Comer una dieta saludable con pescados, aves de corral, lácteos, frutas y verduras, así como aceites esenciales, ayuda a regular el peso, combatir infecciones, reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y retrasar el envejecimiento. Por otro lado, una dieta poco saludable con carnes rojas, azúcar, alimentos enlatados, dulces y bebidas gaseosas puede provocar aumento de peso, cambios de humor, debilitamiento del cuerpo y problemas digestivos.