El documento habla sobre la importancia de que los padres atiendan tanto las necesidades de sus hijos como las propias. Explica que todos los seres humanos, incluyendo los niños, necesitan cariño, atención y cuidados para desarrollarse saludablemente. También señala que los padres deben equilibrar el tiempo dedicado a sus hijos con el cuidado propio, para evitar el agotamiento y poder brindar una crianza positiva.
Licda. Irma Ruiz fue la encargada de dirigir nuestra Escuela para Padres 2014, compartimos por este medio la presentación de apoyo con la que brindó la información. Estas diapositivas son para el nivel de Primero y Segundo Ciclo.
Licda. Irma Ruiz fue la encargada de dirigir nuestra Escuela para Padres 2014, compartimos por este medio la presentación de apoyo con la que brindó la información. Estas diapositivas son para el nivel de Primero y Segundo Ciclo.
Mapa conceptual: ¿De qué tienen necesidad los niños?Jocelin Pazzos
Mapa conceptual en base al texto de Brigitte, R. (2012). titulado "Disciplina en la infancia. ¿Por qué? ¿Cómo? Familia y escuela trabajando juntas". Madrid: Narcea., donde se recupera información acerca de las principales necesidades afectivas del niño y la importancia de atenderlas para la formación del individuo.
Durante nuestra tercera jornada de escuela para padres compartimos información sobre la responsabilidad, rol del Padre y la Madre. Licda. Irma Ruiz fue la encargada de dirigir la información.
Los niños y niñas conocen el mundo por medio de su relación con otras personas. Nacen con la necesidad de relacionarse y conectarse con los demás. Revisa cómo desarrollar el vínculo afectivo, en esta Guía familiar para el fortalecimiento del vínculo afectivo en la primera infancia.
ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE PRIMER GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024. Por JAVIE...JAVIER SOLIS NOYOLA
El Mtro. JAVIER SOLIS NOYOLA crea y desarrolla el “ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE 1ER. GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024”. Esta actividad de aprendizaje propone retos de cálculo algebraico mediante ecuaciones de 1er. grado, y viso-espacialidad, lo cual dará la oportunidad de formar un rompecabezas. La intención didáctica de esta actividad de aprendizaje es, promover los pensamientos lógicos (convergente) y creativo (divergente o lateral), mediante modelos mentales de: atención, memoria, imaginación, percepción (Geométrica y conceptual), perspicacia, inferencia, viso-espacialidad. Esta actividad de aprendizaje es de enfoques lúdico y transversal, ya que integra diversas áreas del conocimiento, entre ellas: matemático, artístico, lenguaje, historia, y las neurociencias.
Today is Pentecost. Who is it that is here in front of you? (Wang Omma.) Jesus Christ and the substantial Holy Spirit, the only Begotten Daughter, Wang Omma, are both here. I am here because of Jesus's hope. Having no recourse but to go to the cross, he promised to return. Christianity began with the apostles, with their resurrection through the Holy Spirit at Pentecost.
Hoy es Pentecostés. ¿Quién es el que está aquí frente a vosotros? (Wang Omma.) Jesucristo y el Espíritu Santo sustancial, la única Hija Unigénita, Wang Omma, están ambos aquí. Estoy aquí por la esperanza de Jesús. No teniendo más remedio que ir a la cruz, prometió regresar. El cristianismo comenzó con los apóstoles, con su resurrección por medio del Espíritu Santo en Pentecostés.
1. APRENDER
A VIVIR JUNTOS
7
Guía de Padres
Desde su nacimiento, el niño se relaciona con otros seres humanos
Los padres lo recibimos y le damos las primeras enseñanzas de convivencia y comunicación. En
sus primeros años el pequeño aprende quién es él y cuál es su lugar en la familia y en su comunidad.
La atención y el trato que le brindamos, las caricias, las palabras, los límites que le marcamos,
los estímulos que le ofrecemos, son el modelo de sus futuras relaciones.
Los padres le enseñamos si el mundo es un buen lugar donde vivir y si puede confiar
en los demás
El niño desarrolla una confianza básica en sí mismo y en los demás que se ve influida por el
cuidado y el afecto que recibe de sus padres. Las experiencias de los primeros años lo preparan
para aprender a vivir con otras personas, en la familia, en la escuela y en la comunidad.
Aprender a convivir es indispensable para realizar cualquier actividad. Es muy poco
lo que logramos solos
Los diversos rincones del planeta están cada vez más comunicados, gran parte del trabajo que
se realiza en las empresas o asociaciones requiere que varias personas con habilidades distintas
formen un equipo, se pongan de acuerdo y se apoyen unos a otros.
El niño aprende en la familia a ser solidario
De unos padres que intentan ser cada vez más abiertos, amorosos y sensibles, el niño aprende
a relacionarse en forma sincera y respetuosa, a saber que las personas importan más que las
cosas, que todos necesitan ser comprendidos, aceptados y valorados.
Aprende a escuchar y a expresar emociones y pensamientos, a respetar lo que otros dicen y
a enriquecerse con el diálogo.
El lenguaje, uno de los logros más extraordinarios de sus primeros años, lo conduce
a una comunicación más profunda y eficaz
Ser capaz de decir lo que necesita, lo que desea, lo que piensa, y entender qué necesitan,
desean y piensan los demás, le da al niño la habilidad de participar en proyectos conjuntos y
resolver de manera inteligente y pacífica los conflictos que surgen entre las personas.
Aprender a vivir con otros significa llegar a ser capaz de establecer vínculos de afecto
y de hacer amigos
A medida que el niño crece y evoluciona su lenguaje, sus círculos de relación se van haciendo
más amplios. Su curiosidad lo lleva fuera de casa, lo hace interesarse en otras personas
—niños y adultos— diferentes a los miembros de su familia y, cuando está preparado, a ingresar
a la escuela.
La escuela le dará las oportunidades de iniciarse en la amistad, una de las experiencias humanas
por las que vale la pena vivir.
2. Los padres y el bebé tenemos que pasar por un periodo
de ajuste
Es bueno saber que los sentimientos de desconcierto se
convertirán en un amor incondicional por nuestro bebé. Por
ahora, estamos viviendo un tiempo de acomodo.
También el niño necesita adaptarse a su familia. Tiene mucho
que aprender y nosotros somos sus maestros.
La primera lección importante que damos al bebé es
la confianza
Como por el momento el niño depende totalmente de nosotros
y tiene una fuerte necesidad de contacto y afecto, sus padres
le enseñamos desde los primeros días si el mundo es un buen
lugar donde vivir y si puede esperar atención y cariño.
Cuando lo cuidamos, satisfacemos sus necesidades y
respondemos a sus señales de bienestar o de molestia, el
bebé aprende a confiar en la vida y a sentirse seguro.
No hay que tener miedo de malcriar al bebé si lo
atendemos cuando llora
Es muy importante cargarlo, acunarlo, mecerlo, hablarle en
voz baja, hacerlo sentir querido. A través de estas acciones,
el bebé recibe el mensaje de que cuenta con alguien.
De la confianza o desconfianza que pueda
tener en nosotros va a depender su visión
del mundo cuando sea mayor.
Las caricias y el contacto físico son la
mejor manera de darle confianza y
consuelo, de tranquilizarlo, estimularlo
y de expresarle nuestro amor
Si al niño lo dejamos llorar mucho tiempo
puede desarrollar un sentimiento de fracaso
y tristeza que tendrá consecuencias negativas
más adelante. Nuestra ternura es el alimento
que le permitirá crecer emocionalmente sano
y aprender a relacionarse con los demás.
En la medida en que los padres comprendamos
el proceso de desarrollo del niño, nuestros
sentimientos serán más positivos y nuestra
capacidad de disfrutar será mayor.
De nosotros depende vivir la paternidad como
una carga o como una gran alegría.
La alegría de recibir en los brazos a su hijo recién
nacido cambia para siempre la vida de los padres
Por primera vez, somos responsables de la existencia de otro
ser humano. Criar y educar a nuestro hijo puede ser una de
las tareas más divertidas, emocionantes y gozosas, pero
también uno de los más grandes desafíos. El pequeño depende,
incluso para sobrevivir, de nuestros cuidados y de nuestro amor.
De pronto, nuestra vida gira alrededor del pequeño
Si es el primer hijo, podemos sentirnos asustados ante la
enorme tarea que hemos de emprender. Muchas veces, no
nos atrevemos a confesar qué tan inseguros y agobiados nos
sentimos. Según nos han dicho, deberíamos estar felices en
todo momento y, sin embargo, a veces nos deprimimos,
estamos preocupados, cansados y de mal humor.
Estas emociones son naturales. Tenemos que reconocerlas,
aceptarlas y expresarlas abierta y respetuosamente para
poder disfrutar plenamente de otros sentimientos como la
ternura, la diversión y la alegría.
Guía de Padres
8
I. Los padres y
nuestro hijo recién nacido
EJERCICIO DE REFLEXIÓN
¿Qué significa para usted ser madre? ¿Ser padre? ¿Qué hace para disfrutar
la convivencia con su bebé?
Por lo menos una vez al mes, anote en una libreta los avances de su niño,
sus “gracias” y sus momentos difíciles. También escriba cómo se siente usted
ante todo esto. Estas notas le servirán más adelante, pues a su niño le
encantará que le platique qué hacía cuando era bebé, además, a usted le
ayudarán a tener más claros sus sentimientos y actitudes.
Nuestra vida gira alrededor del pequeño
3. Aproveche la hora del baño para jugar con él
Atienda a su bebé siempre que llore
Pruebe algunas de las siguientes
recomendaciones
Aprenda a observar a su niño y atienda sus necesidades.
Hágale sentir que lo quiere, cárguelo y abrácelo.
Atienda a su bebé siempre que llore; trate de averiguar
por qué está molesto y responda adecuadamente.
Acaricie lo más que pueda a su bebé. Aproveche la hora
del baño, de la comida y del cambio de pañales para jugar
con él, cantarle y hablarle.
Relájese, descanse y pida ayuda cuando lo necesite.
99
Hágale sentir que lo quiere
Relájese y descanse
4. EJERCICIO DE REFLEXIÓN
Todos los seres humanos tenemos necesidades que debemos satisfacer para sentirnos
bien. Estas necesidades no son lujos o caprichos sino aspectos indispensables para vivir
como personas completas y felices.
¿Tiene usted satisfechas las siguientes necesidades?:
Fisiológicas
Come adecuadamente
Descansa lo suficiente
Hace ejercicio
Goza de buena salud
Afectivas
Se siente amado
Ama a alguien
Se siente estimado
Tiene buena comunicación con alguien en especial
Abraza con frecuencia a alguien
De pertenencia
Forma parte de un grupo de amigos
Lleva a cabo actividades en grupo:
recreativas, deportes, manualidades, etcétera
Se siente parte importante de su familia
Está comprometido con su trabajo o con un ideal
De recreación
Hace algún deporte
Participa en juegos con su familia
Disfruta de actividades cerca de la naturaleza
Asiste a fiestas y celebraciones de la comunidad,
la familia o los amigos
Se da tiempo para disfrutar de las actividades que más le gustan
De aprendizaje y autorrealización
Disfruta su trabajo
Invierte tiempo en aprender lo que le interesa
Tiene planes para el futuro
De intimidad
Tiene momentos para estar a solas con usted mismo
Disfruta de tiempo a solas con su pareja
Puede confiar sus preocupaciones y alegrías a alguien:
pareja, amigo, pariente, etcétera
De trascendencia
Cree que la vida tiene sentido
Cree que su existencia es útil para alguien más
Guía de Padres
10
II. Necesidades de padres
e hijos
Si en algún aspecto sus necesidades no están cubiertas, conviene revisar qué le falta y dedicar
esfuerzo a atenderse. Que usted tenga una vida tranquila, sana y equilibrada es un beneficio
muy grande para sus hijos.
CASI
SIEMPRE
SÍ NOPOCAS
VECES
5. Todos los seres humanos, desde el nacimiento, necesitamos cuidados especiales
Tenemos que comer, dormir, mantenernos limpios. Igual de importante es recibir cariño,
atención, consuelo y caricias. Los niños necesitan que sus padres les hablemos, los toquemos,
los tomemos en brazos y juguemos con ellos.
Los padres hemos de dedicar gran parte de nuestro tiempo, energía y recursos en favor de
nuestros hijos. Su desarrollo depende de que estemos comprometidos con su bienestar.
Para cuidar a nuestros hijos, debemos atendernos también a nosotros
Todos tenemos necesidades que no podemos ni debemos descuidar. Los adultos somos los
responsables de nuestra propia felicidad y crecimiento. Nadie más puede hacerlo por nosotros.
Si los padres aplazamos o renunciamos a nuestra propia alegría y a nuestro desarrollo, perdemos
energía y capacidades para apoyar a nuestros hijos y darles felicidad.
Al descuidar nuestras necesidades, vamos acumulando un sentimiento de molestia
y resentimiento
Los padres frustrados suelen estar cansados, de mal humor, enojados y violentos. En ese estado
podemos lastimar a los hijos de muchas maneras. El sacrificio no siempre es una virtud.
Es necesario recapacitar sobre nuestras necesidades, buscar formas que nos ayuden a
satisfacerlas, darles un orden de importancia, definir cuáles debemos cumplir ahora y cuáles
pueden esperar para ser satisfechas más adelante.
Es parte de la convivencia humana expresar y atender las necesidades propias, poner
límites a los demás y pedirles su ayuda
Así, enseñamos a los hijos a hacer lo mismo y a reconocer que todos somos importantes.
Cuando los niños se sienten comprendidos y tomados en cuenta por sus padres, y ven a sus
padres cuidarse a sí mismos, aprenden a respetar sus propias necesidades y las de los demás.
El mejor regalo que podemos dar a nuestros hijos es estar contentos, descansados
y satisfechos, sentirnos útiles, disfrutar la vida, ser buenos amigos de nosotros mismos
Al respetar las necesidades, espacios, tiempos e intereses, tanto nuestros como de nuestros
hijos, creamos armonía entre todos y contribuimos con ellos al desarrollo de cada miembro
de la familia.
Aprender a pedir y a dar afecto y cuidados es un proceso que se vive cada día y dura toda la vida.
11
Al respetar las necesidades, creamos armonía entre todos
6. Pruebe algunas de las siguientes
recomendaciones
Esté atento a lo que necesitan usted y su pareja.
Trate de entender las necesidades de su bebé en sus
comportamientos. Él no sabe decir lo que le hace falta.
Cuando su hijo ya pueda hablar, escúchelo. Aclaren juntos
lo que necesita.
Pida ayuda a su pareja o a otras personas cuando se
sienta cansado, agobiado o nervioso.
Cuide su propio bienestar. Descanse todo lo que necesite.
Platiquen en familia sobre lo que necesita cada uno y
busquen la manera de ayudarse unos a otros. Los niños
pequeños también pueden colaborar en la medida de sus
capacidades.
Separe un momento del día para estar a solas y para
hacer lo que le gusta.
Dedique a su pareja y a cada uno de sus hijos un momento
del día en forma exclusiva.
Abrace y déjese abrazar y acariciar por su familia. Propicie
que todos se sientan queridos y aceptados.
12
Trate de entender las necesidades del bebé Pida ayuda a su pareja
Abrace y déjese abrazar
Cuide su propio bienestar
7. El momento de alimentar al bebé, ya sea con pecho o biberón, nos da la oportunidad
de establecer un contacto íntimo
El tiempo de alimentarlo es un momento privilegiado para transmitirle afecto y seguridad, para
comunicarnos con él y para disfrutarlo.
Cuando alimentemos al bebé no conviene distraernos con otros asuntos. Hay que estar atentos
a todo lo que sucede entre nosotros y aprovechar ese tiempo para acariciarlo y hablarle, para
aprender a conocerlo y a relacionarnos con él.
Si alimentamos al bebé con biberón, es necesario cargarlo y abrazarlo. Nunca hay que dejarlo
solo en la cuna para que él tome la botella. Además de ser peligroso, porque puede atragantarse,
es muy triste que el niño no reciba la nutrición del cariño y la compañía de sus padres.
Amamantar es una actividad que da al bebé toda la alimentación y los estímulos que
necesita
El pecho de su mamá lo nutre y lo protege de muchas enfermedades. Pero también lo consuela,
lo hace sentir seguro, tranquilo y querido.
La experiencia de amamantar debe ser gozosa, no sólo para el bebé sino también para su
madre. Si ella siente dolor al darle el pecho, el bebé percibe su incomodidad y es posible que
se altere. Hay que consultar al médico para solucionar el problema.
¿Cómo come el bebé?
Empieza por un periodo corto en que succiona todo el tiempo porque tiene hambre. Luego hace
una pausa para descansar. Come y descansa, come y descansa. Cuando no está comiendo,
la mamá lo mira, lo mueve, le toca las mejillas, le canta, le habla. Al bebé le gustan estas
pausas pues son una manera de decirle a su mamá que para él es tan necesario comer como
comunicarse con ella. La comida no es
suficiente; necesita también el afecto.
Si amamantamos al bebé, ¿cómo saber
si ya comió lo necesario?
Bastan quince minutos de cada pecho para
darle la leche suficiente a un recién nacido.
Después, él mismo pide que aumente la
cantidad. Es asombroso cómo se establece
una relación entre el apetito del bebé y la
leche de la madre. Entre más coma el pequeño,
más leche tendrá su mamá.
preocuparse. A menos que haya problemas
de salud, la madre producirá la leche necesaria.
El bebé da señales muy claras de que está
comiendo bien. Lo podemos notar si está
contento después de comer, duerme tranquilo
entre comidas, moja con frecuencia los pañales
—entre seis y ocho veces al día— y aumenta
de peso y tamaño.
Alimentar al bebé es relacionarse con él
EJERCICIO DE REFLEXIÓN
Observe qué siente cuando alimenta a su bebé.
¿En qué piensa mientras lo hace?
¿Aprovecha ese tiempo para acariciar y hablarle a su hijo?
¿Si la mamá amamanta al bebé, el papá la acompaña?
¿Cómo se sienten al compartir esa experiencia?
13
Guía de Padres
III. Alimentar al bebé.
Momentos de intimidad
8. ¿Cuándo darle de comer? ¿Debemos seguir un horario
o darle cuando él quiera?
Durante las dos primeras semanas hay que ofrecerle el pecho
o biberón cuando llore. Muy pronto aprenderemos si su llanto
se debe al hambre o a otra causa. Procuremos no darle
nuevamente de comer si aún no han pasado dos horas de la
última vez (contando a partir del momento en que empezó
a comer y no cuando terminó).
Si se queda dormido, no dejemos pasar más de cuatro horas
para que coma; hay que despertarlo y ofrecerle el alimento.
Después de las dos semanas podemos hacerlo esperar unos
minutos para ir formando un horario de cada tres horas y
luego de cada cuatro, más o menos. Cuando es pequeño, el
bebé debe comer por lo menos seis veces al día.
La participación del padre es importante en la
alimentación del bebé
Si la madre amamanta al bebé, el padre puede hacerlo repetir;
si el niño toma biberón, el papá tiene la oportunidad de
alimentarlo tanto con la leche como con su cariño.
14
La participación del padre es importante
Bastan 15 minutos de cada pecho
Hay que despertarlo y alimentarlo cada 4 horas
9. Pruebe algunas de las siguientes
recomendaciones
Cuando alimente a su bebé, aproveche ese momento de
intimidad para transmitirle su amor.
Mientras el pequeño come, comuníquese con él: háblele,
cante, acarícielo.
Cuando el bebé toma biberón, el padre puede encargarse
de algunas comidas para expresarle su cariño.
Dedique a su hijo el momento de su alimentación. No se
distraiga con otras actividades.
Nunca deje solo al niño en su cuna con el biberón.
Después de las primeras semanas, trate de establecer un
horario para las comidas del bebé. Esto facilita la vida de
los padres y crea buenos hábitos en el niño.
Cuantas veces sea posible, participen en pareja en la
alimentación de su hijo.
15
Vaya estableciendo un horario para las comidas
Mientras el bebé come, comuníquese con él No deje solo al niño con el biberón
Participen en pareja en la alimentación del niño
10. Cuando nace, el niño ya está preparado para la vida social
El recién nacido tiene necesidad de crear una relación muy fuerte con sus padres. Cuenta con
varias maneras de llamar su atención. Una de ellas es su apariencia pequeña y frágil, otra es
llorar o mirar a sus papás a los ojos. El bebé tiene muchas estrategias para atraernos. La
comunicación que establezcamos con él será la base para el desarrollo de sus emociones y de
su inteligencia.
La voz humana tiene características que atraen mucho a los bebés
Su atención se dirige de inmediato a quien le habla, especialmente si se trata de sus padres
o de las personas con quienes convive. Aunque no entiende lo que le decimos, sí sabe que nos
dirigimos a él, y entonces responde haciendo ruiditos y mirándonos atentamente.
La sonrisa es uno de los recursos de comunicación más poderosos de un bebé
Desde los primeros días, el bebé se relaciona con nosotros sonriendo, y gracias a esa sonrisa,
a pesar de estar cansados, a veces agobiados, encontramos nuevamente la energía para
responder a sus necesidades. Casi todos los adultos nos las ingeniamos para hacer sonreír a
un bebé pues sentimos que estamos creando un vínculo personal con él, y lo disfrutamos
enormemente.
El bebé aprende muy pronto que con sólo
sonreír puede tener una respuesta segura y
agradable. Si no le hacemos caso o res-
pondemos con demasiado ruido, el bebé se
pondrá serio. En cambio, si le contestamos
con otra sonrisa y le hablamos suavemente,
sentirá tranquilidad y alegría.
El llanto del bebé también es un mensaje
Como no sabe hablar, el bebé llora. Ésta no
es razón para preocuparse. Para él, es
necesario llorar de vez en cuando, pues así
expresa cómo se siente y qué necesita. Su
llanto es diferente si tiene hambre, si algo
le duele o le incomoda, si está aburrido o se
siente solo. Muy pronto sabremos distinguir
su mensaje. Los padres tenemos esa
capacidad.
Al bebé le gusta compartir la vida familiar
A partir de los dos meses, el niño está casi
siempre alegre. Disfruta de la actividad, las
voces y los ruidos de la casa, y siente placer
Guía de Padres
IV. Comunicarse con el bebé
16
El bebé responde haciendo ruiditos
EJERCICIO DE REFLEXIÓN
¿Cree usted que puede haber verdadera comunicación con un bebé? ¿Por qué? ¿Cómo?
Observe cómo reacciona su niño si usted:
Le habla suavemente
Lo deja en su cuna mientras está despierto
Juega con él bruscamente: lo lanza al aire, lo sacude o lo agita
Observe cómo le responde usted a su bebé cuando:
Llora
Sonríe
Lo mira con atención
Balbucea
11. cuando las personas se detienen a platicar o jugar con él. Es
muy agradable tener cerca al bebé siempre que está despierto,
sin embargo, hay que tener cuidado de no sobreestimularlo.
Él nos avisa cuando quiere descansar: se desentiende, vuelve
la cabeza hacia otro lado, le da hipo o tiembla un poco.
A la mayoría de los bebés no les gustan las acciones bruscas.
Lanzarlos al aire, hacerles demasiadas cosquillas o sacudirlos
puede asustarlos y hacerles perder el control. Cuando el bebé
se altera y llora, hay que abrazarlo y tomarlo en brazos para
calmarlo.
¿Cómo aprender a relacionarnos con el bebé?
Cuando lo tengamos en brazos, conviene colocar la cara
frente a él para ayudarlo a poner atención. Al principio estará
atento sólo unos cuantos segundos pero este tiempo se va
extendiendo poco a poco.
Las actividades diarias como el cambio de pañal y el baño
son oportunidades para demostrar nuestro cariño y estimular
al bebé. Aprovechemos esos momentos para hablarle, darle
un masaje ligero, acariciarlo. Así podemos convertir las rutinas
en comunicación y en algo agradable para todos.
Jugar y acariciar a nuestro niño es una forma de comunicación
que el bebé entiende desde sus primeros días.
17
Al bebé no le gustan las acciones bruscas
Es bueno colocar la cara frente a él
Es muy agradable tener cerca al bebé siempre que está despierto
12. 18
Cuéntele historias
No lo canse ni lo excite demasiado
Haga participar a su bebé de la vida familiar
Pruebe algunas de las siguientes
recomendaciones
Hable con su bebé cuando esté con él. Cante para él,
cuéntele historias, comparta con él sus sentimientos: “Te
quiero mucho, chiquito...”, “Ay, estoy tan cansada, me
gustaría que te durmieras pronto...”, “¡Qué maravilla es
tenerte cerca...!”
Responda siempre a las sonrisas de su niño.
No lo canse ni lo altere.
El llanto es una de las formas de comunicación de su
bebé. Atiéndalo siempre.
Haga participar a su bebé en la vida familiar.
Responda siempre a sus sonrisas
13. Cuando el niño nace empieza el desarrollo del lenguaje
El bebé nos escucha hablar desde sus primeros días y, a partir de los dos meses, comienza a
guturar, es decir, a hacer ruiditos, y a esperar una respuesta.
Si los padres contestamos a sus sonidos, el bebé tratará de repetirlos. Así establecemos la
forma básica de la comunicación: “yo hablo, tú escuchas; tú hablas, ahora yo escucho”. Son
los primeros pasos para desarrollar el lenguaje.
Un poco después, a partir de los ocho meses, el bebé balbucea. Puede decir: ma, da, pa, ba.
Estas sílabas todavía no significan nada para él, pero le encanta practicarlas. Está ensayando
los sonidos y la entonación de su propia lengua.
Los juegos tradicionales de las abuelas preparan el camino a compartir el lenguaje
con nuestro hijo
Al bebé le encantan los juegos que combinan sonidos, palabras y movimientos que se repiten,
como el Aserrín, Aserrán, Las tortillitas, Tengo manita o Los cochinitos. Cantarle y contarle
cuentos antes de dormir es una excelente costumbre.
El niño realmente construye el lenguaje cuando descubre que las palabras significan
algo
Un poco antes del año, el bebé da señales de que entiende el lenguaje. Si le pedimos que nos
dé un juguete o que se acerque a nosotros, él quiere demostrar que comprende haciendo lo
que le pedimos o desobedeciendo con clara intención.
A esta edad el bebé todavía usa el dedo para apuntar y señalar. Poco a poco, si lo animamos,
deja de señalar los objetos y empieza a hablar para manifestar lo que quiere.
Alrededor del año el bebé suele decir su primera palabra. A partir de entonces, su lenguaje
se desarrolla a gran velocidad: el número de palabras aumenta cada día y hablar se convierte
en una de sus ocupaciones favoritas.
Aprender a hablar es un avance
formidable de su inteligencia y de su
capacidad de relacionarse con los demás
El lenguaje es un medio fundamental para
conocer, describir y explicar lo que le sucede.
Es también una herramienta importante para
su desarrollo: es su manera de formar ideas,
de aprender, de imaginar y recordar. Así puede
referirse a objetos que no están presentes o
no existen, y a hechos que ya pasaron.
El lenguaje ayuda al bebé a expresar sus
necesidades o afectos; con sólo hablar puede
pedir lo que le hace falta, llamar a una persona
y obtener su atención.
La corrección y riqueza del lenguaje del
niño depende de la manera como le
hablemos
Al niño no le es útil que usemos expresiones
de bebé, que digamos, por ejemplo, “Gua
guá” en lugar de perro. Él aprende igual una
palabra que otra. Le ayudamos más si decimos
el nombre preciso de las cosas y usamos con
19
Guía de Padres
V. El desarrollo del lenguaje
EJERCICIO DE REFLEXIÓN
¿Qué piensa acerca de hablar con su bebé si él no entiende las palabras?
¿Cuando su bebé emite algún sonido, usted le contesta?
¿Si su niño ya sabe hablar, suele conversar con él? ¿De qué hablan?
Contarle cuentos es una buena costumbre
14. él una forma correcta de hablar. Enseñar a hablar a nuestro
hijo es una oportunidad para ampliar y mejorar nuestro propio
vocabulario, lo cual se logra leyendo buenos libros,
manteniendo conversaciones con diferentes personas y
asistiendo a pláticas sobre temas interesantes.
Alrededor de los dos años, el niño ya puede formar
frases sencillas, y a los tres años comprende la mayor
parte del lenguaje que usará el resto de su vida
A partir de su segundo año, el niño empieza a expresar y
ordenar las palabras como se usan en su idioma; dice las
palabras cada vez con mayor claridad; escucha atentamente
cuentos y canciones, y pide que se los repitamos una y otra
vez. Es muy importante que los padres contestemos las
preguntas de nuestro hijo, escuchemos lo que nos cuenta y
conversemos con él.
El niño no sólo imita el lenguaje, sino que lo construye,
lo inventa, lo hace suyo
Imagina “cómo se dice” y ensaya todo el tiempo. Construye
palabras que nos dejan ver su capacidad para manejar el
lenguaje, por ejemplo: “La casa se quemó y los bomberos
la desquemaron”. Las palabras que el niño inventa no son
tonterías sino todo lo contrario, acciones inteligentes. Por
eso, no hay necesidad de hacerle notar sus fallas; por sí
mismo va a descubrir la manera convencional de hablar.
Con el tiempo, es muy agradable recordar estas formas de
hablar del niño. Vale la pena escribirlas en la misma libreta
en que anotamos sus “gracias” y sus aprendizajes, o grabar
conversaciones, cantos e historias de nuestro hijo. A él le
encantará escuchar su voz de cuando era pequeño.
Los adelantos en su lenguaje indican que el niño también
está avanzando en el desarrollo de su inteligencia y su
pensamiento
Cuando entra al preescolar, el niño ya tiene
un amplio conocimiento del lenguaje. Puede
disfrutar actividades como cantar, decir rimas
o versos, imitar animales, conversar. A los
cinco o seis años ya se le entiende per-
fectamente. Habla bien, hace muchas
preguntas y se interesa por palabras nuevas
y su significado. Leerle libros es una manera
excelente de ampliar su vocabulario y su
comprensión.
Mientras más libertad y estímulos tenga
un niño para escuchar y hablar, mayor
será su capacidad de comunicarse y
relacionarse con el mundo
Si tenemos la costumbre de platicar con
nuestro hijo sobre lo que sucede todos los
días, sobre lo que incita su curiosidad, lo que
le gusta o le sorprende, pronto podremos
tener conversaciones muy agradables e
interesantes, y tendremos muchas ocasiones
de hacerlo sentir querido y apreciado.
Léale en voz alta
El bebé imagina “cómo se dice” y ensaya todo el tiempo
20
Escucha atentamente cuentos y canciones
15. Intégrelo a la conversación de la familia
Pruebe algunas de las siguientes
recomendaciones
Hable con su bebé y responda a sus balbuceos.
Utilice los juegos y las canciones tradicionales para niños.
Invente sus propios cantos.
Tenga al bebé cerca e intégrelo a la conversación de la
familia.
No le dé lo que le pida con señas o ruidos si ya sabe
hablar.
No utilice un lenguaje infantil, ni le hable como bebé. Así
aprenderá a hablar apropiadamente.
Platique con su hijo. Muestre interés al escucharlo y al
contestar sus preguntas.
Permita a su hijo expresarse libremente.
No interrumpa la conversación del niño para corregirlo.
Léale en voz alta.
Cuando su hijo le pregunte el significado de alguna palabra,
busque una respuesta simple y clara.
Cuando salga de paseo, muestre lo que vayan encontrando
y llame a las cosas con el nombre correcto.
Dedique un momento para recordar con su hijo lo que
hicieron durante el día. No olvide mencionar los
sentimientos que acompañaron a todo lo que hicieron.
Escriba y, si puede, grabe las “frases célebres” y las
palabras o historias inventadas por su niño.
Trate de ampliar y enriquecer su vocabulario a través de
lecturas y del contacto con otras personas.
21
Invente sus propios cantos
Anímelo a que hable en vez de señalar
Utilice las canciones tradicionales para niños
16. Cuando los padres no podemos estar todo el tiempo con nuestro hijo tenemos que
buscar a alguien que nos ayude a cuidarlo
A veces las separaciones son necesarias y al principio pueden ser difíciles tanto para el niño
como para nosotros. Si los dos padres trabajamos, o si uno solo se encarga del cuidado de la
familia, el pequeño tendrá que quedarse con alguien más: un familiar, un amigo o en una guardería.
Quizá nos sintamos mal por no poder estar con él todo el día, pero podemos tener la tranquilidad
de que nuestro hijo tiene la capacidad de estar contento incluso sin nuestra presencia.
Es indispensable que la institución o la persona que elijamos sea de toda nuestra
confianza y que podamos estar seguros de que nuestro hijo estará bien atendido
Aunque lo cuide alguien más, la responsabilidad del niño es nuestra, y siempre seremos los
padres quienes debemos tomar las decisiones importantes.
Antes de dejar al niño por primera vez, tenemos que llegar a un acuerdo muy preciso con la
persona que se va a encargar de atenderlo sobre los límites y reglas del comportamiento de
nuestro hijo; decirle cómo queremos que lo trate y darle información clara acerca de su manera
de ser, sus costumbres y necesidades. La comunicación completa ahorra malos entendidos y
problemas innecesarios.
Al regresar por nuestro hijo, conviene pedir los detalles de lo que sucedió mientras no estábamos.
El intercambio respetuoso con quien lo cuida es muy útil para asegurar el bienestar del niño,
como también lo es ayudar a esa persona lo mejor posible y manifestarle nuestra gratitud por
el apoyo que nos brinda.
Es muy importante preparar al niño para
la separación
Cuando nuestro hijo es muy pequeño, conviene
estar presentes los primeros días mientras
él se acostumbra y la persona va conociendo
las rutinas del bebé.
Si el niño va a quedarse en una guardería,
conviene llevarlo de visita con anticipación
para que, cuando lo dejemos, el lugar y las
personas que lo van a cuidar no le sean
desconocidos.
Nunca hay que dejar al niño sin avisarle
Cada vez que salgamos, aunque no comprenda
aún las palabras, hay que hablar con él,
despedirnos y permitir que nos vea salir.
Al principio, no suele dar señales de molestia,
pero a partir de los cuatro o cinco meses, el
bebé empieza a protestar más claramente si
lo dejamos durante el día. Puede ser que
cuando regresemos esté enojado con nosotros,
no quiera mirarnos, llore o se resista a que
lo carguemos.
EJERCICIO DE REFLEXIÓN
Describa con detalle:
lo que siente usted cuando deja a su hijo en manos de alguien más
lo que hace su niño cuando usted se despide
las reacciones de usted y de su hijo en los reencuentros
Enumere las cualidades de la persona o institución que comparte con usted
la responsabilidad del cuidado de su hijo.
Guía de Padres
22
Las separaciones son necesarias
VI. Las primeras separaciones
17. Las protestas del bebé son una buena señal de que
avanza en su capacidad de distinguir a las personas
importantes para él
Su enojo significa que va madurando, que nos conoce mejor
y que quiere estar con nosotros. Es sano que llore y se enoje
pues así nos da oportunidad de darle lo que necesita cuando
estemos con él.
Si el niño ya entiende el lenguaje, hay que decirle a
dónde vamos a ir, cuánto tiempo estaremos fuera y a
qué hora volveremos
Algunos padres creen que el niño sufre menos si desaparecen
cuando él está distraído y luego alguien lo consuela diciéndole
una mentira como: “No te preocupes, tu mamá está en el
patio, en un momento regresa”. En realidad, los engaños
aumentan su desconfianza, pues, al darse cuenta de que en
verdad sus padres se han ido, se angustia todavía más.
En cambio, si nos despedimos de él, al regresar podemos
recordarle que le prometimos volver y lo estamos cumpliendo.
Esto lo tranquiliza y le enseña que puede confiar en nosotros
pues le decimos la verdad. Además, si procuramos regresar
siempre a la misma hora, aprenderá a prepararse para nuestra
llegada.
El niño requiere que tanto las rutinas como las personas
que lo cuidan sean siempre las mismas
Para sentirse seguro, nuestro hijo necesita saber lo que va
a suceder en el día. La inestabilidad y el desorden lo
desconciertan y afectan tanto su inteligencia como sus
emociones. Hay que establecer una rutina de horarios y
hábitos, y ser sumamente constantes; debemos establecer
un compromiso del tiempo que estaremos diariamente con
él. Si aún es bebé puede ser un buen hábito arrullarlo, mecerlo
y cantarle en la mañana antes de salir y en la tarde cuando
regresemos, y si ya habla y entiende, platicar y jugar con él.
Al llegar a casa, es importante, para nosotros y para el niño,
encontrar formas de mostrarle cuánto lo
queremos. Si al regresar lo notamos inquieto
o molesto, seguramente después de unos
momentos de caricias, volverá a estar alegre.
Podemos sentarlo en las piernas, abrazarlo,
hablarle: “¿Cómo te fue hoy? ¿Estuviste
contento? Yo pensé mucho en ti. Te extrañé
porque me encanta estar contigo.” Aun en el
caso de que no entienda las palabras, sí
comprenderá nuestros sentimientos e
intención.
Por otro lado, hay que estar muy alertas y
tomar en cuenta las reacciones y las quejas
del niño y la manera como se relaciona con
quien lo cuida. Su comportamiento es una
señal clara de cómo está siendo tratado.
Una manera de aliviar la ansiedad y el
miedo de la separación es el juego de las
escondidas
Nuestro hijo necesita aprender que nosotros
seguimos existiendo aunque él no nos vea.
23
Si nos ponemos detrás de una cobija y después de un
momento, quitamos la cobija y le decimos: “¡Aquí estoy!”, él
se va a alegrar al vernos.
Cuando el niño ya camine, podemos escondernos detrás de
la esquina, o de un mueble, y dejar que nos descubra. Al
niño también le gusta esconderse. Disfruta mucho estos
juegos que, además, son una gran ayuda para el desarrollo
de su inteligencia y de sus sentimientos.
El juego de las escondidas ayuda al niño
Podemos decirle: “Te extrañé”
18. Pruebe algunas de las siguientes
recomendaciones
No se sienta culpable por dejar un rato a su hijo. Al
reencontrarse, usted estará en mejor actitud para
interactuar con él.
Reúnase con su hijo y la persona que lo va a atender unos
días antes del momento en que lo tenga que dejar con ella.
Prepare a su niño explicándole con anticipación que va a
salir y a qué hora volverá.
Nunca engañe a su hijo: diga la verdad para que siga
confiando en usted.
Organícese para contar todos los días con un tiempo
suficiente de convivencia con su hijo.
Fomente la comunicación con la persona que lo cuida.
Entréguele un escrito con las recomendaciones que usted
considere necesarias y algo de dinero para emergencias.
Deje a la vista los teléfonos del sitio donde se le pueda
encontrar, así como el del médico de su hijo.
Procure saber lo básico sobre primeros auxilios y enséñele
a la persona que atiende al niño.
Esté al pendiente de cómo lo cuida la persona encargada.
Llegue a deshoras para ver si está contento, si se respetan
sus ritmos de sueño, comida, juego.
Al regresar, platique con la persona responsable para
enterarse de lo que hizo el niño y sus avances del día.
Salude a su hijo con gusto, exprésele su afecto con
palabras y abrazos, platíquele cómo fue su día y lo que
van a hacer ahora que están juntos.
Entérese de lo que hizo y sus avances No se sienta culpable por dejarlo
24
Explique a su niño que va a salir
Salúdelo con abrazos y palabras afectuosas
19. 25
Guía de Padres
No hay sentimientos buenos ni malos
Cada sentimiento tiene su valor, su utilidad y su significado. Las emociones le dan sabor,
variedad y riqueza a la vida. Pero tienen que ser adecuadas, es decir, estar relacionadas y
guardar proporción con las circunstancias en las que se producen.
Las experiencias humanas son muy diversas y a cada una corresponde una emoción. A veces
los sentimientos son agradables, a veces dolorosos, hay momentos de alegría y otros de tristeza.
Si lográramos quitarles a algunos sentimientos su signo negativo, podríamos aceptarlos y
expresarlos todos.
Una cosa es expresar el sentimiento y otra actuarlo lastimando o destruyendo
Reconocer y manifestar nuestros sentimientos es algo útil y necesario, pero no debemos
convertirlo en conductas dañinas para nosotros o para los demás. Está bien demostrar cualquier
emoción, pero no cualquier acción: somos responsables de nuestros actos. Perder el control
y dejarnos llevar por un sentimiento fuerte no nos lleva al bienestar emocional ni a mejorar
VII. Manejar los sentimientos.
Un aprendizaje para la vida
EJERCICIO DE REFLEXIÓN
Los sentimientos están presentes en todas nuestras relaciones. El ambiente
que vivimos en familia depende de cuáles sean, de cómo se expresen y se
reciban los sentimientos.
De esta lista de sentimientos, ¿cuáles considera negativos y cuáles positivos?
¿Qué sentimientos se aceptan en su familia y cuáles no?
Revise los sentimientos que calificó como negativos y también los que no
se admiten en su familia. Piense por qué los considera negativos y por qué
no se aceptan. Observe cómo se expresan. Note cuáles son los sentimientos
más frecuentes en su casa.
SENTIMIENTO POSITIVO NEGATIVO SE ACEPTA EN MI FAMILIA NO SE ACEPTA
Coraje
Seguridad
Fastidio
Alegría
Flojera
Confianza
Tristeza
Vergüenza
Orgullo
Culpa
Optimismo
Miedo
Entusiasmo
Amor
Odio
Preocupación
Soledad
Envidia
Superación
20. Nuestro hijo aprende en familia a distinguir y aclarar sus
sentimientos, a ponerles un nombre. Y también a darse cuenta
y comprender lo que sienten los demás. Mientras mayor sea
la variedad de emociones que pueda observar y manifestar,
más ricos serán sus contactos con el mundo y mejor su
capacidad de acercarse a los demás.
Para enseñar a nuestro hijo a conocer, sentir y expresar
sus emociones, los padres tenemos que conocer, sentir
y expresar nuestras propias emociones
Si no sabemos reconocer la tristeza o el miedo, no podremos
ayudar al niño. Mientras más abiertos estemos a lo que
sentimos y mejor sea la manera de expresarlo, educaremos
mejor las emociones de nuestro hijo.
Los padres no sólo enseñamos al niño con lo que decimos;
él entiende nuestras palabras, pero comprende también una
mirada, un gesto o el silencio.
La forma en que los padres manifestamos nuestros
sentimientos tiene consecuencias muy profundas para
la vida futura de nuestro hijo o hija
Cuando los padres no manejamos bien nuestras emociones
y reaccionamos de manera violenta, el pequeño se
desconcierta, no sabe qué hacer y desarrolla un miedo
constante ante una amenaza de la que no puede escapar.
Los padres que tratan a su hijo injustamente y con dureza
provocan que él repita esos comportamientos con otros niños
y luego con sus propios hijos. La agresividad se transmite de
una generación a otra.
El enojo es el sentimiento que menos capaces somos
de dominar
Dejarnos llevar por la ira nos da cierta satisfacción momentánea
pero no nos ayuda a resolver problemas; más bien obstruye
la razón, nos altera y nos enfurece más. Perder el control es
un riesgo para nosotros y para los que nos
rodean, causa sufrimiento, desunión y después
produce culpa.
sepamos calmarnos. Cuando comienza el
enojo, procuremos identificar los pensamientos
que están provocando el coraje, considerar
qué tan adecuados son y cambiar nuestro
enfoque. También podemos contar hasta
veinte, dar un paseo a pie, respirar
profundamente, relajarnos o hacer un ejercicio
breve y vigoroso. Sólo si aprendemos a
manejar la ira y el enojo podremos enseñar
a nuestros niños a refrenarlos.
Para ayudar a nuestro hijo a serenarse,
hay que saber que detrás de la ira siempre
hay otro sentimiento
Cuando el niño se enoje, siempre tratemos
de averiguar qué hay detrás de su coraje: ¿Se
siente solo, herido, celoso, inseguro? ¿Tiene
miedo? ¿A qué?
Necesitamos observarlo y escucharlo con
atención hasta encontrar la razón por la que
nuestras relaciones. Ser capaces de serenarnos es una
habilidad necesaria para convivir en armonía. Es una capacidad
que necesitamos enseñar a nuestros hijos, y la mejor forma
de hacerlo es tratarlos con respeto, comprensión y cariño.
La familia es la primera escuela de los sentimientos
Desde que nacen, los niños viven emociones muy intensas.
Los padres comenzamos a educar esas emociones en los
momentos de intimidad con nuestro hijo o hija, cuando
reconocemos sus gustos, atendemos sus llantos, y le damos
lo que necesita.
El niño pequeño muy rara vez manifiesta sus
sentimientos con palabras
Más bien lo hace a través de otras señales: el tono de la voz,
los gestos, ademanes, la postura, la respiración. Los padres
tenemos que estar muy atentos, pues algunas veces lo que
dice no concuerda con esos otros signos. Hay que saber
identificar lo que en verdad trata de comunicarnos, escucharlo
con verdadero interés y reconocer su manera personal de
expresarse.
Si los padres no mostramos respeto por los sentimientos de
nuestro hijo, por su llanto, su risa o su necesidad de caricias,
el niño empieza a dejar de expresar y hasta de sentir esos
sentimientos. Así su vida va perdiendo riqueza y oportunidades
de relacionarse con otras personas.
La capacidad de una familia de compartir las emociones
es la mejor señal de salud y armonía
El niño advierte cómo los padres nos tratamos uno al otro,
cómo reaccionamos cuando alguien está alegre, triste o
preocupado. Así aprende a respetar, a consolar y a ayudar
a los demás. Nosotros somos sus modelos para expresar
emociones y para escuchar lo que otros sienten.
26
Reconocer lo que sentimos y hablar de ello
21. Evitar frases como: “No pasó nada”
está enojado. Así vamos a poder atenderlo y darle lo que
necesita: compañía, consuelo, seguridad o protección.
Existen varias maneras de cuidar la vida emocional del
niño:
Hacer caso a sus sentimientos. Él debe saber que para
nosotros sus alegrías, tristezas o enojos son importantes.
Para ello, es necesario acercarnos a él y ayudarlo a entender
cómo se siente. Por ejemplo, si nuestro niño se cae y llora,
decirle: “Déjame que te cure, ¿te asustaste? ¿Te duele?”
Tenemos que evitar frases como: “No pasó nada”, “No seas
llorón” o “No me molestes, ¿qué no ves que estoy ocupado?”
Ser sensibles y respetuosos con todas las emociones del niño.
Debemos recordar que no hay sentimientos negativos.
Evitemos criticarlo, burlarnos o prohibirle que muestre sus
sentimientos. Si le decimos: “No llores, no grites, no me
contestes” él aprenderá a guardar sus emociones para sí
mismo y perderá la confianza de expresarse.
No aceptar ni permitir que, al mostrar sus sentimientos, el
niño lastime y falte al respeto a otras personas. Si esto
sucede, será necesario corregirlo. Es importante ser firmes
y hablar con él para que reflexione sobre lo que hizo. Sin
regañarlo o insultarlo, debemos poner límites y aprovechar
el momento para enseñarle a ser sensible al dolor del otro.
Podemos decirle: “Entiendo que estés molesto, pero no puedo
aceptar que lastimes o insultes a nadie. Mira cómo le dolió
lo que hiciste”. De esta manera, evitaremos que el niño se
vuelva egoísta e incapaz de pensar en los demás.
Cuando el niño sabe que sus sentimientos son
reconocidos y aceptados, se está preparando para sus
futuras relaciones íntimas de adulto
La comprensión que recibe lo hace fuerte para el momento
en que deje la protección de la familia y tenga que tratar a
personas desconocidas.
Tanto los niños como los padres necesitamos
encontrar dentro de la familia el apoyo
emocional que nos fortalezca para poder
enfrentar las exigencias del mundo externo.
27
Debemos enseñarle a ser sensible al dolor del otro
Evitemos criticarlo o burlarnos
22. No permita que sus acciones sean agresivas
Pruebe algunas de las siguientes
recomendaciones
Observe sus propias emociones. Nómbrelas y expréselas
a su pareja y a su hijo de manera clara.
Permanezca cerca de su hijo, escúchelo con paciencia y
cariño. Sus sentimientos son importantes.
No juzgue al niño por sus sentimientos. Acepte de manera
natural todo lo que siente.
Si su hijo pierde el control de sus emociones, reconozca
lo qué está sintiendo, pero no permita que sus acciones
sean agresivas o destructivas.
Respete y tome en serio los sentimientos del niño. Es una
manera de ganar su confianza y afecto.
Cuando un miembro de la familia se enoje, trate de
analizar qué emoción está detrás de su molestia.
Nunca se deje llevar por la ira. Su descontrol puede
producir efectos graves en el niño y en la vida familiar.
Cuide la manera de tratar a su pareja. Su niño aprende
de las relaciones de sus padres y puede repetirlas.
28
Escúchelo con paciencia y cariño
Cuide la manera de tratar a su pareja
No tome una actitud indiferente
23. La educación sexual va mucho más allá de decirle al niño cómo nacen los bebés
Educación sexual significa ayudar al niño o la niña a ser consciente del sexo al que pertenece
y a sentirse satisfecho con él; a que sepa que niños y niñas son igualmente valiosos como
seres humanos y que sus diferencias hacen más interesante y completa la vida de todos.
Niños y niñas tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones: ambos deben participar
por igual en las tareas de la casa, ambos necesitan la misma comida, el mismo tiempo para
jugar y descansar, el mismo cariño de sus padres.
Tenemos que propiciar que tanto las niñas como los niños se sientan capaces de llevar a cabo
todo tipo de actividades, ya sea cocinar o arreglar un aparato. Los niños y las niñas son
igualmente inteligentes y deben tener las mismas oportunidades para desarrollarse.
Desde que el niño es pequeño, conviene darle ejemplo y fomentar el respeto a todos los seres
humanos, cualquiera que sea su género o preferencia sexual.
La educación sexual es ofrecerle a nuestra hija o nuestro hijo un modelo de pareja
El niño que ve a sus padres tratarse con cariño y respeto, solucionar sus enojos y conflictos
sin agredirse, darse apoyo en distintas actividades y disfrutar la vida juntos, está aprendiendo
lo fundamental de la relación entre un hombre y una mujer.
Si no tenemos pareja, este aprendizaje puede darse a través de las relaciones entre los miembros
de la familia, hombres y mujeres; a través de la consideración y amor con que nos tratemos.
El papel de los hombres y el de las mujeres ha cambiado enormemente. En muchos casos, la
mujer trabaja fuera del hogar ya sea para apoyar económicamente a la familia o porque ella
es la única responsable de mantenerla. El
varón, por su parte, se siente cada vez más
libre para ayudar en las tareas de la casa y
para disfrutar y cuidar a sus hijos.
Modificar las costumbres machistas requiere
valor. El padre tiene que sentirse seguro de
que seguirá siendo igual de hombre si juega
con su bebé o le da de comer, y la madre
tiene que aceptar que el cuidado de los hijos
y la casa no es su territorio exclusivo. Si las
tareas del hogar se reparten entre todos los
miembros de la familia habrá más tiempo y
oportunidades para compartir y divertirse.
La educación sexual consiste en propiciar
en el niño el conocimiento, cuidado y
respeto por su propio cuerpo y el de los
demás
A los dos o tres años, cuando el niño deja
los pañales, descubre otras partes de su cuerpo
y con ello nuevas sensaciones.
EJERCICIO DE REFLEXIÓN
¿Qué piensa usted que les corresponde hacer a los hombres en la familia?
¿Qué les corresponde a las mujeres?
¿Cuáles son las ideas, sentimientos, actitudes y actividades que nuestra
cultura nos impone por el hecho de ser hombres o mujeres?
¿Cómo debe ser la educación sexual de un niño o una niña?
¿Cree usted que los niños en edad preescolar necesitan saber algo sobre la
sexualidad?
¿Cómo se siente cuando su hijo le pregunta algo relacionado con la sexualidad?
29
Guía de Padres
VIII. Educación de la sexualidad
La educación sexual no sólo es decirle al niño cómo nacen los
bebés
24. Cuando demos información sexual al niño, es
conveniente hacerlo con brevedad y sencillez para que
sea capaz de entenderla y asimilarla
Cuando el niño expresa una duda, debemos estar seguros
de lo que en verdad le interesa. A veces la pregunta “¿De
dónde vienen los bebés?”, o más bien: ”¿De dónde vine yo?”,
no se refiere a la manera como los niños nacen sino al lugar
de origen: el Estado de México, el hospital. Antes de responder
es conveniente investigar por qué pregunta eso y qué es
exactamente lo que quiere saber.
Pero llega el tiempo en que sí le intriga la manera en que
nacen los bebés. Las mujeres embarazadas —si se trata de
su madre con mayor razón— despiertan su imaginación de
tal manera que querrá saber cómo va a salir el bebé; quizá
después pregunte cómo entró. Hay que estar preparados
para contestarle.
Si es su mamá o una persona cercana la que está embarazada,
le gustará sentir con la mano los movimientos del bebé y que
le platiquemos cómo va creciendo dentro para estar listo en
el momento de su llegada al mundo. Seguramente el pequeño
quedará satisfecho si le damos una respuesta breve en vez
de emprender una explicación larga y detallada. A los niños
se les olvida lo que no están preparados para entender.
Nunca demos al niño una respuesta falsa que luego
tengamos que desmentir
Cuando él descubra que los bebés no vienen de París ni los
trae la cigüeña, va a perder confianza en nosotros.
Tampoco es adecuado negarnos a darle una respuesta. Decirle:
“Esto no es un asunto de niños”, o: “Cuando seas más grande
te vas a enterar”. Siempre hay forma de contestar de acuerdo
con la edad del niño. Es mejor que seamos nosotros quienes
le demos la información y no alguien extraño que pudiera
transmitirle ideas equivocadas.
Los padres no debemos dejar en otras manos la
responsabilidad de la educación sexual de nuestros
hijos
Nuestro afecto, confianza y cercanía nos hacen las personas
ideales para introducir al niño en el tema de la sexualidad.
Así, cuando él reciba información a través de otros medios
o de otras personas, será natural para él acudir a nosotros
para resolver sus dudas y su curiosidad en vez de dejarse
influir por enfoques erróneos o actitudes negativas.
Es importante que hablemos sobre el tema en pareja cuando
el niño es pequeño y desde el principio nos pongamos de
acuerdo sobre la educación sexual que daremos a nuestros
hijos.
La estimulación de los genitales le produce placer, por lo que
suele tocarse con cierta frecuencia. Esto es parte natural del
desarrollo sexual infantil y no provoca ningún problema en
la vida adulta.
Cuando sorprendamos a nuestro hijo tocándose los genitales
no debemos regañarlo ni castigarlo pues esto podría hacerlo
asociar la sexualidad con algo malo o sucio. Simplemente
tratemos de hacerle entender que esos son actos íntimos,
muy personales, y que no debe realizarlos frente a otras
personas.
Sólo cuando la masturbación sea algo tan frecuente que
impida al niño jugar y realizar otras actividades, o cuando
notemos que el niño está ansioso o angustiado, es conveniente
analizar qué le está pasando y, si es necesario, pedir ayuda
a un profesional.
También debemos advertir a nuestro hijo que nadie tiene
derecho a tocar las partes íntimas de un niño o una niña.
Que si una persona extraña o de la misma familia trata de
hacerlo, debe avisarnos inmediatamente. Nosotros lo
protegeremos siempre.
La educación sexual contribuye a desarrollar en el niño
la confianza en sus padres
Esto supone que cultivemos una actitud abierta para responder
las dudas e inquietudes de nuestro hijo y nos preparemos
para saber qué contestarle. Implica también responder en
forma natural y clara, darle los datos que nos pide y alentarlo
a que exprese lo que piensa y lo que le causa curiosidad.
Tenemos que estar atentos para no ponernos nerviosos ni
contestar con evasivas, pues esto podría provocar que el niño
no vuelva a preguntarnos y busque información en otra parte.
Si nos llegara a incomodar alguno de sus comentarios o
preguntas, es mejor decírselo para evitar la ansiedad o el
desconcierto.
Es natural que el niño y la niña en edad preescolar
expresen interés en asuntos de tipo sexual
La curiosidad natural del niño en edad preescolar acerca de
la sexualidad se expresa a través de preguntas sencillas, la
exploración de su propio cuerpo, la atención al cuerpo de
otros niños y adultos y la observación de la conducta sexual
de los animales y de las personas.
Alrededor de los tres años descubre las diferencias anatómicas
entre niños y niñas. Cuando es pequeño, sobre todo si no
tiene hermanos, piensa que todos los niños son iguales. Al
ver a un niño del sexo opuesto desnudo surge la pregunta:
“¿Qué es eso?”. Lo único que quiere saber es el nombre. Y
eso es lo que hay que contestar. Hablar brevemente de que
los niños y las niñas son distintos y esta diferencia es natural
y bella.
En ese tiempo, el pequeño sólo se interesa en la forma del
cuerpo, no se le ocurre todavía pensar en las relaciones
sexuales.
30
25. No se preocupe si se estimula
31
Pruebe algunas de las siguientes
recomendaciones
Dé las mismas oportunidades a niños y niñas para ir a la
escuela y para desarrollar diferentes actividades.
Si es posible invite a su hijo a su trabajo para que sepa
a qué se dedica cada uno de sus padres.
Procure que en las labores del hogar participen todos,
hombres y mujeres, niños y niñas.
Cuando su hijo pregunte algo relacionado con la sexualidad,
indague exactamente lo que él desea saber. Luego conteste
de manera clara, sencilla y siempre con la verdad.
Cuando hable con su hijo, refiérase a las partes y funciones
corporales con el nombre correcto.
No se alarme si sorprende a su hijo en jugueteos sexuales
con sus hermanos o amiguitos, tómelo como un proceso
de curiosidad natural y distráigalos hacia otra actividad
pues es algo íntimo.
Asegúrese de que estos juegos no se den entre niños
cuya diferencia de edad sea demasiada.
No se preocupe ni regañe a su niño si lo encuentra
estimulando sus genitales. Piense que usted ya ha
establecido los límites de pudor e intimidad que el niño
todavía no.
Cuando alguna conducta sexual se vuelva una práctica
frecuente que prive al niño de otras actividades como
jugar o trabajar, consulte la opinión de un especialista.
Su pediatra puede ayudarlo.
Refiérase a las partes del cuerpo por su nombre
No permita que se dé la estimulación entre
niños de edades muy dispares
Conteste de manera clara y sencilla
26. El niño pequeño puede encontrar
diversión en todo lo que hace
Su hijo vive una buena etapa para que los
padres disfrutemos con él diferentes
actividades y para que aprenda que acompañar
a los demás y ser acompañado hace más
alegre y más amena la vida.
En ocasiones resulta menos fácil
organizarnos para el descanso que para
el trabajo, pues pensar lo que haremos
en el tiempo libre requiere imaginación
y creatividad
Las actividades en familia pueden causar
tensiones, por eso es indispensable planear
con cuidado los momentos que pasamos juntos
padres e hijos. Si no sabemos qué hacer el
fin de semana o las vacaciones, podemos
perder un tiempo precioso para convivir con
nuestros hijos.
32
Guía de Padres
El niño pequeño se divierte con todo lo que hace
EJERCICIO DE REFLEXIÓN
¿Con qué frecuencia realiza su familia las siguientes actividades?
CADA SEMANA CADA MES CADA AÑO NUNCA
Días de campo
Juegos en los parques
Ver fotos de la familia
Cantar juntos o escuchar música
Asistir a celebraciones familiares
Visitar lugares interesantes
Practicar un deporte
Organizar juegos en familia
o con los amigos
Participar en los festejos y
convivencias escolares
Organizar fiestas sin ningún
motivo especial
Otras. Escriba cuáles son
Piense si le gustaría realizar algunas de estas actividades más a menudo. ¿Qué necesita hacer para
conseguirlo?
¿Con qué frecuencia visita a sus familiares?
Observe cómo se relaciona su hijo con sus abuelos, tíos, primos, padrinos.
¿Qué sabe su hijo de las historias de la familia? ¿Qué sabe usted?
Elabore un árbol genealógico de su familia. Investigue quiénes fueron los abuelos, bisabuelos,
tatarabuelos, tanto de usted como de su pareja, cuántos hijos tuvieron, con quién se casaron, etc.
Comparta esta actividad con su hijo.
IX. Divertirse juntos y
convivir con la familia
27. Es bueno acostumbrarnos, desde que el niño
es muy pequeño, a inventar y preparar
actividades recreativas: días de campo, paseos,
juegos, concursos.
Cada día, intentemos pensar en algún
pasatiempo original y entretenido que
nos permita pasar un buen rato junto con
la familia
Los deportes, obras de teatro, canciones o
juegos de mesa, la conversación y la lectura
unen a la familia pues todos podemos disfrutar
aunque tengamos diferentes edades: es más
divertido armar un rompecabezas en equipo
o leer juntos un cuento. Cada actividad que
nos saque de la rutina produce sorpresas,
alegrías y placeres inesperados.
Al final del día, es muy agradable repasar
con los hijos lo que hicimos juntos
“¿Qué fue lo más bonito para ti?”, “Las
quesadillas”, “El baño en el río”, “La rana”, y
la regla puede ser: “No se vale repetir la
misma respuesta”. Estas reflexiones los harán darse cuenta
de la belleza de las cosas sencillas de la vida. Aprender a
valorar la vida cotidiana influirá de manera positiva en todo
su desarrollo.
El niño no sólo se divierte en compañía de sus padres
y hermanos, también disfruta al convivir con otros
miembros de su familia y de su comunidad
Conviene presentarlo a los parientes y amigos desde muy
pequeño y respetar su forma de relacionarse. Al recién nacido
le gusta toda la gente, pero hacia los cuatro o cinco meses
empieza a rechazar a las personas extrañas. Esto es un signo
de inteligencia, una señal positiva de su desarrollo, quiere
decir que ya es capaz de distinguir entre lo que conoce y lo
que es nuevo para él. El niño necesita tiempo para familiarizarse
con los familiares o amigos de la familia cada vez que los ve.
Es recomendable que se acerquen poco a poco y esperen
hasta que el pequeño se haya acostumbrado a ellos para
jugar con él. A medida que crezca va a sentirse más seguro
y va a interactuar con personas de su familia y de su comunidad
con más gusto y mayor libertad.
Los festejos y celebraciones como bautizos y
aniversarios son ocasiones excelentes para que el niño
conozca a sus parientes, y para que sepa que pertenece
a una familia más amplia
Alrededor de los tres años, ya es capaz de convivir con sus
primos, tíos o abuelos en forma independiente. Nuestro hijo
debe tener toda la libertad de relacionarse con cada miembro
de su familia de una manera especial y única. Estas relaciones
pueden llegar a ser muy importantes para él.
El niño se siente orgulloso de formar parte de una comunidad.
Por eso le encanta revisar álbumes de fotografías: ver a sus
papás cuando eran pequeños, reconocer al abuelo cuando
todavía tenía pelo, saber cómo era el bisabuelo que no conoció.
Todo esto, unido a lo que le platiquemos, le permitirá ir
construyendo su historia.
Al darse cuenta de que forma parte de una familia y
de una comunidad, el niño aprende a pensar en los
demás
Un niño pequeño cree que el mundo gira alrededor de él, y
eso está bien, es natural en su desarrollo. Sin embargo, sus
padres tenemos que ayudarle a entender la necesidad de
ocuparse de otras personas, hacer que nos acompañe y
participe en las atenciones y cuidados para los abuelos, los
tíos, los primos y los amigos.
La actitud de hacer algo con y por los demás fortalece al niño
y le da un sentimiento íntimo de valor personal. Sin exigirle
demasiado, es bueno fomentar en el niño, desde temprana
edad, actitudes de cooperación e interés auténtico por otras
personas.
Interesarnos unos por otros nos ayuda a todos, nos vincula
con los demás y nos da un sentido de familia y de comunidad.
33
Cada actividad diferente produce placeres inesperados
Les encanta revisar álbumes de fotografías
28. Preparen los alimentos juntos,
pero supervíselo
34
Entérese de las actividades para niños
La diversión es indispensable para la salud Obsérvelo para saber qué disfruta más
Pruebe algunas de las siguientes
recomendaciones
No piense en la diversión como pérdida de tiempo; es una
parte indispensable para la salud y para que la vida merezca
vivirse.
Observe a su niño para saber qué es lo que más disfruta.
Conviva con su familia en distintas actividades.
Inventen sus propios juegos: organicen cantos, bailes,
escenificaciones con disfraces; cuéntense historias en las
que cada miembro de la familia narra una parte y el otro
continúa.
Preparen la comida juntos. Que el pequeño ayude con
actividades seguras como pelar chícharos, revolver el agua
de limón o batir los huevos.
Consulte los periódicos y entérese de las actividades para
niños que se organizan en su comunidad. Muchas de ellas
son gratuitas. Aprovéchelas.
Cuente a su niño las historias de familia: cómo era la
relación de usted con su abuelo o abuela, cuál era su primo
consentido, qué hacían juntos.
Platique con su hijo sobre las diferencias individuales y las
necesidades de cada miembro de la familia. Por ejemplo:
“La tía necesita lentes porque… Tu primo no puede jugar
contigo porque... La abuela no puede correr porque...”.
Piensen juntos: “¿Qué podemos hacer para que el tío —o
la hermana— se sienta más a gusto?”
Reflexione con su niño acerca de lo que significa actuar de
manera generosa.
Procure llevarlo a visitas donde conviva con personas de
todas edades.
Acostúmbrese a dar pequeñas muestras de afecto como
notitas, cartas y pequeños regalos a su hijo, a su pareja
y a las personas que usted quiere. Inculque esta costumbre
en su niño.
Ayúdelo a hacer dibujos y regalos para sus familiares aun
cuando no haya una ocasión especial.
Enséñelo a apreciar y agradecer lo que otras personas de
su familia o de su comunidad hacen por él.
29. Desde muy pequeño, el niño manifiesta curiosidad por otros bebés e intenta relacionarse
con ellos
Se inclina para tocarles la cara, gatea para estar cerca, se comunica con ellos por medio de
sonidos o gestos.
A medida que crece, tiene más necesidad de compañeros de juego. A partir del año y medio es
conveniente propiciar que nuestro hijo se relacione con niños de su edad y juegue con ellos libremente.
Ver a dos niños pequeños jugando juntos es maravilloso. Están uno al lado del otro y pareciera
que nunca se ven. Pero si uno da una palmada, agita la cabeza o construye una torre con
dados, el otro hace lo mismo. Hay un gran aprendizaje en esta imitación, cada uno observa
en el otro conductas que los adultos no podemos enseñarle.
El pequeño descubre que las relaciones con niños son diferentes al trato con adultos
No es lo mismo tomar el carrito que su papá tiene en las manos que pedírselo al niño que está
jugando con él. En el trato con niños de su edad, el pequeño conoce sus fuerzas y debilidades;
a veces es aceptado y otras rechazado; a veces le toca dar y otras recibir. Aprender todo esto
lleva su tiempo y requiere un enorme esfuerzo.
Para el niño de uno o dos años es muy difícil comprender los sentimientos de los
demás
Cuando juega con otros, puede tener problemas en cualquier momento. A veces muerde, jala
el cabello, pega o empuja. En realidad el niño no quiere lastimar. No entiende que las mordidas
o los golpes duelen y, cuando el otro niño llora, él está tan atemorizado como el que recibió
la mordida.
Cuando esto sucede, es necesario consolar a
los dos niños. A uno porque está dolido y
sorprendido, y al que mordió o golpeó porque
está asustado con lo que hizo.
Hay que hablar calmadamente con él, hacerle
ver que comprendemos sus sentimientos, pero
no podemos aceptar su conducta. Decirle: “Tú
querías el osito, por eso te enojaste. Pero a
nadie le gusta que lo lastimen. A ti tampoco
te gustaría”.
Al niño lastimado es inútil decirle que no se
deje. Él todavía no sabe cómo defenderse y
podría sentirse avergonzado o incapaz.
Cuando dos niños pequeños juegan juntos,
hay que mantenernos cerca. Dejarlos en
libertad, pero estar atentos para evitar que
se lastimen. Si el pleito no es grave ni peligroso,
ellos solos deben resolver el problema. Así
aprenderán poco a poco a controlarse.
35
Guía de Padres
X. Los primeros amigos
EJERCICIO DE REFLEXIÓN
¿Tiene usted amigos cercanos? ¿En qué forma se apoyan? ¿Qué actividades
comparten? ¿Cómo resuelven sus conflictos?
¿Con qué frecuencia convive su hijo con niños de su misma edad?
¿Qué siente cuando algún niño hace llorar a su hijo? ¿Cómo actúa? ¿Regaña
a su niño, lo defiende de su amiguito o deja que ellos solucionen el conflicto?
¿Cómo reacciona cuando su hijo lastima a otro niño? ¿Qué le hace?
En su trato con otros conoce sus fuerzas y sus debilidades
30. desacuerdos sin agredir, a observar y participar y a sentirse
seguro en el trato con sus compañeros. Luchando y
aprendiendo a ceder y hacer acuerdos aprende mucho más
de la convivencia y de la amistad que lo que cualquier adulto
pudiera enseñarle.
Éste es un aprendizaje de muchos años
Se va logrando poco a poco y a veces puede no ser fácil. El
niño requiere nuestra comprensión y nuestro apoyo, necesita
sentir que estamos de su lado y cuenta con nosotros.
Un niño tímido quizá requiera más estímulos para enriquecer
su juego imaginativo o más oportunidades de tratar a otros
chicos en un ambiente protegido.
Un niño agresivo precisa que le ayudemos a buscar formas
de solucionar los conflictos tomando en cuenta su punto de
vista y también el del compañero. Si los pleitos son frecuentes,
es necesario tomarlos en serio, averiguar qué le sucede y
contemplar si está viviendo momentos difíciles en casa, si
está enojado, triste o inseguro. Tenemos que enseñarle las
reglas básicas de la convivencia, tratar de facilitarle otras
maneras de expresar sus sentimientos y poner límites a su
conducta para evitar que los demás niños lo aíslen o le hagan
daño.
La manera en que aprende a convivir el niño cuando
es pequeño va a reflejarse en su vida adulta
La convivencia infantil es la preparación para la solidaridad
y la amistad. Los padres no podemos hacer amigos por
nuestro hijo pero sí podemos enseñarle a relacionarse.
Podemos mostrarle cómo nos llevamos con nuestros amigos,
si los respetamos, los apoyamos, hablamos bien de ellos, les
tenemos cariño. Con el ejemplo, le mostraremos cómo
consolar, ayudar, compartir, cooperar, proteger y defender a
otros. Así, sin forzarlo ni exigirle, vamos fomentando en él
un interés genuino por el bienestar de otras personas.
Estos serán los cimientos para que el
niño descubra uno de los mayores tesoros
de la vida humana: la amistad.
Hacia los tres años, el pequeño se interesa por
actividades fuera del hogar y busca a otros niños y
niñas con mayor insistencia
A los niños de tres años les encantan los juegos en que
imaginan juntos situaciones fantásticas.
Sin embargo, todavía están centrados en sí mismos y no
siempre son capaces de entender y respetar los deseos de
los demás ni de compartir sus juguetes y su espacio. Esta
falta de madurez causa la mayoría de las disputas.
Es importante respetar sus juegos y no interrumpirlos. Sólo
cuando no puedan solucionar el conflicto, por ejemplo, cuando
se pelean por el mismo objeto, conviene ayudarlos: “Juanito:
tú das dos vueltas en el triciclo y luego le toca a Luis. Cuando
Luis termine sus dos vueltas te lo regresará”.
Algo que suele funcionar es repartir los juguetes uno por
uno, o contar las veces que hacen alguna actividad o medir
el tiempo. Esto da a los niños un sentimiento de justicia que
les ayuda a interactuar con más tranquilidad.
Pero debemos intervenir lo menos posible y dejar que aprendan
a resolver ellos solos sus diferencias. Con el tiempo, serán
capaces de ponerse de acuerdo para crear un juego más rico,
divertido e interesante.
El signo de que un niño madura es que toma en cuenta
las necesidades de otros
A medida que crece, el niño descubre que los demás también
tienen deseos y necesidades, que todos son iguales y él tiene
que considerarse uno más del grupo. Cada vez son menos
los pleitos, y más los contactos amistosos; aunque todavía
discute, se reconcilia con rapidez y facilidad.
Cuando entra al preescolar comienza a comprender que su
libertad es limitada y que debe adaptarse a ciertas reglas
para poder participar en un juego. En la escuela tiene que
compartir, esperar su turno, pedir lo que desea y poner en
palabras sus sentimientos. Tiene que aprender a defender
sus derechos y a respetar los de los demás, a expresar sus
36
En la escuela tiene que compartir, esperar turno
31. 37
Pruebe algunas de las siguientes
recomendaciones
Fomente la relación de su hijo con otros niños invitando
amiguitos a casa y llevándolo donde haya chicos de su
edad.
Si se dan desacuerdos, intervenga lo menos posible y
evite calificativos como: “Eres un mal niño, grosero,
egoísta”.
Si tiene que intervenir en un conflicto, trate de no tomar
partido. Permita que los niños expresen su punto de vista
y entiendan el de los otros.
Si necesita llamar la atención a su hijo, no lo haga delante
de los demás ni juzgue su conducta con severidad.
Los papás que son capaces de hablar de lo que sienten
y también de escuchar a su hijo, le aclaran al niño sus
propias emociones y le enseñan formas de expresarlas
adecuadamente sin ofender.
Trate de hacer comprender a su hijo los sentimientos de
los demás. Tenga paciencia, lleva tiempo aprender esta
habilidad.
Enseñe a su hijo la importancia de la amistad.
Si se dan desacuerdos, intervenga lo
menos posible
Muestre los límites de la convivencia
con afecto
Si interviene en algún conflicto fomente
que los niños se escuchen
Fomente la relación de su hijo con otros niños
32. En las horas que pasan frente al televisor, los niños aprenden mucho más de lo que
nos damos cuenta acerca del mundo y los valores
Aunque existen opiniones a favor y en contra de la televisión, nadie niega su enorme influencia
sobre la conducta de los niños. Los personajes de los programas se vuelven modelos que ellos
tratan de imitar; los comerciales les hacen desear objetos que muchas veces no les convienen
o que sus padres no podemos darles.
En el niño pequeño este medio tiene un impacto especial
Se necesita mucha estimulación para mantener la atención de los niños en el aparato de
televisión. Éste es el motivo por el cual muchos de los programas —educativos o no— dirigidos
a los niños pequeños tienen colores y movimientos siempre cambiantes. Las imágenes son tan
rápidas que impiden al niño hacer una observación detenida, y le dejan una impresión superficial.
La televisión es un entretenimiento que exige muy poco
Ante el televisor, el niño se mantiene pasivo, independientemente de lo bueno o malo que sea
el programa. Las series arrojan sobre él escenas casi instantáneas que van pasando sin darle
oportunidad de interpretarlas ni de hacer alguna reflexión.
Aunque algunas imágenes parecen lo suficientemente creíbles como para hacer que el niño se
sienta ante la realidad, por lo general se trata de informaciones poco elaboradas con una visión
incompleta que no lo anima a pensar ni a hacerse preguntas.
Gran parte de los dibujos animados y otros programas dirigidos a los niños poseen
una fuerte carga de violencia
En estos programas existe una constante lucha entre héroes y villanos, buenos y malos. Los
chicos aprenden conductas a partir de situaciones imaginarias y las van introduciendo a su
vida. Cuando un niño se expone frecuentemente a este tipo de series se acostumbra a ellas y
empieza a ver natural que los conflictos se resuelvan con insultos, golpes o balazos.
Por otro lado, los programas supuestamente graciosos refuerzan comportamientos que pueden
herir a otros en la vida real. Muchos cómicos critican de manera cruel, menosprecian y ponen
en ridículo a los demás con poca inteligencia y sin ninguna sensibilidad ni consideración.
La televisión, sin embargo, también puede ampliar los conocimientos de los niños y
convertirse en un valioso medio educativo
Existe una variedad de emisiones con información que nuestros abuelos no hubieran ni siquiera
soñado. Permiten enterarnos de cosas a las que de otro modo sería difícil tener acceso, nos
38
Guía de Padres
XI. El niño pequeño
y la televisión
EJERCICIO DE REFLEXIÓN
La televisión es un medio que se ha apoderado de un papel central en la
vida de muchas familias. ¿Ha sucedido esto en la suya? Es importante revisar
qué lugar ocupa la televisión en nuestros hábitos familiares.
¿Cuántas horas al día está encendida la televisión en su casa? ¿Cuántas
horas la ve su hijo y cuántas usted?
¿Cuáles son los programas favoritos de su hijo? ¿Los ve con él? ¿Por qué
le gustan? ¿Pone a su niño a ver televisión para que no lo moleste? ¿Le
resulta a usted más cómodo que vea televisión en vez de jugar con él?
¿Qué le ofrece a usted la televisión?
Haga una lista de los valores —o antivalores— que propone la televisión.
Compárela con su propia lista de valores. ¿Son los mismos? ¿En qué son
diferentes? ¿Quisiera usted que los valores propuestos por la televisión sean
los que sus hijos adopten?
33. dan oportunidad de gozar de imágenes del mundo que sólo
los viajeros muy experimentados tienen el privilegio de
contemplar.
La televisión tiene un lugar en la vida del niño
De los padres depende el uso que nuestro hijo dé a este
medio y el tiempo que le dedique. Los pequeños que pasan
muchas horas viendo la televisión dejan de realizar otras
actividades fundamentales para el desarrollo de su cuerpo y
de su inteligencia. Lo más triste es que dejan de jugar.
Los niños necesitan una variedad muy amplia y diversa de
estímulos: hablar y convivir con diferentes personas —niños
y adultos—, correr, trepar, jugar, escuchar cuentos, dibujar.
Todas estas actividades son necesarias. Recordemos que la
mayoría de las experiencias valiosas surgen cuando estamos
activos y cuando convivimos con otras personas.
Hay muchas maneras de hacer de la televisión una
experiencia positiva y valiosa
Al menos una parte del tiempo, debemos ver los programas
con el niño para discutirlos en familia y ayudarle a interpretar
lo que ve. Muchos mensajes o imágenes pueden producir en
él efectos negativos: preocupaciones, dudas, miedos y
pesadillas.
El niño necesita nuestra orientación para elegir programas
que le gusten y sean apropiados para su edad y madurez;
requiere que le enseñemos a distinguir si son divertidos,
ingeniosos y hacen pensar; si plantean temas interesantes,
si le presentan sentimientos y situaciones creíbles.
Los padres tenemos la responsabilidad de crear en nuestros
hijos, desde pequeños, una actitud selectiva e inteligente con
respecto a la información que reciben.
39
De los padres depende el uso que su hijo dé a la televisión
Para educar al niño como espectador consciente y
crítico es necesario que los padres nos eduquemos a
nosotros mismos
Es indispensable revisar nuestras costumbres respecto a los
medios de comunicación. ¿Cuánto tiempo estamos frente al
televisor? ¿Nos quita oportunidades de convivir con nuestra
pareja y nuestros hijos? ¿Qué clase de programas vemos?
¿Nos benefician y nos dejan algo positivo? ¿Qué mensajes
estamos recibiendo? ¿Queremos eso para nuestra familia?
Las experiencias valiosas surgen cuando
convivimos con otras personas
34. Pruebe algunas de las siguientes
recomendaciones
Vea la televisión junto con su niño. Platique con él sobre
lo que pasó en el programa.
Establezca, junto con su hijo, una rutina y un horario para
ver televisión.
Ayúdelo a decidir cuáles son los programas que en verdad
le interesan, cuáles son apropiados para él y cuáles puede
ver cada día.
Según la edad del niño, fije el tiempo que le está permitido
ver la televisión.
Asegúrese de que la televisión no impida a su niño realizar
otras actividades.
No permita que se acostumbre a ver programas que lo
sobreestimulen o lo inquieten.
Examine con atención los modelos y los valores que
proponen los programas que ve su niño.
Revise sus hábitos para ver televisión. Usted es el ejemplo
que sus hijos van a seguir.
No use la televisión como “niñera” de sus hijos. Invente
y propóngales otras actividades: pasear, pintar, contar
historias, leer cuentos, organizar juegos de mesa, entre
otras.
Analice con sus hijos los contenidos de los comerciales.
Vea la televisión junto con su niño
Establezca una rutina y un horario
Examine los valores de los programas
que ve su hijo No use la televisión como “niñera”
40
35. Cuando llega un nuevo bebé a la casa, todo cambia para el hermano mayor
Un pequeño desconocido está ocupando su territorio y le está quitando la atención de sus
padres que antes era sólo para él. Es una experiencia difícil y dolorosa que, con el tiempo, le
traerá grandes satisfacciones.
Nuestro hijo necesita una preparación muy cuidadosa para la llegada del nuevo
hermanito
Es importante hablar mucho con él, platicarle cuándo nacerá el bebé, qué va a pasar con él
en ese momento, cómo va a ser para nosotros y para él contar con un nuevo miembro en la
familia. Y sobre todo decirle cuán importante, especial y querido es él para nosotros. Nadie
puede quitarle nuestro amor.
Por muy bien preparado que esté, el niño resiente la atención al hermano recién
nacido
Nuestro hijo puede expresar su desconcierto de varias maneras. Una es portarse de nuevo
como un bebé. Como advierte que gran parte de nuestro tiempo y atención es para su hermanito,
puede sentirse abandonado y pensar que es mejor ser pequeño: "A mí ya no me hacen caso
como antes. A este bebé le dan todo, por lo tanto hay que ser como él".
Para recuperar su lugar, el niño regresa a comportamientos que ya había superado: si ya
caminaba, gatea; si ya había dejado los pañales, vuelve a necesitarlos; si ya hablaba bien,
ahora usa un lenguaje más infantil.
Nosotros podemos ayudarle haciéndole ver las ventajas de ser grande
"Tú puedes comer dulces, andar en triciclo, comer con nosotros en la mesa, platicar. Los bebés
no pueden hacerlo".
Si el niño insiste en tomar biberón, usar
pañales o balbucear, resulta útil invitarlo a
jugar a que él es bebé. Permita que se divierta
un rato con este juego y después pase a “cosas
de grandes”, para que sea su compañero en
actividades que sólo él es capaz de realizar.
Desde los primeros días, nuestro hijo
mayor debe ser un aliado
Se sentirá tomado en cuenta si le pedimos
que nos acompañe en el baño del bebé, en
el cambio de pañales o la preparación del
biberón.
Para ayudarlo a calmar sus celos, podemos
decirle algo como: “Te necesito. Qué bueno
que te tengo para que me ayudes.” Así se
sentirá reconfortado, contento y orgulloso
pues reconocemos sus avances de niño
“grande”.
Cuando llega un bebé todo cambia para el mayor
41
Guía de Padres
XII. Nacimiento de un nuevo hermano
EJERCICIO DE REFLEXIÓN
Si su familia ha vivido el nacimiento de un nuevo bebé:
¿Qué cambios observó en su hijo cuando nació el hermanito?
¿Tuvo retrocesos o avances?
¿Qué dificultades ha enfrentado para atenderlos a los dos?
36. No los deje solos, podría lastimar al bebé
Es necesario observar al niño con mucho cuidado. Los
celos más intensos no siempre se presentan cuando
mamá llega del hospital
Al principio, el niño está enojado por el reacomodo familiar,
no le gusta dejar de ser el único. Luego, viene un periodo de
calma pues se da cuenta de que el bebé no es capaz de
realizar las actividades que él domina. Pero cuando el hermanito
empieza a tomar sus cosas o a atraer el interés de los adultos
con sus gracias, vuelven los celos de una manera más intensa.
Si se siente en desventaja, el niño tiene necesidad de
competir por la atención de sus padres y de otros
familiares
A veces lo hace con juegos, pero otras también se porta de
modo agresivo. Puede empezar acariciando al hermanito y
terminar pellizcándolo o mordiéndolo. Es muy difícil para él
contener este impulso. Cuando se acerque al bebé, debemos
estar junto a él y ayudarlo a controlarse.
Necesitamos comprender sus sentimientos, pero no podemos
permitir la conducta negativa pues no le hace ningún bien.
No se trata de castigarlo sino de hablarle de manera calmada
y cariñosa: “Sé que estás enojado pues quisieras que te viera
sólo a ti y no a tu hermano. Pero no puedo aceptar lo que
haces. Si en este momento te sientes celoso, ven conmigo;
yo quiero estar cerca de ti”.
Cada hijo tiene un lugar especial en la familia y en el
corazón de sus papás
Pero es indispensable que cada uno lo sepa y lo escuche con
frecuencia. Observemos si el niño se aísla cuando siente que
lo hacen a un lado, si se va a un rincón con la carita triste
y el dedo en la boca mientras ve que a su hermanito le hacen
fiestas y cariños. Cuando esto suceda, es muy importante
acercarnos a él y hacerlo sentir querido y atendido.
Un hermano puede ser su compañero más valioso en
la niñez y su amigo más cercano
Para ayudar a nuestros hijos a quererse y disfrutarse, debemos
dar amor y cuidados a cada uno, dedicarles un tiempo de
juego individual y de atención especial.
Si ambos se sienten queridos y aceptados, más adelante,
ante las dificultades familiares o de la escuela, recurrirán el
uno al otro de manera natural y establecerán relaciones de
sana complicidad, comprensión y apoyo mutuo.
42
Un hermano puede ser su compañero más valioso
37. Pruebe algunas de las siguientes
recomendaciones
Si está usted esperando otro hijo, prepare a su niño
mayor durante el embarazo: háblele de que pronto tendrán
un nuevo miembro en la familia, deje que sienta los
movimientos del bebé en su vientre.
Pregúntele cuáles son sus deseos y qué piensa sobre su
hermanito por llegar. Permita que exprese todo tipo de
sentimientos acerca del bebé.
Hágale ver las ventajas de tener un hermano: cuando
crezca un poco, va a tener con quien jugar y acompañarse.
Dígale con mucha claridad qué va a suceder en el momento
del nacimiento: dónde va a dormir, quién va a ir por él
a la escuela, quién le va a dar de comer.
Trate de que las rutinas de su niño cambien lo menos posible.
Dedique a su niño algunos momentos para hacer
actividades de “grandes”.
Invítelo a ayudarlo en los cuidados del bebé.
Hable mucho con él sobre las razones por las que el bebé
necesita su atención.
Anime a su niño a relacionarse con su hermanito: que le
hable, lo haga reír. Dígale: “Mira cómo te ve. Seguro que
le gustas".
No haga comparaciones entre los dos hermanos.
No deje al niño solo con el bebé, pues podría lastimarlo.
Acepte con tranquilidad que su niño se comporte otra vez
como bebé, pero no lo anime a hacerlo.
Enséñele fotos de cuando él era pequeño. Platíquele de
las “gracias” que hacía.
Déle juguetes, osos o muñecas con los que pueda jugar
y expresar sus sentimientos.
Reserve un tiempo para jugar con el niño sin que esté su
hermanito presente. El niño debe saber que usted lo
atiende y lo quiere.
43
Realice actividades de “grandes” con su niño
Permita que exprese todo tipo de sentimientos
Anime a su niño a relacionarse con el bebé
Prepare a su niño durante el embarazo
38. EJERCICIO DE REFLEXIÓN
Cuando una pareja se separa, los sentimientos son tan intensos que resulta
muy difícil poner atención a lo que viven sus hijos.
Si usted está pasando por un proceso de divorcio, es conveniente hacer un
esfuerzo y observar a su niño:
¿Cómo le está afectando la separación?
¿Se siente triste, enojado, culpable?
¿Suele agredir, llorar o aislarse?
¿Cuáles son las actitudes de usted respecto a su pareja?
¿Alguno de los dos utiliza al niño para agredir al otro?
¿Habla mal de su pareja con su hijo?
¿Trata de competir por el cariño del niño haciéndole regalos exagerados?
¿Se enoja con el niño con mayor facilidad?
Guía de Padres
44
XIII. El niño ante el divorcio
El divorcio es doloroso para todos
Aun cuando en la familia haya vivido tensiones y pleitos, el niño no quiere que sus padres se
separen, quisiera que estuvieran juntos siempre. Las familias desintegradas son muy difíciles
de manejar para el niño, por eso los padres tenemos la gran responsabilidad de proteger a
nuestro hijo de cualquier sufrimiento innecesario.
Antes de separarnos es importante hablar con nuestro hijo sobre esta decisión
Tenemos que decirle lo más claro posible, con explicaciones sencillas, que ya no vamos a vivir
en la misma casa. Si es posible, resulta mucho mejor hacerlo juntos. Insistir en que el niño
no es responsable de la decisión tomada, que ésta no se debe a nada que él haya hecho o
dejado de hacer, es muy necesario pues, por lo general, un divorcio se da después de épocas
de tensiones y conflictos en los que el pequeño ha estado muy cerca, y puede sentir que él
es el culpable.
Es común que el niño piense que su padre —o su madre— se fue porque no lo quiere,
porque él es malo
“Si me hubiera acabado la sopa, si le hubiera prestado el carrito a mi hermano, si no llorara
tanto...”. Los padres no debemos cansarnos de repetirle: “Los dos te queremos y disfrutamos
estar contigo, pero a veces los adultos no podemos vivir juntos. Tú no eres el responsable de
nuestra separación”.
Para que el niño esté más tranquilo, los padres tenemos que hablar y ponernos de
acuerdo
Una de las mayores dificultades de una pareja que se separa es que ha perdido la posibilidad
de comunicarse. Sin embargo, por difícil que parezca, cuando ambos padres estamos dispuestos,
es posible separar nuestros problemas de pareja de los acuerdos que tienen que ver con los
hijos. Si logramos hacerlo con respeto y serenidad les estaremos dando un ejemplo y bases
sólidas para su desarrollo.
Por más enojados que estemos entre nosotros, para nuestro hijo ambos padres somos
igualmente importantes y queridos
Lo más destructivo que podemos hacerle al niño es ponerlo en medio de nuestros pleitos. Usar
al niño para herir al otro padre lo lastima mucho más a él; lo angustia, lo atemoriza y puede
afectarlo en sus futuras relaciones de adulto. Demostrar ira contra nuestra pareja enfrente del
niño lo asusta mucho. Podría temer que nos enojemos también con él y decidamos abandonarlo.
No es saludable, ni ayuda al niño, que un padre se alíe con él para culpar al otro de la situación.
Él nos quiere y necesita a ambos por igual.
39. debe avisarle con anticipación. También tiene que estar
dispuesto a dar lo necesario para su educación y sustento.
Los conflictos de la pareja con frecuencia se manifiestan
en el manejo del dinero
Muchas veces se utiliza lo económico como medio de control
o de presión. Los padres podemos entrar en una lucha de
poder: “Si no me das dinero, no ves a los niños”, o “Si no
me dejas a los niños, no te doy dinero”. Estas situaciones
hacen sufrir a los hijos y los colocan entre la espada y la
pared.
¿Cómo manejar con los hijos las nuevas relaciones de
pareja?
Para un niño es doloroso que su papá o su mamá se casen
con otra persona, pues eso le hace perder la ilusión de verlos
reunidos otra vez. Pero si manejamos la situación con
sensibilidad e inteligencia, el niño va a poder aceptarla más
fácilmente. Debemos insistir en que bajo ninguna circunstancia
lo vamos a dejar, y hacerle saber muy claramente que nuestra
nueva pareja no sustituirá nunca a su madre o a su padre.
Cada uno tiene su lugar. Además, con la nueva relación él
puede tener una nueva fuente de apoyo y cariño.
Algo muy diferente son las relaciones pasajeras. No conviene
presentar al niño a nuestras nuevas relaciones hasta no tener
la seguridad de que son serias y estables. Los cambios de
pareja lo confunden y pueden hacerlo sufrir.
Si llegamos a sentirnos confundidos y agobiados por
nuestra situación personal es recomendable pedir apoyo
y orientación
Es recomendable hablar con personas de nuestra confianza
que hayan vivido una situación semejante y la hayan resuelto
de manera satisfactoria, o consultar a un profesional que nos
oriente en el manejo de los hijos y de nosotros mismos.
Existen distintas reacciones de los niños
ante la separación
Es natural que el niño esté inconforme, enojado
o triste. A veces no puede concentrarse, sueña
despierto o se muestra inexpresivo y
reservado; se siente abandonado por el padre
que se fue y teme que el otro también lo deje.
“Si uno ya se fue, ¿por qué no ha de irse el
otro?” Si el padre con el que vive llega a salir,
tiene miedo de que no regrese. Es necesario
decirle una y otra vez cuánto lo queremos y
asegurarle que nunca lo vamos a dejar.
Si el niño se porta obediente y complaciente,
es necesario aclarar que no tiene que
esforzarse en ser perfecto, que lo queremos
tal como es, aunque se equivoque.
Cualquier retroceso en lo que ya había
aprendido es normal. Hay que tranquilizarlo
y esperar un poco para que vuelva a dominar
lo que ya sabía hacer: hablar bien, comer o
dormirse solo. Con paciencia y comprensión
debemos apoyarlo a seguir su camino hacia
la independencia.
Un ambiente de cercanía y respeto anima al niño a
expresar sus emociones
Por más doloroso que resulte, debemos dar a nuestro hijo
oportunidad de decir qué piensa y cómo se siente, de hablar
sobre sus dudas y sus temores. También es recomendable,
propiciar visitas a las amistades y parientes de quienes el
niño reciba cariño y seguridad.
El niño necesita mantener el contacto con la familia de
ambos padres
La convivencia con los tíos, primos y abuelos, lo ayuda a
asimilar mejor la separación de sus padres y lo hace sentir
tranquilo pues su familia extensa permanece a pesar de los
cambios. A veces, para consolar al niño, los familiares lo
miman más de la cuenta. Tenemos que explicarles que, para
nosotros, la disciplina es muy importante. Justo en este
tiempo en que todo se mueve, el niño necesita límites que
le den confianza, y también cariño y flexibilidad que lo ayuden
a adaptarse a su nueva situación.
Es bueno que el chico vea con frecuencia tanto a su
papá como a su mamá, independientemente de con
quién viva
Por lo general, los niños se quedan con la madre y ven al
padre cada cierto tiempo. Entre más cercana sea su relación
con ambos, será mucho mejor. Es conveniente hacer
calendarios de visitas y crear rutinas para que el niño se
sienta seguro, sobre todo en las primeras etapas de la
separación.
El padre que se fue debe ser muy cuidadoso en el trato
con su hijo
Esto implica no hacerlo esperar después de la hora en que
quedó de encontrarse con él ni faltar a sus citas. Al niño
pequeño unos minutos le parecen eternos, y la desilusión de
no verlo es enorme pues la interpreta como falta de cariño.
Si el padre —o la madre— no puede ir o va a llegar tarde,
45
No debemos ponerlo en medio de nuestros pleitos
40. Aliéntelo a que exprese sus sentimientos
Hágale ver que no es su culpaTrabaje en equipo con los maestros
No haga equipo con su hijo en contra del otro
46
Pruebe algunas de las siguientes
recomendaciones
Durante el proceso de separación póngase en contacto
con la escuela y trabaje junto con los maestros.
Mantengan usted y su pareja una comunicación abierta
en beneficio de su hijo. Es su compromiso e interés común.
Hable con el niño de manera clara y abierta sobre la
separación.
Si el niño tiene dudas o sentimientos de culpa, exprésele
que no tiene ninguna responsabilidad en la separación.
Aliente a su hijo a expresar sus sentimientos.
Propicie actividades que el niño pueda realizar tanto con
usted como con el otro padre: él los necesita a los dos.
Esté pendiente de cómo se comporta su niño. No importa
si responde con lágrimas o escondiéndose, de todos modos
necesita ayuda, comprensión y afecto.
No desahogue su enojo con su hijo.
Trate de mantener estables los hábitos que tenía el niño
antes de la separación, aun en momentos de emociones
intensas.
No establezca alianzas con su hijo en contra de la pareja
y no hable mal de él o ella enfrente del niño.