La etnohistoria trata de reafirmar los aspectos diacrónicos de un pueblo a través de la recopilación de la memoria y tradiciones orales transmitidas de generación en generación, y reconstruye la dimensión histórica de los hechos recurriendo a documentos antiguos. Su importancia radica en comprender los procesos sociales pasados y presentes que se mantienen a través de prácticas y conocimientos ancestrales, como danzas folclóricas que reflejan culturas antiguas.