El INE ha revisado los datos del PIB español para los años 2020-2022, elevando las cifras de crecimiento. Según la nueva estimación, en 2021 el crecimiento fue del 6,4% frente al 5,5% inicial, y en 2022 fue del 5,8% en lugar del 5,5%. Esta revisión significa que España recuperó los niveles de PIB previos a la pandemia en 2022, y que el PIB actual es 20.000 millones de euros mayor. Además, ratios como el déficit fiscal y la deuda pública han disminuido l
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DONDE DIJE DIGO, DIGO DIEGO.
Manfred Nolte
La historia del pasado consignada por escribanos del presente se revisa con relativa
frecuencia porque surgen nuevas fuentes, documentos ocultos, cartas o archivos, o
simplemente porque llega otra hornada de profesionales revisionistas y cambia el signo
de los hechos o los matiza sin remilgos. Esa provisionalidad adquiere el rango de
contingencia en el caso de la economía donde todo es modificable y rectificable, no solo
en lo que se refiere a los modelos, doctrinas o teorías sino también a las cifras, a los
porcentajes, a los efectos impacto o inducidos. Lo que hoy se narra de una manera se
cuenta en un breve lapso de tiempo de otra. A veces uno piensa que si el mundo
depende de quién lo relata y cataloga, mejor sería pensar que nada es, que todo está en
cambio permanente (‘panta rei’), como proclamaba el filósofo Heráclito y vivir el día a
día sin cómputos ni comparaciones y por lo tanto sin estadísticas
Lo cual nos lleva a la gran sorpresa producida días atrás por el Instituto Nacional de
Estadística. Algo así como ‘donde dije digo, digo diego’ pero en el ámbito de la variable
de mayor importancia macroeconómica generalmente aceptada en todos los círculos
económicos: el PIB o Producto Nacional Bruto, la generación de bienes y servicios finales
de una economía en un periodo determinado.
El hecho -muy relevante- es que el INE ha recalculado el crecimiento real de la economía
española elevándolo nueve décimas desde el 5,5% al 6,4% en 2021, y tres décimas, del
5,5% al 5,8% en 2022. También retoca el registro del fatídico 2020 subiéndolo una
décima desde el -11,3% al -11,2%. La actualización de la serie de cuentas nacionales para
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los años 2020, 2021 y 2022 conduce a una estimación del PIB anual a precios corrientes
de 1.346.377 millones de euros en 2022, un 1,5% superior al nivel inicialmente estimado.
En ello ha jugado un papel relevante tanto determinados componentes de la demanda
agregada como el deflactor de precios, que habiéndose reducido en algunas décimas
eleva el PIB real.
El retoque, en modo alguno menor, de la serie productiva conduce a algunas
consideraciones correlacionadas. La primera, y reivindicando un lavado reputacional, es
que España deja de ser el único país europeo que en 2022 todavía no había recuperado
los niveles de 2019, fecha anterior a la irrupción de la crisis Covid. España recuperó los
niveles de actividad de 2019 ya en 2022.
La segunda expresa que España es 20.000 millones de euros más rica de lo que se
sostenía, lo que modifica a su vez un número de ratios de relevancia económica. Nos
referimos a todos aquellos cocientes que refieren el PIB en su denominador, y que, en
consecuencia, registrarán una rebaja relativa. Entre ellos el déficit fiscal o el ratio de
deuda que disminuyen ligeramente. El agujero fiscal, en concreto, ha pasado del 10,13%
del PIB al 10,12% en 2020; del 6,87% al 6,79% un año después; y del 4,81% al 4,74% en
2022. La deuda se reduce en 1,6 puntos porcentuales, quedando en el entorno del 110%
del PIB.
La tercera se refiere a la presión fiscal, que divide a los impuestos y contribuciones
sociales entre el PIB. El cociente ha caído en tres centésimas en 2020 hasta situarse en
el 37,66%. En 2021, antes de la revisión del INE, la presión fiscal era del 39,02% y ahora
es 38,53%, una rebaja de 0,49 puntos porcentuales. En 2022, por su parte, la caída es de
0,55 puntos al pasar de una presión fiscal del 38,73% a otra del 38,18%. Con datos
disponibles hasta julio, el IRPF y las cotizaciones sociales crecen al 10%, pero todo lo
demás impuestos aumentan menos, y los impuestos indirectos decrecen. El pronóstico
es de nueva reducción de la presión fiscal en 2023, con la problemática que suscita en su
comparación internacional.
Hay una cuarta información relevante. La distribución factorial del renta se modifica en
favor de las rentas del trabajo. La nueva configuración estadística indica que el peso de
los salarios en el PIB ha aumentado 1,2 Puntos. Entre 2019 y finales del 2022 ha pasado
de representar el 47,8% en lugar del 46,6%, debido a un aumento de la masa salarial de
20.300 millones de euros frente a una baja del 0,2% de rentas empresariales que caen en
1.400 millones de euros. El principal detonador de la masa salarial ha sido la creación de
empleo, aunque, en su proporción también haya que incluir los aumentos de las
retribuciones y el alza del SMI.
El INE ha encontrado errores importantes en dos de los motores de la economía
española: el consumo privado y las exportaciones. También en el consumo público que
sube un 6% sobre las cifras de 2019. La inversión se ha retocado igualmente al alza en un
0,4%.
La noticia, con ser positiva, no debe desviar la atención sobre nuestras debilidades. En la
última década, el PIB de España ha crecido un promedio del 0,8% frente al porcentaje
medio de la Unión Europea del 1,4%. Estas diferencias, sostenidas en el tiempo, acaban
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siendo muy significativas. España sigue a la cola del crecimiento en Europa entre 2019 y
2022. Y llegan tiempos delicados.
LA
ECON
OMIA
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EN
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