La presión psicológica puede afectar el rendimiento de los deportistas. Un estudio encontró que cuando un futbolista ejecutaba penales sin presión, activaba zonas inconscientes de su cerebro, pero bajo presión perdía fluidez y activaba zonas conscientes, como si recién estuviera aprendiendo. La presión moderada puede mejorar el rendimiento, pero en exceso puede hacer que el deportista pierda eficacia técnica.