El Indio Ojeda decidió terminar su vida en un caminito terroso después de mucho tiempo de indecisión sobre las encomiendas heredadas de sus antepasados. Recordó las palabras de castigo de su hermano y los días en que fue juzgado por beber el caldo de víboras, siendo sentenciado. Su esposa le preparó un brebaje antes de la sentencia. Ojeda sufrió durante cuatro horas de suplicio hasta que volaron los murciélagos. Esa tarde soñó con la Diosa Brida y se bañ