El documento discute cómo un psicólogo cristiano puede defenderse contra los prejuicios de los clientes de salud mental. Explica que la psicología moderna ha influido en la sociedad y la iglesia, aunque inicialmente fue hostil a la religión. También destaca que los individuos tienen libertad para recibir consejo de un profesional de confianza y que la defensa de los derechos de salud mental es importante.