1. CONSIDERACIONES SOBRE LA JORNADA ÚNICA
En los últimos años, la jornada única, se ha constituido en uno de los principales problemas que
vienen afrontando las comunidades educativas por su implementación sin mayores garantías de
bienestar para los estudiantes, la falta de plantas físicas adecuadas y la tensión laboral que genera
la flexibilización de horarios y los abusos que vienen cometiendo algunos entes territoriales y
rectores que se han embarcado en dicho experimento.
¿Qué es la jornada única?
La jornada Única es definida por el MEN como “una jornada escolar de 7 horas para preescolar, 8
horas para primaria y 9 horas para secundaria y la media, en la cual los estudiantes adelantan
actividades que hacen parte del plan de estudios del establecimiento educativo” (MEN, 2014)
definición que, al limitarse a unos parámetros de horas de clase, tiende a invisibilizar las
problemáticas y asuntos de fondo que esta supone.
Para aproximarse a qué es la jornada única y superar la invisibilización que la definición oficial hace
de los problemas ligados a ella, un buen punto de partida es contrastarla con otros programas que
en diferentes momentos han desarrollado algunos entes territoriales e instituciones educativas, como
lo son: la Jornada complementaria, en la cual se desarrollan actividades de carácter cultural,
deportivo y recreativo que complementan la formación del estudiante cuya participación es voluntaria
y que suele ser impulsado por entes territoriales como parte de sus políticas de promoción social y la
Jornada extendida, entendida como tiempo extra a la jornada escolar, donde se abordan asignaturas
de formación, que responden a las particularidades del PEI, ejemplo medias técnicas, que se
adoptan de forma autónoma por cada Institución de acuerdo a sus características y necesidades de
la comunidad educativa, como se puede observar ambas son resultado del análisis y desarrollo
práctico, bien sea de la política educativa del ente territorial o del proyecto educativo de la institución,
contrastando con la Jornada Única del MEN que no surge de la necesidad y voluntad de la
comunidad educativa y no responde a un desarrollo práctico del proyecto educativo Institucional.
Origen/Justificación De La Jornada Única
El origen de la política de jornada única, poco tiene que ver con un interés del gobierno por el
desarrollo de actividades de índole deportivo, cultural y artístico como complemento a la formación
académica,
Por el contrario, es un simple aumento de horas de clase, con miras a responder a la coyuntura de
los “malos resultados” en las cuestionadas pruebas estandarizadas PISA-OCDE.
Se lanzó en el marco del proceso electoral de las presidenciales del 2014 con claros visos de
populismo, y complementando la campaña de desprestigio del magisterio colombiano frente a la
2. opinión pública, y al día de hoy, mantiene el gobierno el esfuerzo por implementarla, sin las garantías
necesarias, pese al rechazo de las comunidades, haciendo parte incluso del Plan Nacional de
desarrollo. (Ley 1753, Art. 57) y desarrollada en el decreto 501 de 2016.
Jornada Única, Pisa Y Pérdida De Soberanía En La Política Educativa
El país cede su soberanía en términos de diseño y desarrollo de la Política Educativa Nacional,
renunciando al análisis profundo de la realidad educativa colombiana y arrasando de paso con la
autonomía institucional, en tanto: 1. Apunta a convertir el sistema educativo público en un enorme
“instituto de pre-icfes, pre-pisa”, como ya lo son, lamentablemente muchos colegios con el
beneplácito de directivos y docentes, que han caído en la reificación de las pruebas estandarizadas,
han convertido los resultados de estas, en la razón de ser de sus colegios. 2. La propuesta de
jornada única, no toma en cuenta los problemas estructurales de la educación y de la sociedad
colombiana, como aquello que se debe abordar en primera instancia para transformar la vida de los
niños y jóvenes que hacen parte del sistema educativo oficial, como en el discurso pretende el MEN.
Jornada Única Y Cuerpo Docente
Peligroso Autoengaño: las esperanzas de algunos compañeros, de que junto a la aplicación de la
jornada se vería un “jugoso” aumento salarial, pero como se ha visto, eso fueron solo inocentes
ilusiones de algunos crédulos.
El MEN señala claramente que “Uno de los principales cuellos de botella que tienen las entidades
territoriales para implementar la jornada única es la planta docente”
Para romper ese “cuello de botella” el MEN presenta como principal alternativa, en tanto es la más
cercana a sus cálculos económicos, la denominada Eficiencia de la planta docente, que no es otra
cosa que hacer más con menos por medio del aumento de estudiantes por aula y de horas de clase
por profesor, lo cual como se ha dicho, no implica ninguna inversión extra por parte del Estado, sino
el explotar al límite la precaria planta física existente y la fuerza laboral docente oficial.
En segundo lugar, aparece la alternativa de las horas extra, opción perversa en su mensaje oculto:
La hora extra es mal paga e implica agotamiento laboral, se recurre a ella por necesidad económica
y no porque sea un verdadero estímulo, lo mismo que el trabajo en contrajornada en el sector
privado. Más grave aún, es que al sumar la asignación salarial más esas horas extra de la jornada
única, el Gobierno podrá anunciar con bombos y platillos que el ingreso de los docentes ha
aumentado, ocultándose así que el salario base sigue siendo deficitario respecto a los profesionales
de otros gremios y podrá el MEN pretender así zanjar de un solo tajo el debate sobre la
profesionalización docente y la nivelación salarial del magisterio.
Vulneración A La Autonomía Institucional
La designación de las Áreas a ser trabajadas en las horas extras de la jornada única, supone una
clara violación a la autonomía institucional, en la medida en que no obedece a un análisis y
diagnóstico de las necesidades institucionales y no toma en cuenta los órganos de participación y
3. gobierno escolar, constituyéndose en un apéndice del PEI y del currículo existente, implantado allí
verticalmente por el MEN.
Jornada Única Y Seguridad
Desde algunos sectores, se viene proponiendo la jornada única como complemento a políticas de
seguridad ciudadana, lo cual supone dos grandes problemas:
1. Tratar al estudiante, al joven en general, como “enemigo interno” como problema de seguridad
a ser contenido.
2. Y en consecuencia asumir las instituciones educativas como centros de contención social.
Finalmente la forma como se viene ejecutando, perjudica la vida institucional, los procesos
formativos de los estudiantes, viola la autonomía institucional y no responde a las necesidades de las
comunidades educativas, pues entre otros aspectos, no toma en cuenta la capacidad instalada de
los colegios o si ya tienen varias jornadas, no garantiza las condiciones de bienestar para los
estudiantes, trae consigo problemas de convivencia, manejo administrativo, riesgos a la integridad
física de los menores, malestar laboral, estrés y problemas de salud para los docentes por la
variabilidad de los horarios de alimentación, descanso y sueño, así como perjuicios para sus familias
y sus proyectos de vida, entre otros.
Por todo lo expuesto considero que la jornada única, como viene siendo propuesta por el MEN y la
forma como se viene desarrollando, debe ser rechazado con firmeza, los docentes no debemos
prestarnos a ser los peones de la improvisación del Ministerio, docentes y directivos no debemos
caer en el juego del “tape, tape” escondiendo los problemas de dicho programa; las comunidades
educativas: padres de familia, docentes y estudiantes, debemos construir y defender una formación
integral, que fortalezca dimensiones del ser humano, que vallan más allá de la preparación pre-icfes
pre-pisa que plantea el MEN, que fortalezca aquellos aspectos que cada comunidad identifique como
necesarios e importantes para su proyecto de vida comunitario y que finalmente fortalezca la
educación pública del país.
Jesús Alejandro Villa
Delegado ADIDA
Nuevos Maestros por la Educación