El documento describe tres escuelas de interpretación histórica: la Escuela Positivista, que afirma que el único conocimiento válido proviene del método científico; la Escuela Historicista, que sostiene que la historia es la principal fuente de conocimiento sobre las acciones humanas y cuestiones económicas; y la Escuela Marxista, que se basa en las doctrinas políticas y filosóficas derivadas de las obras de Karl Marx y Friedrich Engels.