La vitamina K ayuda a mantener el sistema de coagulación de la sangre para prevenir hemorragias. Tiene dos variantes naturales, K1 de vegetales y K2 producida por bacterias, y una variante sintética K3. Se descubrió en 1929 y se encuentra en vegetales de hoja verde y aceites vegetales. Resiste al calor pero es inestable a la luz y agentes ácidos. Las personas con anticoagulantes deben controlar su ingesta de vitamina K.