Este documento discute cómo los sistemas educativos tratan a los estudiantes como "cuerpos dóciles" que pueden ser moldeados y controlados para volverse productivos. Critica las aulas abarrotadas, la falta de elección en las materias, y los métodos de disciplina que crean miedo en lugar de fomentar el aprendizaje. Argumenta que la educación debería enfocarse en desarrollar a cada estudiante de manera holística más que crear "entes productivos".