Le dicen sus discípulos: Ahora sí que hablas claro, y no dices parábolas. Sabemos ahora que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por esto creemos que has venido de Dios.”
Jesús les respondió: “¿Ahora creéis? Mirad que llega la hora (y ha llegado ya) en que os dispersaréis cada uno de vuestro lado y me dejaréis solo, pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero, ¡ánimo!: Yo he vencido al mundo.”
Época colonial: vestimenta, costumbres y juegos de la época
Yo he vencido al mundo
1.
2.
3. En la Última Cena Jesús en íntima confidencia ha
revelado a sus discípulos los grandes misterios sobre su
persona misma, sobre su misión redentora, su triunfo
definitivo sobre el demonio y el mundo, sobre su
permanencia en ellos y con ellos después de su victoria.
Les ha prometido dones extraordinarios.
4.
5. Pero en el momento de la terrible prueba por la que
Jesús pasa, los apóstoles perderán la fe y lo
abandonarán, dispersándose cada uno por su lado.
Jesús sabe que sus apóstoles son débiles, pero
después de su resurrección se mostrarán
arrepentidos, recobrando la fe y la esperanza
perdidas. Posterior a Pentecostés se robustecerá su fe
a tal grado que no dudarán en dar su vida por él.
6. El Señor Jesús no les echa en cara su abandono, su
pecado y sólo les aconseja que no deben fiarse de sí
mismos que ellos, que se creen tan seguros en su fe, le
abandonarán dentro de muy poco, cuando llegue su
hora, que es ya tan eminente que puede decir “ha
llegado ya”. La pregunta que les hace “¿ahora creéis?”,
quiere significar la paradoja de esa fe que profesa y la
eminencia del abandono en que le van a dejar.
7.
8. Esta presencia del Padre en el Hijo, es una
comunicación continua entre ellos y que revela el
misterio de la divinidad de Cristo. La conciencia de la
presencia del Padre en él y esa comunicación constante
con su Padre en amor y obediencia, es lo que le dará
fortaleza para buscar en todo la gloria de su Padre y
hacer siempre lo que a él le agrada.
Las últimas palabras de la conversación de Jesús con
sus apóstoles, son de despedida, exhortación y
consuelo. Él les ha dicho que perderán la fe pero
luego les dice que no se desanimen por esa caída. Que
se levanten y regresen a él, pues sólo en él
encontrarán de nuevo la paz.