Este documento define el juego como una actividad innata en los seres humanos que evoluciona a lo largo de la vida. Explica que el juego es espontáneo, recreativo y ayuda en el desarrollo e interacción social. También destaca que el juego es educativo desde la infancia y que las habilidades y actitudes desarrolladas a través del juego en la niñez pueden influir positivamente en la vida adulta. Finalmente, resume que el juego se caracteriza por ser una actividad voluntaria y con límites temporales y espaciales
MAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grande
EL JUEGO INNATO Cómo entiende el individuo el hecho de jugar
1. Colección de recursos
el juego innato
Cómo entiende el individuo el hecho de jugar
Alejandro Gil Posada
Profesor. Educador. Experto en Ocio
2. El juego innato. Como entiende el individuo el hecho de jugar
EL JUEGO INNATO.
CÓMO ENTIENDE EL
INDIVIDUO EL HECHO
DE JUGAR
Alejandro Gil Posada
Profesor. Educador. Experto en Ocio
3. El juego innato. Como entiende el individuo el hecho de jugar
INTRODUCCIÓN
A la hora de comprender una realidad, lo primero que debemos hacer es
acercarnos a la misma con interés para conocerla. Si es sobre el juego sobre lo que
estamos hablando, de una forma genérica todos podríamos llegar a definirlo pues
hemos tenido experiencias que relacionaríamos con esa realidad y es que, de una
forma innata, como veremos en el estudio posterior, los humanos estamos
relacionados con el juego entendido de una forma global como el ejercicio, la puesta
en práctica de una experiencia recreativa, sometida a reglas que nos ayuda a
acercarnos a la realidad que nos rodea, a relacionarlos con la misma y con aquellos
que interactúan, en la mayoría de las ocasiones, al mismo tiempo en el mismo
escenario.
Desde el punto de vista de este estudio el juego, junto a esa cualidad innata,
gusto o interés por jugar, también destaca por su carácter inter generacional. El juego
no pertenece solo a los menores de edad, sino que se adapta y evoluciona con el
tiempo conforme crece y se adapta el individuo.
Teniendo en cuenta estas dos cualidades es fácil deducir que el juego es, y
debe ser siempre, connatural al nacimiento del individuo, por tanto al de todas las
sociedades independientemente del lugar o época histórica que se tome como
referencia. Por tanto, asimismo el juego resulta educativo en su origen, debido a que
nace parejo a la evolución y desarrollo del individuo.
De esta forma definiríamos el juego como un ejercicio innato, que ocupa toda
nuestra vida evolucionando con el desarrollo y maduración de la personalidad y
gracias al mismo, debido a su carácter educativo.
¿QUÉ SIGNIFICA JUEGO INNATO?
Dejando de lado la definición o el hecho en sí del juego, se observan multitud
de referencias relacionadas con el instinto y el juego, referencias a las que se
encuentra unido el hecho de jugar. Teniendo en cuenta a Freud (neurólogo y padre del
psicoanálisis), este nos muestra que los instintos básicos o innatos como la
alimentación o el sexo se podrían comparar hasta un cierto punto determinado con el
juego por su necesidad básica.
Esta interpretación sobre los postulados de Freud no debe ocultar que el propio
autor nunca consideró el juego a la misma altura de estas necesidades básicas
(específicamente comer y reproducirse), aunque si destaca otras características de
sumo interés y relacionadas con el instinto como que el hecho de jugar se realice de
una forma espontánea, libre (características repetidas por todos los estudiosos del
juego), y realizado de una forma natural, en definitiva, sin pensar.
Como ejemplo solo tendríamos que observar el comportamiento de menores en
un entorno controlado donde tienden a jugar solos, de forma natural, experimentando
con lo que tienen a su alrededor e interactuando con el ambiente.
De esta manera, entenderíamos que la forma natural de relacionarse, no solo
con el entorno sino con otros individuos es, en la gran mayoría de las ocasiones a
través del juego que entenderíamos como repeticiones de acciones que a ellos les
4. El juego innato. Como entiende el individuo el hecho de jugar
resultan placenteras. Al tiempo que está jugando no pretende formarse, aunque lo esté
haciendo, no pretende instruirse, aunque lo haga. Y todo ello simplemente lo hace
jugando.
También debemos tener en cuenta la forma de interactuar. Los menores
interactúan entre ellos por medio de juegos, aun cuando hayan superado la fase de
aprendizaje del lenguaje. De nuevo volviendo a la observación de entornos
controlados, por norma general los menores de más edad se relacionan de forma
espontánea y directa con otros menores (en muchas ocasiones sin distinciones pese a
la edad) gracias al juego.
Este carácter innato al ser humano se demuestra no solo en el propio acto del
juego, sino además en el modo de interacción del mismo ya que las ganas de jugar o
de interactuar por medio del juego se sitúan por encima de la edad, el idioma, la raza o
el continente. Menores de distintas razas o continentes, que no tienen el mismo idioma,
establecen de una forma natural un vínculo de comunicación y relación social a través
del juego.
Una forma clara de observar esta comunicación innata a través del juego
también en los adultos se observa en los deportes de competición, donde las plantillas
súper profesionalizadas de los equipos de futbol, baloncesto, etc. acaban
entendiéndose en el campo a través de un vínculo que les une, esto es: el juego, el
deporte, el ejercicio.
DEFINICIÓN DE JUEGO
Definir juego, teniendo en cuenta las múltiples acepciones e interrelaciones que
ya hemos comenzado a exponer resulta complicado si solo atendemos a un punto de
observación. Así, es fácil entender que no existe una sola definición de juego, es más,
a lo largo del tiempo y teniendo en cuenta la evolución social y de los nuevos estudios,
sobre todo, pedagógicos, psicológicos y educacionales la definición de juego van
absorbiendo nuevas implicaciones y dimensiones técnicas, metodológicas, didácticas,
de actuación, etc.
En un acercamiento rápido y acudiendo al diccionario de la Real Academia
Española de la Lengua (RAEL), podríamos observar que existen decenas de
acepciones para una misma palabra: Juego. También la riqueza del idioma nos
plantea dudas en nuestro intento de acercarnos a esta realidad.
Reduciendo estas acepciones podríamos identificar una serie de valores o
ítems comunes como: acción y efecto de jugar, el hecho de realizar un ejercicio
recreativo, que tiene ganancia o pérdida, para el que es necesario habilidad o astucia,
que implica un carácter de fiesta o espectáculo o incluso desde un punto de vista
mecanicista, podríamos referirnos al juego un conjunto de cosas que se encuentran
unidas y realizan un movimiento coordinado (como es el caso de bisagras o goznes),
que podríamos extrapolar también a nuestro estudio.
Por norma general se acepta que tiene reglas, que pretende una finalidad, tiene
un final determinado por el propio juego, es divertido, implica interacción y afectividad,
promueve la excitación, implica ejercicio físico o al menos una acción y favorece una
habilidad o destreza entre los jugadores,
5. El juego innato. Como entiende el individuo el hecho de jugar
Si nos referimos ahora a la palabra innato, tendríamos que tener en cuenta su
dimensión personal o individual, ya que tiene que ver con la persona, siendo
connatural y nacido con la aparición del individuo. Como antes adelantamos, los niños
aprenden jugando, realizan acciones repetitivas con el único y mero interés de
divertirse, mientras interactúan con el ambiente y con otras personas. No saben que
están aprendiendo pero de todas formas actúan entrenándose para la realización de
esas acciones en el futuro.
Hablando de instintos, algo similar les ocurre a los animales. En la gran
mayoría de las especies de mamíferos el desarrollo es similar ya que nacen en grupos
sociales definidos que tienen una serie de roles y formas de actuación
predeterminadas por el sexo, la edad, la lucha inter clases etc. Conforme el individuo
madura este va añadiendo un componente de mayor realidad a sus juegos de ataque,
defensa o acecho que en definitiva le servirán para procurarse alimento en el futuro
siguiendo y repitiendo las conductas de los individuos de más edad, en un juego
repetitivo.
Por tanto, en el caso de los animales, el juego no es solo un divertimento, sino
además es su escuela de vida. La rápida maduración de los animales en comparación
con la lenta maduración del ser humano, les hace acometer acciones arriesgadas para
adaptarse al medio y ser independientes, aunque se enmascaren en el proceso del
juego.
Por el contrario, en el caso de la especie humana, el amplio y complicado
proceso de maduración de los menores hace que esta fase de juego innato se alargue
en el tiempo, lo que quizá influya en la aplicación de esos principios e interacción a
través del juego en fases posteriores del crecimiento. Se aplica en nuestro
comportamiento como adultos esforzándonos en transmitirlo a los menores que se
encuentran a nuestro cargo. Mientras los animales se esfuerzan en hacerles madurar,
los humanos nos esforzamos en hacerles ir poco a poco en su maduración, aunque el
juego ayude, y mucho, a esa maduración posterior al ejercerse juegos de rol,
implicarles en el uso de reglas, en el uso de la libertad de elección y en la
responsabilidad e interacción social.
Como decíamos y teniendo en cuenta las definiciones del diccionario,
definiríamos el instinto como el conjunto de pautas de reacción que en los animales
contribuyen a la conservación de la vida del individuo y de la especie. Otra acepción
interesante en este sentido sobre la palabra instinto tienen que ver con el móvil
atribuido a un acto o sentimiento obedeciendo a una razón profunda sin que se
percate de ello quien lo realiza o siente.
Este es el quid de la cuestión. Estamos realizando una transición a la vida
adulta sin que nos percatemos de ello, estamos aprendiendo sin que nos percatemos
de ello, estamos practicando sin que nos percatemos de ello y extrapolamos y
aplicamos esos conocimientos aprehendidos en nuestra infancia más allá de los
juegos a nuestra vida real.
No solo se trata de consecuencias psicológicas o actitudinales, sino de acción,
actividad, ejercicio, enseñanza postural. Todos nos sorprendemos cuando vemos una
persona enérgica en su vida adulta y pensamos de donde ha podido sacar esa energía
en el día a día. Mucha de la culpa provendría del juego instintivo, o el juego innato. Si
en su vida infantil ha sido una persona activa, que interactúa con los demás, que
conoce juegos y juguetes diversos tendrá mucho ganado en su vida adulta en cuanto a
educación para diversidad. De esta manera, por norma general tendrá una mayor
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tendencia a ser deportista, activo, enérgico, curioso, ilustrado, respetuoso,
simplemente porque ha practicado desde pequeño para ello.
EL JUEGO: QUÉ ES Y QUÉ SIGNIFICA
El juego es una actividad que se utiliza para la diversión y el disfrute de los
participantes y, en muchas ocasiones, como herramienta educativa. Básicamente los
juegos tienen a diferenciarse de disciplinas “placenteras” como el trabajo, el deporte o
el arte aunque en ocasiones existan fronteras muy difusas o poco claras.
Históricamente podríamos encontrar las primeras referencias al juego desde el
año 3000 a. C. Estamos pensando en el desarrollo cultural y deportivo de culturas
como la griega o la romana y otras anteriores.
Lo que queda claro de esta manera es que los juegos son considerados como
parte de una experiencia humana y están presentes en todas las culturas, a través del
tiempo aunque al tratarse de un concepto muy rico, amplio, versátil y ambivalente
implica una difícil categorización.
Etimológicamente, los investigadores refieren que la palabra juego procede de
dos vocablos en latín: "iocum y ludus-ludere" donde ambos hacen referencia a broma,
diversión, chiste, y se suelen usar indistintamente junto con la expresión actividad
lúdica. Sin embargo la propia polisemia de éste y la subjetividad de los diferentes
autores implican que cualquier definición no sea más que un acercamiento parcial al
fenómeno lúdico.
Se puede afirmar que el juego, como cualquier realidad sociocultural, es
imposible de definir en términos absolutos, y por ello las definiciones describen
algunas de sus características.
Respecto al contenido del juego éste evoluciona desde las acciones con los
objetos dirigidas al compañero de juego (primer nivel), a poner en primer plano la
correspondencia acción lúdica/acción real (segundo nivel), a ejecutar las acciones
propia del papel que se asume (tercer nivel) y a ejecutar acciones relacionadas con la
actitud adoptada ante otras personas cuyos papeles interpretan otros niños/as.
Es una actividad creadora, en la línea de lo que afirma FROEBEL, no se
encuentra vacía de contenido al identificarse con acciones y personajes propios del
juego o la simulación, buscando cubrir una serie de necesidades a través del juego.
Por ello es fundamental el carácter de realización en libertad. Las investigaciones de
diversos autores (Wallon, Zaporozet y Lisina, Spitz, Montagner...) muestran que las
primeras necesidades que siente el niño/a son ya de origen social (instinto).
Con la maduración se observa una mayor racionalización del juego, con la
evolución lógica del proceso evolutivo, pero no deja de ser juego que surge del azar
del proceso imaginativo Ahondando en esta realidad, se observan estudios centrados
en el juego simbólico (ORTEGA, 1992) que ponen de relieve su importancia para que
el niño o la niña organice sus conocimientos sobre el mundo y sobre los otros.
En lo relativo al juego del adulto con otros adultos conviene destacar que no
solo cabe analizar el juego infantil, comprenderlo, saber observarlo y sacar
conclusiones, sino como adultos con otros adultos lo experimentemos, lo vivamos, lo
7. El juego innato. Como entiende el individuo el hecho de jugar
analicemos y saquemos las conclusiones pertinentes que nos servirán como
individuos, padres o educadores.
CARACTERÍSTICAS
Como queda claro, la forma más lógica de acercarse a este término es tomarlo
en su globalidad en relación a las características que lo identifican.
LIBERTAD, el juego es, por definición una actividad libre, un acontecimiento
voluntario ya que nadie está obligado a jugar. La obligatoriedad marcaría un cambio en
la definición de la propia actividad pasando a tratarse como un trabajo. El
entendimiento de actividad innata definiría esa misma libertad, ya que nos
encontraríamos frente a actividades que realizamos atendiendo a razones profundas.
TEMPORAL y LIMITADO, el juego se desarrolla atendiendo a limitaciones
temporales y espaciales en base a imperativos determinados de antemano o incluso
improvisados en el momento del juego (de nuevo la libertad de acción o actuación). La
clave del instinto es la adaptación a cada lugar y tiempo. Esto marca un carácter
indeleble en la evolución de cualquier raza y especie.
INCIERTO se trata de una actividad creativa, espontánea, original y que se
adapta de forma constante, por lo que el resultado final del juego puede fluctuar
constantemente. Otra forma de entender la adaptación instintiva a las dificultades del
entorno, de los materiales o los individuos que participan.
INTRANCESDENTE, se trata de una manifestación que tiene una finalidad en
su misma, es gratuita y desinteresada por lo que reduce las posibilidades de fracaso.
En este sentido cabría identificar los juegos de rol y la instrucción precedentes a la
introducción en la vida adulta. La sensación de fracaso es menor y el instinto nos
obliga a probar nuevas sensaciones frente a las que no tenemos respuesta con la
inactividad. Por eso nos probamos constantemente en todas las facetas de la vida.
FICCIÓN, el juego se desarrolla en un mundo aparte, ficticio, narrado con
acciones, alejado de la vida cotidiana dentro de un proceso de constante desarrollo del
simbolismo.
CONVENCIONAL, el juego es el resultado de un acuerdo social establecido por
los jugadores al diseñar el propio juego, determinando las acciones que requieren el
final establecido, su orden, limitaciones y reglas.
UNIVERSAL, como ha quedado claro, el juego atañe a todas las culturas,
siempre se ha jugado y de hecho con pequeñas variaciones y adaptaciones los juegos
son los mismos en la mayoría de las sociedades. Esta característica demuestra de
forma clara y precisa el carácter innato del juego, siendo connatural a la raza humana
por encima de los individuos y razas.
EVOLUTIVO, el juego como se plantea en estas líneas evoluciona con la edad
y con el crecimiento de los individuos. Como se ve en otras características tiene un
carácter convencional y tan solo cambian las reglas, la forma de interactuar, los
escenarios y el tiempo.
8. El juego innato. Como entiende el individuo el hecho de jugar
DIVERTIDO, no podemos olvidar una de las principales características que
señalarían al juego, que es sinónimo de recreo, diversión, alborozo, esparcimiento y se
realiza por mero placer.
INSTRUCTIVO, como hemos señalado anteriormente tiene un carácter
educativo y en relación con la implicación instintiva del juego, estas acciones
repetitivas, de ficción y divertidas preparan al individuo para la vida adulta.
SIMBÓLICO, es una característica propia del juego humano por su nivel
evolutivo sirviéndose de su capacidad para servirse de símbolos y signos para crear
contextos, anticipar situaciones, planificar las acciones venideras o interpretar la
realidad.
CULTURAL, es transmisor de la cultura de una sociedad. Favorece la relación
interpersonal y por tanto crea grupo.
DESARROLLO, al tratarse de una actividad eminentemente física favorece el
desarrollo psicomotor, pero también el intelectual, afectivo y social, ya que con él se
aprende a respetar normas y a tener metas y objetivos.
DERECHO, el juego es un derecho. Según la declaración de los derechos del
niño, adoptada en la asamblea general de la ONU, “El niño debe disfrutar plenamente
de juegos y recreaciones los cuales deberán estar orientados hacia los fines
perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzaran por
promover el goce de este derecho”
DURADERO, ya que se puede practicar durante toda la vida, aunque se
considere de forma general como propio de la infancia.
INTEGRADOR, se le reconoce un labor integradora frente a las desigualdades,
todos pueden jugar y existen juegos diferentes para todos. También cabe destacar su
carácter rehabilitador.
REGLADO, como hemos destacado antes posee una serie de
convencionalismos propios de la actividad o creados a propósito para el mismo. De
hecho, las reglas son aceptadas, promovidas y reclamadas por los que juegan.
AUTÓNOMO, el juego puede llevarse a cabo de forma individual y colectiva,
permitiendo en todo caso interactuar de forma individual con el colectivo, con otras
individualidades, con el entorno y con la realidad.
INNATO, como ha quedado demostrado claramente hasta el momento,
pertenece a la realidad innata, propia de la naturaleza de los individuos, se realiza de
forma espontánea, libre y de forma connatural al desarrollo motor, intelectual, cultural y
social de los mismos.
SUPERACIÓN, se trata de una experiencia de libertad, el jugador sale de su
realidad actual y se sitúa en otros planos con roles de movilidad que su vida cotidiana
no lo permite poniéndose a prueba en las acciones que realiza, enfrentándose a
situaciones cada vez más complejas.
9. El juego innato. Como entiende el individuo el hecho de jugar
TEORIAS EDUCATIVAS. MÉTODOS EDUCATIVOS Y SU INFLUENCIA EN EL
JUEGO
Existen muchos y variados autores relacionados con el juego, con múltiples
propuestas relativas esta realidad.
Friedrich Fröbel o FROEBEL (1782-1852) el pedagogo del romanticismo,
creador de la educación preescolar y del concepto del jardín de infancia, introdujo la
idea del trabajo libre y de la actividad en los procesos cognitivos del aprendizaje. Este
trabajo libre (en alemán, Freiarbeit) tiene al juego como un elemento común de la vida
en la infancia que utilizado de una forma adecuada sirve para ordenar la educación.
Solo hay que tener en cuenta que mediante el juego los niños hacen cosas que no
harían de otra forma, y menos impuesta o de forma autoritaria, donde se observaría de
nuevo la dicotomía entre el juego innato y el juego educativo.
Para FROEBEL las ideas claves de la educación contemplan que la educación
debe basarse en la evolución natural y las actividades espontáneas del niño (como es
el juego innato). Otra de las ideas que han identificado su idea pedagógica es la de
que el individuo es un ente dinámico y productivo, no solo receptivo, esta cualidad auto
generadora de conocimientos hace que FROEBEL se incline hacia una doctrina de
enseñanza basada en pocas palabras en la actividad y la libertad.
Para GROS (1964), el juego es una preparación para la vida, una necesidad, la
de jugar para el ser humano, que se manifiesta desde la infancia, subsistiendo por sí
mismo como un instinto primaria donde lo importante no es el fin con el que se realiza,
sino la propia actividad, el juego, que se realiza por puro placer.
VYGOTSKY (1896-1934), creador de la teoría conocida como sociocultural,
introduce el carácter simbólico del juego referida a la naturaleza del juego resultando
trascendental para el desarrollo del menor, en palabras del propio Vygotsky (1979): “El
juego no es el rasgo predominante en la infancia, sino un factor básico en el desarrollo
(...) El mayor autocontrol del que es capaz un niño se produce en el juego (...)
situándose en el juego por encima de su edad promedio, por encima de su conducta
diaria”.
Para Vygotsky se observa un nivel de desarrollo potencial y un nivel de
desarrollo actual, el potencial es el conjunto de actividades que el niño es capaz de
realizar con la ayuda de los demás, el nivel de desarrollo actual es el conjunto de
actividades que e niño es capaz de realizar por si mismo sin la ayuda de otras
personas, es decir lo mismo que ocurre con los juegos infantiles y con los juegos
simbólicos o que requieren un poco más de madurez
DECROLY (1871-1932), introduce el juego en la educación, respetando su
carácter de actividad lúdica, pero añadiéndole una dimensión nueva al considerarlo un
medio fundamental para la autoeducación del niño al relacionarse con el desarrollo de
las percepciones sensoriales y de la aptitud motriz. Las necesidades del niño para este
autor se basan en la alimentación, defenderse de las inclemencias del tiempo, contra
los peligros y enemigos (todas ellas innatas) y la de trabajar solidariamente,
entretenerse y formarse material y espiritualmente.
Por ello es entendido como un elemento fundamental para ser aplicado en la
escuela gracias a su carácter motivador, globalizador de contenidos y mediador de
aprendizajes significativos. Siguiendo a Decroly, Mári Costa (1998) afirma además que
10. El juego innato. Como entiende el individuo el hecho de jugar
la acción lúdica fomenta la interacción entre individuos, aspecto que constituye tanto
un objetivo educativo como un recurso metodológico de primer orden.
Decroly plantea el principio de la libertad (propuesto a su vez por Rousseau) y
manifestado por DEWEY (1859-1952). La escuela, deber ser activa, permitiendo al
educando expresar su tendencia a la inquietud y el juego, procurando introducir este
en el programa escolar.
KRAUSISTAS, la teoría Krausista que debe su nombre a Christian Krause
(1781-1832), tuvo gran influencia y desarrollo práctico en España gracias a la labor
divulgadora de Julian San del Río y especialmente a través de la Institución Libre de
Enseñanza, que propugna una escuela activa en la que se da primacía a la educación
sobre la enseñanza, entendida como una enseñanza reglada, en definitiva, de la
educación sobre la instrucción.
Las implicaciones pedagógicas, didácticas y metodológicas de esta corriente
implicaban poner al alumno en contacto con la naturaleza así como con cualquier
objeto de conocimiento, dando suma importancia a las clases experimentales y
excursiones, por encima de reglamentaciones.
Para el krausismo la razón humana se convierte así en el elemento primordial
para que el individuo alcance el grado de madurez necesario y el desarrollo de la
conciencia, que en la base filosófica de esta tendencia se relacionan con la visión
transcendente del individuo, pero que en la aplicación de esta filosofía puede
relacionarse con el aprendizaje instintivo.
Precisamente, la intuición es tratada desde el punto de vista del educador,
como del alumno, entendida como un don, que favorece una vía de interacción entre
ambos y de estos con el entorno que les rodea. El educador asumía intuitivamente los
caracteres originales y personalísimos del discípulo e iba estimulando su desarrollo
secundando su actividad, alimentando su maduración, en definitiva dejándole hacer
(laiseez faire). Todo ello dentro de un estado de excitación permanente que provocaría
la curiosidad y la búsqueda de novedades que procura no el enseñar las cosas, sino el
enseñar a hacerlas.
Anteriormente también se nombró a PIAGET (1896-1976) en relación a la
reglamentación del juego y la aplicación de normas pero quizá sea más importante la
parte del pensamiento de este autor, dirigida a definir el aprendizaje como el resultado
del desarrollo psíquico, que está predeterminado genéticamente. Para Piaget, las
estructuras iniciales, predeterminadas e impuestas genéticamente, condicionan y
determinan el propio aprendizaje que modifica y transforma esas estructuras iniciales y
así permite la realización de nuevos aprendizajes de mayor complejidad.
AUSUBEL (1918-2008) propone la teoría del aprendizaje significativo. El
aprendizaje del alumno va desde lo repetitivo a lo memorístico hasta el aprendizaje
significativo. Nos planteamos esta realidad en relación con la evolución del juego que
comienza con acciones sencillas y repetitivas hasta acciones y juegos más complejos
y con mayor acción y relaciones.
Para MONTESSORI (1870-1952) una de las reglas fundamentales en el
desarrollo de la labor pedagógica es la de dotar de libertad a las acciones y el
aprendizaje del alumno. De esta manera, la disciplina de trabajo se adecúa al
desarrollo individual, aportando estímulos, actividades y un ambiente adecuado
procurando una solida libertad de trabajo interior, que da una disciplina exterior.
11. El juego innato. Como entiende el individuo el hecho de jugar
De esta forma, se hace hincapié en la observación y experimentación individual
respetando el ritmo de trabajo de cada individuo afirmando su yo y su vida y su
esfuerzo personal, atendiendo al crecimiento y maduración natural del individuo.
Por último PESTALOZZI (1746-1827) basa su método en la intuición siendo el
primer pedagogo que trató de entender la educación como un proceso de auto
transformación, donde el saber surge de la intima experiencia del individuo, donde el
proceso tiene como objetivo el desarrollo armónico de las facultades y el domino del
espíritu sobre la animalidad.
EL JUEGO EDUCATIVO
El juego aparece en los mamíferos y estos juegan para aprender, de hecho una
de las principales funciones del juego, sino la principal, es la de aprender. Los
mamíferos se caracterizan por un cerebro evolucionado, infancia larga, cuidado
parental, amamantamiento de las crías, cacería en grupo, división social y no genética
de trabajo. Así, el juego entre los mamíferos (caninos, felinos, acuáticos, primates) se
basa en la imitación y en la exploración por ensayo y error.
Por tanto, si definiéramos el juego, desde su dimensión educativa,
encontraríamos que se trata de una actividad en la que de forma implícita o explícita
los individuos que participan en el mismo aprenden algo específico de forma
sistemática y lúdica.
Sin embargo hay que marcar una diferencia fundamental en este sentido. En el
momento que existe un objetivo educativo, un objetivo de aprendizaje deja de ser
juego y pasa a ser trabajo o tarea escolar, o aprendizaje. Se trata de uno de los
extremos del juego, evolución del juego espontáneo de los niños, o lo que
coloquialmente entendemos por jugar, por juego. Cuando se le añaden objetivos
educativos explícitos, programados, es cuando aparece el término juego educativo
utilizado como un medio explícito para el aprendizaje a través de situaciones lúdicas.
Se suelen utilizar en edades tempranas facilitando la práctica educativa por
áreas en relación a las cuatro áreas clásicas de desarrollo: Intelectual, Socialización,
Motricidad y Cognición. Aunque se requiere de una programación extensa ad hoc, los
niños tienden a jugar por si solos, al fin y al cabo como el juego es instintivo, lo harán
aplicando los componentes educativo que se señalan en la definición del juego que les
mostramos.
En las primeras etapas educativas se trata de un juego en gran medida
espontáneo para el niño aunque cuidadosamente planificado desde un proyecto
curricular que incluye objetivos tan importantes como el desarrollo de la capacidad de
control del cuerpo de las habilidades perceptivas y motoras (antes de los 2 años).
De la misma manera es contemplado en la legislación educativa, como por
ejemplo en la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), donde se
muestra la preocupación por la búsqueda de nuevos recursos pedagógicos como
complemento del libro de texto. Se identifica el juego como un instrumento que tiene
gran influencia en todas las facetas de la personalidad del niño y dentro de la
legislación educativa como una necesidad básica de la infancia, concretamente en la
educación infantil, introduciendo en el aula una variada gama de objetos, juguetes y
materiales estimulantes que proporcionen posibilidades de manipulación. También
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cabría hacer referencia de esta manera al Real Decreto 1333/1991 de Educación
Infantil.
Pese a ello, algunas referencias al krausismo identificadas por instituciones
como la Institución de Libre Enseñanza (I.L.E.) justifican, dentro de la enseñanza
reglada la actuación sin controles ortodoxos dentro de un trasfondo moral donde las
instituciones y asociaciones nacidas para cubrir las necesidades del individuo, ya sean
religiosas, científicas, artísticas, industriales, morales, jurídicas no deben entrometerse
en el desenvolvimiento de las tareas de unas frente a las otras. En definitiva, no
siempre se han de buscar elementos de análisis y carácter educativo a una actividad
espontánea, innata y libre, como el juego.
LAS REGLAS EN EL JUEGO. LA NORMALIZACIÓN DEL JUEGO
Una de las características más interesantes del juego, pese a su carácter de
libertad y espontaneidad es la de la normalización del mismo, con la creación y
aplicación de reglas. Atendiendo a la opinión de PIAGET, parece que según las fases
de la evolución del juego en el niño (el ejercicio, el símbolo y la regla), llega un
momento en que la característica esencial de los mismos es que sus componentes se
someten a determinadas reglas o normas del juego.
PIAGET, vincula la reglamentación de los juegos al nacimiento del juicio moral
y la autonomía en el niño, distinguiendo la captación de la regla en los menores de
siete años que las consideran como «sagradas», intangibles y de origen transcendente,
y los mayores que ven en la regla un producto de acuerdo entre contemporáneos,
admitiendo, por tanto, modificaciones si hay consentimiento para ello. En este caso, en
los juegos reglados el niño/a juega a la integración social, la simula.
Para VYGOTSKY el nacimiento de la regla entra en consonancia con la
capacidad de imaginar del individuo expresando que “Siempre que se produzca una
situación imaginaria en el juego habrá reglas (...) y del mismo modo que toda situación
imaginaria contiene reglas de conducta, todo tipo de juego con reglas contiene una
situación imaginaria” (Vygotski, 1979).
¿JUEGOS O JUGUETES?
Cada día es más común escuchar a adultos y menores sobre la compra y
utilización de juegos y no de juguetes, cuando se trata de elementos diferentes
entendiendo como juego aquellas acciones desarrolladas por un individuo, tal y como
hemos ido explicando en las líneas anteriores y los juguetes, como elementos, claro
está, en muchas ocasiones indispensables para el desarrollo de la acción, aunque no
determinantes apara la realización del juego ya que el individuo tiende a interactuar
con el entorno y los elementos que tiene ante sí. El juego es más sencillo pero el
juguete lo hace más versátil interesante.
Los juguetes ayudan, influyen, posibilitan la creatividad de manera amplia,
permitiendo mayores condiciones para la vivencia de sus espacios afectivos, sociales
y psíquicos, funcionando como un posibilitador, si se quiere, de los sueños,
necesidades, pulsiones, del individuo que juega ya que siempre se pueden convertir a
esos juguetes en protagonistas de sus más profundos deseos.
13. El juego innato. Como entiende el individuo el hecho de jugar
Aludimos de esta manera al carácter simbólico del juego y, específicamente,
del juguete y a su servicio, de esta forma, educativo, ya que por su versatilidad pueden
ser utilizados en propuestas educativas siempre y cuando se tenga en cuenta que es
lo que se quiere transmitir y la forma de evaluarlo. Nada mejor que poder transmitir
conocimientos de una forma agradable, sin tensiones, etc. aunque hay que entender
que los juegos no pueden ser considerados como fines en sí mismos, sino como
herramientas.
Hoy en día los pedagogos confían cada vez más en la educación a través de
métodos activos para resolver problemas no derivados de la propia práctica de la
enseñanza, aunque influyen positivamente en el correcto desarrollo de esta labor. Los
juegos didácticos, creativos, profesionales y de otros tipos que contribuyen a
perfeccionar la organización del proceso de enseñanza, elevar el trabajo
independiente de los estudiantes y resolver situaciones problemáticas en la actividad
práctica.
Este juego didáctico puede ser definido como un modelo simbólico de la
actividad profesional. Mediante el juego didáctico ocupacional y otros métodos lúdicos
de enseñanza, es posible contribuir a la formación del pensamiento teórico y práctico
del individuo y a la formación de las cualidades que deben reunir para el desempeño
de sus funciones: capacidades para dirigir y tomar decisiones individuales y colectivas,
habilidades y hábitos propios de la dirección y de las relaciones sociales.
JUEGO EN EL ENTORNO
Observando un concepto social de educación, gran parte de la aportación
educativa se basa en todo aquello que se ha vivido o experimentado. Esta educación o
instrucción vivencial se resume de forma habitual en expresiones habituales en
nuestros círculos familiares, medios de comunicación, etc. como "La escuela de la
vida" o la "Universidad de la vida", se señalan de una forma genérica una forma innata
(de nuevo) de aprender a través de la experimentación y de la simulación de tareas
cada vez más complejas y sobre todo, realizadas en un medio abierto no controlado.
Tal y como se desprende de todo lo que explicitado en la línea anteriores no
todo se aprende en los libros o en las aulas, es cierto. Pero resulta igualmente cierto
que sin una guía y un entorno controlado ese mismo conocimiento creado y provocado
a través de la experimentación y el juego no siempre se tornará significativo para el
individuo, llegando en el peor de los casos a acoger una sensación de fracaso que vite
una maduración y evolución adecuada de la persona, siendo incluso un problema para
su adecuada socialización e integración con sus iguales.
La escuela, centros escolares, educativos, etc. se muestran como el medio
adecuado para llevar a cabo esa educación reglada dentro de un entorno controlado
en base a unos parámetros determinados por un currículo, por medio de instrumentos
adecuados, incluso creados específicamente para esa trasmisión de conocimientos y
por medio de educadores preparados para ello. Sin embargo no podemos dejar de
tratar, ya que hablamos de actividades instintivas y, en muchos casos, primarias, otros
entornos menos habituales para la realización de actividades educativas como resulta
el aire libre.
La educación al aire libre, entendida dentro de un marco natural y sin los
medios técnicos y bases metodológicas, pedagógicas y didácticas actuales se muestra
en la actualidad fuera de contexto en contraposición a la cotidianeidad de la escuela.
14. El juego innato. Como entiende el individuo el hecho de jugar
Sin embargo, son cada vez más, como ocurre con el juego, las teorías y
recomendaciones pretenden ir más allá de la consideración de las escuelas desde un
punto de vista academicista o científico dejando de lado otras ciencias de la mente y el
espíritu que además promueven el autoconocimiento dentro del ámbito primigenio de
desarrollo como lo ha sido, y es, la naturaleza.
En los centros educativos, aludiendo al carácter multidisciplinar de la educación,
a la formación integral del educando, como decíamos, se está tendiendo a la
aplicación de estos cambios de entornos educativos, como resulta la aplicación del
juego en el ámbito educativo haciendo del aprendizaje algo integral, novedoso,
multidisciplinar, útil y en definitiva, ameno.
La educación en el aire libre nos permite ser consecuentes con nuestra
naturaleza, mostrar antes que instruir sirviendo de guías en un medio por el que el
individuo se debe sentir atraído e impulsado a conocer, de forma innata, como resulta
el juego.
Además, este sentido nos permite añadir un elemento de misterio y extracción
de la cotidianeidad a la hora del juego, sin recurrir a herramientas y artificios al tiempo
que se practican y adquieren valores como la convivencia, la tenacidad o el ingenio.
EL JUEGO Y LA PSICOMOTRICIDAD
Como ha quedado también claro el juego es actividad y como hecho físico
posee una complicada interacción entre el movimiento, la comunicación o la
interacción con diversos materiales, herramientas, juguetes, estímulos u otros
individuos.
A tenor de las experiencias de LAPIERRE (1977) con menores en la etapa de
la educación infantil podemos deducir que el juego innato adquiere normas y pasa a
tomar un carácter diferente, al menos teóricamente en función de los elementos que
influyen en su realización y que de alguna manera normalizan la actividad del juego.
Lapierre observó como el uso de música en la realización de actividades
lúdicas fomentaba la creación de una comunicación no verbal por medio de la cual los
participantes comprendían cuando debían interactuar dentro de la actividad (moverse
o pararse) explotando el contenido lúdico esta herramienta: la música. De ahí al uso
del “Tempo “y el ritmo solo hay un paso que permite explotar otras actividades físicas
controladas por el uso no solo de la música, sino del silencio en oposición al ruido.
Tras el uso del sonido silencio pasó al uso e interacción con los objetos que
permitían, una vez estuvieran familiarizados con los mismos, su uso y manipulación de
forma coordinada y buscando, dentro de la creatividad, nuevos usos y aplicaciones a
los mismos.
Posteriormente, y como ocurre de forma natural, la interacción viene con el
cuerpo y su uso en función de los instrumentos y objetos que se sitúan en el entorno
de actuación. Esta interacción con el medio y los objetos que les rodean llevan
aparejadas una serie de consecuencias, tanto para los materiales como para ellos
mismos lo que lleva a adaptar sus movimientos y actitudes.
15. El juego innato. Como entiende el individuo el hecho de jugar
De ahí a la coordinación, correlación y realización de series y reflexiones más
complejas, hacen que se refuercen ciertas actitudes y actividades terminando en la
verbalización de los sentimientos pensamientos.
POR TANTO, ¿EDUCACIÓN O JUEGO?
Tras todo lo presentado hasta el momento otra de las preguntas lógicas sería
sobre el significado de todo lo presentado, la actividad innata, la interacción lógica e
instintiva entre iguales y con el entorno, se trata de educación o de juego.
Deberíamos entender enseñanza o educación, tal y como lo definíamos al
principio o como lo define la propia Institución de Libre Enseñanza, como enseñanza
reglada, escolar, en un entorno controlado, siguiendo un currículo en base a una
reglamentación y con un orden establecido. El juego es también aprendizaje,
adecuación y simulación de conductas que sirven para la maduración del individuo y
promueven el desarrollo de sus capacidades.
En base a la primera afirmación la educación es transmitida por los educadores
o instructores, mientras el juego, como se ha defendido en estas líneas es instintivo,
propio del individuo y por tanto se puede realizar de forma autónoma, en solitario o no,
con mediación de otras personas, materiales, herramientas o instrumentos, o no.
Lo que queda claro en ambos casos es que nos estamos refiriendo a personas,
aun cuando el deseo de aprender o la pulsión por jugar se sitúen, quizá en otra escala
más propia de la animalidad de nuestra raza al depender de los instintos de
conservación y socialización.
En un segundo escenario de reflexión deberíamos tener en cuenta que la
enseñanza, la instrucción no es solo aprender, es decir, como expresaba Froebel,
existe una capacidad auto generadora de conocimiento, no solo se trata de absorber
conocimientos o saberes. De esta forma, la acción educativa debe apoyarse, sino
basarse, en la actuación, la vivencia y la experiencia. Ahí es donde educación y juego
se cruzan.
El conocimiento, no consiste solo en aprender y acumular saberes. La
sabiduría, (y el saber popular lo retrata de forma gráfica: "más sabe el diablo por viejo
que por diablo"), es experiencia y se debe procurar que los educandos "vivan" cada
descubrimiento. Dentro de la escuela activa es la manera de alcanzar el conocimiento
significativo. Y que es experiencia sino un juego de simulación que nos lleva a adoptar
roles y a aplicar conocimientos.
Si, como queda claro, la educación no es solo leer, la mera repetición
sistemática de acciones de forma sistemática (como resulta el juego innato) no es
educativa en sí misma, como resulta, por definición el juego. El hecho de olvidar la
frontera entre ambas realidades puede llevar a equívocos que resulten perjudiciales
para ambos: educación y juego.
CONCLUSIONES JUEGO INNATO ¿Y QUÉ?
Como queda claro a lo largo de las líneas anteriores, el juego es dependiente
de la realidad del individuo como lo es el propio individuo. Por tanto podríamos
16. El juego innato. Como entiende el individuo el hecho de jugar
entender el juego como parte del mismo individuo accediendo al mismo por sus
intereses, gustos y pulsiones, todos ellos parte de la naturaleza innata del mismo.
Solo por eso podríamos entender el juego como una realidad innata al individuo,
aunque existen más argumentos a su favor. El hecho de que se repite no solo en la
especie humana sino en otras especies animales (mamíferos), y dentro del género
humano en todas las razas y sociedades que ha poblado nuestro planeta a lo largo de
nuestra existencia. Es por tanto una necesidad propia del individuo.
Además, se trata de un fenómeno que se transmite a lo largo de los diversos
estadios de desarrollo y maduración del individuo y por tanto nos pertenece, apoya e
impulsa a lo largo de nuestra existencia. La pulsión o ganas de jugar o el elemento
lúdico nos acompaña desde la infancia hasta la senectud, variando en sus propuestas
y forma de actividad pero no dejando jamás de fantasear, buscando un elemento
lúdico a lo que nos rodea y un punto de encuentro e interacción con otros iguales, el
entorno y los elementos que nos rodean.
Aunque no se identifique expresamente como tal si que podemos entender que
se trata como innato ya que es considerado como un elemento innovador y lógico para
su aplicación en entornos educativos por su carácter experimentador, lúdico y auto
generador de conocimiento para el individuo.
Si bien existen diversas consideraciones metodológicas, pensamientos
pedagógicos y teorías educativas, no parece existir una corriente que desarrolle y
aplique el elemento innato de la educación y la enseñanza y este a través del juego.
De la aplicación de esta realidad en los diversos escenarios donde ya se está
practicando y utilizando de forma habitual: centros escolares, ludotecas, centros de
ocio, etc. se pueden lograr mejoras en el fomento del desarrollo individual de aquellos
que juegan o para los que se les favorece el hecho en sí de jugar.
El juego, con su dimensión innata, facilita una labor educativa, formadora y
activa a través de una actividad que se realiza con interés, de forma natural, como es
el juego. Aprovechándose de esta situación es fácil poder aplicar otros componentes y
características al hecho de jugar.
18. El juego innato. Como entiende el individuo el hecho de jugar
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