Transcripciones Estudiantes de la Biblia Carta del apóstol Pablo a los romanos verso x verso

1. Estudiantes de la Biblia
Carta a los romanos
Verso x Verso. Capítulo 7
Por: Humberto Rendón Rojas
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Autor del comentario: Humberto Rendón Rojas
Transcripción: Humberto Rendón Rojas
Revisión: Esli Fabiola Resendiz Domínguez
Capítulo 7 Cuando cumplir la ley, lleva fruto de muerte
Continuando con el análisis de la carta del apóstol Pablo a los romanos, el
apóstol continúa en la trayectoria de lo que representa el aspecto espiritual
en la vida de todo creyente, exponiendo la naturaleza del hombre que es
dominado por la ley del pecado y por otro lado el aspecto espiritual de la ley
de Dios que es santa y que en nuestra conciencia en verdad queremos
obedecer.
En este capítulo vamos a confirmar una vez más que a partir de la venida de
Yeshúa, la forma en que se cumpliría la ley del Señor cambiaría, así como lo
ha estado explicando Pablo al decir que …Pero gracias a Dios, que, aunque
erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón (por impulso
espiritual) a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados…
La disertación de Pablo se va a enfocar en la condición de contrariedad en la
que el propio hombre se encuentra una vez que ha experimentado el querer
obedecer por amor al Señor (a su ley) pero que a la hora de vivir su vida
cotidiana se encuentra con un gran problema, su propia carnalidad. Es decir,
una vez que las personas conocen la obra redentora de Yeshúa y las palabras
del Padre como una forma correcta de vivir, se encuentran que por ellos
mismos y no por alguien más, son incapaces de cumplir cabalmente con la
voluntad del Señor, lo cual al no ser entendida esta dinámica del propio ser
humano, puede traer terribles consecuencias al declinar en su perseverancia
en su camino de la santidad;
Romanos 7.- 1 ¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que conocen
la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?...
Aquí Pablo comienza a hablar de la naturaleza humana del hombre que es la
que vive, la carne, aquello que en sí misma trae la consecuencia del pecado
original, esa es la razón por la que la ley se enseñorea del hombre pero en ese
sentido, por cuanto que el motivo de la ley de Dios es precisamente contener

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el instinto natural, el instinto animal, la ley se enseñorea del instinto natural
del hombre, aquello que fue antes que lo espiritual en el hombre:
● 1 Corintios 15.- 44 Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo
espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual. 45 Así también
está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer
Adán, espíritu vivificante. 46 Mas lo espiritual no es primero, sino lo
animal; luego lo espiritual…
Por eso la pregunta del apóstol Pablo está dirigida a las personas que ya
conocen la ley y que la cumplen porque son ellos los que experimentan en
carne propia las dificultades de poder cumplir la ley solo en la carne cuando
no se cumple de todo corazón, por amor, en el espíritu.
Y en seguida Pablo va a hablar de forma alegórica de la relación entre el
hombre y la mujer en el matrimonio citando el mandamiento del capítulo 24
del libro de Deuteronomio, para explicar la forma en que interactúa el hombre
ante la ley en dos circunstancias distintas, en la carne y en el espíritu;
Romanos 7.- 2 Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido
mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del
marido…
Vamos desglosando la disertación de Pablo para ir entendiendo la analogía
que esta usando Pablo, al decir que si el marido muere la mujer queda libre de
la ley del marido se refiere al lazo que la une con el marido así que veamos lo
que dice el mandamiento que refiere:
● Deuteronomio 24.- 1 Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella,
si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le
escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá
de su casa. 2 Y salida de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre. 3
Pero si la aborreciere este último, y le escribiere carta de divorcio, y se
la entregare en su mano, y la despidiere de su casa; o si hubiere muerto
el postrer hombre que la tomó por mujer, 4 no podrá su primer marido,
que la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer, después que

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fue envilecida; porque es abominación delante de Jehová, y no has de
pervertir la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad…
La hipótesis que presenta el mandamiento nos habla de dos posibilidades, la
carta de repudio y la muerte del marido, dos casos en que una vez que
sucedan, la mujer puede volverse a casar por cuanto que el yugo, el lazo, la
ley del marido ya no la une al marido muerto.
Ahora bien, en esta analogía es importante que tengamos en nuestra mente
que Pablo está hablando del pueblo de Dios como la mujer, ahora bajo esta
perspectiva continuemos entendiendo las palabras de Pablo;
Romanos 7.- 3 Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será
llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal
manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera…
Pablo está describiendo el mandamiento de Deuteronomio capítulo 24, solo
que nosotros debemos enfocar este discernimiento en relación al pueblo, a
nosotros, es decir, que Israel fue llamada por el Señor adúltera por cuanto que
se fue con otros amantes, con otros dioses, Israel (la casa del norte y la casa
del sur) fue infiel a Dios, por eso el Señor le reclamó su adulterio por medio de
los profetas.
Pero resulta que vino Yeshúa y murió, ¿Qué pasó con Israel? Cambió su
condición de adulterio por cuanto que su Señor murió, Jesucristo murió en la
cruz, pero resucitó y al haber resucitado entonces la mujer que ya no tenía la
condición de adúltera se volvió a casar ¿Con quién? Con el Señor resucitado,
que no es el mismo, sino un nuevo Señor.
Yeshúa cumplió el mandamiento de ser el marido que murió para que Israel
dejara de tener la condición de adúltera, por eso, hoy en día, la nación de
Israel se está constituyendo de todo aquel que en verdad está siendo fiel y
todos aquellos que no son fieles al Señor no son parte en realidad del pueblo
de Dios, no son parte de la esposa, por eso dijo Pablo que la esposa (Israel)
que se une a otro marido no es llamada adúltera.
En ese entendido la mujer, el Israel de Dios ahora es de la ley de este nuevo
esposo, de Jesucristo Resucitado. El pueblo que es la esposa en esta analogía

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antes de la muerte de Yeshúa estaba bajo la ley de la carne queriendo
obedecer a Dios en sus propias fuerzas y por sus propios méritos pero no en
el espíritu ni por amor, ya que obedecer la ley de esa manera en las propias
fuerzas es pretender obedecer a Dios en algo que está ligado al pecado, esto
es, la carne.
Y en seguida Pablo se refiere al pueblo en la explicación de esta analogía
confirmando que está hablando de la muerte y la resurrección de Jesucristo;
Romanos 7.- 4 Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley
mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los
muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. 5 Porque mientras estábamos
en la carne, las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en
nuestros miembros llevando fruto para muerte…
Hablando de la condición anterior, Pablo se refiere a la manera de vivir
conforme a la vieja naturaleza, una condición en que al conocer la ley, más
consientes eran las personas de que por más que se esforzaran, sus frutos
eran para muerte por que la forma de cumplir la ley les llevo a querer
perfeccionar su cumplimiento al grado de crear muchas leyes que terminaron
por hacer que el fruto de todo ese esfuerzo en la carne fuera para muerte,
estamos hablando de las leyes tradicionales del pueblo judío que conocían la
ley como se refirió Pablo al inicio de este capítulo, por eso Pablo se consideró
muerto para esa ley que solo era fruto de un esfuerzo en la carne:
● Gálatas 2.- 19 Porque yo por la ley soy muerto para la ley, a fin de vivir
para Dios…
De manera que Pablo está colocando al nivel de un fruto de muerte las obras
de la ley que, al ser cumplidas en la carne y no en el espíritu, eso era toda la
diferencia.
Otra manera un poco mas simple de entender que hemos muerto a la ley
mediante el cuerpo del Mesías Yeshúa es enfocando la vida sin la ley de Dios
y viviendo conforme al puro instinto natural, lo cual, deriva de la condición de
pecado natural en la carne, entendiendo esa condición como la ley del pecado
de muerte;

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Y enseguida Pablo nos confirma que como él lo dijo en su carta a los gálatas,
debemos considerarnos muertos por la ley que cumplíamos en la carne para
ser libres de esa ley y entonces cumplir la ley de Dios pero en obediencia y por
amor, por el espíritu;
Romanos 7.- 6 Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para
aquella en que estábamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen
nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra…
El concepto de régimen tiene que ver con un conjunto de normas o reglas que
reglamentan o rigen cierta cosa, es decir, una forma de gobierno. Así que si
estamos hablando de la Palabra del Señor, Pablo al hablar de régimen tiene
que ver con la ley de Moisés
Así es que Pablo está hablando de cumplir o no cumplir, pero habla de la
misma ley, la Palabra del Señor, por eso se refiere a la ley como un nuevo
régimen al que debemos someternos y no a la forma de régimen en que solo
se enfocaba en la letra, lo que él llamó: el régimen viejo de la letra, sino al
régimen nuevo del Espíritu. Y más adelante vamos a confirmar que Pablo
jamás dijo que no cumpliéramos la ley, sino que él habló de cumplirla de una
forma distinta, por amor y en el espíritu;
Romanos 7.- 7 ¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera…
Por supuesto que la ley no es pecado, pero al cumplir la ley de forma religiosa
y no con una convicción real, entonces nosotros cometemos pecado al
cumplirla de esa forma;
Romanos 7.- 7… Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco
conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. 8 Mas el pecado,
tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque
sin la ley el pecado está muerto…
Al conocer que hay una ley que describe y sanciona la codicia, en ese
momento me doy cuenta de que casi siempre codicio, pero no por la ley, sino
por mi naturaleza pecaminosa;

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Romanos 7.- 9 Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el
mandamiento, el pecado revivió y yo morí…
Entonces nos dimos cuenta de que estábamos muertos en nuestros delitos y
pecados, porque conocimos la ley. Así es que a partir de que conocemos la ley
iniciamos un proceso realmente muy largo de depuración de infinidad de
conductas que sin saber que eran pecado, las hacíamos todo el tiempo;
Romanos 7.- 10 Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí
me resultó para muerte; 11 porque el pecado, tomando ocasión por el
mandamiento, me engañó, y por él me mató…
El apóstol Pablo tomó la analogía del matrimonio para describir la relación
entre Dios y su pueblo, estableciendo un parteaguas a partir de la venida de
Yeshúa en que cumplió el propósito de todas las profecías que hablan de la
restauración de Israel, por eso Pablo habla de una condición que debe asumir
la esposa, el Israel de Dios acerca de una forma totalmente diferente de vivir
la fe, bajo el compromiso de recibir de parte del Espíritu de Dios la capacidad
para vivir bajo un régimen nuevo en el Espíritu y ya no solamente de una forma
legalista y religiosa como él mismo describió como el viejo régimen de la letra.
Pablo al hablar de este tema habla de sí mismo en las diversas hipótesis que
describe al grado de decir que vivía sin ley, como una clara referencia al
tiempo en que vivió bajo la ley de la tradición de su pueblo.
En ese sentido es claro que no es lo mismo cumplir el mandamiento conforme
a la letra de la ley, que cumplir el mandamiento conforme al espíritu de la ley
Romanos 7.- 12 De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento
santo, justo y bueno…
¿Alguna duda de si Pablo en algún momento dijo que no cumpliéramos la ley?
Pablo antes de ser llamado por Yeshúa era celoso de la ley tradicional, pero
cuando tuvo la revelación del Mesías acerca de cómo debería entender la ley
del Padre, entonces Pablo amó la ley del Señor, por eso dijo que la ley es santa
y el mandamiento santo, justo y bueno, ¿Acaso no son esos los atributos que
anhelamos en nuestras vidas?

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Romanos 7.- 13 ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En
ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí
la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el
pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso…
La evidencia por contraste; era necesario que en nuestros espíritus
pudiéramos tener la conciencia de lo alejados que estábamos del Señor y de
su santidad y de todo lo bueno que Él representa para darnos cuenta de que
estábamos muertos en vida, en una condición similar a la de aquellos leprosos
que era posible ver inclusos los huesos de sus rostros y su piel cayéndose a
pedazos, así nos vimos cuando fuimos consientes de la santidad de aquel que
murió por nosotros… ¿Cómo no amarlo a Él, cómo no amar su ley?
Porque haber tenido la posibilidad de vernos en esa condición de inmundicia
en nuestras vidas, fue lo que nos dio la oportunidad de cambiar, porque ahora
sabemos que queremos una vida mejor;
Romanos 7.- 14 Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal,
vendido al pecado. 15 Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo
que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago…
Ahora que has cambiado de vida, aborreces todo aquello que te mantenía
cautivo en el pecado, en la transgresión, en pocas palabras, aborreces el
pecado de forma general, pero por cuanto que estas en una condición en la
carne, como dice Pablo, vendido al pecado, entonces de forma inconsciente
haces cosas de las que después te arrepientes porque te das cuenta de que no
debiste hacer esto o aquello;
Romanos 7.- 16 Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es
buena…
Por supuesto que debes aprobar que la ley es buena porque es la ley la que te
permite corregir tus pasos;
Romanos 7.- 17 De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el
pecado que mora en mí…

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Bueno, no se trata de echarle la culpa al pecado o al diablo de las cosas que
haces que están mal, de ninguna manera, sino que debemos asumir con
responsabilidad nuestros actos.
Pablo en este momento vuelve a hablar de esta doble condición que tenemos,
una condición en la carne y una condición espiritual, ya que espiritualmente
sabemos que queremos hacer lo bueno, pero nuestra condición en la carne
nos impide exteriorizar lo que sabemos que debemos hacer porque es bueno;
Romanos 7.- 18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien;
porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19 Porque no hago el
bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago…
Un ejemplo muy simple de esto podría ser el siguiente: Vas caminando por la
calle y vez a una mujer anciana pidiendo caridad, ayuda sentada en la acera,
tú quieres ayudarla porque la vez que es una mujer anciana y quizás no puede
trabajar, pero conforme te vas acercando te acuerdas que te hace falta
comprar algo en la tienda y pasas de largo… Porque no hago el bien que quiero,
sino el mal que no quiero, eso hago… Y cuando reflexionamos en lo que
hicimos, nos sentimos miserables;
Romanos 7.- 20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado
que mora en mí. 21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el
mal está en mí. 22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de
Dios…
Según mi condición espiritual me deleito en la ley de Dios, por supuesto que
amamos su ley;
Romanos 7.- 23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la
ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis
miembros. 24 ¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de
muerte? 25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo
mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del
pecado.

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Otra versión de este último versículo dice así:
…Solamente Dios, a quien doy gracias por medio de nuestro Señor
Jesucristo. En conclusión: yo entiendo que debo someterme a la
ley de Dios, pero en mi debilidad estoy sometido a la ley del
pecado…
Versión Dios Habla Hoy DDH
Una estrategia de guerra consiste en conocer al enemigo para poder
contender contra él, así es que es mejor ser conscientes de la debilidad que
tenemos en la carne, sabiendo que nuestra naturaleza es nuestro propio
enemigo, para que de esa manera tengamos una vida cada vez más consciente
de lo que hacemos o dejamos de hacer, sabiendo de antemano que hemos
recibido lo necesario para ser vencedores, porque la única manera de vencer
al pecado es aprendiendo cada día a vivir en el espíritu.