Este documento describe los principales factores de riesgo para las enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, el colesterol alto, la diabetes, el tabaquismo, la inactividad física, el sexo, la herencia, la edad y el estrés. También explica qué es un infarto de miocardio, sus síntomas, diagnóstico, tratamiento y procedimientos como el bypass coronario o la angioplastia.
1. UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SANTA
MARIA
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
PROGRAMA DE ODONTOLOGIA
SEMIOLOGIA GENERAL Y ESPECILIZADA
DOCENTE:
Dr. Mauricio Bendezu
PRESENTADO POR:
Quiñones Gonzales Grecia
2. Presión arterial alta (hipertensión arterial).
La hipertensión arterial aumenta el riesgo de sufrir una enfermedad del corazón, un
ataque al corazón o un accidente cerebrovascular. Las personas hipertensivas que
además son obesas, fuman o tienen niveles elevados de
colesterol en sangre, tienen un riesgo mucho mayor de
sufrir una enfermedad del corazón o un accidente
cerebrovascular.
La presión arte rial puede variar según el grado de
actividad física y la edad, pero los valores normales del
adulto sano en reposo deben estar en 120/80.
Colesterol elevado. Uno de los principales factores de riesgo cardiovascular es el
colesterol elevado. El colesterol, una sustancia grasa (un lípido) transportada en la
sangre, se encuentra en todas las células del organismo. El hígado produce todo el
colesterol que el organismo necesita para formar las membranas celulares y producir
3. ciertas hormonas. El organismo obtiene colesterol adicional de alimentos de origen
animal (carne, huevos y productos lácteos) o que contienen grandes cantidades de
grasas saturadas.
Diabetes.
Los problemas del corazón son la principal causa de muerte
entre diabéticos, especialmente aquellos que sufren de
diabetes del adulto o tipo II (también denominada «diabetes no
insulinodependiente»). Ciertos grupos raciales y étnicos
(negros, hispanos, asiáticos, polinesios, micronesios,
melanesios y amerindios) tienen un mayor riesgo de padecer diabetes. La Asociación
Americana del Corazón (AHA) calcula que el 65 % de los pacientes diabéticos mueren
de algún tipo de enfermedad cardiovascular. Si usted sabe que sufre de diabetes, debe
ser controlado por un médico, porque el buen control de los niveles de glucosa
(azúcar) en sangre puede reducir su riesgo cardiovascular. Si cree que pueda tener
diabetes pero no está seguro, consulte al médico quien le realizará los análisis
correspondientes.
El tabaquismo
eleva la frecuencia cardíaca, endurece las grandes arterias y
puede causar irregularidades del ritmo cardíaco. Todos estos
factores hacen que el corazón trabaje más. Además, el
tabaquismo eleva la presión arterial, que es otro factor de
riesgo importante. Aunque la nicotina es el principio activo
más importante del humo de cigarrillo, otras sustancias y compuestos químicos como
el alquitrán y el monóxido de carbono también perjudican el corazón de muchas
maneras.
Inactividad física.
Las personas inactivas tienen un mayor riesgo de sufrir un ataque al corazón que las
personas que hacen ejercicio regular. El
ejercicio quema calorías para mantener un peso
saludable, ayuda a controlar los niveles de
colesterol y la diabetes, y posiblemente
4. disminuya la presión arterial. El ejercicio también fortalece el músculo cardíaco y hace
más flexibles las arterias. Las personas que queman activamente entre 500 y 3.500
calorías por semana, ya sea en el trabajo o haciendo ejercicio, tienen una expectativa
de vida superior a la de las personas sedentarias. Incluso el ejercicio de intensidad
moderada es beneficioso si se hace con regularidad.
Sexo. En general, los hombres tienen un riesgo mayor que las mujeres de sufrir un
ataque al corazón. La diferencia es menor cuando las mujeres comienzan la
menopausia, porque las investigaciones demuestran que el estrógeno, una de las
hormonas femeninas, ayuda a proteger a las mujeres de las enfermedades del
corazón. Pero después de los 65 años de edad, el riesgo cardiovascular es
aproximadamente igual en hombres y mujeres cuando los otros factores de riesgo son
similares. Las enfermedades cardiovasculares afectan a un número mayor de mujeres
que de hombres y los ataques cardíacos son, por lo general, más graves en las mujeres
que en los hombres.
Herencia.
Las enfermedades del corazón suelen ser hereditarias. Por ejemplo, si los padres o
hermanos padecieron de un problema cardíaco o circulatorio antes de los 55 años de
edad, la persona tiene un mayor riesgo cardiovascular
que alguien que no tiene esos antecedentes familiares.
Los factores de riesgo tales como la hipertensión, la
diabetes y la obesidad también pueden transmitirse de
una generación a la siguiente.
Ciertas formas de enfermedades cardiovasculares son
más comunes entre ciertos grupos raciales y étnicos. Por ejemplo, los estudios
demuestran que los negros sufren de hipertensión más grave y tienen un mayor riesgo
cardiovascular que las personas
caucásicas.
Edad.
Las personas mayores tienen un
mayor riesgo de sufrir enfermedades
del corazón. Aproximadamente 4 de
5. cada 5 muertes debidas a una enfermedad cardíaca se producen en personas mayores
de 65 años de edad.
Con la edad, la actividad del corazón tiende a deteriorarse. Puede aumentar el grosor
de las paredes del corazón, las arterias pueden endurecerse y perder su flexibilidad y,
cuando esto sucede, el corazón no puede bombear la sangre tan eficientemente como
antes a los músculos del cuerpo. Debido a estos cambios, el riesgo cardiovascular
aumenta con la edad. Gracias a sus hormonas sexuales, las mujeres generalmente
están protegidas de las enfermedades del corazón hasta la menopausia, que es cuando
su riesgo comienza a aumentar.
Estrés.
Se cree que el estrés es un factor contribuyente al riesgo cardiovascular. Aún se están
estudiando los efectos del estrés emocional, los hábitos
y la situación socioeconómica en el riesgo de sufrir
enfermedades del corazón y ataque cardíaco.
Las situaciones estresantes aumentan la frecuencia
cardíaca y la presión arterial, aumentando la
necesidad de oxígeno del corazón,El estrés
también puede contribuir a otros factores de riesgo. Por ejemplo, una persona
que sufre de estrés puede comer más de lo que debe para reconfortarse, puede
comenzar a fumar, o puede fumar más de lo normal.
Hormonas sexuales.
Las hormonas sexuales parecen desempeñar un papel en
las enfermedades del corazón. Entre las mujeres menores
de 40 años de edad, no es común ver casos de
enfermedades del corazón. Pero entre los 40 y 65 años de
edad, cuando la mayoría de las mujeres pasan por la
6. menopausia, aumentan apreciablemente las probabilidades de que una mujer sufra un
ataque al corazón. Y, a partir de los 65 años de edad, las mujeres representan
aproximadamente la mitad de todas las víctimas de ataques cardíacos.
Anticonceptivos orales
Las primeras píldoras anticonceptivas contenían
niveles elevados de estrógeno y progestágeno, y
tomarlas aumentaba las probabilidades de sufrir una
enfermedad cardiovascular o un ataque cerebral,
especialmente en mujeres mayores de 35 años que
fumaban. Pero los anticonceptivos orales de hoy
contienen dosis mucho menores de hormonas y se
consideran seguros en mujeres menores de 35 años de edad que no fuman ni sufren
de hipertensión.
Sin embargo, los anticonceptivos orales aumentan el riesgo de sufrir una enfermedad
cardiovascular y coágulos sanguíneos en mujeres que fuman o tienen otros factores de
riesgo, especialmente si son mayores de 35 años. Según la Asociación Americana del
Corazón, las mujeres que toman anticonceptivos orales deben realizarse chequeos
anuales que incluyan un control de la presión arterial, los triglicéridos y el azúcar en
sangre.
Alcohol. Los estudios demuestran que el riesgo cardiovascular es menor en las
personas que beben cantidades moderadas de alcohol que en las personas que no
beben. Según los expertos, el consumo moderado es un promedio de una o dos
bebidas por día para los hombres y de una bebida por día para las mujeres.
7. Un ataque cardíaco o infarto agudo de miocardio (IAM) es la muerte de parte del músculo cardíaco
a causa de una falta súbita del aporte de sangre. Esto generalmente ocurre cuando se obstruye una
de las arterias coronarias que llevan sangre al músculo cardíaco. Habitualmente, la obstrucción o
bloqueo es el resultado del crecimiento de una placa aterosclerótica en la capa interna de las
arterias (arteriosclerosis). Ocasionalmente la placa puede desprenderse o romperse, lo cual origina
la formación de un coágulo sanguíneo que puede obstruir una arteria y producir el ataque cardíaco.
8. Si el corazón se expone a un sobreesfuerzo pueden aparecer trastornos y formar un
coágulo que, a su vez, puede tapar una arteria semiobstruida. Esta obstrucción,
interrumpe el suministro de sangre a las fibras del músculo cardiaco. Al dejar de recibir
sangre estas fibras mueren de forma irreversible. El infarto de miocardio ocurre cuando un
coágulo de sangre (trombosis coronaria) obstruye una arteria estrechada. Normalmente el
infarto de miocardio no sucede de forma repentina. Puede llegar causado por
la ateroesclerosis, un proceso prologado que estrecha los vasos coronarios.
Existen factores que pueden acelerar que las arterias se deterioren y propiciar que se
obstruyan, tal y como señala Lidón, quien destaca el tabaco, el colesterol, la diabetes y
lahipertensión como algunos de los factores de riesgo cardiovascular que obligan al
corazón a trabajar en peores condiciones.
9. Los síntomas habituales son:
Dolor torácico intenso y prolongado, que se percibe como una presión intensa y que
puede extenderse a brazos y hombros (sobre todo izquierdos), espalda e incluso
dientes y mandíbula. El dolor se describe como un puño enorme que retuerce el
corazón. Es similar al de la angina de pecho, pero más prolongado y no cesa aunque
se aplique un comprimido de nitroglicerina bajo la lengua.
Dificultad para respirar.
Sudoración.
Palidez.
Dejar de fumar.
Llevar una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, legumbres y cereales. “Se ha
demostrado que la dieta mediterránea es la más eficiente para prevenir tanto la aparición
de infartos, como de recurrencias”, apostilla Lidón.
Realizar ejercicio físico aeróbico. La presidenta de la sección de Cardiopatía Isquémica y
Cuidados Agudos Cardiovasculares de la SEC aconseja que los mejores ejercicios para el
corazón son caminar, la bicicleta o la natación. “Caminar 30 minutos al día por la mañana
y por la tarde es una garantía de éxito para la salud del corazón y ayudaría a controlar los
factores de riesgo cardiovascular.
Evitar las bebidas alcohólicas.
10. La prueba más sencilla, evidente y eficaz durante el dolor para diagnosticar el infarto
agudo de miocardio es el electrocardiograma.
Sin embargo, si por ejemplo el paciente tiene
una crisis de angina y consulta al médico
entre dolor y dolor, el electrocardiograma
puede ser normal. En esas circunstancias,
Lidón especifica que los especialistas pueden
realizar otras pruebas, como la de esfuerzo,
para ver si cuando someten al corazón a un
esfuerzo se producen alteraciones en el
electrocardiograma.
En el instante en que el paciente tenga la
sospecha de que presenta algunos de los
síntomas ya descritos debe avisar inmediatamente a los servicios de emergencias y
posteriormente pueden tomar una aspirina (tiene un efecto antiplaquetario que inhibe la
formación de coágulos en las arterias). “Uno de los problemas derivados del infarto es que
se produzca una arritmia maligna y que el paciente fallezca”, explica Lidón. “Si está delante
el servicio sanitario, las consecuencias pueden ser menores porque pueden activar el
protocolo de actuación ante un infarto”
.
Según la especialista, el electrocardiograma marcará el tipo de tratamiento . Así, si se
produce un infarto con elevación del ST, los médicos activarán todos los mecanismos para
intentar abrir esa arteria lo antes posible. “En caso de que el infarto no tenga elevación del
ST, el médico tendrá que estudiar cómo está la anatomía coronaria, la capacidad de
bombeo del corazón, decidir si conviene realizar una coronariografía y actuar en
consecuencia, ya sea a través del mismo catéter o indicando una cirugía”, señala Lidón.
Oxígeno: Suele ser la primera medida que toman los facultativos en el hospital y en
la propia ambulancia.
Analgésicos: En las situaciones en las que el dolor torácico persiste se administra
morfina o fármacos similares para aliviarlo.
11. Betabloqueantes: Impiden el efecto estimulante de la adrenalina en el corazón. De
esta forma, el latido es más lento y tiene menos fuerza, por lo que el músculo
necesita menos oxígeno.
Trombolítico: Disuelven los coágulos que impiden que fluya la sangre. Para que sean
eficaces deben administrarse en la hora siguiente al inicio de los síntomas y hasta
las 4,5 horas aproximadamente.
Antiagregantes plaquetarios: Este tipo de fármacos, como por ejemplo la
aspirina, impiden la agregación plaquetaria en la formación de los trombos.
Calcioantagonistas. Son bloqueadores de los canales del calcio. Impiden la entrada
de calcio en las células del miocardio. De esta forma disminuye la tendencia de las
arterias coronarias a estrecharse y posibilitan que el corazón trabaje menos, por lo
que descienden sus necesidades de oxígeno. También reducen la tensión arterial.
Nitratos. Disminuyen el trabajo del corazón. En la fase aguda de un ataque al
corazón suelen usarse por vía venosa y/o sublingual.
Digitálicos. Estimulan al corazón para que bombee la sangre.
Otros tratamientos:
Bypass coronario. La intervención consiste en seleccionar una sección de una vena o
arteria de otra parte del cuerpo para unirla a la arteria coronaria por encima y por
debajo del área bloqueada. Así se genera una nueva ruta o puente por la que puede
fluir la sangre al músculo cardiaco.
Intervención coronaria percutánea. El objetivo es abrir la luz de la arteria bloqueada.
El especialista determinará el vaso infartado con un angiografía inicial y
posteriormente realizará una angioplastia con balón del segmento trombosado
pudiendo a la vez implantar un stent. En algunas ocasiones pueden extraer el
trombo con un catéter aspirador.