IMPORTACIONES DE ALIMENTOS BOLIVIA
INVESTIGACIÓN DE MERCADOS II
ESTUDIANTE: LAFUENTE BALDIVIEZO ALEJANDRO
DOCENTE: Mgr. JOSÉ RAMIRO ZAPATA BARRIENTOS
ING. COMERCIAL
1. UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN SIMÓN
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS
LICENCIATURA EN INGENIERÍA COMERCIAL
IMPORTACIONES
DE ALIMENTOS
EN BOLIVIA
ESTUDIANTE: LAFUENTE BALDIVIEZO ALEJANDRO
DOCENTE: M.Sc JOSÉ RAMIRO ZAPATA BARRIENTOS
ASIGNATURA: INVESTIGACIÓN DE MERCADOS II
GRUPO: 07
FECHA: 02 / OCTUBRE /2020
CARRERA: LIC. EN NGENIERÍA COMERCIAL
GESTIÓN: II-2020
COCHABAMBA – BOLIVIA
IB
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8. IMPORTACIONES DE ALIMENTOS EN BOLIVIA
« El comercio exterior de la Nación debe orientase hacia el abastecimiento interno y la consolidación y
diversificación de los mercados de importación y exportación, a fin de obtener términos de intercambio
justos y equitativos.».
Juan Domingo Perón
8.1 INTRODUCCIÓN
Teoría y política agroalimentaria
Producir internamente o importar un determinado rubro (o sustituto) son decisiones complejas que toman
los agentes económicos privados (agricultores, industriales o comerciantes) en respuesta a los estímulos
(o des estímulos) que genera el mercado. La toma de decisiones se complica aún más no solo cuando el
gobierno interviene desde fuera los mercados agrícolas y agroalimentarios a través de políticas de precios,
producción o comercio, como comúnmente lo hacen, sino cuando el gobierno se transforma en un agente
económico más, actuando como productor o importador, con una racionalidad distinta a la de los agentes
económicos privados, afectando en mayor o menor grado el entorno económico de la producción y el
comercio agroalimentario. El gobierno (y asociados) se convierte(n) así en competidor(es) de los agentes
privados, operando en condiciones más ventajosas que aquellos (exoneración de aranceles, exoneración
de impuestos internos, aplicación de subsidios especiales), deprimiendo los precios internos y reduciendo
la participación de los agentes privados en sus mercados naturales, siendo éste, en realidad, uno de los
más importantes efectos perseguidos por esta forma particular de intervención gubernamental.
Es ampliamente conocido que en todos los países el Estado interviene directa o indirectamente en la
determinación de estos estímulos (o des estímulos), para lo cual los gobiernos requieren de un marco
normativo o estratégico que los oriente en el diseño de sus políticas agroalimentarias. Aquí suponemos,
por supuesto, una efectiva adecuación de la política del Estado a los postulados de su modelo normativo.
Esto no siempre resulta ser la situación real. Más allá de las medidas de intervención en el ámbito sectorial
(política de precios agrícolas, política de producción agrícola y política comercial agrícola), el gobierno
adelanta políticas macroeconómicas que tienen un gran impacto sobre las condiciones de la producción y
el comercio de los rubros agroalimentarios (vía macro precios: tasa de inflación, tasa de interés y tasa de
cambio, fundamentalmente): la política cambiaria puede conducir a la devaluación o sobrevaluación de la
moneda y la política fiscal y monetaria puede generar presiones inflacionarias indebidas .1
8.2 DESARROLLO
Los datos de los primeros semestres entre el 2014 y el 2017 revelan que en términos de volumen en tn las
cifras evolucionaron de 415.667, el 2014, 308.682 el 2015, 324.460 el 2016, 489.177 el 2017. En términos
de valor en miles de bolivianos, fueron de 359.529 el 2014, 294.601 el 2015, 287.850 el 2016 y 336.457 el
2017. Las importaciones durante el primer semestre del 2017 se incrementaron en 17% y 51%,
respectivamente, en relación con el mes de junio del 2016.
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Resulta evidente que la producción agropecuaria, aunque representa tan solo el 11,7 % del PIB, es muy
importante porque produce nuestros alimentos, juega un rol destacado ante las exportaciones no
tradicionales. La disminución de la producción en los últimos 5 años tiene el efecto de que una buena parte
de los mismos es sustituida por importaciones crecientes.2
En medio de una coyuntura marcada por el destino de recursos al consumo de productos básicos a
consecuencia de la pandemia del coronavirus, el volumen de las importaciones de alimentos y bebidas,
entre los meses de enero y abril de 2020, se incrementó en 13 por ciento en relación a similar periodo del
año pasado, señala el último reporte del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
Los datos reflejan que, durante los primeros cuatro meses de 2019, el volumen de dicha categoría de
productos llegó a 240.883.420 kilogramos brutos, mientras que en el primer cuatrimestre de la presente
gestión alcanzó a 273.163.124.
En términos de valor, las importaciones de alimentos y bebidas también registran un aumento. Entre enero
y marzo de 2019 Bolivia compró un total de 280.156.901 dólares; en el mismo periodo de 2020 el valor
alcanzó a 2017.481.471.
El documento del IBCE señala que, al mes de abril de 2020, las importaciones sumaron 2.270 millones de
dólares, valor que representa un 30 por ciento menos en comparación con el monto registrado en similar
periodo de 2019.
La mayor parte de la población ha destinado sus recursos a la compra de alimentos desde el inicio de la
emergencia sanitaria por el coronavirus.
La incertidumbre generada por la pandemia generó un cambio de comportamiento en la economía de las
familias, lo cual puede reflejarse en la reducción de los depósitos y obtención de créditos la banca, las
personas prefieren gastar en alimentos y no en inversiones.3
Entre las principales compras internacionales de alimentos se destacan la de harina y grano de trigo. “No
podemos olvidarnos de que no somos autosuficientes en este tema. Es un capítulo pendiente la
producción en el país”. Otros productos clave que se internan son manzanas frescas, malta, leche
maternizada, sorgo en grano, chocolates o bombones y pastas.
Llama la atención el incremento de la importación de harina de trigo en comparación con el año pasado.
Un 128% en lo que es el trigo y 22% en cuanto a las manzanas frescas. Bolivia compra estos productos de
68 países, siendo Argentina, Brasil, Perú, Estados Unidos y Chile los cinco principales mercados que
abastecen el consumo interno nacional.
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SOBERANÍA
En Santa Cruz tenemos una zona triguera por excelencia que es Okinawa y se espera mejoras tecnológicas
para producir más con las mismas tierras y cambios climáticos observados. Si solo hablamos de trigo y
harina de trigo, en estos productos se ha importado más de $us 100 millones, de los $us 427 millones en
el periodo ya señalado. Son solo dos productos y es importante fortalecer el sector productivo para bajar
esta importación y que sea harina boliviana.
La harina que se adquiere de Argentina y Estados Unidos es utilizada para elaborar el pan de batalla,
producto importante de la canasta familiar boliviana.
Desde la Reforma Agraria en el país (1952) se ha parcelado la producción, no es extensiva, y
adicionalmente no se ha tecnificado, por eso somos dependientes de la importación. Hay que dejar en
claro que solo hay tecnificación en el agro para las exportaciones.
Un reto pendiente para los gobiernos de turno es garantizar la seguridad alimentaria. “Esta dependencia
a la importación es porque no tenemos una producción para el consumo masivo. La papa, el tomate,
legumbres y frutas llegan de las naciones vecinas y más si se trata de alimentos ya elaborados como
conservas, entre otros”.
Solamente en el oriente boliviano se cuenta con producción extensiva; sin embargo, no son alimentos de
consumo diario de la población. “Durante los meses de la pandemia del coronavirus y a la fecha hubo un
incremento leve en los precios de los alimentos que se importan”. La baja en las compras de otros ítems
ha permitido que la balanza comercial boliviana se nivele en esta gestión.4
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Bolivia importa numerosos productos, muchos de los cuales el país podría producirlos si existieran mejores
políticas agrícolas, e incluso exportarlos. Estos son preparaciones alimenticias, productos de molinería y
almidón, preparaciones a base de cereales, refrescos y bebidas alcohólicas, alimentos para animales,
azúcares, preparaciones de legumbres, hortalizas y frutas, cacao, café y leche, entre otras.
El tipo de cambio que sobre precia al boliviano genera importaciones baratas, que mantienen por tanto
los precios bajos. La importación de alimentos les ofrece a los consumidores una mayor variedad de
productos y a precios más reducidos, pero en el mismo sentido perjudica a los productores locales y
desestimula la producción por lo que se produce cada vez menos alimentos en Bolivia, y en menor
variedad. Esa política es, por ello, preocupante y negativa.5
IMPORTACIONES DE ALIMENTOS EN BOLIVIA SUPERAN YA EL MEDIO MILLÓN DE TONELADAS
Bolivia gastó 375 millones de dólares para importar 503.000 toneladas de alimentos hasta julio. Cuatro
son los principales productos importados: azúcar, con 91.000 toneladas por 78 millones de dólares; harina
de trigo (114.000 toneladas y 46 millones); maíz (84.000 toneladas y 32 millones), y trigo en grano (53.000
toneladas y 17 millones) dio cuenta el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), en conferencia de
prensa ofrecida a tal efecto. “La buena noticia de este frenesí importador es que -con los 2 millones de
quintales de azúcar importados- y la producción nacional esperada de 9,5 millones de quintales el presente
año, el abastecimiento de azúcar está más garantizado hasta la zafra del 2012” dijo el Presidente del IBCE,
Wilfredo Rojo Parada, a tiempo de plantear el desafío de un trabajo sinérgico público-privado apuntando
a la soberanía alimentaria
TAREA PENDIENTE: SUSTITUIR IMPORTACIONES
“Según lo visto hasta julio, la proyección es que la importación de alimentos ronde los 600 millones de
dólares hasta fin de año, lo que supondría una subida del 50% en valor y cerca del 40% en volumen
comparativamente al año 2010. Esto merece dos reflexiones: primero, es mucho lujo para un país pobre
gastar tanto en alimentos extranjeros cuando los podemos producir por nosotros mismos; segundo,
debemos recuperar la soberanía alimentaria que perdimos para lo cual el Estado debe garantizar:
a) Seguridad jurídica a la tierra e inversiones agrícolas;
b) Mercado interno con precios realistas, y el externo, liberando la exportación;
c) Buenas políticas públicas y uso de la biotecnología”.
¿CUÁNTOS PRODUCTOS Y POR CUÁNTO?
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) procesados por el IBCE, Bolivia importó en los
primeros siete meses del 2011 un total de 455 productos del rubro alimenticio por 375 millones de dólares,
muy cerca ya de los 399 millones importados en todo el 2010. En cuanto al volumen, hasta julio sumaron
503.000 toneladas, muy cerca de rebasar ya las 560.000 toneladas de alimentos que importó el país
durante toda la gestión del 2010.
¿“DULCE” IMPORTACIÓN?
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El máximo directivo del IBCE señaló que si a los 2 millones de quintales de azúcar que fueron importados
hasta julio (91.255 toneladas, por 78 millones de dólares, algo que no ocurría en Bolivia desde hace
décadas) se suman los 9,5 millones de quintales de producción de azúcar en el país en la presente zafra
(un estimado coincidente entre el gobierno y el sector azucarero), el abastecimiento del mercado interno
está más que garantizado hasta la zafra de abril del 2012, por lo que habría que pensar en la exportación
de los saldos excedentarios. El azúcar importado por el gobierno así como por empresas y particulares
vino principalmente de Colombia, Brasil y Guatemala.
APRENDER DEL PASADO
Según Rojo, Bolivia goza de todas las condiciones para ser autosuficiente en materia alimentaria. “Hasta
hace poco teníamos soberanía alimentaria casi en todo, pero la perdimos. Debemos aprender la lección.
De nada vale el buen deseo de tener precios bajos y restringir exportaciones, si eso va a convertir a Bolivia
en importadora de alimentos. ¿Cómo se explica que un país tan bendecido con tierras aptas para producir,
esté importando azúcar por 91.000 toneladas y 78 millones de dólares, y maíz por casi 84.000 toneladas
gastando más de 30 millones, o trigo y harina de trigo cerca de 170.000 toneladas y 63 millones de dólares?
¿Cuántas decenas de miles de empleos podríamos crear sin mayor dificultad, sustituyendo cerca de 600
millones de dólares de alimentos que es lo que podremos importar este año?” reflexionó.
EL PRODUCTOR LO ARRIESGA TODO
Wilfredo Rojo abogó por un esfuerzo conjunto público-privado con visión compartida que derive en una
agenda de trabajo concertada más allá del corto y el mediano plazo. “El productor agropecuario -
cualquiera sea su tamaño- cada año asume un gran riesgo a la hora de invertir su capital para producir
algún alimento -sea caña de azúcar, soya, girasol, maíz, trigo, carnes, etc.- porque depende totalmente del
clima. Nadie va a invertir más, si continúan los avasallamientos, si las restricciones para exportar siguen, y
si los precios en el mercado interno están artificialmente bajos, si no hay políticas que hagan más fácil el
poder producir para el mercado interno, exportar y generar empleo”. 6
8.3 CONCLUSIONES
La importación de algunos alimentos en Bolivia se da porque son necesarios para el abastecimiento, tal es
el caso del trigo en grano, o manzanas, dado que la producción es insuficiente para la demanda del país.
Por otro lado, también se importa porque los precios de productos extranjeros son más bajos que los
nacionales. Otra razón para la importación de alimentos es por gustos, los supermercados realizan
importaciones de productos elaborados por preferencias del consumidor.
Tenemos un pendiente muy grande, en cuanto a importación para alcanzar la soberanía alimenticia,
considerando que tenemos la capacidad para hacerlo, mediante la inversión, políticas de precios y
producción agrícola con precios competitivos.
8.4 REFERENCIAS
1http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0798-07522005000100006
2https://m.eldiario.net/index.php?n=19&a=2018&m=01&d=11
3https://publiagro.com.bo/2020/06/importacion-alimentos-crece-abril/