2. Tras unas horas de reposo o el día siguiente al
nacimiento, el pediatra de la maternidad efectúa un
examen completo del recién nacido y comprueba el
estado de sus reflejos. Si estás presente, será el
momento de empezar a familiarizarte con el
cuerpo de tu hijo y de descubrir algunas de sus
capacidades.
3. Para que este primer examen se realice en las mejores
condiciones posibles, lo ideal sería efectuarlo en una
sala silenciosa, a una temperatura agradable, iluminada
con luz suave y en un momento en que el estado de
vigilia del bebé le permita responder a los estímulos.
Lo principal es que el pediatra no tenga prisa, que
desnude al bebé sin gestos bruscos y le acaricie
buscando su mirada y hablándole en voz baja para
calmarle.
Un examen muy minucioso
En primer lugar, el médico va a examinar atentamente
todo el cuerpo de tu hijo. En particular la piel, que
puede presentar, entre otros, una erupción benigna
4. Se observará meticulosamente sus oídos, nariz,
ojos, boca y ano, el cuello y la columna vertebral.
Ausculta atentamente el corazón y los pulmones,
palpa el abdomen y mira el estado del cordón
umbilical
El pediatra también se interesa por las
extremidades y sus ligamentos para descartar, por
ejemplo, una posible fractura de clavícula.
5. A veces, las extremidades inferiores de los recién
nacidos presentan asimismo una deformación
debida a la posición de las piernas dentro del
útero. Algunas manipulaciones suaves por parte de
un masajista bastan normalmente para corregir
estas pequeñas anomalías, como un pie vuelto
hacia dentro o la tibia curvada.
6. Después de examinar al recién nacido desde todos
los aspectos físicos, el médico practica un examen
neurológico, el cual dará una idea de la madurez
de su sistema nervioso. La evaluación tiene en
cuenta la fecha del final del embarazo y el número
de horas o de días transcurridos desde el
nacimiento.
7. El pediatra evalúa, entre otras cosas:
La tonicidad del recién nacido.
-El tono pasivo: Se examina en reposo. Cuando el
bebé está en posición «fetal», con los brazos y las
piernas flexionados, la flexión de los segmentos de
sus miembros, unos respecto a otros, da la medida
del tono llamado pasivo.
8. -El tono activo: Se mide con diversos estímulos.
Cuando se pone el bebé de pie, sosteniéndole por
debajo de los brazos, bien apoyado sobre la planta
de los pies, el hecho de que se levante con fuerza
sobre las piernas, elevando a continuación la
cabeza y el cuello, es indicio de un buen tono
activo.
9. Reflejo de la marcha:
Si se sostiene al niño por las axilas, un poco inclinado hacia
delante, con los pies planos sobre la cama, por sí solo da
unos pasos adelante. Se trata de uno de los reflejos primarios
que se observan en un bebé nacido a los nueve meses de
embarazo. Este reflejo espectacular normalmente desaparece
al cabo de cinco o seis semanas.
La observación de las caderas:
Cuando la cabeza del hueso del muslo, el fémur, está mal
colocada respecto a la cadera, se habla de luxación. Cuanto
antes se detecte esta anomalía, más fácil será el tratamiento.
Si existe la menor duda durante el examen clínico, el pediatra
encarga una ecografía o, según los casos, a partir de los 4
meses, una radiografía de la cadera.
10. Un cierto número de reacciones automáticas traducen
asimismo el buen estado neurológico del recién nacido. Estos
reflejos, calificados de arcaicos o primarios, desaparecen a lo
largo de los primeros meses que siguen al nacimiento.
El reflejo de presión palmar (grasping réflex): Si colocamos
los dedos dentro de las palmas de un bebé, se agarra a ellos
tan fuerte que lo podemos levantar unos instantes.
11. El reflejo de Moro: Si se sostiene al bebé
tendido y se suelta bruscamente su cabeza,
éste separa los brazos y los dedos y empieza
a gritar, y a continuación pone los brazos en
posición de abrazar.
12. El reflejo de la marcha: Si mantenemos al
recién nacido de pie sobre una superficie
plana se levanta y mueve las piernas,
¡poniéndolas una delante de la otra!
13. En el recién nacido, los diferentes huesos que
constituyen el cráneo aún no están soldados entre sí. Se
encuentran separados por unas membranas
cartilaginosas llamadas fontanelas. Existen dos
fontanelas, de aspecto distinto. Los médicos las utilizan
como referencia para definir la posición de la cabeza del
bebé dentro de la pelvis durante el parto.
La fontanela pequeña, o fontanela posterior, se
encuentra en la parte posterior del cráneo y no siempre
es palpable. La fontanela grande, o fontanela anterior,
se encuentra en la parte superior del cráneo, y se
reconoce por su forma romboidal.
14. Notarás como late o se tensa cuando el bebé
llora. Pero no temas, estas membranas son
resistentes. Se osifican progresivamente a lo
largo de un período que dura entre seis y
veinticuatro meses.
El peso, la estatura y el perímetro del cráneo.
15. En las primeras horas después del nacimiento, se
pesa y se mide al bebé. Se constatan diferencias
notables de peso según los bebés y según se
trate de una niña o un niño (de 2,5 a más de 4
kg), pero la estatura varía menos de un recién
nacido a otro: entre 48 y 53 cm.
Lo importante es que el peso y la estatura del
niño se sitúen dentro de la media estadística. Las
otras mediciones efectuadas durante la primera
observación son, entre otras, el perímetro de la
cabeza o perímetro craneal.
16.
17. GLOSARIO
Ausculta:
Explorar los sonidos producidos por los órganos de las cavidades del pecho
y del abdomen con el oído o con la ayuda de los instrumentos adecuados.
Tibia: Hueso situado en la parte más anterior de la pierna, desde el pie hasta
la rodilla, en el ser humano o en las extremidades posteriores del resto de
animales tetrápodos (con cuatro extremidades).
Fontanela:
Espacio membranoso que hay en el cráneo humano y de muchos animales an
tes de su completa osificación.
BIBLIOGRAFIA
Fuchs S, Yamamoto L, eds. Pediatric emergency medicine
resource. 5th edition. Jones & Bartlett publishers: 2012.
Dieckmann RA, Brownstein D, Gausche-Hill M. The Pediatric
Assessment Triangle: a novel approach for the rapid evaluation
in children. Pediatr Emerg Care. 2010; 26:312-5.
Ralstor M, Hazinski MF, Zaritsky AL, Schexnayder SM, Kleinmann
ME, eds. PALS Course Guide. Dallas, TX: American Heart
Association: 2007.