2. Consciente de que el TDAH no es un trastorno
no es pasajero y que, lamentablemente, tampoco
se puede «curar», me planteo la necesidad de
buscar una solución que permita:
• integrar a mi alumno en el nivel, ciclo y etapa
educativa correspondiente y
• satisfacer sus necesidades.
La complejidad del trastorno exige una
solución de carácter multidisciplinar, a saber,
requiere la implicación de diversos ámbitos:
• educativo (docentes, tutor y orientador),
• familiar y
• clínica.
3. En efecto, la escuela forma parte de ese
núcleo de apoyo de los niños/ adolescentes
del mismo modo que los padres son parte
esencial en la evolución social y escolar de
aquéllos.
Resulta, por tanto, fundamental
reflexionar sobre el modo en que desde el
centro escolar se puede lograr una mayor
implicación de las familias.
4. En el planteamiento de la actuación con la
familia de dicho alumno, es necesario tener en
cuenta los siguientes aspectos:
– Positivos:
• Se trata de un diagnóstico ya realizado (que
no confirmado por diversos motivos) hace ya
algunos años del que los padres son,
evidentemente, conocedores.
• Los padres acompañan y supervisan a su hijo
en sus estudios (en las materias que les
resulta posible).
5. • Mi alumno, con la ayuda de sus padres, ha
logrado llegar hasta el último curso de
Educación Secundaria (pese a tener dos
asignaturas pendientes).
– Negativos:
• Por diversos motivos que no vienen al caso y
que tampoco logro entender, mi alumno no
ha contado con la orientación y tratamiento
adecuado.
• Tanto mi alumno como su familia no cuenta
con el apoyo adecuado a sus necesidades y a
estas alturas puede resultarles difícil cambiar
de hábitos.
6. • Debido al nivel de exigencia y a la presión de
Selectividad existentes en el nivel en el que el
alumno se encuentra (2º de Bachillerato), no
va a resultar fácil implicar al resto del
profesorado.
Realizadas dichas consideraciones, el siguiente
paso es mantener una entrevista con los padres.
7. LA ENTREVISTA GIRARÁ EN TORNO A LOS SIGUIENTES
PUNTOS:
1. Preguntarles qué conocen del trastorno que afecta a su hijo, así
como los pasos que han dado para tratarlo.
2. Proporcionarles información para ayudarles a conocer y a aceptar
el trastorno en profundidad. Para los padres puede ser
complicado, pero es importante asegurarles que lo más difícil
está hecho, porque, localizado el problema, podemos aplicar la
solución. Esto incluye:
• ponerles en contacto con el Departamento de Orientación,
• recomendarles acudir al pediatra o médico de cabecera (para
que establezcan las actuaciones a seguir desde los servicios
sanitarios) y,
8. 2.
• hablarles de la existencia de asociaciones y fundaciones
cercanas a su municipio de residencia donde poder recurrir
para sentirse arropados y poder compartir inquietudes y
experiencias.
• Insistirles en la importancia de que tanto ellos como su hijo
comprendan y acepten el trastorno en su diversos aspectos
para evitar mayores frustraciones.
3. Analizar el comportamiento del alumno
• en el colegio:
Casi nunca trae las tareas realizadas.
A menudo viene sin el material o no es capaz de sacarlo y
organizarlo para la asignatura que toque.
9. 3.
• [continuación] en el colegio:
Molesta a sus compañeros con actitudes infantiles.
Se mueve con mucha frecuencia.
Le cuesta mucho iniciar una actividad que requiera
concentración, así como mantener la atención.
La indiferencia que pretende mostrar denota a menudo
frustración ante los resultados negativos.
• en casa (?)
10. 3. Colaboración y coordinación con el centro educativo.
• Establecer reuniones periódicas para fijar objetivos comunes
(que se plasmarán por escrito) entre los padres y el tutor del
alumno, que estará en comunicación con el resto de docentes
que pudieran entrar en la misma aula.
• Uso del correo electrónico o de E-Inika (programa de gestión
académica por Internet) como medio de comunicación entre la
familia y el centro.
Se trata de saber cómo va siendo la evolución del alumno en el
colegio y en casa. Por otra parte, es necesario recordar que
los adultos (padres y docentes) somos los mejores modelos a
seguir para el niño, por lo que es fundamental que estemos
en contacto y que actuemos en la misma línea con el alumno
para que éste pueda interiorizar y generalizar los
aprendizajes sintiéndose respetado y querido.
11. 4. Consensuar pautas de actuación comunes.
• Control de conducta:
Definición de reglas claras y consensuadas con el
alumno/hijo. El adolescente tiene que saber qué está
permitido hacer y qué no. Y, en su caso, qué consecuencias
tendrá no haber cumplido las normas.
Aplicar el refuerzo positivo ante conductas que queramos
estimular.
Aplicar “tiempo fuera” cuando sea necesario.
Ofrecer demostraciones de cariño y afecto.
Establecer un ambiente relajado, sin demasiados ruidos
ni distracciones.
Es necesario transmitirles la necesidad de adquirir una
formación básica en técnicas de modificación y/o control
de conducta (refuerzo positivo, “tiempo-fuera”, extinción
de la conducta, autoinstrucciones, técnicas de relajación
(por ejemplo: la de la tortuga).
12. 4.
• Seguimiento de tareas de clase:
Organizar el tiempo de estudio.
Dividir la tarea en pasos más pequeños.
Organizar y planificar el material necesario para
trabajar. En la mesa de estudio sólo lo imprescindible.
Escoger un lugar de estudio alejado de elementos
distractores (en clase cerca de la mesa del profesor,
cerca de compañeros trabajadores, los de la ventana…)
Revisar la realización completa de las tareas.
Supervisar el estudio.
• Establecer rutinas y organización del tiempo:
Elaborar un horario de estudio y tareas para organizar la
semana, los días y las tardes.
Marcar las rutinas en tramos horarios.
Facilitar que el horario sea estable y se cumple.
13. 4.
• Favorecer las relaciones sociales y las actividades
extraescolares.
Favorecer las acciones con adolescentes de su clase-
grupo.
Favorecer su participación en actividades extraescolares
que fomenten
la actividad en grupo (interacción).
el deporte, como medio para expulsar parte de su
energía y dar vía libre a su gran necesidad de
movimiento.
el desarrollo de una de sus habilidades, con el fin de
aumentar el nivel de su autoestima.
14. 4.
• Fomentar la autoestima siguiendo las siguientes pautas:
Desarrollar una interacción asertiva y empática.
Evitar hacer críticas hacia la persona y centrarse en los
comportamientos.
• Insistir en la necesidad de ser constante en las actuaciones y
paciente, pues el adolescente con TDAH tiene dificultad para
controlar lo que hace, pero sufre por ello.
15. El sistema educativo debe proporcionar apoyos
suficientes al alumno. Sería ilegítimo dejar
exclusivamente en manos de la familia la búsqueda del
tratamiento y asumir el coste del mismo.
Tengamos algo muy claro: escuela y familia se
necesitan para que este adolescente comience a
desarrollarse adecuadamente, socialice, adquiera
diferentes competencias y pueda tener calidad de vida.
¡Seamos un equipo!
16. Guión para la entrevista
Establecer
un clima de
confianza
Recogida de información sobre:
• La historia clínica y personal del
alumno.
• El modelo familiar (composición
de la unidad familiar, dinámicas…).
• Apoyos recibidos (familiares,
médicos…).
• Actividades extraescolares.
• Ideas previas…
Proporcionar información sobre:
o El TDAH (fundamentalmente sobre
las implicaciones escolares y, en su
caso, familiares). Darles pautas.
o Orientarles en relación a la ayuda
que pueden proporcionarles los
servicios sanitarios, el equipo de
Orientación, las asociaciones…
o Establecer pautas de actuación
comunes y consensuadas.
o Mostrarnos disponibles, abiertos y
cercanos para colaborar durante todo
el proceso.