1. CENTRO DE ANÁLISIS DE LA REALIDAD EDUCATIVA<br />ACTA FUNDACIONAL<br />A partir del año 2006, con la llamada “Revolución de los Pingüinos”, Chile ha estado sujeto a una serie de manifestaciones estudiantiles que, reconociendo los avances del país en relación al acceso a la educación, han reivindicado la necesidad de una educación pública de calidad. Las exigencias se han centrado en reformas constitucionales que desembocaron en la derogación de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE) y en la promulgación de la Ley General de Educación (LGE) el año 2009. No obstante, las modificaciones, si bien representaron un progreso cualitativo respecto al marco legal anterior, no respondió plenamente a las demandas estudiantiles, ni a los requerimientos de una sociedad que busca alcanzar estándares de calidad comparables a los países desarrollados. Esto, sumado a la llegada al poder de un gobierno con fuertes tendencias privatizadoras el año 2010, gatillaron nuevas movilizaciones a mediados de ese mismo año – si bien debe reconocerse que este gobierno marcó una cierta continuidad de las políticas educativas de los gobiernos anteriores. El año 2011 marcó el inicio de una radicalización de estos movimientos, que agruparon tanto a estudiantes secundarios como terciarios, con demandas que en el caso de los universitarios se centraron en tres puntos fundamentales:<br />Aumento del aporte basal del Estado a las universidades pertenecientes al Consorcio de Universidades Estatales (CUE);<br />Democratización interna de las instituciones de educación superior, especialmente en cuanto a la derogación del DFL-2, que prohíbe la participación de estudiantes en las elecciones y decisiones de los cuerpos colegiados de las universidades;<br />El fin al lucro, muy especialmente de los planteles privados de nuestro país, aunque no se desconozca que esta práctica es generalizada en el sistema educacional superior chileno.<br />La región de la Araucanía se caracterizó por una adhesión tardía a este movimiento, y la única universidad estatal con presencia en esta región, la Universidad de La Frontera, actuó de forma rápida y en función de la contingencia, sin un trabajo previo potente como el que caracterizó el proceso de otras universidades del país – actuación que pronto desembocó en una “toma” por parte de algunos de sus estudiantes. Sin embargo, ha carecido de la reflexión crítica y sistemática requerida para avanzar hacia propuestas sustantivas que fortalezcan el movimiento estudiantil regional, aportando ideas y soluciones al movimiento nacional. Adicionalmente, los mecanismos de representatividad no permiten la participación activa de buena parte del estudiantado, alienando una fuerza potencialmente positiva para abordar las demandas antes mencionadas.<br />En función de este complejo escenario, y específicamente desde la carrera de Psicología de la Universidad de La Frontera, algunos estudiantes plantean la necesidad de ampliar el horizonte, y trabajar desde una mirada más crítica e inclusiva en el análisis de la realidad educativa nacional, con el fin de entregarle bases sólidas y fundadas al movimiento estudiantil actual desde la Región. Es en este espíritu que se funda el Centro de Análisis de la Realidad Educativa (CARE), por iniciativa personal de algunos de estos estudiantes que no se sentían identificados ni representados por la dirección que estaba tomando la movilización regional – amén de la justificación del uso de la violencia por parte de un grupo minoritario de estudiantes de dicha Casa de Estudios.<br />Este Centro se rige por los siguientes principios:<br />La necesidad urgente de contar con un grupo de actores del sistema que ANALICEN el contexto educacional del país, poniendo a disposición de la comunidad información crítica y responsable, elaborada en forma seria y sistemática, cumpliendo con los estándares de cualquier publicación científica.<br />El rechazo absoluto a toda forma de violencia, sea por acción u omisión. Entendemos que el tránsito hacia una sociedad más justa e igualitaria NO PUEDE ser mediado por actos que atentan contra la dignidad de las personas, sin importar su orientación ideológica.<br />La responsabilidad de generar una mirada comprensiva, profesional, y multidisciplinaria de las necesidades educativas regionales que aporte al debate nacional.<br />La inclusión sistémica de los diversos actores involucrados que debe imperar en una reforma educacional que apunte al progreso del país.<br />El desarrollo de un país se mide necesariamente por la calidad y equidad de su sistema educacional, y por el compromiso incondicional de sus gobernantes a hacer respetar el derecho a la educación, tanto a nivel del ingreso al sistema, como en la permanencia y egreso de éste.<br />Se abre la invitación a participar de este Centro a todos aquéllos actores que compartan estos principios guías.<br />En Temuco, 04 de Julio de 2011<br />