La esencia de enseñar filosofía en las aulas de clases: aprehendiendo de un buen maestro Sandra Ivonne. Por Sandra I López Vidal y Euler Ferrer Córdova
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La esencia de enseñar filosofía en las aulas de clases: aprehendiendo de un buen maestro Sandra Ivonne. Por Sandra I López Vidal y Euler Ferrer Córdova
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Investigación y Posgrado, volumen 5, número20Universidad Popular de la Chontalpa
Resumen
El presente artículo tiene como finalidad destacar algu-
nos aspectos importantes acerca de por qué la filosofía debe
ser enseñada y aprehendida desde las aulas de clases, hacien-
do énfasis en el nivel medio superior. Según el plan de estu-
dios 2011 del bachillerato general en México, el primer acer-
camiento a la filosofía se hace presente en el sexto semestre
como parte del componente de formación básica; además de
señalar quién debe instruir a los educandos en esta asigna-
tura y cómo debe enseñar el maestro para que el alumno
realmente aprehenda. Para esto, se realizó una investigación
de corte cualitativo a partir de diferentes fuentes de infor-
mación con el fin de desarrollar una metodología de tipo en-
sayo filosófico, en el que defenderé lo elemental que es ense-
ñar la filosofía a nuestros jóvenes.
Palabras clave: filosofía antigua, pensamiento crítico,
enseñanza filosófica, filosofía del docente, educación media
superior.
La esencia de enseñar filosofía en las aulas de clases: aprehendiendo de un buen maestro
Sandra Ivonne López Vidal1
Euler Ferrer Córdova*2
Universidad Popular de la Chontalpa**
Abstract
This article aims to highlight some important aspects
about why philosophy should be taught and taken by the
students from the classroom, emphasizing the upper mi-
ddle level classes. This is where, according to the 2011 cu-
rriculum of general secondary education in Mexico, this
first approach to philosophy in the sixth semester as part of
the basic training component is done. In addition, this pa-
per aims at pointing out who should instruct the students
in this subject and how to teach the teachers so that the stu-
dents actually understand. For this, qualitative research was
undertaken using different sources of information in order
to develop a methodology for an essay type of philosophy,
where I defend the basic premise, which is to teach philoso-
phy to our young people.
Keywords: ancient philosophy, critical thinking, philo-
sophical teaching, philosophy of teaching, higher average
education.
1
Estudiante de la Maestría en Educación con orientación en Docencia de la Universidad Popular de la Chontalpa.
2
Egresado del Doctorado en Educación por la Universidad Popular de la Chontalpa, H. Cárdenas, Tabasco; maestro en Psicopedagogía
por la Universidad Central de las Villas “Marta Abreu”, Cuba; y licenciado en Filosofía por la Universidad Popular de la Chontalpa, H.
Cárdenas, Tabasco, certificado en la especialidad en Competencias Docentes por ANUIES (junio 2009 a junio 2011). Ha sido docente
de la Universidad Popular de la Chontalpa en la Licenciatura en Psicología. Es asesor, capacitador y orientador laboral en asuntos rela-
cionados con la administración y organización de empresas. Ha impartido talleres, foros y conferencias en el área educativa, filosófica y
psicológica. Autor de correspondencia: fece75@hotmail.com
**Universidad Popular de la Chontalpa. Carretera Cárdenas-Huimanguillo km 2, Paso y Playa s/n, 86500, Cárdenas, Tabasco, México.
Teléfono: 01 937 3727050 ext. 7005 y 7008.
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Introducción
Actualmente, muchos desconocemos la profundidad
de la filosofía dentro de nuestro diario vivir, debido a
que solo la referimos hacia el conocimiento del ser y es-
tar del hombre. Pero su estudio va más allá de lo ima-
ginable y nos podemos dar cuenta en el significado de
la palabra, que proviene del griego filos (amor) y sophia
(sabiduría): “amor a la sabiduría”. La misma filosofía es
una pedagogía, es decir, una teoría de la educación, que
debe ser difundida a todo el que desee aprender de ella.
Para enseñar filosofía se tiene que convocar a otras
disciplinas para tener un conocimiento profundo del ob-
jeto de estudio que en este caso es el ser humano, un ser
que va más allá del género, sexo, naturaleza, sociedad,
racionalidad, religión, etc. El hombre es influido por va-
rios factores, entre ellos la cultura que “es elemento for-
mativo, es decir, no se puede entender como un simple
medio de subsistencia, sino como modos característicos
y determinados que forjan el ser de los individuos” (Oso-
rio A., 2006). Por ende, la filosofía ha transformado el
proceso de enseñanza aprendizaje, porque busca crear
un alumno que esté preparado para la vida.
La educación filosófica (actividad formadora) es una
de las determinaciones esenciales del hombre, sin la
cual no podría realizarse en su verdadero ser, ya que es
necesario saber por qué y para qué estamos aquí y así
poder tomar el lugar que nos corresponde en el mundo.
La educación basada en la filosofía antigua
En la antigüedad, la filosofía gozaba de gran auge
para las civilizaciones greco-romanas, tanto que basa-
ban su educación en la forma de enseñanza de Sócrates,
Platón y Aristóteles, filósofos que tuvieron gran apogeo
y fueron llamados el triunvirato de los grandes filóso-
fos griegos. “Sócrates, era considerado un gran maestro
y ve en la educación un método para desarrollar los do-
nes naturales; Platón funda la Academia, basado más en
ideal de sabiduría, de formación personal y de vida inte-
rior que en la eficacia práctica de sus alumnos; y Aristó-
teles un sabio irrepetible, crea El Liceo, institución for-
madora en las dimensiones científica, filosófica y ética”
(Osorio A., 2006). Anteriormente, se consideraba que
una buena educación tenía su base en los factores que
rodeaban al alumno de su nacimiento hasta la adoles-
cencia, cuando él ya era capaz de decidir el ámbito en
que deseaba desarrollarse.
Para comprender lo antes dicho, considero primor-
dial explicar cómo era la educación griega y romana en
la antigüedad, debido a que hay factores que se deben
seguir rescatando para conservar el papel del triángu-
lo educativo (maestros, padres y alumnos). Por ejemplo,
el objetivo griego era preparar a los jóvenes intelectual-
mente para asumir posiciones de liderazgo en las tareas
del Estado y la sociedad. Desde temprana edad los ni-
ños recibían una formación moral dada en especial por
su madre, ya “a la edad de 6 ó 7 años —señala Marambio
V. (2004)— se marcha a la escuela de la mano del pai-
dagoogos, un esclavo de confianza. Las escuelas están a
cargo de particulares y el período de escolaridad se ex-
tiende hasta los 16 años. Allí se aprende la lectura, la es-
critura y el cálculo con el maestro elemental, llamado
gramático”. En siglos posteriores, los conceptos griegos
sirvieron para el desarrollo de las artes, la enseñanza de
todas las ramas de la filosofía, el cultivo de la estética
ideal y la promoción del entrenamiento gimnástico.
La educación romana basada en la retórica y la ora-
toria tampoco está alejada de lo que se vive hoy, debido
a que se recomendaba que el aprendizaje fuera median-
te juegos y recursos intuitivos, además del desarrollo
de la competitividad, eliminando la sensación del fraca-
so. Marco Fabio Quintiliano, hombre de letras, profesor y
orador en el año 90 d. C., decía que “el adecuado entrena-
miento del orador debía desarrollarse desde el estudio de
la lengua, la literatura, la filosofía y las ciencias, con par-
ticular atención en el carácter” (Anda C., 2004). Según lo
descrito en la educación antigua, se observa que aún en el
siglo XXI nuestros actos son reflejo de una primera edu-
cación que se recibe en el hogar y en la familia, mediante
un esfuerzo graduado que contribuye a dotar al hombre
de cualidades que lo lleven a ser íntegro en su vida.
¿Por qué educar mediante la filosofía?
En nuestro país la educación se encuentra consagra-
da en el artículo 3° de nuestra Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos que hace mención de que
“Toda persona tiene derecho a recibir educación” y que
la educación Básica y Media Superior serán obligatorias;
además de que esta deberá contribuir a la mejor convi-
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vencia humana a fin de fortalecer la convicción del in-
terés general de la sociedad, descrito en la fracción II
inciso C de nuestra Constitución. Al ser legisladas por
organismos gubernamentales, las instituciones educa-
tivas de todos los niveles juegan un papel significativo
en este proceso educativo y, por ello, tienen el compro-
miso de prestar un servicio que sea compatible con lo
socialmente requerido y descrito en nuestra Carta Mag-
na: una enseñanza filosófica de calidad, donde las insti-
tuciones educativas forjen a un ser social que aprenda
a reflexionar y criticar para después transformar, y así
llegar a ser funcional en cualquier ámbito.
La Secretaría de Educación desde el 2009 cuando da
inicio la operación de la Reforma Integral de la Educación
Media Superior (EMS), siguió dando prioridad a la ense-
ñanza de las ciencias exactas (Matemáticas, Español, In-
glés y Química) al colocarlas en el plan de estudio 2011
desde el primero hasta el último semestre. Mientras tan-
to, un máximo de dos asignaturas del área de sociales y
humanidades (Ciencias Sociales, Historia, Ética y Filo-
sofía) se cursan en cada semestre. Así, entre las mate-
rias optativas y el campo de formación para el trabajo es
baja la oferta de disciplinas morales que ayuden a nutrir
de pensamientos reflexivos a los alumnos, a pesar de que
existe una estrecha relación entre sociedad y educación.
Para poder tener una educación filosófica hay que
verla como una actividad formadora, encargada de estu-
diar el discurso pedagógico teórico-práctico; por ende,
hay autores como Romeo C. y J. Fernández (2011) que
explican por qué se debe enseñar filosofía en las aulas
de clases, “la OEI señala que la enseñanza de la filoso-
fía en la EMS mexicana es obligatoria porque: con esta
asignatura se responde a la necesidad de formar estu-
diantes reflexivos, críticos y conscientes de su compor-
tamiento social, como seres humanos y como ciudada-
nos” (OEI, 1998). Aquí podemos encontrar la respuesta
al tema que nos atañe, se debe incluir como materia
obligatoria la filosofía en el Nivel Medio Superior y darle
seguimiento en semestres posteriores con alguna mate-
ria que vaya referida a las ramas de la filosofía, como la
epistemología, gnoseología u ontología, que se encargan
del estudio del saber, del conocimiento o explicación ra-
cional del cosmos y del estudio del ser, respectivamente.
Debido a la urgente necesidad de un enfoque filosófico,
no deberá colocarse hasta el último semestre como se
hace actualmente. Al no haber ramas de estudio que la
antecedan, más que la asignatura de Ética y Valores es-
tudiada en primero y segundo semestres, es fundamen-
tal que se desarrolle una línea seriada con asignaturas
precedentes y/o subsecuentes.
Además, la filosofía ha cumplido una función tan va-
liosa al complementarla con la ciencia que sería ingenuo
no tomar en cuenta que al realizar dichos estudios se
abrirán mayores puertas del conocimiento. “El cienti-
ficismo que hoy se nos presenta permite tergiversar la
verdad universal de la búsqueda del conocimiento. No
podemos negar que el avance de la ciencia en nuestro
tiempo es incontenible, los límites parecen cada vez más
amplios, la capacidad de inventiva y de exploración del
hombre han sobrepasado las expectativas. Sin embargo,
ese mismo desarrollo se ha ido alejando de manera pro-
gresiva del aspecto ético y humano que animó al hom-
bre a investigar e indagar más allá de sus propios ho-
rizontes. Debemos aspirar, al igual que la filosofía, una
ciencia que reconcilie al ser humano con su propia natu-
raleza” (Antúnez A., 2002). Estos aspectos ayudarían al
alumno y a los demás actores involucrados a llegar a un
ideal moral donde se promueva la realización de cada
individuo y la expansión de sus potencialidades.
Tanto para el alumno como para el profesorado, la ex-
periencia de la enseñanza de la filosofía es lo suficien-
temente valiosa y gratificante en sí misma como para
justificar su presencia. De tal manera que, como se des-
cribe en el programa de estudio del bachillerato general
en México, el alumno obtendrá competencias genéricas
como conocerse y valorarse a sí mismo, pensar crítica y
reflexivamente, así como participar con responsabilidad
en la sociedad. De igual manera, desarrollará competen-
cias básicas que le permitan identificar el conocimiento
social y humanista como una construcción constante de
transformación.
¿Quién me puede enseñar filosofía?
Comenzaré este apartado citando al autor José Villa-
nueva (2006), el cual rescata en su artículo La filosofía
y la formación docente que “el estudio de la filosofía, se
presenta ante el docente como un espacio natural y con-
natural para el desarrollo de sus propias ideas, en la que
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se valora y redescubre la importancia de su opinión (…)
el docente en formación, pasará de la teorización sobre la
conciencia, a la elaboración de líneas maestras para su ac-
cionar humano-profesional; arraigándose de este modo
la filosofía en el devenir de su mundo como vida y proyec-
to”. Así, pues, la persona que nos puede enseñar filosofía
en definitiva es el maestro, sin embargo, para el estudio
de cuerpo-mente-alma, el docente debe despertar su pro-
pia curiosidad y la de sus pupilos, recordando las ansias
que teníamos de pequeños por querer explorar y comer-
nos el mundo completo; y prestar mayor atención a lo que
nos rodea, aunque pensemos que caemos en obviedad.
Cuando una persona decide estudiar filosofía, se lo-
gra dar cuenta de que despierta el lado humanista que
muchos olvidamos por querer ser solo racionales; pero
ese amor al estudio filosófico engrandece cuando deci-
de compartirlo con los demás de la forma más antigua,
dando cátedras en instituciones educativas, logrando
que en la enseñanza de la filosofía el docente encuen-
tre una “aliada segura”, la cual “le guiará y acompañará
(si él la deja) en la búsqueda y conquista del ideal de per-
fección humana y profesional, que se propone alcanzar
para sí mismo y para los que ante sí, en cierto modo, es
responsable del mundo: sus alumnos” (Savater, 1997).
Por ende, para poder convertirse en un buen docente,
este debe nutrir su experiencia construyendo sus pro-
pios conceptos gradualmente tal como se enseñaba en
la antigua Roma; reflexionando sobre sus actos y la base
de los conocimientos que va adquiriendo, con el fin de
“saber ser” para después “saber hacer”: “Todo lo cual le
ayudará al docente a fortalecer y consolidar su perfil
axiológico, intelectual y profesional, tan necesarios para
enfrentar con éxito los retos que le depara la educación
del siglo XXI” (Villanueva J., 2006).
En varias investigaciones podemos observar diversos
puntos de vista de profesores que están a favor y en con-
tra de enseñar filosofía en las aulas, debido a que su es-
tudio suele despertar al individuo y lo incita a reflexio-
nar sobre su conocer y hacer; y no a todos los ámbitos
de la sociedad les conviene. A pesar de ello, hay profeso-
res de bachillerato como Félix García que ha dado su cá-
tedra de filosofía desde hace 25 años en la Universidad
Autónoma de Madrid, quien busca que la sociedad reco-
nozca el trabajo que se emprende al enseñar y aprehen-
der Filosofía desde jóvenes: “normalmente, los profeso-
res de filosofía apelamos a una doble argumentación.
Por un lado, consideramos que la filosofía ayuda a de-
sarrollar una capacidad de abstracción y unas actitu-
des de escucha y diálogo que son imprescindibles en un
mundo en el que los procesos acelerados de globaliza-
ción amenazan seriamente la estabilidad social de las
sociedades. La presencia de la filosofía en la educación
básica y secundaria supondría una aportación decisiva
para evitar riesgos de xenofobia y exclusión, así como
nacionalismos e integrismos excluyentes”.
En México existen catedráticos que se han especiali-
zado en la enseñanza de la filosofía como medio de an-
claje entre el ser humano lógico-moral. Entre los pione-
ros que incursionaron en la educación media y superior,
se encuentra Antonio Caso, escritor y filósofo mexica-
no que fungió como rector de la Universidad Nacional
de México entre 1920 y 1923, además defendió la liber-
tad de cátedra y escribió numerosas obras sobre la exis-
tencia humana siempre siguiendo una dirección de ense-
ñanza filosófica. Otro filósofo mexicano es Leopoldo Zea,
quien defendió la producción de ideas filosóficas en La-
tinoamérica en paralelo con el trabajo de docencia en la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en
la cual dirigió la Facultad de Filosofía y Letras en 1966.
Un docente instruido y con una preparación profesio-
nal en el campo de la filosofía es la persona ideal para
enseñar esta asignatura, solo es cuestión de tener el
amor por la enseñanza y la sabiduría para saber trans-
mitir los conocimientos a los estudiantes del nivel medio
superior u otro nivel educativo, con el fin de desarrollar
habilidades y actitudes filosóficas que le permitan al es-
tudiante cuestionar aquello que se da por hecho.
¿Cómo enseñar para aprehender filosofía?
Ahora el punto es saber cómo el maestro debe ense-
ñar filosofía: se deben seguir los pasos de grandes per-
sonajes que dieron cátedras en la época antigua, ejemplo
de ellos son los maestros Quintiliano y Plutarco, que de-
jaron un gran legado en Roma y Grecia; coincidían en que
se debía cultivar el conocimiento sobre el niño debido a
que es tierra fértil, lo que requería de un buen agricul-
tor. Para que el alumno no solo aprenda (sea un recipien-
te que adquiere conocimientos) sino aprehenda (haga
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una enseñanza tradicional u obsoleta. Educar en filoso-
fía no será nada fácil si el maestro solo basa su enseñan-
za en la teoría, porque el alumno se tornará aburrido,
sin ánimos de adquirir conocimientos y muchos menos
querrá ser parte del resultado que el docente pretende
obtener; esto podrá ocasionar abandono de su actual es-
tudio o incluso una baja matrícula en asignaturas que
estén relacionadas directamente con la filosofía.
Hay que enfatizar que los docentes que enseñan filo-
sofía desde las aulas del bachillerato no preparan a sus
alumnos para ser filósofos, más bien les muestran que
pueden conducirse bajo ciertos principios de valor so-
cial. Uno de estos profesores es Gabriel Vargas Lozano
quién fue reconocido en 2012 con la Medalla al Mérito
Formación Filosófica en el Bachillerato “Adolfo Sánchez
Vázquez”, premio que se le otorga “por su gran trayec-
toria filosófica, académica, de investigación, y principal-
mente por su incansable espíritu de lucha por enarbolar
al frente de la comunidad filosófica nacional e interna-
cional, la defensa y reivindicación de la enseñanza de las
humanidades y la filosofía en la educación media supe-
rior en México, trascendiendo de esta manera a ser par-
te de los filósofos ilustres de México, y convirtiéndose
en un ejemplo vivo para las presentes y futuras genera-
ciones” (Pérez O., 2012). Con maestros como estos pode-
mos vislumbrar un panorama prometedor en las aulas
de clases, siempre y cuando la asignatura de Filosofía
sea tomada en cuenta en las próximas reformas curri-
culares, para que sea incluida en el campo de formación
básico en más de un semestre en todas las escuelas per-
tenecientes al nivel medio superior mexicano.
Conclusión
Después del análisis realizado sobre la esencia de im-
partir la asignatura de Filosofía en las aulas de clases y
que el alumno aprehenda de un buen maestro, algunas
consideraciones finales serían las siguientes:
1. Según nuestra Constitución Política, las institucio-
nes educativas de todos los niveles tienen el compromi-
so de prestar un servicio que sea compatible con lo so-
cialmente requerido.
2. La presencia de la filosofía en la educación media
superior en México aportaría un estudio sobre aspectos
de cuerpo, mente y alma en los educandos.
suyo el conocimiento, lo construya y sea parte del resul-
tado), se debe utilizar una pedagogía de esfuerzo tenden-
te, donde cada uno llegue al nivel máximo de sus posibili-
dades, desarrollándolas una por una sin olvidar ninguna.
Bien presentada, la filosofía es muy interesante y
provocadora para los alumnos; sobre todo si primero
se puntualiza el objetivo que se desea alcanzar en ellos,
a través de cuáles actividades específicas y, en algunos
casos (maestros en servicio), si la forma en que se ha ido
trabajando la asignatura es la correcta.
Cuando el docente motive al alumno a filosofar, deberá
ser equitativo con su ejercicio profesional en particular
y con la práctica educativa en general, a fin de ser autén-
tico instrumento en las manos del docente para la con-
quista y posesión de las herramientas requeridas para
la obtención “del mejoramiento de la calidad de la educa-
ción”. De esta forma, el maestro correcto será quien ten-
ga un extenso conocimiento teórico-práctico de la ma-
teria, y que, además, con el uso correcto del material de
apoyo de que disponga, despierte la curiosidad del alum-
no por una búsqueda que lo lleve a forjarse una imagen
correcta de sí mismo, para después formar ciudadanos
que convivan y trabajen para transformar su sociedad.
Después de la enseñanza filosófica, el punto intere-
sante vendrá al momento de evaluar, por tanto, deseo
exponer las siguientes recomendaciones que nos da el
profesor Félix García en el desarrollo de su investiga-
ción ¿Para qué sirve enseñar filosofía?:
1. Una prueba clásica para evaluar es la disertación
o ensayo argumentativo; es muy posible que su vali-
dez esté sobradamente garantizada, el problema es que
goza de poca fiabilidad porque una misma prueba pue-
de obtener puntuaciones distintas según quién o cuán-
do se evalúe; todo dependerá del evaluador.
2. Es necesario, además, desarrollar pruebas que ten-
gan capacidad de evaluar la transferencia de lo apren-
dido a ámbitos alejados de la filosofía, utilizando, por
ejemplo, ejercicios de lógica para ver cómo han desarro-
llado su capacidad de razonar los estudiantes.
Por lo tanto, para que el alumno se apropie de un nue-
vo estilo de pensamiento es necesario que el docente
utilice todas las habilidades que ha ido desarrollando
durante su quehacer educativo, además de capacitarse
en diversos rubros que lo preparen para no recaer en
6. 32 issn 2007-7645
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3. Desde el 2009 la enseñanza de la filosofía en la edu-
cación media superior del país se imparte solo en el último
semestre como parte del componente de formación bási-
ca; dando prioridad a la enseñanza de las ciencias exactas
sobre el pensamiento reflexivo-crítico del alumno.
4. Con el estudio profundo de la filosofía, el alumno
del bachillerato general en México logrará obtener en su
totalidad las competencias genéricas y básicas descritas
en el actual plan de estudios 2011; como el conocimien-
to social y humanista que se obtenga por la participa-
ción con responsabilidad en la sociedad.
5. Con la filosofía se abrirán mayores puertas del co-
nocimiento, porque es una ciencia que reconcilia al ser
humano con su propia naturaleza.
6. El docente con una preparación profesional en el
campo de la filosofía o afín es quien será el encargado
ideal de enseñar la asignatura en las aulas; pasando de
la teorización sobre la conciencia, a la elaboración de lí-
neas maestras para su accionar humano-profesional
que le permitan llegar a la práctica.
7. Para enseñar filosofía el docente deberá conducirse
bajo ciertos principios como integridad, justicia y ver-
dad, para desarrollar en el alumno una estrecha rela-
ción entre lo lógico-moral.
8. Por último, para evaluar el nivel alcanzado de re-
flexión y crítica, se deben aplicar evaluaciones de diser-
tación, combinadas con ejercicios de lógica que permi-
tan al alumno relacionar lo aprendido con su vida diaria.
En definitiva, enseñar filosofía es enseñar a los alum-
nos a visualizar de forma diferente su adquisición de co-
nocimiento, no solo como un aprendizaje mecánico, sino
como parte de su transformación al hacerlo un aprendi-
zaje significativo que les ayude a ser personas reflexivas
y críticas, lo que siempre ha sido el objetivo de la filoso-
fía. Así, un maestro que ayude al alumno a cuestionar
todo lo que consideramos estable, permitirá replantear
lo que sabemos para juzgar si es correcto o no; pero esto
solo se logrará cuando en las aulas de clases de la ins-
tituciones del nivel medio superior haya maestros pre-
parados profesionalmente y actualizados en las formas
de enseñanza donde el alumno es el protagonista de su
aprendizaje; aunado, por supuesto, a una urgente actua-
lización de la última Reforma Curricular del 2009 apli-
cada al plan de estudio de las escuelas de bachiller.
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