5. GENERALIDADES
• Se produce un traumatismo renal en cerca
del 1 %-5 %.
• Es el órgano genitourinario que resulta
lesionado con más frecuencia.
• Proporción varones:mujeres de 3:1.
• Se clasifican en función de su mecanismo:
cerradas o penetrantes.
6. DIAGNOSTICO
1.- Evaluación de urgencia inicial
2.- Anamnesis y exploración física
La presencia de los signos siguientes en la exploración física indica la
posibilidad de afectación renal:
• Herida incisopunzante en la región lumbar, la fosa renal o la
porción superior del abdomen, o de heridas de bala.
• Hematuria.
• Dolor en la fosa renal.
• Equimosis en la fosa renal.
• Abrasiones en la fosa renal.
• Distensión abdominal.
• Masa abdominal.
• Dolor a la palpación abdominal.
7. DIAGNOSTICO: LABORATORIO
• El análisis de orina es la prueba básica en la evaluación de los
pacientes con sospecha de trauma renal (Hematuria macro o
microscópica).
• La hematuria es el signo distintivo de la lesión renal, pero no es
suficientemente sensible ni específica para diferenciar entre
lesiones leves y graves.
• Determinación seriada del hematocrito.
• Determinación de creatinina refleja la función renal antes de la
lesión
8. DIAGNOSTICO: IMAGENES
Ecografía
• Puede detectar laceraciones renales.
• No
aportan
sobre
la
información
excreción
funcional
renal
o
la
extravasación de orina.
• Detecta presencia de urinomas y
hematomas retroperitoneales.
9. DIAGNOSTICO: IMAGENES
Tomografía computarizada (TC)
La TC es el método de referencia para la evaluación
radiológica de los pacientes estables con un traumatismo
renal.
La TC define:
• Localización de las lesiones.
• Detecta contusiones y segmentos desvitalizados.
• Visualiza la totalidad del retroperitoneo y los
hematomas asociados.
• Proporciona visión del abdomen y la pelvis.
• Muestra detalles anatómicos y la presencia de
lesiones abdominales asociadas.
16. TRATAMIENTO
• El tratamiento conservador se ha convertido en el tratamiento
de elección.
• En los pacientes estables, el tratamiento de soporte con reposo
en cama, hidratación y antibióticos es la estrategia inicial
preferida.
• Todas las lesiones renales de grados 1 y 2 pueden tratarse de
forma conservadora, ya sean debidas a traumatismos cerrados
o penetrantes.
17. TRATAMIENTO
• El tratamiento de las lesiones de grado
3 ha sido objeto de polémica, aunque
algunos estudios recientes respaldan
una actitud expectante.
• La mayoría de los pacientes con
lesiones renales de grado 4 y 5
manifiestan
lesiones
asociadas
importantes, por lo que presentan
unas tasas elevadas de exploración y
nefrectomía.
18. TRATAMIENTO
INDICACIONES DE EXPLORACION RENAL:
• Inestabilidad hemodinámica.
• Hematoma perirrenal expansión o pulsátil.
• Lesiones vasculorrenales de grado 5 (discutible según
estado hemodinámico).
• Lesión
renal
grave
con
fragmentos desvitalizados.
extravasación
urinaria
y
21. GENERALIDADES
• Relativamente infrecuentes y
representan sólo el 1 %.
• 75 % son yatrógenas (73%
ginecológico, 14% Cirugia, 14%
urológico).
• 18 % son por traumatismo
cerrado
• 7 % traumatismo penetrante.
22. DIAGNOSTICO
• No existen síntomas clínicos ni
signos clásicos asociados.
• Sospechar en caso de lesiones
abdominales penetrantes
• Tras cirugía pélvica ginecológica.
• El elemento imprescindible de una
lesión ureteral es la extravasación
del medio de contraste radiológico
(pielografia o TC).
24. TRATAMIENTO
Lesiones parciales
• Lesiones de grado I a II.
• Se pueden tratar mediante:
• Implantación de una endoprótesis ureteral.
• Colocación de un tubo de nefrostomía.
• Si se identifica durante la exploración quirúrgica
inmediata de una lesión yatrógena, se realiza cierre
primario de los extremos ureterales sobre una
endoprótesis, con colocación de un drenaje.
25. TRATAMIENTO
Lesiones Completas
• Se trata de lesiones de grado III a V
Principios de la reparación de una lesión completa:
• Desbridamiento de los extremos ureterales hasta
obtener tejido Sano.
• Colocación de una endoprótesis interna
• Cierre impermeable del uréter reconstruido con una
sutura reabsorbible
• Colocación de un drenaje externo no aspirativo
• Aislamiento de la lesión con peritoneo o epiplón
27. TRATAMIENTO
Ureteroureterostomía
• Se Desbridan y refrescan los extremos ureterales.
• Se introduce una endoprótesis JJ interna
• Se cierran los extremos sobre la endoprótesis con puntos sueltos
de vicryl 4/0.
Ureterocalicostomía
•
•
•
•
En los casos en que se ha destruido la unión ureteropélvica.
Amputación del polo inferior del riñón.
Debridamiento y sección del extremo ureteral distal.
Anastomosis del cáliz del polo inferior, sobre una endoprótesis
interna, con puntos sueltos de vicryl 4/0.
28. TRATAMIENTO
TRANSURETEROURETEROSTOMÍA
• Después se transpone este extremo por la línea media a través de una
ventana retroperitoneal por encima de la arteria mesentérica inferior.
• Se realiza una ureterotomía de 1,5 cm en la cara interna del uréter
contralateral.
29. TRATAMIENTO
INJERTO DE INTERPOSICIÓN ILEAL.
•
En caso de destrucción de segmentos ureterales largos.
• Se sustituye totalmente el uréter utilizando íleon distal.
• Se extirpa una longitud de 25 cm de íleon de la continuidad intestinal a unos
20 cm de la válvula ileocecal en dirección proximal.
• El segmento ileal se coloca en orientación isoperistáltica entre la pelvis
renal y la vejiga.
• Las anastomosis terminoterminales ileopélvica y cistoileal se moldean con
vicryl 2/0.
• Debe introducirse un tubo de nefrostomía en el riñón ipsolateral para
descomprimir las vías superiores afectadas.
• Se envuelve la reconstrucción con epiplón.
30.
31. GENERALIDADES
• Los traumatismos cerrados o penetrantes representan el
67 %-86 % y las roturas vesicales
• El 70 %-97 % presenta fracturas pélvicas asociadas
• Sólo se producen lesiones vesicales graves en el 5 %-10 %
de los pacientes con fracturas Pélvicas
• La mayoría de las lesiones yatrógenas se producen
durante:
• Cirugía abdominal o pélvica abierta (85 %).
• Cirugía vaginal anterior (9 %).
• Laparoscopia (6 %).
33. DIAGNOSTICO
• Los signos y síntomas más frecuentes de los pacientes con
lesiones vesicales importantes son: hematuria
macroscópica (82 %) y sensibilidad abdominal (62 %).
• Incapacidad de miccionar, hematomas en la región
suprapúbica y distensión abdominal.
• La combinación de fractura pélvica y hematuria
macroscópica.
34. DIAGNOSTICO
CISTOGRAFÍA
• La cistografía retrógrada es la técnica diagnóstica de referencia
• La distensión adecuada de la vejiga es fundamental para
demostrar perforación.
35. TRATAMIENTO
TRAUMATISMOS CERRADOS: ROTURA EXTRAPERITONEAL
• Tratados de forma segura exclusivamente mediante drenaje con
sonda.
• Incluso en presencia de una extravasación retroperitoneal o
escrotal extensa.
TRAUMATISMOS CERRADOS: ROTURA INTRAPERITONEAL
• Siempre deben tratarse mediante exploración quirúrgica.
• Implica un alto grado de fuerza y elevada mortalidad (20 %-40
%).
• Las laceraciones suelen ser amplias, con el posible riesgo de
peritonitis
36. TRATAMIENTO
LESIONES PENETRANTES
• Todas deben explorarse y reparar urgente.
LESIONES YATRÓGENAS
• La identificación intraoperatoria inmediata es extremadamente
importante para garantizar una reparación satisfactoria.
• La reparación mediante sutura es satisfactoria.
39. GENERALIDADES
Lesiones uretrales posteriores
• Son generalmente ocasionadas por fracturas pélvicas.
• Los traumatismos cerrados explican más del 90 % de las lesiones
uretrales
• La uretra femenina se lesiona rara vez.
• Las lesiones uretrales, por sí solas, no son potencialmente
mortales.
42. DIAGNOSTICO
• En ausencia de sangre en el meato, es muy improbable que exista
una lesión urológica y se descarta mediante sondaje.
• Una fractura pélvica, así como cualquier traumatismo externo del
pene o periné.
• Sangre en el meato
• Hematuria
• Hematoma
• Dolor al orinar o incapacidad de orinar
43. TRATAMIENTO
Lesiones uretrales anteriores
Lesiones cerradas
• La cistostomía suprapúbica
Lesiones abiertas:
• Amenudo exigen una exploración inmediata.
• Durante la intervención quirúrgica puede evaluarse
quirúrgicamente la lesión uretral y repararse en caso
necesario
44. TRATAMIENTO
Lesiones uretrales Posteriores
• El grado I no precisa tratamiento.
• Los grados II y III pueden tratarse de forma conservadora
mediante cistostomía suprapúbica o sondaje uretral.
• Los grado IV y V precisan tratamiento abierto o
endoscópico, primario o diferido