1. ANTE EL PARADIGMA DE
“LA EDUCACION PARA UNA VIDA SOSTENIBLE”
Las posiciones paradigmáticas y filosóficas no son más que esquemas que nos
permiten interpretar una realidad, por ello los paradigmas no son eternos, pues
estos parten de las condiciones existentes, por lo que una vez que estas se
transforman rompen con los paradigmas que las explicaron. Esta nueva era de
la humanidad requiere nuevas interpretaciones en todos los ámbitos de la
sociedad, para dar respuestas justamente a esas características, pero muy
especialmente, para conducir nuestros destinos a mejores derroteros.
La ciencia y la educación siempre han estado estrechamente relacionadas, en
esta oportunidad reflexionaremos sobre el pensamiento y los paradigmas
emergentes que propone Frijot Capra Físico y teórico de sistemas de origen
austríaco. Muy interesante pues hoy se considera educador y ecologista
militante, fue físico de partículas y de teoría de sistemas durante 20 años. Su
obra hace especial énfasis en sustentar la teoría de sistemas para explicar que
nada se sostiene solo, que todo debe ser estudiado y analizado en su conjunto.
De allí esta presente el peligro de la fragmentación, manifiesta que los físicos
no pueden plantear su ciencia como “la teoría de todas las cosas”
Capra hace aportes significativos a la filosofía de los nuevos tiempos, partiendo
de la mencionada teoría de sistemas establece la necesaria interconexión,
En su propio trabajo desarrolla un marco conceptual que integra tres
dimensiones de la vida: la biológica, la cognitiva y social. (obra: las conexiones
ocultas) En este mismo orden de ideas la interrelación armoniosa que
observamos en la naturaleza, los sistemas vivos: seres humanos individuales,
con los sistemas sociales y con los ecosistemas; todos aspectos que
necesariamente se interconectan. La realidad debe estudiarse basada en el
entendimiento de las relaciones y reciprocidades esenciales de los fenómenos
físicos, biológicos y sociales, culturales y sociológicos.
Partiendo de estos preceptos Capra considera que la sociedad actual vive una
crisis de múltiples fases, especialmente en la cultura y en la educación. Estas
dificultades proceden de la crisis mecanicista del mundo -sociedad moderna-
en donde ha imperado el control y la dominación de la humanidad por el uso de
la fuerza, el poder y el conocimiento.
En su papel de ecologista militante, Capra sostiene que la ecología actual esta
centrada en el ser humano pues ve la naturaleza como un objeto instrumental
de uso y al hombre, como fuente de todo valor, lo ve por encima o aparte de la
misma. Por tanto señala la necesidad de instaurar una ecología profunda que
no permita la separación del entorno natural, ni de humanos ni de otros seres ni
de otros objetos. Es decir, plantea una ecología que reconozca “…. El valor
2. intrínseco de todos los seres vivos y ve a los humanos como una mera hebra
de la trama de la vida” (Obra: “La Trama de la Vida” Una perspectiva de los
sistemas vivos) por ello se declara ecologista militante.
Ante la actual crisis paradigmática marcada por el fin de una era, Capra plantea
el paradigma ecológico como modelo para comprender la ecología y la
sostenibilidad, bajo el enfoque vivencial, participativo y multidisciplinario
(paradigma emergente). Es sin lugar a dudas una respuesta ante el modelo
capitalista que hoy genera un individuo, una sociedad de consumo incontrolado
e insostenible a largo plazo. A esta dirección que toma la humanidad hay que
hacerle frente, es necesario formar seres humanos conscientes de esta
realidad, capaces de comprender que es un modelo que no se puede sostener
y por el contrario crear un nuevo orden sistémico que por ello respete y
preserve los otros integrantes de ese sistema, más allá del ser humano y sus
deseos; la vía más expedita para esto es la educación.
La educación para una vida duradera
Ante la crisis actual de la educación Capra propone una pedagogía especial
que denomina “Modelos Sustentables de Vida”, en donde plantea enseñar
mediante el “ecoalfabetismo” basado en un enfoque vivencial participativo y
multidisciplinario que permita comprender la mejor ecología y la
sustentabilidad; una educación para un nuevo tipo de desarrollo que integre lo
humano armónicamente lo humano, lo ecológico y lo sostenible y que propicie
el logro de aprendizajes significativos en los alumnos, lo cual supone
implementar desde una perspectiva constructivista, el conocimiento de
expectativas, motivaciones y experiencias de los participantes en un
determinado contexto sociocultural que incluye la familia, la comunidad, el
sistema educativo y los organismos vinculados con la escuela y la sociedad.
“La educación para una vida sostenible” es experimental, sistémica y
multidisciplinar, convierte los colegios en comunidades de aprendizaje, a los
estudiantes en ecológicamente cultos. Para Capra la lección más importante de
aprender de la naturaleza es que la sostenibilidad está basada en toda una red
de relaciones de una comunidad, de tal manera que la mejor forma de sostener
la vida es construir y nutrir la comunidad.
Presenta coincidencias con las ideas de Edgar Morin cuando valora el todo y
las partes, el contexto y los procesos, los intercambios, la continuidad, el
equilibrio, el orden y el caos, la autoorganización, la entropía y los valores, el
pensamiento crítico, el cuestionamiento, la experimentación, reconociendo que
el aprendizaje implica la construcción del significado conforme a la historia
personal del estudiante y su contexto cultural”
3. Es interesante, pues Capra ante la posibilidad de comparar los sistemas
educativos de Europa y USA señala muy precisamente que aunque estos
modelos sirvan de inspiración, no pueden ser aplicados de manera directa en
atención a que los ecosistemas son distintos por lo que la educación para la
sostenibilidad necesita una reinvención permanente.
Partiendo de esto analizamos nuestros propios procesos educativos, a lo largo
de todos los sistemas escolares los currículos y programas plantean de un
modo u otro, el respeto al ambiente y su importancia, no obstante hay que
reconocer lo divorciado que están ideas y acción, aquí nos encontramos
nuevamente con el peligro de fragmentación, más allá de lo técnico y lo
humano. Estos nuevos paradigmas nos permiten convertirlos en espejos para
ver nuestras propias realidades, efectivamente son programas pedagógicos
experimentales que distan mucho de nuestra realidad pero también es cierto
que necesitamos de manera urgente formar ese ser más humano que asegure
la sostenibilidad de los sistemas vivos del planeta.
Venezuela ha dado agigantados pasos políticos y sociales en lo que a la
ecología se refiere, plan de la patria 2013-2019 corresponde ahora a la
educación cotidianizar esa tarea. Así la educación se plantea cada vez más
humanista, corresponde a los maestros y demás integrantes del sistema
hacerla una practica diaria. Ciertamente este tipo de cambios son progresivos
por lo que es una tarea que brindará sus resultados a largo plazo pero que es
de urgente cumplimiento.
Gumercinda Hidalgo
C.I. 10637918