2. CONCEPTO
Infarto del miocardio se denomina a la muerte
del musculo cardiaco por falta de irrigación
sanguínea debido en la mayoría de los casos a
una isquemia absoluta por una oclusión
coronaria trombótica.
Aunque pueden haber casos de oclusión sin
infarto y infarto sin oclusión.
4. OCLUSIÓN SIN INFARTO
Se presenta en dos condiciones:
Cuando la muerte del individuo ocurre antes
de la manifestación de los signos
morfológicos de necrosis.
En casos relativamente raros en que la
oclusión coronaria, ateroesclerótica, se ha
producido tan lentamente que ha habido
tiempo de que se desarrolle una circulación
supletoria.
5. INFARTOS SIN OCLUSIÓN
Se producen cuando la demanda de trabajo
cardíaco excede la reserva coronaria.
condiciones más frecuentes que reducen la
reserva coronaria :
la estenosis del árbol coronario, que reduce
directamente el flujo.
la hipertrofia cardíaca, que disminuye la
reserva coronaria al requerir un mayor flujo
basal por la mayor masa miocárdica.
6. Otros factores intercurrentes que pueden
determinar valores críticos de la reserva
coronaria son:
El shock hipovolemico
La anemia aguda
Las arritmias.
7. INFARTOS CON OCLUSIÓN
La trombosis coronaria constituye la causa más frecuente
Se debe casi siempre a la ulceración de una placa
ateroesclerótica.
Las placas se presentan en sitios de predilección: en el
tronco de la coronaria izquierda, en el segmento proximal
de la descendente anterior, de la circunfleja y de la
coronaria derecha, y en el segmento distal de esta última.
Tronco de la coronaria izquierda y segmento proximal de
la descendente anterior son los sitios más frecuentes, el
compromiso de la circunfleja es el menos frecuente. Esta
distribución de frecuencia de las placas ateroescleróticas
corresponde con la de los infartos según el territorio
comprometido.
8.
9.
10. TOPOGRAFÍA DEL INFARTO
El principio general que explica la
localización del infarto es que se afectan los
territorios con mayor riesgo de que la
irrigación se haga insuficiente. Se
comprende así que el infarto sea casi
exclusivo del ventrículo izquierdo, que dentro
de éste se ubique de preferencia en el tercio
distal, o sea en la punta, y que en cuanto al
espesor, se afecte preferentemente el tercio
interno, es decir, el territorio subendocárdico
11. El infarto exclusivo del ventrículo derecho es
excepcional. En cambio no es raro que
aparezca como extensión de un infarto del
ventrículo izquierdo
Cerca del 50% de los infartos son
anteroseptales, alrededor de un 30% son
posteroseptales y aproximadamente un 15%
son laterales
El infarto septal puro es raro, lo mismo, el
llamado circunferencial, que compromete todos
los territorios del ventrículo izquierdo.
12. TAMAÑO DEL INFARTO
La extensión depende fundamentalmente de tres factores:
Calibre del segmento ocluido,
Desarrollo de circulación supletoria
Grado de sobrecarga del ventrículo izquierdo.
Los infartos suelen ser así proporcionalmente mayores en las
hipertrofias cardíacas. En los infartos es característico que no se
necrose una delgada capa de miocardio de algunos cientos de
micrones ubicada inmediatamente bajo el endocardio. Esta capa
se nutre directamente desde las cavidades cardíacas.
Típicamente los infartos son cuneiformes, con la parte más
extensa, la base, dispuesta hacia el endocardio. Pueden ser
transmurales, es decir, comprometer de endocardio a epicardio,
en cuyo caso se acompañan de pericarditis, generalmente
fibrinosa. La pericarditis por infarto, llamada epistenocárdica, se
presenta en alrededor del 30% del total de infartos, y es difusa en
cerca del 10%.
14. MACROSCOPÍA
El infarto del miocardio es de regla anémico. La necrosis se
reconoce macroscópicamente sólo después de 24 horas de
establecida la isquemia. Se presenta como un territorio mal
delimitado, pálido amarillento, a veces con focos hemorrágicos.
En los días siguientes aparece claramente delimitada, de
cortornos cartográficos, tumefacta, amarillo opaca, con un halo
hemorrágico. En la segunda mitad de la primera semana suele
tomar un tinte ligeramente verdoso por la acentuada infiltración
leucocitaria. El borde hemorrágico disminuye paulatinamente
hasta desaparecer.
En la segunda semana el territorio infartado se hace friable, se
deprime ligeramente , y la hemosiderina formada al reabsorberse
los focos hemorrágicos, le da un tenue tinte ocre. En la tercera
semana el territorio infartado es blando, algo elástico y
gelatinoso, rojizo debido a los vasos de neoformación
ingurgitados. De la cuarta semana en adelante se va haciendo
más firme y grisáceo y se va retrayendo debido a la formación de
la cicatriz.
15.
16. El infarto del miocardio puede ser
hemorrágico. El principio general que explica
este carácter es que sigue llegando sangre
aunque en cuantía insuficiente para
mantener la vitalidad de los tejidos.
En el miocardio ocurre cuando hay un cierto
desarrollo de circulación anastomótica o
cuando la obstrucción no es completa.
17. MICROSCOPIA
Al microscopio de luz la necrosis no se
reconoce antes de 6 a 8 horas de producida la
isquemia. A las 24 horas aparece la infiltración
leucocitaria, que alcanza su mayor grado al
cuarto o quinto día. A fines de la primera
semana aparecen macrófagos, hemosiderina y
vasitos de neoformación. La segunda semana
está dominada por el proceso de reabsorción y
el desarrollo del tejido granulatorio. Como
manifestación del proceso reabsortivo se
encuentran detritus de fibras miocárdicas en el
citoplasma de macrófagos.
18. MICROSCOPIA
No es raro encontrar en el tejido granulatorio
de esta etapa una infiltración de granulocitos
eosinófilos, infiltración que se limita a la
segunda semana. En la tercera semana
predominan los linfocitos, las células
plasmáticas y los vasos de neoformación,
que aparecen de lumen amplio y repletos de
sangre.
19. MICROSCOPIA
El tejido granulatorio muestra evidente
neoformación de colágeno, iniciada en la
segunda semana. En la cuarta semana ya no
se encuentra infiltración leucocitaria, y el
colágeno es más abundante y denso. Después
del primer mes desaparecen las células libres y,
en general, también los restos necróticos. Sin
embargo, en infartos muy extensos pueden
persistir en medio del tejido reparativo islotes de
miocardio necrótico a manera de secuestros.