INTRODUCCIÓN
La histocompatibilidad tiene una función importante, es el que permite el desarrollo de las respuestas inmunitarias, ante la presencia de sustancias extrañas el sistema inmunitario responde correctamente en la defensa del huésped, existe dos tipos de complejo mayor de histocompatibilidad: los antígenos mayores de histocompatibilidad donde se encuentra el MHC o en humanos el antígeno leucocitario humano (HLA) y los antígenos menores de histocompatibilidad que son H-Y, HA-1, GSST; que principalmente son reconocidos por los linfocitos T citotóxicos.
La principal característica de estos genes es su elevado polimorfismo, esto es, la presencia de una gran cantidad de variaciones en cada uno de los individuos. La importancia fisiológica del MHC fue establecida casi dos décadas posteriores a su descubrimiento en 1940, cuando se observó su papel en la respuesta a inmunizaciones. Posteriormente se han descubierto múltiples funciones biológicas, entre las más importantes está la presentación antigénica, su papel en la inmunobiología del trasplante, la formación del repertorio de células T y la autoinmunidad.
Es importante conocer estas clases de moléculas de HLA ya que intervienen en la compatibilidad del trasplante como son HLA-DR, HLA-BA Y –A mientras más parecidos sean del donante y receptor habrá menos riesgo de incompatibilidad y el trasplante sería un éxito, gracias al avance que la ciencia y tecnología es posible que no sea rechazado por el receptor, además de activar la defensa del huésped puede generar enfermedades, alterando la salud del paciente.1
¿QUÉ ES EL ANTÍGENO LEUCOCITARIO HUMANO (HLA)?
En los seres humanos, el CMH (llamado HLA, Human Leucocyte Antigens) es un sistema de genes que ocupa 3,5 x 106 pares de bases de DNA en el brazo corto del cromosoma 6 y codifica la síntesis de una gran cantidad de moléculas involucradas en el procesamiento y presentación de antígenos y, por tanto, en los mecanismos fundamentales de reconocimiento del sistema inmune, incluyendo el rechazo de trasplantes.2 El CMH es,
HISTOCOMPATIBILIDAD TOLERANCIA HÍSTICA ENTRE EL DONANTE Y EL RECEPTOR DEL INJERTO.
1. HISTOCOMPATIBILIDAD
TOLERANCIA HÍSTICA ENTRE EL DONANTE Y EL RECEPTOR DEL
INJERTO.
AUTOR: KARLA JANNETH TERÁN CHAMORRO
Escuela de Medicina. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Técnica de Manabí.
Portoviejo, Ecuador
INTRODUCCIÓN
La histocompatibilidad tiene una
función importante, es el que
permite el desarrollo de las
respuestas inmunitarias, ante la
presencia de sustancias extrañas el
sistema inmunitario responde
correctamente en la defensa del
huésped, existe dos tipos de
complejo mayor de
histocompatibilidad: los antígenos
mayores de histocompatibilidad
donde se encuentra el MHC o en
humanos el antígeno leucocitario
humano (HLA) y los antígenos
menores de histocompatibilidad que
son H-Y, HA-1, GSST; que
principalmente son reconocidos por
los linfocitos T citotóxicos.
La principal característica de estos
genes es su elevado polimorfismo,
esto es, la presencia de una gran
cantidad de variaciones en cada
uno de los individuos. La
importancia fisiológica del MHC fue
establecida casi dos décadas
posteriores a su descubrimiento en
1940, cuando se observó su papel
en la respuesta a inmunizaciones.
Posteriormente se han descubierto
múltiples funciones biológicas, entre
las más importantes está la
presentación antigénica, su papel
en la inmunobiología del trasplante,
la formación del repertorio de
células T y la autoinmunidad.
Es importante conocer estas clases
de moléculas de HLA ya que
intervienen en la compatibilidad del
trasplante como son HLA-DR, HLA-
BA Y –A mientras más parecidos
sean del donante y receptor habrá
menos riesgo de incompatibilidad y
el trasplante sería un éxito, gracias
al avance que la ciencia y
tecnología es posible que no sea
rechazado por el receptor, además
de activar la defensa del huésped
puede generar enfermedades,
alterando la salud del paciente.1
¿QUÉ ES EL ANTÍGENO
LEUCOCITARIO HUMANO (HLA)?
En los seres humanos, el CMH
(llamado HLA, Human Leucocyte
Antigens) es un sistema de genes
que ocupa 3,5 x 106 pares de bases
de DNA en el brazo corto del
cromosoma 6 y codifica la síntesis
de una gran cantidad de moléculas
involucradas en el procesamiento y
presentación de antígenos y, por
tanto, en los mecanismos
fundamentales de reconocimiento
del sistema inmune, incluyendo el
rechazo de trasplantes.2
El CMH es,
2. por tanto, esencial en los procesos
de defensa del organismo. Los
marcadores de este sistema
señalan sólo los antígenos a los
cuales un individuo es capaz de
responder, sino también qué tan
fuertemente puede hacerlo. Estas
moléculas, además, permiten a las
células inmunes el reconocerse y
comunicarse unas con otras.
De manera original el MHC en
humanos fue caracterizado
mediante el estudio de los glóbulos
blancos, de ahí el nombre de
antígenos de leucocito humano
(HLA).
Las moléculas del sistema HLA son
de tres tipos distintos:
Clase I, están codificadas en los
locus A, B y C.
Clase II, en los locus DR, DP y DQ.
Clase III, en los locus C2, C4 y Bf.
Todo el sistema HLA se halla
codificado en el brazo corto del
cromosoma 6.3
CARACTERÍSTICAS DEL MHC
Expresión: Moléculas
glicoproteicas unidas a la
membrana celular.
Polimorfismo: Dentro de una
población hay formas
alternativas múltiples de un gen,
(se conocen aproximadamente
325 alelos para el gen A, 592
para el By, 175 PARA EL c) las
proteínas codificadas, también
son diferentes entre los
individuos de una misma
especie.
Codominancia: El individuo
expresa simultáneamente los
genes de ambos padres. En la
superficie de la célula se
encuentra el producto de seis
alelos procedentes del padre y
seis de la madre.
La traducción de cada gen del
sistema HLA da lugar a una
proteína homogénea en la que se
intercalan algunas regiones muy
variables y polimórficas que reciben
el nombre de epítopos y que se
comportan como aloantígenos.
Cada epítopo o combinación de
epítopos es específico de cada
alelo, pero algunos alelos de los
distintos locus pueden compartir
epítopos.5
Estos motivos
compartidos explican las relaciones
que tienen entre sí determinadas
especificidades (divisiones o splits,
grupos de reacción cruzada,
antígenos públicos) y deben tenerse
en cuenta en la interpretación de los
estudios de anticuerpos y en la
selección de donantes.
Los antígenos de clase I aparecen
en casi todas las células nucleadas
del organismo, en tanto que los de
clase II se limitan a las células
encargadas de la presentación de
3. antígenos: linfocitos B, macrófagos
y células dendríticas,
principalmente. Las moléculas de
clase I se especializan en presentar
los péptidos procesados a los
linfocitos T CD8, mientras que las
de clase II los presentan a los CD4.
TOLERANCIA EN EL
TRASPLANTE
La tolerancia en el trasplante puede
definirse de dos maneras
complementarias: la tolerancia
clínica o funcional, que es la
supervivencia de un órgano o tejido
ajeno (alogénico o xenogénico) en
un receptor normal en ausencia de
inmunosupresión, y la tolerancia
inmunológica, que es la ausencia de
una respuesta inmunitaria
detectable a un órgano o tejido
funcional en ausencia de
inmunosupresión.6
Se han efectuado experimentos en
los que se ha inducido la tolerancia
a aloantígenos en modelos
animales. La mayoría se
fundamenta en remedar los
mecanismos fisiológicos de
inducción de tolerancia a los
antígenos propios. Para ello, se
destruyen las células maduras del
sistema inmunológico y se obliga a
las células inmaduras a madurar en
presencia del aloantígeno. El
aloantígeno puede ser administrado
en forma de péptidos solubles, por
transfección génica a las células de
la médula ósea del receptor, dentro
del timo, etc. Todos estos
mecanismos son relativamente
ineficaces en seres humanos.7
Por
otra parte, también es cierto que
algunos pocos de los receptores de
trasplantes que dejan de tomar
inmunosupresores años después de
realizado el injerto mantienen la
funcionalidad del injerto.
Por el momento no se sabe cómo
predecir qué receptores no
rechazarán el injerto aunque
abandonen la inmunosupresión ni
cuáles son los factores que
determinan la ausencia de rechazo.
A principios de los años noventa, la
teoría del microquimerismo recibió
mucha publicidad. Esta teoría se
basa en el hallazgo de células
dendríticas del donante en el bazo y
la piel de receptores de trasplante
con órganos que han mantenido la
funcionalidad durante muchos
años.8
Se emitió la hipótesis de que
estas células actuarían como
supresoras de la respuesta
derechazo. Es posible sin embargo
que la presencia de estas células no
sea la determinante de la
aceptación del órgano sino quesea
más bien una consecuencia de la
buena aceptación de éste. Esta
controversia está sustentada en
reportes de rechazos de injertos en
presencia de microquimerismo y
supervivencia del injerto en
ausencia de microquimerismo.9
La respuesta linfocitaria depende no
sólo de la interacción del antígeno
con el TCR sino también de las
señales accesorias que recibe el
linfocito T a través de la célula
presentadora del antígeno durante
esta interacción. Estas señales
pueden determinar que el linfocito T
prolifere, muera por apoptosis o
4. pasea un estado de anergia clonal,
con incapacidad para responder al
mismo antígeno en el futuro.10
Los trasplantes de órganos varían
en cuanto a sus requerimientos de
histocompatibilidad, desde el
trasplante de médula ósea que
requiere una histocompatibilidad
estricta, hasta el trasplante de
hígado, en el cual, entre otros
factores, la urgencia clínica impulsa
a soslayar la compatibilidad donante
– receptor.11
Una vez obtenido el tipaje HLA del
donante y del receptor se puede
definir el grado de compatibilidad
HLA entre ambos. A mayor
compatibilidad menor riesgo de
respuesta inmune del receptor
contra el órgano.
El número de incompatibilidades del
donante que se introducen en el
receptor con el órgano (antígenos
no compatibles) es importante
porque definirá el riesgo y el tipo de
sensibilización humoral contra el
donante en caso de que se
produzca.12
La selección del receptor adecuado
es un proceso complejo en el que
se tienen en cuenta factores
inmunológicos y no inmunológicos
(edad, tiempo en diálisis, trastornos
asociados, etc.). El aspecto
inmunológico es de suma
importancia, especialmente en
pacientes hiperinmunizados y
retrasplantados, sobre todo aquellos
que perdieron un primer injerto de
forma precoz por rechazo agudo.13
La aplicación de las nuevas
tecnologías en la
histocompatibilidad ofrece
resultados de aplicación práctica
que redundan en una mejor
atención integral a los pacientes que
necesitan recibir un trasplante de
todo el país.14
Uno de los trasplantes
paradigmático en la historia fue el
de corazón, se creía que no se
podía hacer una sutura en el
corazón porque presentaba la
muerte del paciente, pero para
mejorar un estudio científico se
debe practicar y mejor cada vez. El
primer intento formal exitoso de
cirugía cardíaca programada del
que se tiene conocimiento fue la
realización de una comisurotomía
mitral por estenosis mitral en una
niña de 12 años realizada por Elliott
Carr Cutler y Samuel A. Levine en
Boston en 1923.15
Es realizado en
personas que tienen insuficiencia
cardiaca severa el trasplante le
permite seguir viviendo durante más
tiempo, pero si hay un rechazo el
HLA tipo I y II pueden desencadenar
respuestas inmunitarias que cause
el desarrollo de otra enfermedad.
CONCLUSIÓN: El trasplante de
órganos y tejidos humanos es uno
de los avances más importantes de
la medicina moderna. Es por esto
que antes de realizar un trasplante
debe valorarse la compatibilidad
antigénica entre el receptor y el
donador, con la finalidad de
optimizar la supervivencia del injerto
y minimizar posibles reacciones
inmunológicas. Por lo que es de
5. importancia el HLA, para conocer si
puede o no recibir el injerto aparte
de cumplir funciones inmunológicas
importantes.
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desensitization? We need both. Curr Opin
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2014; 9(4). Disponible en:
http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=s
ci_arttext&pid=S1852-38622014000400004