El documento argumenta que la enseñanza tradicional de tratar a todos los estudiantes de la misma manera ha sido un error. Una mejor práctica es diversificar la instrucción de acuerdo con las necesidades individuales de cada estudiante. Esto implica evaluaciones continuas para comprender las capacidades de cada estudiante y ajustar el contenido, ritmo y tipo de apoyo para cada uno. El profesor y los estudiantes colaboran en el aprendizaje mediante métodos flexibles que motivan a cada estudiante.