El documento analiza la civilización estadounidense y cómo su origen protestante y su encuentro con la tierra moldearon su dominio de la tecnología. Los estadounidenses adoptaron la ciencia moderna europea y llevaron la civilización tecnológica al mundo. Su fe en el progreso a través de la tecnología aún sustenta su liderazgo, aunque surgen fisuras. La sociedad tecnológica es el horizonte común tanto de la izquierda como de la derecha estadounidense.
04.UNIDAD DE APRENDIZAJE III CICLO-Cuidamos nuestro medioambiente (1).docx
Tecnología e Imperio, George Grant
1. Tecnología e Imperio
George Grant, en en Filosofía y Tecnología
(Mitcham y Mackey, Eds.)
2. La Civilización Norteamericana
• Los adelantos técnicos occidentales han conformado
una civilización diferente a cualquier otra anterior y
nosotros, los norteamericanos, somos los más
avanzados respecto a esos adelantos
• Es algo que conforma nuestra manera de ser, en
nuestros actos, pensamientos e imaginaciones
• Ese dominio moldea nuestro modo de ser, tanto en el
reino de lo público como en el de lo privado
• Gracias a ese logro nos hemos convertido en centro del
imperio más rico y poderoso que jamás haya existido
3. La Civilización Norteamericana
• Desde nuestros orígenes ha existido una cierta
ambigüedad acerca de nuestra identidad
• Somos verdaderamente europeos
• Imperialmente, nos hemos extendido por el resto del
mundo llevando al apogeo lo que los europeos
inventaron: la civilización tecnológica
• Llevamos las costumbres y pensamientos europeos
• Puede que nos guste pensar que nuestra nueva ciencia
social es autóctona; pero detrás de Parsons está Weber,
detrás de Skinner, Pavlov, y detrás del trabajo social y la
psiquiatría, Freud.
4. La Civilización Norteamericana
• Aun así, aquellos que se reconocen como
norteamericanos saben que no son europeos
• Las raíces de algunas comunidades del Este de
Norteamérica se hunden profundamente en su amor por
la tierra, pero a ninguno de nosotros se nos puede
llamar autóctono porque en todos reside la conciencia
de haberla conquistado
• Esa relación de conquista con el lugar ha dejado su
impronta en nosotros
• No existe nada inmemorial en nosotros excepto la propia
tierra como objeto.
5. La Civilización Norteamericana
• Si el deseo de dominio es lo esencial de lo moderno,
nuestras voluntades se habían fortalecido ya en esa
batalla con la tierra. Se nos preparó así para ejercer el
liderazgo de la civilización que se estaba incubando en
Europa
• Grecia subyace en los europeos como una primera
presencia: pero no en nosotros. Para ellos fue primordial
en el sentido de que, en sus perfectas oraciones, los
europeos cultos encontraban las formas de las cosas.
Los escritos griegos pusieron al descubierto un
conocimiento sobre lo humano y lo no humano que los
europeos podían asir como algo firme sobre lo que
construir sus propias vidas y ciudades
6. La Civilización Norteamericana
• Con esto, no estamos negando que hubo, para los
europeos, otro principio primordial: el cristianismo
• La civilización europea se forjó de la tensión entre el
pensamiento griego y el cristianismo
• Las formulaciones de la modernidad las han realizado
autores que proclamaban estar retornando, por encima
del cristianismo, a patrones clásicos y que, sin embargo,
se han basado en una crítica radical de las
formulaciones clásicas de ciencia, arte, política, etc.; y
esa crítica parece estar impregnada, por ocultos
vericuetos, de religión bíblica
7. La Civilización Norteamericana
• Para nosotros lo primordial fue muy distinto. Fue el
encuentro de un grupo de protestantes angloparlantes
con una tierra ajena y sin embargo conquistable
• Para comprender Norteamérica, es necesario entender
a esos protestantes y, en particular, su conexión con la
nueva ciencia física y moral que estaban empezando a
ser en Europa
• Como estaban centrados en la relación práctica entre
religión y sociedad, ni Weber ni los marxistas se
preocuparon por analizar el nivel más profundo de la
cuestión, a saber, la conexión entre la teología
protestante y las nuevas ciencias
8. La Civilización Norteamericana
• Teólogos y científicos, deseaban liberar las mentes de
los hombres de las formulaciones aristotélicas
medievales
• De la doctrina teológica medieval, criticaban sus formas
sustanciales en cuanto que éstas impedían a los
hombres la observación y comprensión del mundo tal
cual es
• Había en la teología de los protestantes calvinistas un
elemento positivo que la hacía extraordinariamente
abierta al empirismo y al utilitarismo en la versión
inglesa de las nuevas ciencias.
9. La Civilización Norteamericana
• El control de las pasiones en el protestantismo se fue
centrando cada vez más en lo sexual y en otros
aspectos que pudieran convertirse en pereza, mientras
que las pasiones de la avaricia y orgullo fueron liberadas
de sus tradicionales restricciones cristianas
• La ausencia de un consuelo teológico y litúrgico natural
dejaba al alma sola cara a cara con la trascendente (y
por lo tanto, evasiva) voluntad de Dios. Esta voluntad
tenía que buscarse y servirse, no a través de la
contemplación, sino directamente a través de la práctica.
De la soledad e incertidumbre de esa posición, surgía
una responsabilidad que no encuentra descanso
10. La Civilización Norteamericana
• Esa inapelable responsabilidad proporcionaba un
extraordinario sentido del propio ser como propietario de
una libertad radical, paradójicamente experimentada en
un contexto teológico predeterminista
• ¿Qué importancia podía tener el cuerpo? Era un
instrumento al que había que domeñar de manera que
se pusiera al servicio de este virtuosismo incesante
• Cuando se contempla la conquista de la naturaleza por
la tecnología, uno debe recordar que esa conquista pasa
por el control de nuestros propios cuerpos. El calvinismo
forjó hombres y mujeres decididos y organizados
capaces de gobernar el mundo dominado; pero el
castigo que imponían a la naturaleza no humana, se lo
habían inflingido previamente a sí mismos.
11. La Civilización Norteamericana
• Esa inapelable responsabilidad proporcionaba un
extraordinario sentido del propio ser como propietario de
una libertad radical, paradójicamente experimentada en
un contexto teológico predeterminista
• ¿Qué importancia podía tener el cuerpo? Era un
instrumento al que había que domeñar de manera que
se pusiera al servicio de este virtuosismo incesante
• Cuando se contempla la conquista de la naturaleza por
la tecnología, uno debe recordar que esa conquista pasa
por el control de nuestros propios cuerpos. El calvinismo
forjó hombres y mujeres decididos y organizados
capaces de gobernar el mundo dominado; pero el
castigo que imponían a la naturaleza no humana, se lo
habían inflingido previamente a sí mismos.
12. La Civilización Norteamericana
• La tierra era casi indomable. Las intensas estaciones de
las tierras centrales de este continente necesitaban
gentes que, cuando menos, no fueran flácidas. Y estas
personas no sólo extrajeron comodidades de la tierra,
sino que construyeron instituciones públicas y privadas
basadas en la libertad, la flexibilidad y la resistencia
• Los marxistas, que han descrito la conquista del
continente como un ejemplo de saqueo capitalista,
olvidan en su análisis la sustancia de aquellos
acontecimientos: la encarnación de la esperanza e
igualdad que los colonos no habían encontrado en
Europa
13. La Civilización Norteamericana
• En sus orígenes existía la expectativa de una nueva
independencia en la que cada cual sería libre a través
de un autodominio y de una regulación comunitaria
• Ahora cuando el calvinismo y el momento de los
pioneros han pasado, aquel encuentro primordial aún
nos conforma. Y lo hace, sobre todo, como
omnipresencia de aquel espíritu práctico que confía en
la tecnología para crear el reino racionalizado del
hombre
14. La Civilización Norteamericana
• Nuestra fe en el progreso quizá no esté definida con
tanta religiosidad como en el marxismo, pero tiene una
libertad y una flexibilidad que impide que nada teórico se
interponga en la inercia del camino que nos conduce a
ella (o, en otras palabras, como dicen ahora los
entendidos, supone el fin de las ideologías).
• En resumen, nuestro origen nos permitió dar una
bienvenida sin ambages a la esencia del siglo veinte: el
dominio ilimitado del hombre por el hombre.
15. La Civilización Norteamericana
• Incluso aunque las fisuras del sistema se vayan
evidenciando, permitiendo a sus enemigos subestimar
su capacidad de liderazgo de la modernidad, nuestro
espíritu fundacional aún subsiste parcialmente
proporcionando a la sociedad un continuo dinamismo
• La creencia de que Norteamérica es el líder moral del
mundo a través de la modernización aún sustenta
incluso las mayores banalidades y crueldades de
nuestros dirigentes
• Lo que convierte el impulso hacia la tecnología en algo
tan fuerte es que lo imprimen hombres que aún
identifican lo que están haciendo con la liberación de la
humanidad
16. La Civilización Norteamericana
• Nuestros gobernantes son capaces de hacer lo que
hacen precisamente porque entre ellos, en número
suficiente, tecnología y liberalismo se apoyan
mutuamente en cuanto que se identifican
• Esta identificación hace que nuestro impulso hacia la
tecnología sea aún más dinámico que la voluntad
nihilista, privada de toda noción de propósito
17. La Civilización Norteamericana
• La sociedad tecnológica no es para la mayoría de los
norteamericanos, al menos a nivel consciente, una terra
incógnita sobre la que erramos con precaución,
moderación y admiración, sino una tierra prometida
asequible que hemos descubierto merced a una
racionalidad calculadora y que siempre podremos dejar
en herencia de una forma más completa si continuamos
con el uso del cálculo. Por fin el hombre ha madurado
en el proceso evolutivo, ha tomado el destino en sus
manos y se está liberando en su camino a la felicidad de
las antiguas necesidades impuestas por el hambre, la
enfermedad y el exceso de trabajo, y sus consecuentes
opresiones y represiones
18. La Civilización Norteamericana
• Amanece la era de nuestra dominación planetaria. Y
más allá, ¿qué? La evidencia de que es algo bueno la
tenemos en el hecho de que somos capaces de hacer lo
que nunca antes pudimos y evitar lo que antes se
escapaba a nuestras posibilidades. La existencia es más
fácil, más libre y más emocionante. Tenemos al alcance
de la mano la solución al problema de la energía del
trabajo, la capacidad de mantenernos en buen estado
de funcionamiento durante largos períodos de vida y,
sobre todo, la victoria sobre los viejos prejuicios y el
descubrimiento de nuevas experiencias, de manera que
seremos capaces de dirigir nuestras sociedades con un
número menor de autoridades opresivas y de tabúes
represivos
19. La Civilización Norteamericana
• Amanece la era de nuestra dominación planetaria. Y
más allá, ¿qué? La evidencia de que es algo bueno la
tenemos en el hecho de que somos capaces de hacer lo
que nunca antes pudimos y evitar lo que antes se
escapaba a nuestras posibilidades. La existencia es más
fácil, más libre y más emocionante. Tenemos al alcance
de la mano la solución al problema de la energía del
trabajo, la capacidad de mantenernos en buen estado
de funcionamiento durante largos períodos de vida y,
sobre todo, la victoria sobre los viejos prejuicios y el
descubrimiento de nuevas experiencias, de manera que
seremos capaces de dirigir nuestras sociedades con un
número menor de autoridades opresivas y de tabúes
represivos
20. La Civilización Norteamericana
• La sociedad tecnológica únicamente resulta terra
incógnita en sus detalles. Por sus rápidos cambios
surgirán nuevos problemas que no podemos adivinar
por adelantado:
- Confrontación entre opulencia y miseria en las ciudades
- Competencia privada y desorganización públcia
- Competencia educacional
- Neurosis y psicosis
- Internacionalmente: atraer a los países subdesarrollados
para que participen de las nuevas posibilidades, evitar
esclavitud de unas sociedades sobre otras
21. La Civilización Norteamericana
• En medio del conflicto de ideologías entre izquierda y derecha no
está de más recordar que todos vivimos frente a un horizonte
común
• La derecha de Norteamérica cree firmemente en el avance
tecnológico. Ciertamente, su reivindicación es que, en el pasado,
una mezcla de individualismo y orden público debidamente
hermanados fue la responsable de los triunfos de la técnica en
nuestra sociedad.
• La izquierda apela a las posibilidades redentoras de la tecnología.
Por muy libertarios que sean los planteamientos de la nueva
izquierda, siempre se han concebido dentro del control de la
naturaleza alcanzado por las técnicas modernas. La liberación de
los seres humanos asume la facilidad de un entorno ambiental
donde la naturaleza ha sido conquistada
22. La Civilización Norteamericana
• Incluso la condena más radical del sistema que plantean
algunos de nuestros jóvenes con inquietudes políticas
asume las oportunidades de satisfacción instantánea y
universal que sólo son posibles merced a los logros
modernos. Quieren simultáneamente grandes dosis de
democracia espontánea y los beneficios igualitarios que
se desprenden de la técnica
• Que el progreso de las técnicas sea nuestro horizonte
se aprecia incluso en la postura humanitaria de aquellos
que buscan una visión más trascendente del bien
humano
23. La Civilización Norteamericana
• Hay una dificultad: habilitar planteamientos en los cuales
la técnica aparezca situada en un horizonte más amplio
que ella misma
• Cuando intentamos dilucidar los parámetros del bien
humano (o por utilizar un lenguaje moderno, «valores»)
con los cuales podemos evaluar unas técnicas
concretas, lo hacemos a partir de las creencias y formas
de pensamiento modernas (en las que las ciencias
naturales y la ciencia moral se desarrollaron al unísono,
en dependencia mutua)
24. La Civilización Norteamericana
• Para nosotros, el pensamiento moderno es, en ese
sentido, un destino unificado. La creencia en el dominio,
mediante el conocimiento, sobre todos los seres,
humanos y no humanos, surgió conjuntamente con la
manera de concebir nuestra condición humana como
una libertad radical e independiente de la naturaleza, de
manera que voluntariamente podemos dar forma
creativa al mundo adaptándolo a nuestros valores
• El discurso moral sobre los valores y la libertad no es
independiente de nuestra voluntad tecnológica, sino un
lenguaje surgido en la misma forja que fraguó dicha
voluntad.
25. La Civilización Norteamericana
• ¿Qué valores esenciales deberían sustentar nuestra
libertad? No pueden descubrirse en la naturaleza
porque, a la luz de la ciencia moderna, la naturaleza es
objetivamente indiferente a ellos
• El contenido de la libertad del hombre se convierte en la
realización de la libertad de todos los seres humanos. El
propósito de la acción se convierte en la construcción de
un estado universal y homogéneo: una sociedad en la
que todos los hombres sean libres e iguales y
progresivamente capaces de dar cumplimiento a su
individualidad concreta
26. La Civilización Norteamericana
• Semejante meta del afán humano está inexorablemente unida a la
búsqueda de aquellas ciencias que se vuelcan en el dominio de la
naturaleza humana y no humana.
• El esfuerzo por la derrota del azar. La victoria sobre él debe
perseguirse de manera cada vez más rigurosa y, una vez
alcanzada, aplicarse
• El verdadero objetivo del esfuerzo moral moderno —la construcción
de seres humanos libres e iguales— nos retrotrae inevitablemente a
una confianza en la expansión de la misma tecnología que tratamos
de juzgar. El desarrollo de la sociedad moderna no sólo ha
necesitado la crítica de todos los parámetros antiguos sobre la
perfección humana, sino que contiene en su propio núcleo esa
confianza en la victoria sobre el azar que nos impele a juzgar
cualquier situación humana como resoluble en términos
tecnológicos
27. La Civilización Norteamericana
• La situación actual del liberalismo, en la que cada vez es
más difícil para nuestra libertad disponer de algún
criterio con que poder juzgar una técnica desde fuera de
sus propios supuestos y metas, está presente en todos
los países industrializados. Pero es particularmente
acuciante para nosotros por cuanto nuestra tradición de
liberalismo se forjó a partir de un espíritu pragmático
• Sea como sea, resulta también evidente que por la
propia índole de nuestra especificidad no nos trajimos
de Europa la tradición de la contemplación.
28. La Civilización Norteamericana
• Lo que está ausente entre nosotros es la afirmación de
una posible comprensión del mundo más allá de su
consideración como campo de objetos tomados como
pragmata: una comprensión presente, no sólo en las
alturas teóricas, como anclaje de nuestro amor y
amistad, de nuestro arte y nuestras creencias, y, por
supuesto, de la organización de nuestras relaciones con
los objetos del mundo humano y no humano
29. La Civilización Norteamericana
• La eliminación de la idea de una meta final por parte del
conocimiento científico de los asuntos humanos y no
humanos, no sólo condujo al progreso de la ciencia y a
la mejora de las condiciones de vida, sino que también
tuvo consecuencias en la comprensión pública de lo que
era vivir. Pero esta consecuencia no fue evidente de
manera tan inmediata en nuestra cultura práctica como
lo fue en la de los europeos. Nosotros nos tomamos la
ciencia de una manera práctica, como si los efectos que
produjera en nosotros pudieran limitarse a lo externo.
Por esta razón nos resultó posible sumergirnos en una
sociedad tecnológica, mientras manteníamos el
optimismo y la inocencia.
30. La Civilización Norteamericana
• Los lenguajes del historicismo y los valores, traídos a
América para ponerse al servicio del liberalismo y del
pluralismo más avanzado, vuelcan ahora su poder
corrosivo sobre nuestras raíces más puramente
autóctonas: la propia sustancia de aquel liberalismo
práctico
• Un nihilismo que no tiene tradición alguna de
contemplación contra la que batirse no da lugar a la
reaparición extrañada de ningún ¿para qué? ¿hacia
dónde? ¿y después, qué? La tragedia de los jóvenes
actuales es que, al verse forzados ante tales excesos a
abandonar la tradición práctica, ¿qué otras
profundidades se les presentan donde poder alcanzar
algo sustancial?
31. La Civilización Norteamericana
• A medida que los horizontes liberales se desvanecen en
el invierno del nihilismo y que nuestros gobernantes
consideran que el único futuro está circunscrito a su
propia creación del mundo, la voluntad pura por la
tecnología (ya sea personal o pública) cada vez
satisface más exclusivamente a esa creatividad. En la
comunidad intelectual oficial a este proceso se le llama
«el fin de la ideología».
• Lo que se oculta aduladoramente tras esa frase es la
cerrazón de la voluntad a toda satisfacción que no sea el
deseo de construir nuestro futuro mediante el
sometimiento y a toda forma de pensamiento que
trascienda el mero cálculo.
32. La Civilización Norteamericana
• Vivimos, pues, en la sociedad más tecnológica que haya
habido; más aún, una sociedad que es el principal
centro imperial desde el cual la técnica se propaga a
todo el mundo. Podría parecer, entonces, que puesto
que estamos predestinados a ser así, deberíamos ser
también quienes más preparados estamos para
entender lo que eso supone.
• Sin embargo, la misma sustancia de nuestra existencia
que nos ha convertido en líderes de la técnica, se alza
como una barrera ante cualquier pensamiento que nos
la pudiera hacer comprender desde una posición más
allá de su propio dinamismo.