Madurar la carne durante al menos 20 días entre los 2 y 3 grados centígrados la ablanda y hace más nutritiva y fácil de digerir al dividir las proteínas en aminoácidos. El proceso requiere empacar al vacío la carne y refrigerarla entre 0 y 4 grados por 21 días para desarrollar mejor sabor, aroma y textura.