Guia de etica y moral 2020 - copia

INSTITUCIÓN EDUCATIVA SAN JOSÉ DE CARRIZAL
NIT: 800.184.905-1 DANE: 223678001022 Código ICFES: 064535
CORREGIMIENTO DE CARRIZAL - SAN CARLOS – CÓRDOBA
ESTUDIANTE: _____________________________________________________________________
GRADO: 10 Grupos (1 Y 2) PERIODO: II FECHA:
ÁREA: FILSOFIA
DOCENTE: LUIS MARTINEZ CARDENAS
TEMA
ETICA Y MORAL
COMPETENCIAS
- Identifica la relación y la diferencia entre los conceptos de ética y moral.
INTRODUCCIÓN
Estimado estudiante en nuestros días los términos: “moral” y “ética”, se usan cotidianamente incluso
la gente confunde sus connotaciones, expresiones como: “Fulano carece de moral”, “Hay que
moralizar la vida política”, “No hay ética entre los profesionales”, “Es necesaria una ética científica”,
etc. Así el uso de ambos términos, resulta, a veces, muy impreciso. En esta última unidad
estudiaremos lo referido al tema de la moral, de la ética, la acción práctica del hombre, y el sentido
que tiene la palabra “libertad”.
DESARROLLO DEL TEMA
Ética y moral
1. Delimitación conceptual.
Si la preocupación primera de los filósofos fue
comprender el origen y finalidad de la realidad, de
la naturaleza, muy pronto dentro de esta indagación
fueron incluidas las acciones humanas. Ya desde la
Antigüedad los filósofos se ocuparon de investigar y
comprender conceptos como el bien, el mal y la
felicidad.
De tales indagaciones surgió la Ética como
disciplina filosófica. Su nombre proviene del griego
ethos, que se traduce como hábitos, «carácter» o «costumbre». Y la palabra “Moral” = mos,
expresión latina que significa: modo de ser, costumbre. De esta información se puede llegar a la
siguiente conclusión: Que estas dos palabras tuvieron significados similares, por lo cual se conserva
ese uso en la actualidad.

La moral, está referida a la acción práctica de los individuos o de la colectividad; manifestada en la
conducta. De ahí que esas conductas son fijadas colectivamente para una aceptada relación entre los
miembros del grupo humano, con lo cual se va construyendo por “hecho” la moralidad, que encuentra
una aceptación formal al establecer las “normas morales” por el grupo humano.
La Ética, es el nombre de la “filosofía de la moral”, es decir la rama o disciplina filosófica que se
ocupa de la reflexión sobre la dimensión moral del hombre o ámbito de la acción moral, también
llamada moralidad. En este caso vamos dejando en claro que la moral es una “acción” guiada por
normas asumidas por el individuo como propia y que tienen como objetivo la consecución de fines
últimos.
Como las costumbres se han diferenciado de
acuerdo con el tiempo y la civilización o cultura,
han existido muchas morales, cada una con
características y posturas propias ante lo que es
bueno y malo, el deber y la libertad. Estas
diferencias también son objeto de estudio de la
ética, que se pregunta por la validez universal o
relativa de los valores, de la libertad, etc.
Finalidad de la ética
La reflexión sobre la moralidad de los actos es
quizás la parte de la filosofía más importante para la
vida humana, individual y social. Entre los fines de
la ética podemos distinguir dos: uno teórico y otro práctico.
-El primero no es más que la consecuencia de la tendencia filosófica del hombre a explicar y
fundamentar sus actos, su conducta, ante sí mismo y ante la sociedad. La ética como disciplina
filosófica se pregunta por lo que los hombres deben ser y por lo que hacen.
-El segundo fin tiende a dar al hombre una norma de conducta, que haga de las relaciones humanas
una convivencia ordenada. La ética estudia la conducta moral de las personas en comunidad, trata de
las cosas cotidianas, de la libertad, valores, felicidad, sentimientos, etc, tiene la intención de contribuir
a mejorar la condición de vida hacia una existencia más plena, autentica y feliz.
La conciencia moral. Es esa voz interior que nos obliga a actuar de una forma y también nos dice si
son correctas o no nuestras acciones. Es la capacidad de juzgar no solo nuestras acciones, sino
también las de los demás, como buenas o malas.
El acto moral.
Acto moral es el acto humano en cuanto cumple o no las condiciones de la moralidad y por lo cual el
ser humano es considerado bueno o malo.

La Persona Moral.
Es la persona consciente, libre que voluntariamente realiza actos morales y se caracteriza por tener:
• Conciencia Moral: Capacidad del sujeto para discernir lo correcto de lo incorrecto.
• Libertad Moral: Capacidad de decidir autónomamente cometer o no una acción moral.
• Responsabilidad Moral: Es la capacidad para asumir las consecuencias que se generen producto de
nuestra libertad.
Cuando falta uno de estos elementos, el acto es humano, pero no moral.
Únicamente los actos humanos son el objeto material de la ética, porque solo los actos humanos son
morales. Las conductas de los animales no son actos morales, porque no podemos afirmar que
conocen, son conscientes y valoran las acciones igual que los humanos.
Las fuentes de la moralidad
En todo acto moral se encuentran tres elementos:
• Objeto: Es aquello hacia lo cual tiende el acto de una manera inmediata y directa. Responde a la
pregunta: «¿Qué se pretende alcanzar?».
• Circunstancias: Son el conjunto de condiciones que acompañan la realización del acto, tales como el
tiempo y el lugar.
• Fin: Es la intención de quien realiza la acción, el para qué de la misma.
2. Las cuestiones éticas
2.1. ¿Qué es lo bueno y lo malo?
Esta es la principal cuestión moral. Para poder decidir ante las encrucijadas de la vida es fundamental
distinguir entre lo que es bueno y lo que es malo.
Debemos saber, por ejemplo, que tomar veneno o que saltar de un edifico nos llevará a la muerte, o
que excederse en la ingesta de licor o de drogas enfermará nuestros cuerpos. Así, sin darnos cuenta,
la mayoría de los actos humanos están determinados por la conveniencia o no de ellos. Lo que
conviene suele identificarse con la propia conservación, con la satisfacción de necesidades, que no
todas son biológicas.
Así, esas cosas que nos convienen son las que llamamos buenas, mientras lo que contraviene es lo
malo.
Pero no siempre ve con claridad qué es lo bueno y lo malo, y tal distinción no es automática. Estos
criterios pueden variar de una cultura a otra o de un lugar a otro.

Aunque la sociedad occidental tiene unos códigos morales universalizados y en gran medida
determinados por el cristianismo, la diversidad cultural hace patente que no es la única moral que
existe. Este suele ser un argumento del relativismo moral (Protágoras 444 o 443 a.C), que sostiene
que no existe un código moral universal.
2.2. ¿Qué es la felicidad?
La felicidad es un sentimiento o estado mental que se logra cuando se posee un bien, entendiendo a
este no como lo contrario de mal, sino como algo que se quiere lograr y que ordena nuestros actos
para tal fin.
- Eudemonismo: Para los antiguos griegos,
como Aristóteles (384-322 a.C) la
eudemonía era la plenitud de ser, que se
traduce como «felicidad». El eudemonismo
se basa en el supuesto de que los humanos
tienden naturalmente a la felicidad como
bien supremo. En este sentido los
eudemonistas consideran que la felicidad es
el fin último de las acciones humanas,
dirigidas por el recto uso de la razón; la
cual organiza la conducta como un sistema
de modos constantes de obrar o hábitos
racionales, que por lo tanto, serian el
principio supremo de la moral. En este
sentido, son eudemonistas todas las éticas
materiales como por ejemplo el Hedonismo,
y el Utilitarismo.
Para los Hedonistas como Picuro de Samos (341-270 a. de C.), consideraron dos tipos de placeres el
placer estático del cuerpo, llamado también aponía y el placer estático del espíritu, llamado también
ataraxia. Los primeros los identificaban con la tranquilidad o ausencia de dolor o la satisfacción de
un deseo corporal, llamados también placeres naturales que son necesarios para el cuerpo como comer
o beber, mientras que la ataraxia procede del cultivo de las auténticas virtudes del alma, como la
sabiduría o la amistad, entre otras. El ideal del sabio es la autarquía, o autodominio del cuerpo y del
alma.
El Utilitarismo como sistema moral cobraron importancia a finales del siglo XVIII. También los
utilitaristas identifican la felicidad con el placer, pero la diferencia está en que los utilitaristas no
identifican la felicidad con el placer individual, sino con el placer colectivo. Es, por tanto, un
hedonismo social. El máximo exponente de este sistema moral fue Jeremy Bentham (1748-1832) el
cual considera que la naturaleza nos ha dado dos criterios éticos universales e infalibles, el placer y el
dolor. De su dictamen preciso siempre es posible conocer lo que es y no es bueno. Nuestra conducta
debe regirse por el principio de utilidad o interés colectivo, de tal manera que la felicidad consistirá

en maximizar el placer y minimizar el dolor.
De aquí, la formulación explícita del principio utilitarista por excelencia: una acción es buena cuando
produce la mayor felicidad para el mayor número. Por esto los intereses intelectuales de Bentham se
inclinaron sobre todo hacia los problemas políticos, jurídicos y socioeconómicos.
El saber ser justo
Cuando se afirma que algo es justo no se busca solo expresar un sentimiento mío (emotivismo), ni
informar de que es aprobado (subjetivismo). Tampoco se exige que se lo tenga por justo por el grupo
al cual pertenece (relativismo). Lo que se pretende es que lo tenga por justo cualquier ser racional e
imparcial, es decir cualquier persona que no piense únicamente en su interés individual o grupal, sino
en el bien común.
Actuar con justicia sería entonces ser capaza de ignorar el interés particular a favor del interés de
todos o del bien común. Si se afirma, por ejemplo, que la actual distribución de la riqueza es injusta,
porque gran parte de la humanidad muere de hambre mientras a una minoría le sobra, no solamente
expresa una opinión, sino que se establece que debería cambiar la distribución de la riqueza en
función de todos.
Lo justo es lo exigible a cualquier persona que quiera pensar moralmente, mientras que lo bueno,
aquello que produce felicidad, lo sería solamente para una persona, un grupo o una cultura.
2.3. El ámbito de la libertad ¿Somos libres?
La libertad es ausencia de necesidad. Cuando hacemos algo por necesidad no hay en ello libertad,
pues no hay elección. Necesitamos comer, dormir, etc. No podemos elegir entre satisfacer tales
necesidades o no.
Este problema es esencial en toda la filosofía. Libertad y moralidad son conceptos inseparables.
Solo podemos hablar de moral cuando se trata de actos libres, pues estos presuponen una elección
entre el bien y el mal o entre varias alternativas. La libertad es la ausencia de dos tipos de
necesidades: La libertad se desarrolla a la vez en diversos ámbitos que abarcan desde lo individual
hasta lo social o político. En este sentido existen dos formas de libertad:
-La libertad externa: Propia del mundo jurídico y político, que consiste en la posibilidad de obrar en
un sentido u otro dentro del marco social. Podemos entender la libertad externa como el derecho que
tiene el hombre para actuar y moverse según su propio juicio y siempre que no atente contra las leyes
del país del que hace parte. Los límites de la libertad externa son impuestas por las leyes y el Estado
es el único que puede privar a los individuos de este derecho mediante el castigo de la prisión.
-la libertad interna: la libertad interna puede entenderse como el derecho que tiene el hombre de
decidir en torno a cuestiones que le afectan como persona. Directamente relacionada con la voluntad,
la libertad interna le permite al hombre irse construyendo una esencia, un ser, con su vida, con sus
decisiones y con sus actos. La libertad moral depende, en gran medida, de la libertad interna del

hombre, mediante unos criterios propios y tiene la capacidad de decidir libremente entre el bien y el
mal.
Como respuesta ante esta problemática, la filosofía ha defendido dos actitudes contrarias: la posición
determinista y la posición que defiende que las acciones humanas solo tienen como causa la voluntad
y, por tanto, aunque estemos condicionados a obrar en un sentido o en otro, podemos considerarnos
libres.
El determinismo
La historia del pensamiento conoce varias doctrinas que niegan la libertad. Estas se agrupan bajo el
nombre de determinismo, concepción que afirma que la voluntad está determinada por múltiples
factores. Según el determinismo, los actos humanos son el resultado fatal de factores externos
(ambiente, ley, educación) e internos (psicológicos, biológicos). las formas del determinismo son:
- Teológico o la predestinación: Dice que la libertad humana es incompatible con la conciencia y
libertad divina según la cual Dios ha predestinado a unos a la salvación y a otros al castigo, ante lo
cual la acción humana nada puede hacer.
- Psicológico: Dice que la voluntad se determina siempre por el motivo más poderoso y de mayor
peso. El hombre que busca el bien se determina por el mayor bien.
- Fisiológico: Sostiene que la voluntad se determina por el estado orgánico del sujeto, por ejemplo, el
temperamento, el clima, la herencia, etc.
- Fatalista: Afirma que no existe la libertad, pues el hombre está sujeto al destino.
- Social: Cree que es el ambiente social (las costumbres, la familia, la educación) el que determina la
voluntad humana.
- El determinismo científico: consiste en explicar la causa de la conducta humana desde alguna
determinada ciencia. Esta postura constituye un reduccionismo porque reduce la complejidad y
riqueza de las dimensiones humanas a una sola. Entre estas tenemos el determinismo económico. La
cual plantea que las decisiones humanas dependen de la posición económica y social que ocupe cada
individuo (planteamientos marxistas de la alienación del trabajo).
Frente al determinismo, el indeterminismo sostiene que el hombre es libre y que, por tanto, decide lo
que quiere ser.
Libertad y responsabilidad
Aunque nos sintamos seres libres, es evidente que nuestra libertad no es ilimitada, sino condicionada
por múltiples factores, como la educación, factores genéticos, la situación económica y política en la
que vivimos; es decir que nuestra libertad tiene límites pero de ninguna manera nos impide tomar
decisiones. Ahora bien, es de vital importancia concebir la noción de libertad siempre en relación
con la responsabilidad. Porque somos libres asumimos una cierta responsabilidad.
En términos generales, la responsabilidad es la capacidad de dar razón de nuestras acciones a nivel
personal y colectivo. El hombre, al poder actuar libremente en el mundo y, por lo tanto, al poder

transformarlo, debe hacerse cargo de sus decisiones. Esto significa que, al gozar de una libertad,
adquiere un compromiso pues cada decisión que toma implica al resto de la humanidad.
A continuación se realizara un análisis sobre los principales planteamientos de algunas escuelas
filosóficas sobre la libertad:
1-La libertad como autonomía: Emmanuel Kan (1724-1804) ofrece una caracterización de la
moral y de la libertad que va más allá de las acciones o de la elección entre los medios para llegar a
un fin ya dado; Kant traslada este problema a la voluntad que las produce.
La ética kantiana, pues es autónoma y formalista. Autónoma, por que la norma moral se
fundamenta en la norma misma; formal, porque es independiente del contenido material de sus
acciones, es decir únicamente por la forma o razón (por puro sentido del deber en que se ha de obrar).
Una voluntad es buena cuando actúa, por puro sentido del deber y no por otros fines extrínsecos o
ajenos.
La libertad. Una voluntad que actúa racionalmente conforme a unos principios es autónoma, puesto
que su norma procede siempre de su propia consideración racional, del dictamen interno de la razón
práctica (el mundo natural). Y en esa medida es libre, puesto que su decisión no está sujeta a ningún
tipo de limitación o condicionamiento previo. Una voluntad así, que actúa exclusivamente por puro
sentido del deber, se orienta por imperativos o normas universales, es decir, válidas para todo ser
racional; por imperativos categóricos o leyes morales. La forma general del imperativo categórico es
la siguiente: “Obra de tal modo que la máxima de tu voluntad pueda valer como principio de
legislación universal”.
Ahora bien todo humano siente la necesidad de llevar a cabo ciertos actos y de abstenerse de otros. El
deber puede definirse como la conciencia de la obligatoriedad de llevar a cabo o no tales actos, desde
el análisis de los elementos del acto. El deber también puede ser considerado como un «llamado»
interior (subjetiva) o exterior (objetiva) a cumplir las normas morales. Dependiendo del origen de ese
llamado, podemos hablar de dos tipos de moral:
• Moral autónoma: Cuando el deber es subjetivo. Según Inmanuel Kant, el deber tiene carácter
imperativo, categórico y universal que proviene de la razón, y no de Dios, del placer, del dolor ni de
bien alguno. El deber se impone por sí mismo y no depende de condiciones hipotéticas. Según Kant,
el deber surge de la fórmula: «Obra de tal modo que tu voluntad pueda ser considerada como
legisladora universal». Dicho de otro modo, al actuar se convierte la moralidad de los actos en ley
universalmente válida.
• Moral heterónoma: Cuando son impuestas por la sociedad y deben ser cumplidas para evitar
sanciones. Son los casos de los sistemas morales prescriptivos que se deben cumplir con el fin de
evitar sanciones. Tales son los casos de los sistemas morales religiosos o de los sistemas legales.
2-La emancipación social: El marxismo asumió la idea de que el individuo aislado no existe, sino
que, como afirma Karl Marx (1818-1883): el hombre es el conjunto de sus relaciones sociales. Por
tanto, la libertad de cada persona exige la emancipación de la sociedad en su conjunto. Tal
emancipación no proviene del estado sino de una revolución social, que transforme las relaciones de

producción que rigen la sociedad clasista, pues lo que dirige la historia son las relaciones materiales
entre los hombres y no las ideas.
3-La libertad de los mejores: En el polo opuesto a la idea Kantiana de la libertad, encontramos la
crítica de Friedrich Nietzsche (1844-1900), según el cual la vida crea desigualdades y no todos los
individuos pueden ser libres como los héroes griegos o capaces de convertirse en señores por su
potencia vital o su capacidad creadora. Solo llega a ser libre e imponer su voluntad el que actúa por
sobreabundancia, y no por necesidad u obligación, es decir, no por leyes universales. En este
concepto de libertad no tiene cabida la dignidad esencial ni los derechos de los seres humanos.
4-Formalismo Ético existencialista. Según Jean Paul-Sartre (1905-1980), el hombre es
constitutivamente un ser libre. Los seres humanos nos caracterizamos frente a los animales por ser
“necesariamente libres”, ya que nuestra misma estructura biológica nos “obligaría” a serlo; esta
libertad es irrenunciable por cuanto está sujeta al ser como persona. La conocida frase la existencia
precede a la esencia significa que no hay ningún elemento identificador, ninguna propiedad
definitoria que nos permita comprender qué es la naturaleza humana, por lo cual debemos de apelar a
la subjetividad. Para Sartre el hombre es un meramente un proyecto subjetivo abierto, una existencia
por hacer, sin que podamos avanzar un paso más en los atributos del hombre.
El yo, la subjetividad absoluta, es anterior a cualquier acto concreto de la voluntad, sea ésta
individual, subjetiva o universal. Esas determinaciones son posteriores y ya forman parte de un
proyecto inevitablemente en curso.
La existencia del hombre es pura indeterminación, nadificación, sin nada que le oriente. Es una
libertad puramente formal, no determinada por valores, fines o intenciones previas; en la que todo
cabe como proyecto ético irrenunciable: estamos condenados a ser libres. No podemos no elegir
nuestro proyecto. Aunque decidamos que otros, las normas sociales, los sabios, los preceptos
religiosos, elijan por nosotros, estamos ya eligiendo un modo o proyecto de existencia.
La libertad humana
¿Qué podemos concluir de cuanto se ha dicho acerca del concepto de libertad?. En principio, que la
libertad humana, condicionada sin duda por factores biológicos y sociológicos, tienen su base
biológica en la hiperformalización (es el proceso biológico-neuronal por el cual el ser humano
entiende su mundo y lo adapta para hacerle frente. En virtud de ella capta el medio como realidad a
través de su inteligencia, que es una inteligencia sentiente, lo que significa que es capaz de percibir la
subjetividad y responde creando un mundo de posibilidades entre las que ha de elegir y justificar su
respuesta.
Precisamente porque su respuesta no está ya ajustada, tiene que deliberar entre los medios más
oportunos para alcanzar los fines que se propone. De manera que su razón es deliberadora,
prudencial, y su voluntad, libre de elegir en un sentido u otro.
Pero las personas también somos seres autónomos, capaces de darnos nuestros propios fines y leyes, y
capaces de crear ideales humanizadores, de los que no ha habido experiencia empírica. Esos ideales

brotan de una experiencia histórica, que es la del sufrimiento causado por la esclavitud, la opresión, la
explotación de unos seres humanos por otros, y también por la sumisión a las leyes naturales. A partir
de esa experiencia se han diseñado proyectos que promueven valores humanizadores, que se
distancian tanto del colectivismo, que da primacía a la colectividad sobre la persona, como del
individualismo, que potencia la individuo descuidando las relaciones personales. En consecuencia la
libertad humana se consigue a través de proyectos de humanización, tanto personales como
socialmente compartidos.
PROFUNDIZACIÓN –REALIZADA POR EL ESTUDIANTE-
Responde la siguiente pregunta:
¿Todas nuestras actuaciones pueden ser catalogadas como hechos morales?, ¿por qué?.
¿Crees que todas las costumbres de los pueblos son moralmente buenas?, ¿por qué?
EVALUACIÓN
Evaluación del taller
Responde las siguientes preguntas:
1. ¿Son equivalentes los términos "moral" y "ética"?. Explica. Haz una lista de los
problemas que se plantea la ética.
2. Cuales son la fuente de la moralidad?.
3. En qué se diferencia la libertad externa de la libertad interna?.
4. Explique a través de un cuadro suinoptico los planteamientos filosóficos sobre la moral del:
Relativismo, hedonismo, Aristóteles, el utilitarismo, Kant, Sartre, Marxismo, Friedrich
Nietzsche.
5. Imagina los siguientes casos: Analiza la siguiente situación e indica cuáles son actos morales
y por qué:
-¿Si un perro muerde a un niño es un acto moralmente malo? ¿Por qué?
- Un hombre es sorprendido in frangente robando una joyería y es acorralado por la policía. El ladrón
piensa salvarse de la situación a toda costa porque tiene hijos que alimentar y, para poder huir, dispara
y mata a uno de los policías.
-El vendedor de una tienda decide renunciar a su empleo para abrir su propia tienda. Pero antes de
irse, copia todos los correos y números telefónicos de los clientes para enviarles publicidad de su
nuevo negocio.
6. Analiza la siguiente situación y responde: Si un compañero o compañera te invita a robar ¿cuál
sería tu respuesta desde una moral autónoma?
7. Analiza la siguiente situación y responde: Si un compañero o compañera te invita a consumir
drogas ¿cuál sería tu respuesta desde una moral heterónoma?.
Reflexiona y autoevalúate
-Como ha sido mi actitud frente al trabajo?.

-He cumplido mis tareas a tiempo?
-Que aprendí en esta Unidad?.

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