2. SENTIMIENTO DE ENFADO MUY GRANDE Y VIOLENTO EL
CONCEPTO DE IRA HACE REFERENCIA A AQUELLOS
SENTIMIENTOS DE VIOLENCIA, ENOJO, ANGUSTIA E
INDIGNACIÓN GENERADOS EN TORNO A SITUACIONES O
PERSONAS ESPECÍFICAS . LOS EFECTOS FÍSICOS DE LA IRA
INCLUYEN AUMENTO DEL RITMO CARDÍACO, DE LA PRESIÓN
SANGUÍNEA Y DE LOS NIVELES DE ADRENALINA Y
NORADRENALINA.
3. Localización de la ira en el cerebro:
La corteza prefrontal, región del cerebro justo detrás de los
ojos, tiene una función ejecutiva, integra la información e inhibe
los impulsos emocionales que surgen de centros más profundos
del cerebro, como el sistema límbico. También existen personas
que experimentan ataques de enojo como síntoma de una
importante depresión. La inducción de emociones genera
cambios profundos en el sistema nervioso autónomo y en el
sistema endocrino. Se altera también la actividad cerebral, en
especial en los lóbulos frontales y temporales. Charles Darwin
(1809-1882)
4. Sabias que: El sistema límbico esta compuesto por
tres estructuras cuya función es relacionada con el
aprendizaje, la memoria y las respuestas emocionales
como lo es la Ira. Está situado justo debajo de la
corteza cerebral y está formado por el tálamo, el
hipotálamo, la amígdala cerebral y el hipocampo.
5. El aprendizaje influye de modo significativo en el control de la ira, y aun
cuando se es niño es posible comenzar tal emprendimiento de
concientización de las “rabietas” con lo cual en una vida futura el
dominio puede llegar a ser de gran avance, sin necesidad de usar la
represión, sino la observación de sí mismo, la concientización de los
pensamientos que despiertan la ira y el momento preciso en el que esta
se desencadena, también poner atención a las consecuencias que la ira
puede incorporar en determinados momentos donde se hace un uso
desbordado y desmedido de ella. Aunque la ira sea en principio una
respuesta natural de los mamíferos para defenderse o resguardarse de
alguna amenaza, es también cierto que puede ser controlada a través
del aprendizaje no solo de alguna técnica, sino con un autocontrol que
se puede ir adquiriendo con el paso del tiempo, mientras que algunos lo
aplican de manera más espontánea y con mayor grado de facilidad.
6. Modificaciones y Tolerancia: El objetivo del manejo de la ira es
reducir los sentimientos y el despertar fisiológico que provoca. A
veces no podemos deshacernos de las cosas o las personas que nos
enfurecen, ni se pueden cambiar, pero podemos aprender a
controlar nuestras emociones. La palabra tolerancia es de mucha
importancia en esta área, puesto que aunque en ocasiones el
entorno o las personas que nos rodean desatan el volcán de la ira,
también es cierto que hay momentos en que la ira es injustificada y
un reflejo de otros problemas o malestares subyacentes del sujeto,
que producen explosiones al menor descuido afectando a veces a
personas que no tienen nada que ver con la molestia original.
También saber colocarse en el lugar de los otros, comprender que
un arrebato de furia la mayoría de las veces no soluciona el
problema y que lejos de ayudar empeora casi siempre la situación,
concientizar y tratar de hallar soluciones creativas y positivas a los
conflictos.
7. Trastornos comunes: El trastorno explosivo intermitente (abreviado
TEI) es un trastorno del comportamiento. Algunos pacientes han
referido experimentar cambios afectivos justo antes del estallido
de ira (estrés, cambios de humor, etc.) La conducta impulsiva, y
especialmente la predisposición impulsiva a la violencia, se ha
correlacionado con bajo índice de niveles cerebrales de serotonina,
según indica la baja concentración de ácido 5-hidroxindolacético en
el fluido cerebroespinal. Este sustrato parece actuar sobre
el núcleo supraquiasmático del hipotálamo, que es el centro al que
llega la serotonina desde los núcleos del rafe dorsal y medio,
desempeñando un papel en el mantenimiento de los ritmos
circadianos y en la regulación de la glicemia.
8. Tratamiento: El tratamiento puede conllevar una mezcla de terapia cognitivo-
conductual y tratamiento farmacológico. La terapia puede ayudar al paciente
a reconocer los impulsos para facilitar la adquisición de un mayor nivel de
conciencia y control de los accesos de ira, así como a tratar el estrés
emocional que acompaña estos episodios. Existen diversos tratamientos
farmacológicos indicados para este tipo de pacientes. Los antidepresivos
tricíclicos y los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS)
como la fluoxetina, la fluvoxamina y la sertralina parecen aliviar algunos de
los síntomas psicopatológicos. Los estabilizadores de ánimo gabaérgicos y
las drogas anticonvulsivas como la gabapentina, el litio y la carbamazepina
parecen ayudar a controlar la aparición de los accesos de ira. Los ansiolíticos
ayudan a aliviar la tensión y pueden favorecer la reducción de los ataques de
ira mediante el incremento de la tolerancia a los estímulos que los provocan,
y están especialmente indicados en pacientes que también sufren de un
trastorno obsesivo-compulsivo, u otros trastornos de ansiedad.