden beneficiar a los pacientes con asma.