Este documento discute la importancia de la educación universal y de calidad para todos. Propone que la educación debe enfocarse en cuatro áreas: aprender a ser, aprender a hacer, aprender a aprender y aprender a convivir. También recomienda metodologías participativas, discrepantes y multidisciplinarias para lograr estos objetivos. Finalmente, argumenta que las escuelas deben romper con las relaciones tradicionales de poder y fomentar la crítica y una disciplina consciente.