La administración estratégica implica establecer metas y estrategias a través de un proceso que incluye analizar las fortalezas y debilidades internas de la organización, así como las oportunidades y amenazas externas, para luego implementar estrategias que aprovechen las oportunidades y contrarresten las amenazas, considerando factores como la misión, visión, objetivos y planes de la organización.